////// Año XVIº /// Editor Anónimo: Daniel Ares /// "Prefiero ser martillo que yunque", Julio Popper ///

viernes, 10 de junio de 2011

LOS CHISTES DE BORGES... las risas circulares...

Los chistes de Borges


Cuando le preguntan a María Kodama qué es lo que más extraña de Borges, ella no duda en responder: “su sentido del humor”. Uno de los hombres más divertidos de la historia del hombre, sin embargo, decidió pasearse por su siglo disfrazado de viejo aburrido, sin romances rimbombantes ni escándalos de vodeville, con su traje siempre gris, su bastón y su ceguera, su hablar lerdo y trabado, y su genio camuflado de sabio que no sabe. No es arbitrario pensar que esa sola caracterización, única y total, fuera su más secreta y grande broma.

 
Esencia de la naturaleza de su espíritu, el humor en Borges simplemente se manifestaba. No se hacía el gracioso, porque lo era. Repentista brillante, irónico temible, la broma, el chiste, en él, no era, por ello, un artificio, fluía, y así en la charla -en sus reportajes, en sus conferencias-, como en su obra, considerada muchas veces aburrida, cuando no fatua o solemne, pero siempre por aquellos que aún no la abordaron.
También por ello(s) El Martiyo se permite incorporar, a Los chistes de Borges, algunos pasajes de su trabajo literario, ya fuera en cuentos, ensayos, notas, verso o prosa. La gracia de Borges es parte del aire de su maravilla.
Hay en su libro de cuentos El Aleph –cuento al que también ya recurriremos porque está lleno de sus chistes-, otro, titulado El Zahir, del que extraemos este fragmento.

"El seis de junio murió Teodelina Villar. Sus retratos, hacia 1930, obstruían las revistas mundanas; esa plétora acaso contribuyó a que la juzgaran muy linda, aunque no todas las efigies apoyaran incondicionalmente esa hipótesis. Por lo demás, Teodelina Villar se preocupaba menos de la belleza que de la perfección. Los hebreos y los chinos codificaron todas las circunstancias humanas; en la Mishnah se lee que, iniciando el crepúsculo del sábado, un sastre no debe salir a la calle con una aguja; en el Libro de los Ritos que un huésped, al recibir la primera copa, debe tomar aire grave y al recibir la segunda, un aire respetuoso y feliz. Análogo, pero más minucioso, era el rigor que se exigía Teodelina Villar. Buscaba, como el adepto de Confucio o el talmudista, la irreprochable corrección de cada acto, pero su empeño era más admirable y más duro, porque las normas de su credo no eran eternas, sino que se plegaban a los azares de París o de Hollywood. Teodelina Villar se mostraba en lugares ortodoxos, a la hora ortodoxa, con atributos ortodoxos, con desgano ortodoxo, pero el desgano, los atributos, la hora y los lugares caducaban casi inmediatamente y servirían (en boca de Teodelina Villar) para definición de lo cursi. Buscaba lo absoluto, como Flaubert, pero lo absoluto en lo momentáneo. Su vida era ejemplar y, sin embargo, la roía sin tregua una desesperación interior. Ensayaba continuas metamorfosis, como para huir de sí misma; el color de su pelo y las formas de su peinado eran famosamente inestables".

* * *

CFK: UNA MUJER SIN IMPORTANCIA



A propósito de nada puntual, y sin necesidad de ninguna otra justificación más que la confesión que lo concluye, vaya este post ahora sobre algo que pensamos cada vez más a propósito de Cristina Fernández de Kirchner, no la presidenta de los argentinos, sino la otra, la que cada noche sola…

UNA MUJER SIN IMPORTANCIA



Hay en esa mujer -que carga una tristeza colosal y un país entero-, que dirige el gobierno de una nación con su universo de hombres y mujeres y ambiciones y codicias; que enfrenta enemigos de monstruosas dimensiones, monopólicos y multinacionales, hay una templanza –de acción y pensamiento-, una sobriedad –en el vestir y en el dolor-, y por lo tanto una fuerza –en esa tristeza, en esa templanza y en esa sobriedad-, que explican el respeto que el tiempo le concede y que hoy registran las encuestas conforme se extiende en el corazón de su pueblo.
Gustaríamos arrastrar al lector a un ejercicio de alta imaginación, ponerse, por un minuto al menos, en su exacto lugar. Es imposible, su lugar es único, acaso inédito en la historia.
Se han visto viudas repentinas de un marido amado rotas por dentro pero sin tiempo para sufrir acosadas por una herencia fabulosa de complicaciones y pujas y necesidades ajenas; se han visto, sí, a nivel empresarial, quizá... Pero nada como ella, que se quedó con un país entero dispuesto a seguirla o derrotarla, pero con los ojos fijos, todos, en ella.
Se dirá entonces que la tormenta de los días y los hechos no deja lugar para el lamento, que la misma ola de la historia que la eleva, la mantiene enhiesta y le da su empuje; pero qué sabe nadie… Nadie sabe nada de ese instante último, cuando cada noche, al final de cada día, por fin en su cuarto, del todo sola, sólo la espera esa tristeza inmensa y ese país entero que no deja de latir en su cabeza…
Mucho nos gustaría arrastrarnos todos con el lector hasta ese Himalaya de la imaginación, y ponerse -por un segundo bastaría-, en su exactísimo su lugar… la vida rota de repente, y ese país ahí… con los ojos fijos, igual que el mundo… y sus hijos tan jóvenes y ya sin padre, y los poderosos buitres de la oposición con la servilleta puesta… y su marido amado con el que ayer nomás reía, de pronto ahí adentro, mientras Mirtha Legrand nos duda del cajón y del cadáver…  
¿Alguien alguna vez pasó por eso, por un delirio de angustia sin rincón?... ¿Alguien alguna vez, en su mayor suplicio, fue también la mayor esperanza y el mayor enemigo?... ¿Alguien alguna vez cargó su martirio y al mismo tiempo resolvió el ajeno?...   ¿Alguien, al menos por un segundo cuando la nombra, recuerda que esa mujer es en esencia una mujer que acaba de quedarse sola y no quería?...
Abolido su ser individual por la proyección colectiva, ahora esa mujer no nos importa.
Ni a los unos ni a los otros, ni a los suyos, ni a sus enemigos.
Queremos que siga, queremos que se vaya…
El alcance del rayo que fue la muerte fulminante de su esposo, ella y sus dioses nada más lo conocen, ningún otro mortal.
Ni siquiera la historia lo podrá medir jamás.
Lo historia nada más recordará que esa mujer, ya sola y rota, no dejó de trabajar a través del oprobio y la vulgaridad de un odio moribundo; que a pesar de su pesar se levantó cada mañana para transformar su país, para pelear y derrotar a los enemigos congénitos de la Argentina; que rescató de la pobreza toda la gente que pudo, y que fue mucha; que en plena crisis mundial, y mientras se derrumbaban los gigantes de occidente, ella nos mantuvo protegidos y creciendo; que practicó la justicia social allí donde otros ejercían la represión, que todo lo que buscaba era un modelo de país que no dejara afuera a nadie; que la verdad de su realidad convenció o venció a sus adversarios, la historia nada más recordará esas cosas, lo que pueda medir, mensurar, no su pena, su oculta tristeza inmensa, la soledad de su desolación, que a veces parece, misterio de su suerte, la fuerza de su destino.
Sobra decirlo, pero nos place: El Martiyo -con su extenso y confeso pasado en el periodismo industrial, vacunado por lo tanto y hace mucho contra toda ilusión (comenzando por el ser humano)-, admira severamente a esa mujer, y nos importa.
Pero igual queremos que siga.



* * *


miércoles, 8 de junio de 2011

"Más de 1000 Palabras". Hoy: "Altri tempi III", con Carla Bruni (porque no hay dos sin tres)...


El Martiyo Producciones Presenta...

*Más de 1000 Palabras*
(galería de imágenes)



Título:


"Altri tempi III"

Carla Bruni ayer.
Hoy primera dama de Francia.

LOS 7 PECADOS EN 7 FOTOS Y UN SOLO CLICK...

El Martiyo Producciones Presenta...


* LOS 7 PECADOS EN 7 FOTOS *


Aquí en un sólo click toda la serie de esta sección gráfica y finita inspirada en ese poético invento católico de los 7 pecados capitales, que tantas ficciones, dramas y comedias, conflictos y prejuicios han inspirado a su vez, sin que se les conozca ningúna otra razón más o menos positiva...
Aquí entonces, para ver, reflexionar, cortar o pegotear, los 7 pecados en 7 fotos y un solo -y valiente- click...
(Pecar sería huir)

martes, 7 de junio de 2011

LAS CHICAS DEL MARTIYO... cuando nada es mucho...

“Las Chicas”

Esta chica no se puso nada,
y sin embargo parece mucho. 


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MEMORIAS DE UN MERCENARIO. HOY (en el día del periodista): "Un hombre desesperado".



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El periodismo es un negocio de extorsión, la prensa libre no existe, y estamos todos rodeados”; fue dicho en el post del 10/11, Una puta inmaculada, que sirve de introducción a esta sección, y donde a la vez anunciábamos estos rápidos relatos destinados a refrendar con hechos las palabras, porque una buena historia vale más que mil imágenes. El autor se retiró de lo que gusta llamar "el periodismo industrial", no arrepentido, pero si medio asqueado, al cabo de 25 años de oficio.
De su experiencia, estos recuerdos.



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El Martiyo Producciones presenta…


"Memorias de un mercenario"
 




“Los mercenarios que he tratado, y con quienes a veces he compartido la vida, combaten de los veinte a los treinta años para rehacer el mundo. Hasta los cuarenta, se baten por sus sueños y por esa idea que de sí mismo se han inventado. Después, si no han dejado la piel en la batalla, se resignan a vivir como todo el mundo –a vivir mal, porque no cobran ningún retiro- y mueren en su lecho de una congestión o de una cirrosis hepática. El dinero nunca les interesa, la gloria rara vez, y se preocupan muy poco de la opinión que merecen a sus contemporáneos. En esto es en lo que se distinguen de los demás hombres”.

Jean Lartéguy 

* * *


Hoy: "Un hombre desesperado"

 

“Traicionar se dice pronto…
 pero hay que encontrar la ocasión”.
L. F. Céline


En periodismo es el escándalo la sal de la tierra. El escándalo conlleva la sorpresa y desata el debate, su onda expansiva avanza según su fuerza, y así en la polémica, el hecho, la noticia –y por lo tanto el medio que la maneja- alcanzan cada vez mayor difusión, es decir: publicidad gratis, que se traduce en ventas, lo cual a su vez –aunque no siempre- puede mejorar la paga del soldado.
Porque nunca falta un nuevo lector siempre bienvenido, es bueno recordar que escribo estas memorias no sólo para demostrar con hechos lo que arriba digo, sino también para alumbrar al joven que quiere ganarse la vida en este oficio, y evitarle -o por lo menos avisarle- las torpezas y los desencantos -cuando no los desastres- que producen en el frente de batalla las boludeces aprendidas en las aulas… Y en caso de no ser dinero lo que el aspirante busca, entonces hemos de recodarle que desde que se inventó la web, no hace falta un medio ajeno para ejercer el periodismo de manera pública, con absoluta libertad, y para mejor, con alcance mundial.
Pero descuento que a esta altura, el aprendiz que siguió con atención estas sinceras memorias de un auténtico exmercenario, sabe que en las redacciones de verdad, no son bienvenidos los idealistas. Exigen demasiadas explicaciones, y eso siempre retrasa el cierre... cuando la única verdad es el taller, que imprime o mata.
Revisados estos conceptos y principios, vuelvo a la lucha, su victoria o su derrota.
En el episodio anterior, Las mieles de la victoria, habíamos quedado en la derrota. Tele clic, aquél semanario de pronto en mis manos, se iba a pique. No era mi culpa, pero yo no sólo estaba de pronto al mando, sino todavía a bordo. Y atento a mis antecedentes (Ver No odies a tu enemigo, contrátalo), Atlantida, no se había animado a contratarme en firme, y me mantenía con el frágil estatus de colaborador. Pero de hecho no sólo estaba a bordo, sino ahora, también al mando.
La derrota siempre es dura, sí, pero está llena de oportunidades. Como la revista se hundía, Constancio Vigil, su dueño, se fue de viaje a Miami, tal vez a llorar lejos -por primera vez el rey midas de Atlántida, cuyos productos siempre eran un éxito, ahora mordía el polvo del fracaso-, pero antes de partir, perdidos por perdidos, nos dejó una consigna tan imprecisa como promisoria:
-- Hagan lo que puedan.
Tele clic había sido inventada para apoyar, difundir y defender al canal Telefé que Atlántica acababa de adquirir, sí… pero los muertos no atacan ni se defienden, y Tele clic se moría. En otras palabras: ya a nadie le importaba nuestra suerte… Constancio se iba y nos daba absoluta libertad a manera de extramaunción, y Telefé ya nos miraba como mira un elefante una hoja en la en la tormenta…
Perdidos por perdidos, decidí atacar. A Telefé y a todos. Hasta entonces las revistas de televisión vivían de exaltar sus figuras, sus periodistas en general eran amigos de los "famosos" que ellos llamaban "artistas" y apenas un divorcio más, otro romance, una pelea, les daban cada tanto un pico de ventas… Nosotros salimos a pegarles a todos donde más les dolía, cuestionamos sus trabajos, la valía real de sus celebridades vacías, la vigencia de algunos “eternos” ya perimidos; inspirados más en el Satiricón de los 70 que en la Radiolandia de los 60, pero decididos a ser los 90, ordené la iconoclacia y empezamos a escupir las imágenes sagradas: Mirtha Legrand, Lucho Aviles, Alejandro Romay y su Susana Giménez -entonces estrella de Canal 9-, y otros que ahora no recuerdo, porque de verdad terminaron entonces. Por supuesto debíamos cuidarnos con Telefé, pero al principio importábamos tan poco, que parecíamos libres…
El caso es que antes de lo esperado todos los aludidos comenzaron a respondernos, y por lo tanto, a mencionarnos. A la postura pendenciera le dimos un tono coloquial y un lenguaje moderno, y no reprimimos el humor sin provocarlo tampoco. Teníamos “gracia”.
Las ventas subían semana a semana, y Tele clic se convertía en el boom de los kioscos.
Sentí que era la hora de meter un buen golpe, un buen escándalo. Y hubo suerte.
Pocos meses antes Jorge Cacho Fontana, el histórico locutor de las madres y las novias, había vivido un patético episodio de violencia doméstica, azotando a una chica, mucho más joven que él, de oficio desconocido, ella, y que él llevaba largo tiempo presentando públicamente como su novia. La chica, de nombre Marcela Tiraboschi (aunque usted no lo crea), salió a gritar por cuanto micrófono le abrieran que Fontana era un golpeador, y, oh, ¡un drogadicto que tomaba cocaína!.
Cocaína.
Fontana.
Cacho.
Era 1991. La noticia se incendió con él adentro.
En cuanto pudo librarse de la prensa, Fontana desapareció de todos los lugares que solía frecuentar, incluso tuvo un intento de suicidio en Bariloche -del que lo rescató Tito Lectoure-, y luego pasó al ostracismo, volvió a la casa de los viejos, se encerró junto a su madre, y nadie nunca supo más nada de él... y si alguien, algún medio, algún periodista sabía algo, lo callaba, lo protegía.
Hasta que alguien nos acercó la información casi como un chisme, más o menos así:
-- Parece que Fontana tuvo una parálisis facial, y anda sin un mango, vive con la vieja en un departamento de la calle Entre Ríos, y todos los días cena solo en el Chiessa.
El Chiessa era un restorante de la calle Entre Ríos, ya no existe, pero entonces era buen lugar, yo solía frecuentarlo, tradicional, sencillo y muy reservado.
La información podía ser falsa, no estaba chequeada. Pero en tal caso, para chequearla, no debíamos invertir más que un novato de guardia frente al Chiessa por el resto de su vida… y si algo sobraba en Tele clic, eran novatos.
Mandamos uno con su correspondiente fotógrafo y sus ordenes expresas:
-- No te muevas de allí hasta que no lo caces a Fontana.
Y lo preparamos mentalmente para una vida allí, por la calle Entre Ríos, entre el Chiessa y la casa de la madre de Fontana como su nuevo solo mundo.
A las dos horas sin embargo, el novísimo novato ya estaba de vuelta.
Antes de ser ejecutado de manera sumaria logró explicarme con toda calma y sin ninguna emoción –con absoluta inconciencia-, que casualmente se había encontrado con Fontana comprando una revista en un kiosco frente a la dirección que le habíamos dado, que efectivamente no se lo veía muy bien, que tenía un ojo medio cerrado y que hablaba con dificultad, pero que no quiso fotos, que apenas le pudieron sacar una sola, cuando ya Fontana le pidió por favor que le pidiera a su jefe que no publicara nada de nada, que antes lo llamara por teléfono.
-- Quiere hablar con vos.  
Me dijo aquél buen novato y allí me entregó el teléfono de uno de los hombres más buscados de la hora.
Lo llamé. Fontana atendió falseando la voz, hasta que le dije quién era. De allí en más fue un largo monólogo suyo como un lamento interminable inventariando todas sus desgracias, la parálisis en la cara su madre ciega, la causa penal que le seguían por agresiones, la posibilidad de la cárcel, la falta de trabajo, el dinero que se acaba, el oprobio, la vergüenza, sus hijas…
Yo apuntalaba la autoentrevista con un “ajá” y un “claro claro” cada tanto, mientras tomaba nota de todo, y otro como yo, en otro teléfono, calladamente, grababa lo que a mí se me escapaba.
Era una confesión explosiva.
El ocaso de un gigante en voz del propio gigante, y en primicia absoluta.
Gente, Noticias, Clarín, la tele, cualquier medio pagaría fortunas por ese material.  
Fontana me pedía por sus hijas que yo no publicara nada. Ni una palabra de todo lo que me decía. A cambio me prometía el primer reportaje en exclusiva una vez que su causa tuviera sentencia en firme...
-- Entienda que cualquier cosa que diga ahora, puede perjudicarme y mucho…
También yo le  pedí que él entendiera como profesional lo que tenía en mis manos. Y él decía entenderme, pero insistía. Y me pedía por sus hijas una y otra vez. Parecía un hombre desesperado. Recordé que había tenido un intento de suicidio.
Cuando vi que ya no me diría más nada porque ya me lo había dicho todo, le prometí que no publicaría ni una línea, y cortamos.
Por supuesto lo traicioné sin dudarlo. En tapa fue apenas la única foto que le pudimos sacar, pero adentro todo lo que me dijo. No traicionarlo hubiese sido traicionarme.
Pero en la misma nota admitía mi traición, y para mitigar el golpe, le di la forma, el tono y el título de una “Carta abierta a un grande”,  y convertí su dolor en un largo elogio y en un canto de esperanzas; delaté su presente, sí, pero subestimé su desastre desde la perspectiva de su brillante pasado, confiando así en un seguro porvenir mejor...   
La revista cerraba los jueves, se imprimía los viernes, y entre sábado y domingo llegaba todos los kioscos del país.
Ese viernes, recuerdo -pero no recuerdo por qué-, cené con una amiga en el Chiessa, y allí estaba Fontana, en otra mesa, solo, de espaldas a la puerta, ajeno a los talleres donde a esa hora se imprimía mi tración, y ajeno al hombre que lo había traicionado, y que allí tan cerca lo miraba ahora… Recordé su intento de suicidio, y sentí como pocas veces el vértigo del poder de fuego de mi oficio.  
El número estalló en los kioscos y todos los diarios, la tele y las radios, levantaron la noticia, y hablaron de Fontana y de Tele clic durante toda la semana, multiplicando así las ventas y los comentarios, y tal y tal... Un golazo. 
Pero yo -sin decirle a nadie- temí todo el domingo y todo la mañana del lunes la noticia del suicidio de Fontana... y recién cuando en su programa de los mediodías en ATC, la madre de sus hijas, Liliana Caldini, en nombre de sus hijas, le agradecía a Tele clic por el homenaje a Cacho… recién entonces festejé la victoria como corresponde…
Porque eso sí: por más que todo parezca un juego de metáforas, la batalla, el frente, el mercenario, y mis etcéteras, en este juego se juega de verdad con la vida de los otros… Eso el novato no debe olvidarlo nunca, ni pensarlo tampoco demasiado... o como decíamos de arranque: o mejor olvidarse de lucrar con este oficio.

(continuará)

* * *

DESTELLOS AJENOS. HOY: ERNEST HEMINGWAY.






Destellos ajenos:


“Pero lo que importa es aguantar y hacer el trabajo que a cada uno le es encomendado, ver, y oír, y aprender, y comprender, y escribir cuando se ha logrado saber algo, y no antes ni demasiado tiempo después. Dejad a esos que quieren salvar al mundo y contentaos vosotros con verlo claramente y en conjunto; y si lo veis así, cualquier detalle que logréis pintar representará el todo, siempre que lo hayáis hecho con sinceridad. Lo que hay que hacer es trabajar y aprender a expresarse”.

Ernest Hemingway

lunes, 6 de junio de 2011

Crónicas y Blues. Hoy: "Blues de la culpa".

Blues de la culpa

El peso
de la lápida
de la culpa.

Esas cosas matan vivos que no paran de morirse.


DA/AD.octubre 08.

LAS PUERTAS DEL CIELO Y DEL INFIERNO: EL MARTIYO EN CIUDAD JUÁREZ-EL PASO.

Crónicas Perdidas


Este nuevo cuaderno de El Martiyo Plus aspira sin embargo a contradecir su propio título, recuperando crónicas por lo tanto perdidas.
Género fugaz si los hay, el periodismo, aunque torpe, atolondrado y cruel, también suele ofrecernos señales del futuro en sus historias del presente, o al menos registra -con la precisión y las limitaciones del testigo presencial- lo que mañana es la historia.
De allí que aquí, este cuaderno se propone reunir artículos, reportajes y crónicas escritas a través de los años para distintos medios, y que ya fueron papel, y que por eso hoy ya son nada... Hasta este ahora aquí, cuando El Martiyo Plus las recupera entonces para el universo virtual, y su incierta eternidad acaso también fugaz…
A manera de festejo inaugural Crónicas Perdidas hoy nos lleva de viaje a la espinosa frontera entre México y Estados Unidos en El Paso-Ciudad Juárez, allí donde las puertas del cielo, son también las del infierno.
Más que a leer, lo invitamos a pasear (sea valiente)…

viernes, 3 de junio de 2011

CASO HERRERA NOBLE: LA ESTRATEGIA ES MORIRSE.


“Quizá el inmortal ya esté entre nosotros y aún no lo sabemos”, sospechaba Jorge Luis Borges, pero los dueños de Clarín confían en que no son ellos, y le meten para adelante, seguros del fin.

FE DE RATAS





Resulta ya demasiado obvio, por muy insólito que resulte, que la única estrategia de supervivencia de los dueños de Clarín, es la muerte. En términos futbolísticos: hacer tiempo, patearla para adelante hasta que piten el final. Tanto en el caso de los hijos adoptados –inexplicadamente hasta ahora-, como ante el tema Papel prensa o la Ley de Medios. Ernestina Herrera de Noble y Héctor Magnetto, confían en morirse antes de que la lucha acabe. Ahí la victoria.  
Una apelación tras otra, un recurso tras otro, otro amparo y van; no hay mal que dure cien años, se dicen a coro: ni cuerpo que los aguante. Tal es el lema tallado en sus escudos.
El plan es perfecto.
La muerte es segura, la Justicia, en cambio, es tal vez implacable, pero también lenta, como se sabe, y los jueces, mientras tanto, son, en esencia, y siempre, abogados. Y los abogados son muy caros, sí, pero eso no es problema para la viuda de Noble ni sus socios principales, que siempre tendrán un peso más para un amparo más, para un recurso más, en tanto el tiempo, aliado invencible, no para de correr hacia la muerte de todos. Un plan perfecto.
Ernestina Herrera de Noble ya acusa 86 años. Héctor Magnetto es más joven, pero por mucho que avance la ciencia, sabe que su plan no fallará. Sobrando dinero para honorarios, sellados y costas, la muerte es segura.
Intriga más el misterio que supone saber si algo habrán pensado ya para el despuès de aquellos dos jóvenes Herrera Noble, que biológicamente deberían sobrevivirlos; o van dejarles, junto a una inmensa fortuna, los inmensos problemas que le dieron origen. ¿Tendrán un plan, también, para despuès de ellos?... O en esta funesta retirada enceguecida por la desesperación, no piensan, otra vez, sino en ellos y sólo ellos…
Una vez más ayer trémulos jueces cuyo nombre la historia olvidará enseguida, les concedieron una excepción que nadie nunca mereció.
¿Por qué?...
No importa.
Importa que el plan funciona sin fallas: ayer fue ayer, y hoy ya es hoy. ¡El tiempo no para!
Si todo sale bien, morirán en libertad.
Viva.


* * *

Destellos Apócrifos. HOY (a dúo): Ernestina Herrera de Noble y Héctor Magnetto.

Destellos Apócrifos:


"No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que los aguante".


Ernestina Herrera de Noble y Héctor Magnetto.

ANÉKDOTAS. HOY: "LA FUERZA DE LOS DESEOS", con Miguel de Unamuno.

Anékdotas


Hoy: "La fuerza de los deseos"

 
Con Miguel de Unamuno


Hacia 1926, andando las calles de París, desterrado por el dictador Primo de Rivera, don Miguel de Unamuno se topa con un grupo de españoles, también exiliados, quienes al reconocerlo, le gritan  muy dispuestos:
-- ¡Don Miguel… cuándo se acabará esta dictadura!...
Y don Miguel que les responde:
-- Cuando ustedes quieran.

* * *

jueves, 2 de junio de 2011

EUROPA EN GUERRA: ALEMANIA INVADE GRECIA.

Sin necesidad de esperar los nítidos tanques, las nítidas batallas de nítida sangre, aquí El Martiyo lo invita a un rápido ejercicio de sentido común, que a la vez nos revela el simple truco por el cual es posible la visión del porvenir. Sobre todo cuando ese porvenir ya vino.


CONFESIONES DE UN PROFETA




Triste destino el del profeta trágico que sólo quiere equivocarse, y…
En declaraciones que erizaron la piel del pueblo griego, la semana pasada el minisro de economía de Holanda, Jan Kees de Jage, al condicionar un nuevo préstamo a Grecia, dijo así: “no les obligaremos a vender la Acrópolis, pero sí todo lo que se pueda privatizar”. El desguace ha comenzado.
Tan luego y así lo habíamos dicho nosotros poco antes, y algunos creyeron que era sólo una metáfora (Ver La sana costumbre de matarse), una exageración, un delirio...
Lo mismo parece ser a simple vista nuestra sección-visión Europa en guerra, pero sólo porque sus modernos ejércitos de invasión y dominio ya no van de uniforme sino de Armani o mejor, porque en vez de generales vemos gerentes, porque ya no usan los tanques sino los bancos, porque ya no invocan al Reich sino a la UE, porque las funciones de las SS las cumple ahora el BCE, que se les mete a todos hasta debajo de la cama, imponiendo a su paso, hoy como ayer, la forma de vivir, y de morir.  
Tropas alemanas, Atenas, 1942.
Una vez más -otra vez, y van- los alemanes ya entran a Grecia, la sitian y la toman. Avanzan desde Frankfurt –donde el Banco Central de Europa marca con su sede el centro de la Europa que miran-, y en coalición avanzan con sus feroces aliados del FMI y el Banco Mundial.
Estratégicamente, toman los puertos y  los aeropuertos y las comunicaciones, el Jónico, el Egeo, y el Peloponeso, donde dejaron un puente sin terminar cuando la útlima invasión… (acaso ahora lo acaben, ellos que siempre supieron sacar buen provecho de la mano de obra extranjera)…
Una vez ocupada Grecia, todo indica que la campaña seguirá por Irlanda, Portugal, su querida Polonia de siempre, y luego, aparentemente, serán España, Italia, o acaso Italia primero y despuès España… El orden de las conquistas no altera el objetivo: más temprano que tarde media Europa estará, de nuevo, como en los grandes días del III Reich, bajo dominio franco-alemán. (Con sede en Frankfurt, siempre es bueno recordarlo, que ellos jamás lo olvidan).
Por supuesto los pueblos de todos esos países, de pronto hipotecados, ya sometidos, sin moneda propia, en manos sus dirigentes de dirigentes extranjeros; protestarán, se rebelarán. Normal. Por eso lo avisamos hace mucho, y no hace tanto ya lo vemos a diario en todos los diarios.  
¿Es -era-, entonces, tan difícil predecir la guerra en Europa?.
No.
Basta(ba) un rápido ejercicio de sentido común.
A la gente no le gusta vivir mal, sino bien.  
Cuando sus gobiernos los obligan a vivir mal, por lo tanto, los pueblos se resisten, no quieren, no les gusta, y los enfrentan. “Hacen tronar el escarmiento”, dice Perón desde hace setenta años, ¿cómo no lo oyeron?...
Atenas hoy.
Entonces la gente se enoja, y mucho más si descubre que ha sido emboscada por planes y políticos irresponsables, inhumanos, e irreversibles. Entonces se enfurece, la gente. Sale a la calle con una cacerola, con un palo, con lo que tenga a mano, y quiere romperlo todo, prenderle fuego a todo, que se vayan todos, quiere la gente…
¿Pero es inocente, esa gente, que durante años –también lo dijimos- recordaban a esas madres alcohólicas que nunca preguntan de dónde el hijo saca la guita para el vino?.
No, no es inocente, esa gente. Creyeron que la plata se dibujaba, y sabían que no.
¿Pero importa ahora?
No. Ahora todo lo que importa es este presente negro, y la tempestad que les anuncia.
Ahora todo lo que importa, por ejemplo, es que se acaba el circulante en Grecia, y no habrá Lecops ni Patacones para ellos. Ahora, y más allá de todos los discursos y de cualquier optimista, empiezan a retrasarse, en la realidad real, los pagos a los jubilados, las pensiones, los hospitales se quedan sin recursos, y el estado está al borde de la quiebra atado en su caída a toda la Eurozona, y por carácter transitivo, a la Unión Europea, y por lo tanto, a la gente que vive ahí.
A toda esa gente enojada porque creyó una cosa y ahora descubre todo lo contrario.
Son los indignados, que ya tomaron Madrid, Barcelona, y que ya se expanden como una moda, como una peste, por toda Europa. El desguace ha comenzado, pero la resistencia también.
Esa gente no volverá a sus casas sin lo que cree suyo, y como sus dirigentes ya tampoco los dirigen, y los acreedores tampoco se resignan a volverse a sus casas sin lo que creen suyo… queda una sola solución sin solución: la fuerza
Porque la pregunta entonces es: ¿resolverá, la fuerza, este problema?.
Ja, claro que no, al contrario, no hace falta ser Nostradamus para verlo.
La fuerza, la represión, ejercerán, previsiblemente, un efecto rebote y el descontento se hará furia y esa furia crecerá en progresión geométrica. La consabida “escalada de violencia”.
Sarkozy el deportador.
En paralelo y al mismo ritmo los dirigentes políticos –esto también ya lo dijimos- se irán desdibujando, tal y como vemos sucede ya con Zapatero, Berlusconi, Sarkozy, la Merkel
¿Y entonces?
Entonces el vacío.
Sólo que el vacío en política no existe, porque inmediatamente alguien lo ocupa.
¿Quién llenará ese vacío?...
No tenemos el nombre, claro está, pero sí sus características fundamentales.
El modelo actual de líder europeo –humanista, universal, pacifista y liberalote- será reemplazado por un nuevo modelo más antiguo, de corte provinciano, nacionalista, regionalista, xenófobo como corresponde, materialista, autoritario, fascistoide y belicoso. Víktor Orbán, actual presidente de Hungría, es el prototipo ideal, también lo anunciamos.(Ver Las venas abiertas de la Unión Europea). Y al paso que marchan las cosas, entendemos que será producido en serie. Es un modelo brutal, como dicen las modelos.
Para entonces por supuesto lo que hoy se conoce como la Unión Europea, no pasará de una discusión deportiva. Los estados que la componen ya habrán cerrado del todo sus fronteras (ya comenzaron a cerrarlas), aumentarán las deportaciones étnicas inauguradas por Sarkozy, esto llevará, claro, a más  de una discusión, a más de un acaloramiento, al roce progresivo entre los estados miembros de ya ninguno recordará bien qué; y entonces, ahí, por ahí, de cualquier fricción saltará la chispa inicial del gran incendio que anunciamos.
Europa siempre.
No falta tanto, entonces, para que aquellos que lo precisan, vean por fin, con nitidez, los uniformes, las tropas que se embisten, los tanques de verdad, y los muertos en serio. Entonces reconocerán la guerra en Europa que hace tanto vemos nosotros.
A fuer de ser sinceros, la profecía no es una capacidad extraordinaria, sino apenas un género literario. Consiste en extraer de la actualidad, con crudeza y sensatez, la esencia de la realidad; luego retirar toda la hojarasca con que los analistas y los especialistas justifican sus sueldos, y por fin reordenarlo todo en un lenguaje más o menos poético, con un tono medio lírico, que así nos genere la ilusión óptica de una visión anticipada. Y luego sólo hay que esperar. Las cosas suceden por la sola dinámica del sentido común, y cuando todo se cumple como era previsible, el redactor nos parece un profeta.
Pero es un truco. Es nada más mirar y ver, sin miedo, y sin ilusiones.

Como se mira un problema cuando de verdad se agrava.
Así es como El Martiyo informa mejor, y antes, mucho antes.
No dude, pase y vea, que no nos jactamos. Lo decíamos al principio: triste destino el del profeta trágico, que ansía equivocarse, y…


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TIEMPOS MODERNOS: el pasado del futuro que ya somos...

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Tiempos Modernos XXII


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LOS CHISTES DE BORGES... ¡con la patria adentro!....

Los chistes de Borges



Cuando le preguntan a María Kodama qué es lo que más extraña de Borges, ella no duda en responder: “su sentido del humor”. Uno de los hombres más divertidos de la historia del hombre, sin embargo, decidió pasearse por su siglo disfrazado de viejo aburrido, sin romances rimbombantes ni escándalos de vodeville, con su traje siempre gris, su bastón y su ceguera, su hablar lerdo y trabado, y su genio camuflado de sabio que no sabe. No es arbitrario pensar que esa sola caracterización, única y total, fuera su más secreta y grande broma.

Una vez, un joven, por la calle, se le acerca y le regala su primer libro de poemas. Borges, ya ciego, agradece y le pregunta cuál es el título del libro. No sin orgullo, el joven le espeta:
-- "Con la patria adentro".
Borges acota.
-- Pero qué incomodidad, no?...


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