////// Año XVIº /// Editor Anónimo: Daniel Ares /// "Prefiero ser martillo que yunque", Julio Popper ///

lunes, 12 de agosto de 2013

PASO 2013: CUANDO LA ÚNICA REALIDAD NO ES LA VERDAD...




El oficialismo obtuvo un triunfo nacional con más votos de lo que pueden sumar todas las otras fuerzas juntas; logró más diputados que Massa en la provincia de Buenos Aires, y si esta misma elección se repitiera en octubre, ampliaría su ventaja en diputados y la mantendría en senadores.
Sin embargo los medios del miedo insisten en hablar de “la derrota del kirchnerismo”, y vuelven a la carga con los viejos latiguillos que usaron en el 2011 hasta 24 horas antes del huracán Cristina.
Un caso claro de que no siempre la historia la escriben los que ganan. Magnetto también.

LA ÚNICA REALIDAD 
NO ES LA VERDAD





Se dice que uno de los síntomas que mejor evidencia la locura es pretender resultados diferentes usando siempre los mismos métodos. El diario Clarín, pese a que ya vende menos que en 1963, pese a que los delitos de sus dueños ya fueron públicamente descubiertos, y viendo su prestigio periodístico terminado; insiste en su lucha con los mismos métodos que hasta acá lo trajo: suplantar la realidad con una ficción propia. Por supuesto La Nazión lo acompaña en la aventura.
Hoy los dos medios hablaban de la derrota del kirchnerismo, de fin de ciclo, y bla blá. 
Pero anoche al cierre de sus ediciones ya estaba escrutado el 70 por ciento de las mesas, y el Frente para la Victoria se imponía a nivel nacional con más votos de lo que podían sumar las otras fuerzas todas juntas. ¿Derrota?
Sergio Massa terminó sudando su victoria cuando al inicio de las campañas aventajaba en doce puntos al desconocido Martín Insaurralde. Si la tendencia de ambos se mantiene, ¿de qué “semilla de esperanza” hablaba ayer de cara a octubre?... Sin olvidar que en toda la provincia al final el FPV sumó más diputados provinciales que el FR ¿Era  para festejar?...
En la ciudad de Buenos Aires el hombre de Magnetto, Mauricio Macri, sintió las primeras consecuencias de su desgobierno sangrando votos en pro del Unen, para ver cómo su recia Micheti perdía con el cinematográfico Pino Solanas… Sin embargo en pleno desangre el alegre Diego Santilli ya animaba la fiesta con su risa de burlesque…
En otra parte, a la misma hora, pero ya en la realidad, las urnas le daban casi un 25 por ciento de los votos al FPV, y casi un 8 (7,7) al segundo de sus adversarios, la UCR. El resto venía todavía más atrás… ¿de qué se reía Santilli?
Si las elecciones de octubre repitieran los índices de ayer, simplemente el FPV aumentaría su representación en diputados, y la mantendría en senadores. ¿Fin de ciclo?...
Evidentemente, si hay dos países, pero los dos se llaman Argentina. Sólo que uno es real, y el otro alucinado. Uno sucede en la vida de todos, y lo actuamos todos, y el otro lo escribe Magnetto, y lo representan sus muchos muñecos. En uno el kirchnerismo está terminado, como en el 2009, 2010 y 2011, y en el otro el FPV acaba de imponerse a nivel nacional por el triple de votos que el mejor de sus oponentes.
La edición de la realidad es un derecho que le cabe a cualquiera. Ya confundir la edición de la realidad, con la realidad, más que un derecho resulta un riesgo.
Una vez más Héctor Magnetto nos demuestra que no siempre la historia la escriben los que ganan, y que la única verdad será la realidad, pero que la única realidad no es la verdad. Como en sus días dorados cuando el genocidio, el Grupo Clarín-La Nazión pretende modificar la historia por el sencillo trámite de publicar otra.
Lo curioso es que insistan como dementes con el mismo método que en apenas un lustro los llevó de ser el Gran Diario Argentino, a símbolo de la mentira y expresión de los sectores más reaccionarios del país... ¿Eso celebran?
El Martiyo, por su parte, aferrado a la realidad de las urnas –la única verdad- saluda desde aquí a la presidenta Cristina de Kirchner, quien promediando ya su segundo mandato, y en medio de un crisis internacional inédita, logra con su sola imagen más votos en todo el país que todos sus adversarios juntos.
Si eso es una derrota… dame dos. 

* * *

domingo, 11 de agosto de 2013

EL MARTIYO SALUDA A VICTOR HUGO MORALES…


 Alejados ya por completo de la práctica del periodismo, los medios del miedo no fueron capaces de registrar uno de los episodios más trascendentes en la historia de la prensa argentina: el ataque judicial del empresario periodístico más poderoso del país, contra Victor Hugo Morales, apenas un periodista. Tarde y mal, tan sólo comentaron como “agresiones” la repulsa popular sufrida por el amo, que sin valor para enfrentar a su pequeño oponente, huyó despavorido como un cobarde enorme.


VENCEDORES VENCIDOS





Acorralados por el pasado, enceguecidos por la derrota, uno de los episodios más trascendentes en la historia del periodismo argentino, pasó inadvertido para los grandes medios, como si ya no fueran medios. Héctor Magnetto, capo máximo del monopolio mediático surgido del genocidio, emergió por fin de sus propias tinieblas enfurecido con Víctor Hugo Morales, apenas un periodista, y decidió aplastarlo con todo su poder. Sin embargo, a la hora señalada, huyó despavorido como un falso dragón frente a un hombre de verdad. La noticia era del tamaño de la corporación que la protagonizaba, y sin embargo…
Por primera vez en la historia de la prensa argentina, un monopolio entero avanzaba contra un periodista solo.
Peor: un monopolio periodístico.
Peor que peor: un monopolio periodístico que a su vez levanta las banderas del “periodismo independiente”.
No hay precedentes de un hecho así en el mundo todo. Jamás la historia se había atrevido a tanto.
Héctor Magnetto, nominalmente CEO del Grupo Clarín, pero virtualmente jefe supremo de una corporación continental parida por la última dictadura argentina; y por lo tanto personalmente responsable de las mayores estafas económicas y políticas de los últimos 37 años del país; él, tan luego él, esa bestia moral, denunciaba por “daños y perjuicios” a Víctor Hugo Morales, relator de fútbol y rara avis del periodismo argentino, entre otras cosas, porque no es argentino.
Sin embargo allí este uruguayo, que ya mucho antes del surgimiento del kirchnerismo se enfrentaba con el Grupo Clarín; el jueves supo dejarnos a todos los argentinos una muestra de hombría y de moral; y al periodismo especialmente, un ejemplo de integridad, y de auténtica independencia.
En el país de José Luis Cabezas, Rodolfo Walsh y los 106 periodistas desaparecidos durante el genocidio -que el propio Magnetto supo sostener, encubrir y justificar, cuando no alentar-; poner en riesgo apenas el patrimonio personal, no parece mucho. Sin embargo, vale recordarlo, en ese mismo país aún existen legiones de periodistas que tan sólo por dinero se engregan a un patrón que acaso desprecien ideológicamente o no, pero cuyos delitos, atropellos y censuras, nadie en el gremio ignoró jamás.
La tenebrosa historia de la apropiación de Papel prensa, y los efectos devastadores que eso produjo para la libertad de empresa en la industria periodística argentina, ningún periodista argentino pudo ignorarlos nunca. Como así tampoco ningún periodista argentino, mucho menos si está o fue empleado por Clarín o La Nazión, ignoró jamás el origen incierto de los hijos adoptivos de Ernestina Herrera de Noble, o la extraña historia de la hija adoptiva de Héctor Magnetto; y mucho menos la sociedad con la dictadura primero, o con Duhalde después; o la conveniencia de aquella pesificación contra todos los demás; o lo que hacían con el fútbol cuando eran dueños del fútbol, la cantidad de canales que fundieron por todo el país para comprarlos por monedas y desde allí fundir a la competencia para también comprarla por monedas y quedarse con todo; así como muchos sino el total de los periodistas del Grupo supieron del negociado con las AFJP, de las fugas de divisas con el JP Morgan (el propio Lanata publicaba esas cosas); o cuando menos de alguna de todas las incontables maniobras técnicamente mafiosas desplegadas por el Grupo a lo largo de toda su repodrida historia. Ningún periodista argentino ignoró jamás estas cosas, y aún así, y apenas por un salario, todavía existen legiones que sirven al Grupo. Personalmente, podemos comprenderlos. Pero también por eso, en dicho contexto, lo de Víctor Hugo Morales resulta por lo menos ejemplar, sino ya heroico.
Sin embargo los medios -los periodistas- del Grupo Clarín-La Nazión no vieron nada, no percibieron la más mínima amenaza a la “libertad de expresión” que tanto cacarean a la hora de incumplir la Ley de Medios. Nada. Ni una palabra.
Mientras el hecho se producía, TN ponía en el aire una nota sobre la educación sexual en las escuelas... Como en sus días dorados cuando el genocidio, callaban el horror confiados en que así lo suprimían.
Pero no ¿Cómo aún no lo aprendieron? Ningún silencio borra la historia, y ya la crónica de ese día contará para siempre que el jueves 8 de agosto de 2013, a las 14.35, un periodista solo enfrentó al jefe de todos los jefes de un monopolio incomparable, y que sin embargo el jefe de todos los jefes retrocedió y no dio la cara, y se batió en retirada con su ejército también incomparable. Borges diría: no tuvo valor, no fue valiente; no lo abandona, siempre irá a su lado, la sombra de haber sido un desdichado.
Abucheado por el pueblo allí reunido -que por fin pudo escupirle en la cara lo que sentía por él-, poco antes de las 16, al grito de “Magnetto basura, vos sos la dictadura”, el horrible Magnetto dejaba los tribunales temblando entre custodios, y huía de sí mismo como si fuera posible. Ahora sabía de una vez por todas lo que había hecho con su nombre.
El hartazgo popular, del que allí Magnetto apenas probó una cucharada, le sirvió por supuesto a sus empleados para repetir a coro los deshilachados argumentos de la intolerancia, la crispación, el autoritarismo, y toda esa garúa de palabras que ellos mismos vaciaron de contenido. Y eso fue todo lo que dijeron.
Enceguecidos por la subsistencia, maniatados por el amo, con el plato lleno pero la cadena al cuello, no vieron el hito, lo dejaron pasar, no consignaron el hecho, no fueron periodistas. Eso también quedó impreso en la historia.
David y Goliat volvían a enfrentarse, y por primera vez Goliat huía aterrado, sin valor siquiera para mirar a  los ojos a David, ya no para enfrentarlo... ¡Inédito! Pero los grandes medios vieron nada.
Peor todavía: un periodista, un solo periodista, (según Clarín ni siquiera eso, apenas un relator, un locutor); se le plantaba sin embargo al monopolio entero, a todo el Grupo Clarín, al mismísimo Héctor Magnetto -dueño de abogados, de políticos y de jueces-, y con la misma sola voz conque grita sus goles, allí nomás les decía: hasta aquí llegaron... ¡Insólito! Pero los grandes medios no oyeron nada.
Peor si se quiere: un megaempresario acusado por crímenes de lesa humanidad, el cerebro de una corporación bañada en sangre y mierda intentaba callar a un periodista independiente... ¡Inadmisible! Pero ni los grandes medios ni sus periodistas dijeron nada. 
¿Es posible todavía considerar medios y periodistas a quienes callan un atropello así, o cuando menos, una noticia de esa importancia?...
La historia del periodismo argentino deberá registrar además que el jueves 8 de agosto de 2013, un periodista, ese periodista, apenas un hombre, precisó para siempre las fronteras del oficio: de un lado quedaron los periodistas de verdad, y del otro… los empleados de Magnetto.
Desde su libertad absoluta, El Martiyo saluda a Víctor Hugo Morales. 


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jueves, 8 de agosto de 2013

MASSA, LILITA, PINO, ARGEN Y TINA: ¡AGUANTE LA FICCIÓN!...



Las cámaras de Sergio Massa y el reality de su robo mientras se saca el saco y se pone el pongo. 
Los monólogos de la serie "Ella o vos" de Federico de Narvaez, y su carcajada del final, casi sarcástica, casi demente, del todo preocupante. 
El chistoso "cenador" Rodolfo Terragno cocinando chocho como si la Alianza no hubiese sucedido nunca. 
La simpática saga de Argen y Tina con Ricardito Alfonsín disfrazado del padre, y la Stolbizer más o menos.
Lilita y Pino en una adaptación libre de los Simpson con Gil Lavedra como Milkhouse …
No por nada el Grupo Clarín decidió cerrar la campaña de sus candidatos en la fiesta del Martín Fierro, desde el Colón de Macri, a toda farándula, y con claqué propia.


¡AGUANTE LA FICCIÓN!




Nunca quizá nadie entienda jamás qué se proponía Sergio Massa con la producción barata de una película torpe sobre un ladrón estúpido sin diálogo ninguno, y encima en blanco y negro. Por algo venían retrasando su estreno. Pero otra vez el aguafiestas de Horacio Verbitsky les arruinó la sorpresa, y desde entonces el niño Clarín del año no para de explicar por la mañana lo que desmiente por la noche, mientras insiste tildado en la importancia de filmarlo todo. Y es lógico: si pierde las elecciones, siempre le queda el Martín Fierro, un premio amigo.
Sin embargo, no corre solo. A falta de ideas, proyectos y gestión de los políticos a vender; los publicistas de la oposición –ningunos mancos- supieron hacer de ese vacío un arte, y acaso como nunca antes en la historia moderna de la democracia argentina, nos entregan un auténtico festival de cortos en un nuevo género que se permite a un mismo tiempo la comicidad, el grotesco y el terror.
No es fácil. Se trata de vender un perfume sin olor, una pintura invisible, un jabón que mancha, una escoba que suelta polvo…
Porque ninguno de todos estos directores recurre al facilismo de un contenido político que sustente el producto que ofrecen. Es el envase vacío, y a pelearla. La caja sin los zapatos, el auto sin el motor, la fachada sin la casa atrás… No es fácil.
En tal sentido estas PASO serán alumbradoras, acaso para el mundo, porque permitirán medir, con precisión inusitada, el peso específico de la publicidad. Esta vez no hay producto.
La simpática saga de Argen y Tina -nobleza obliga- está a la altura de lo mejor de Suar, que no será Tarantino, pero… una pena que al final aparezcan el hijo de Alfonsín y la Stolbizer, la serie daba para mucho más, pero eso es todo. Propuestas cero.  
Federico de Narváez, en cambio, eligió el stand up y se presenta solo, sonriendo con la sonrisa que le quedó de tanto comer con Mirtha; feliz como un millonario, mientras con suficiencia y canchero, empieza a pegarle a “Ella”, hasta que al final, sorprendentemente, la llama “la más bella”, y allí remata con una carcajada propia de Ibañez Menta. Tampoco él ofrece ninguna propuesta, pero a cambio nos deja una profunda inquietud: ¿hasta qué punto el dinero entontece?...
Rodolfo Terragno, el “cenador” (?), intenta gracioso una especie de humorada que no hace reír porque no se entiende, pero que en nada eclipsa su protagonismo indeleble en la catastrófica Alianza del bobo salvaje de Fernando de la Rua.
La troup  de los Unen con su circo ambulante, y sus peleas de Sprinfield, Lilita que le grita a Pino, Pino que le grita a Lilia, y Gil (Lavedra) que llora entre los dos como Milkhouse… es imposible no imaginarlos después de cada función, ya todos juntos a solas, matándose de risa de sus propias bromas, la gran burla que son para el que piensa… ¡Todo es fantástico, todo es maravilloso! ¡Aguante la ficción!...
En un panegírico de pesadilla, vimos sin conseguir entender a Alfredo de Angelis soltando un Sapucai, al colorado Macalister haciendo un asado, y hasta la desaparición sistemática de unos chorizos sobre una parrilla… humor, grotesco, terror…
Candidatos sin gestión para ostentar ni trayectoria que recordar, o ya incinerados por sus propios archivos; promesas que no llegan a ser propuestas, o propuestas herméticas cuyos mecanismos de resolución nadie conoce, ni siquiera el que las propone. Allí se lleva una estatuilla, cómo no, Diego Santilli, candidato a senador por el Pro, advirtiendo que “propuestas hay, pero todavía no es el momento de darlas a conocer”. Si eso no es el vacío, el vacío dónde está…
En la humilde opinión de este blog, nunca tanta nada produjo tanto algo. Y lo saludamos. Directores, creativos, técnicos, proveedores, catering, cadetes, administrativos, actores y maquilladores, la industria del cine también es la industria de la publicidad, y muchas veces rascadas como estas para clientes como estos –que no se fijan en gastos porque total la guita no es de ellos-, sirven para sustentar otras películas que sí valen la pena.
En cuanto a la realidad… no creemos, humildemente también, que ninguno de estos “candidatos” –la sola palabra nos causa risa- tenga verdaderas intenciones de actuar en política. Con actuar les basta, y con lo que tienen -sus spots, sus bolos en TN, etc-, ya está bien. Quizá alguno de ellos, cómo no, sueñe o se ilusione con ser un día presidente. Sueñe, o se ilusione. En cuanto a la realidad… se verá el domingo cuando cada argentino con su voto nos dirá de verdad cuál es el peso específico –sin lastres de contenido- de la espuma de la publicidad.
Así también nos abstenemos de comentar los spots del oficialismo, por no parecer más oficialistas de lo que somos, pero el del niño coya que recita junto a Cristina, no conmueve, únicamente, a los corazones que ya no laten…
Por lo demás, este blog, que nunca presumió objetividad porque se jacta de su honestidad, ha revisado con esa misma honestidad la trayectoria y las propuestas de los candidatos de Clarín –basta de eufemismos-, y no halló, sin embargo –o por lo tanto-, más que eso: la espuma de la publicidad… o el vacío de lo inconfesable
No por nada este año la entrega de los premios Martin Fierro quebró su propia larga tradición y pasó de mayo para agosto. Así el Grupo Clarín clausuró oficialmente la campaña de sus candidatos: en el Colón de Macri, a toda farándula, con claqué propia, y un Lanata tan exultante, que hasta le agradeció el premio al vicepresidente Boudou, como el ahorcado feliz que nunca olvida su soga.
¡Aguante la ficción!... para realidad está el domingo. 

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martes, 9 de julio de 2013

RECORDATORIO: 9 DE JULIO: TODAVÍA NO SOMOS LIBRES...

9 de julio de 2013

En un nuevo  aniversario de la declaración de la independencia nacional en el Congreso de Tucumán de 1816, El Martiyo prefiere recordarnos que todavía no somos libres, que aún se pelea por recuperar la entrega de los 90, que las corporaciones apátridas han penetrado hasta la justicia y deciden nuestras políticas, que las Malvinas todavía están ocupadas, que la lucha continúa... 
Pero celebra, sí, que continúe.

¡Viva la Patria!


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domingo, 7 de julio de 2013

sábado, 6 de julio de 2013

CFK: LA PEOR DE TODOS...


 Ni Néstor Kirchner ni Jorge Rafael Videla inspiraron tantos enconos como Cristina Fernández de Kirchner. 
¿Por qué?
Aquí El Martiyo ensaya una respuesta, plantea otras preguntas, revisa ciertos hechos, considera algunas razones, pero no descarta ninguna pasión.


LA PEOR DE TODOS


Cristina Fernández de Kirchner



Las corporaciones económicas, los grandes medios y buena parte de la sociedad argentina supieron defender cuando no justificar o estimular a cada uno de los sucesivos dictadores de la dictadura genocida inaugurada en 1976. Raúl Alfonsín, que como buen radical no completó su mandato -dejándonos en pleno caos y en manos de Menem-, hoy para muchos de esos sectores es poco menos que un prócer. Carlos Menem, que remató el país, olvidó a su gente y completó la destrucción de la industria nacional, no tuvo menos adeptos, por el contrario. Incluso Néstor Kirchner, que coleccionaba enemigos en esos mismos sectores, supo tener espacios de sosiego. Cristina, en cambio, consiguió unificar el odio de todos ellos como nunca nadie en la historia de la Argentina, a excepción, acaso, del mismísimo Perón.
Y decimos odio porque lo hemos palpado, lo palpamos a diario: no es oposición, no es vulgar rechazo y nada más, es odio. 
Cómo entonces no preguntarse por qué. 
Si bien el odio es una pasión y buscarle razones a una pasión es casi siempre una aventura infausta; El Martiyo, de guapo, se le atreve.
Porque sabe oculto en ese odio una cuestión moral, apenas ideológica, más cultural que política, más endémica que visceral, pero más visceral que inteligente, (de allí los resultados que obtiene).
Disparan contra Cristina, pero el blanco vivo detrás de su imagen no es ella, ni siquiera sus funcionarios, o en síntesis El Gobierno. No. El objetivo de todos los ataques es la gente que lo vota, y el mecanismo que lo permite. De lo contrario todos ellos dormirían confiados en su consecuente derrota electoral… ¿o alguien durante el catastrófico gobierno de la Alianza temió siquiera por un segundo que Fernando de la Rua pudiera eternizarse en el poder?...
“Estos vienen por todo”, nos dijo un día un contra, a la sazón colega. Le recordamos que Clarín también, y que a cambio a Magnetto no lo había votado nadie. El diálogo se truncó ahí, pero no pudimos no preguntarnos: al fin y al cabo ¿quiénes son “Estos”, los que “vienen por todo”?... ¿Cristina?, ¿Boudou?, ¿De Vido?, ¿Moreno?, ¿este gobierno, bah?... ¿Pero este gobierno no fue elegido democráticamente, y encima por amplia mayoría?... ¿Y entonces quiénes son “estos”? ¿El pueblo soberano? ¿“Nosotros”, o sea?... Porque de ser así, más bien que venimos por todo, lógico. Y con absolutamente más derechos que Magnetto y su banda, qué te parece…
¿Pero entonces vos te comprás el relato?, nos increpó, suficiente, otro contra, creyente de Clarín, claro. Le preguntamos ahí nomás a qué “relato” se refería, porque el problema no está en el relato que se compre, sino en el relator que te lo venda. 
Hasta hace poco, por ejemplo, esas mismas voces habían aprendido a decir “en la Argentina ya no queda clase media”. Era una verdad establecida por todos los medios del Grupo, y desde allí descendía sacra, indiscutible. Cualquier argumento en contrario, era un invento de Moreno que uno se compraba infelizmente.
Hasta que un día hace poco el Banco Mundial –más riguroso que Marcelo Bonelli-, le anunciaba al mundo que en la última década la Argentina había duplicado su clase media, superando así en el ítem a toda la región… Por eso decimos, el relator que se escoja es el problema. No siempre lo más a mano es la verdad.
Los mismos contras hasta no hace mucho explicaban la incapacidad de la justicia para probar la corrupción oficial, porque todos los jueces eran manejados por el gobierno. La batalla por fin desatada por la propia presidenta para democratizar el poder judicial, barrió con su sólo inicio cien millones de mentiras.
Sin embargo el odio no cesa, y sus repetidores tampoco.
Entonces vale preguntarse: ¿qué es lo que temen?... Si como dicen “estos vienen por todo”, pero resulta que “estos” somos “nosotros”, ¿cuál es problema?... Porque si “estos” dejaran de ser “nosotros”, sencillamente en la siguiente elección “nosotros” no lo votaríamos más, y “estos” dejarán de ser “estos”… ¿y entonces?...
¿O en el fondo la idea iluminada es que somos todos idiotas que no sabemos votar y por eso mejor sería un golpe?... O mejor todavía: una democracia teledirigida por una corporación mediática a imagen y semejanza de aquella que nos arrojó al abismo del 2001 con sus 39 muertos?...
Por muchas vueltas que le demos, habrá que admitir que la sustancia del odio es esa: este pueblo de negros no sabe votar, y nos echa en manos de una banda de zurditos nazis, fascistas y montoneros. Así de absurdo, de retrasado, y de espeluznante. Como es el odio.
Desprecio por el otro, complejo de superioridad, futilidad, indiferencia social, y la soberbia intelectual propia del ignorante profundo. No hay más que eso.
Cualquier intento por darle un contenido racional a ese amasijo de miserias, acabará sin solución en otro de esos galimatías que hoy con tanta solicitud prodigan en TN Beatríz Sarlo, Marcos Aguinis, Martín Caparrós, o María Laura Santillán; y que al cabo no trascienden las fronteras del propio club del odio  donde se fraguan.
A todos ellos les decimos: es infantil atacar a Cristina, porque ella nada más hace lo que decidimos "nosotros"
Y si usted, estimado lector, cree que de verdad este gobierno es tan terrible como le dice Magnetto, no tiene nada que temer, porque el mismo pueblo que lo eligió, sabrá castigarlo con su voto soberano.
Ahora bien... si usted, como Magnetto, a lo que de verdad le teme es al pueblo soberano, es porque usted, como Magnetto, está más sucio que una papa. Estimado lector. 


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viernes, 5 de julio de 2013

Los chistes de Borges... o un texto sobre textos...

Los chistes de Borges


Cuando le preguntan a María Kodama qué es lo que más extraña de Borges, ella no duda en responder: “su sentido del humor”. Uno de los hombres más divertidos de la historia del hombre, sin embargo, decidió pasearse por su siglo disfrazado de viejo aburrido, sin romances rimbombantes ni escándalos de vodeville, con su traje siempre gris, su bastón y su ceguera, su hablar lerdo y trabado, y su genio camuflado de sabio que no sabe. No es arbitrario pensar que esa sola caracterización, única y total, fuera su más secreta y grande broma.




Con gigante generosidad, no se guardaba los trucos y compuso un día un texto sobre Cómo nace un texto –tal el título-, y ya de arranque se despachaba con humor:
“Empieza por una suerte de revelación. Pero uso esa palabra de un modo modesto, no ambicioso. Es decir, de pronto sé que va a ocurrir algo y eso que va a ocurrir puede ser, en el caso de un cuento, el principio y el fin. En el caso de un poema, no: es una idea más general, y a veces ha sido la primera línea. Es decir, algo me es dado, y luego ya intervengo yo, y quizá se echa todo a perder”.

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jueves, 4 de julio de 2013

LA VIEJA EUROPA, o el nuevo patio trasero de los EE.UU...


En un episodio por demás didáctico, sin perder su sabia sonrisa aborigen, Evo Morales ilustró al mundo sobre la actual relación de fuerzas internacionales que lo tensa; y hasta qué punto ahora el patio trasero de los Estados Unidos ya no es la emergente América Latina, sino la vieja Europa de la Nueva Unión terminal.


VEJÁMENES DE LA CONQUISTA





“En 1517 el P. Bartolomé de las Casas tuvo mucha lástima de los indios 
que se extenuaban en los laboriosos infiernos de las minas de oro antillanas, 
y propuso al emperador Carlo V la importación de negros, que se extenuaran en los laboriosos infiernos de las minas de oro antillanas”.
Jorge Luis Borges, (El atroz redentor Lazarus Morell).


"El colonizador europeo, ahora se ha convertido en colonizado".
Evo Morales



Cuando allá por el 2008 Barak Obama ganaba sus presidenciales, y por todo el mundo todo tipo de personas se alegraba por el cambio que suponía; El Martiyo prefirió subrayar el retorcido racismo que animaba tales festejos, reducidos en lo sustancial a que el nuevo presidente era negro. Como si alguna raza fuera mejor, o superior, que las otras. “Un presidente de los Estados Unidos –decíamos allí- será siempre un presidente de los Estados Unidos”. El tiempo apagó aquellos festejos, y nos dio la razón. Que no es para festejar.
Muy por el contrario, la invasión a Pakistán en mayo de 2011 para la ejecución sumaria de un ciudadano saudí (Osama Bin Laden); y ahora, el atentado físico, moral y jurídico a un jefe de estado extranjero (Evo Morales); nos dejan toda la razón del mundo: no hay nada que festejar...
A no ser el contraste que nos permite confirmar que el yugo que antes cargaba América Latina, ahora lo lleva la Unión Europea, cuya sumisión a los amos de Washington, ayer quedó mundialmente expuesta. ¿pero es para celebrar la vergüenza ajena?... 
En la Casa Blanca tampoco hubo alegría. Cambiaron un jardín infinito, por un castillo en ruinas. Europa es tierra yerma, unión de estados en estado terminal desde siempre en conflicto. Razas bravas de saqueadores, sus broncas étnicas llevan siglos sin resolverse ni a tiros, mientras sus países son dibujos en los mapas que desdibujan con frecuencia entre imperios que se deshacen, y por lo tanto desesperan. No, Europa no es Latinoamérica, pero responde mejor.
Con subordinación y sin ningún valor, España, Portugal, Italia y Francia no precisaron siquiera un mail de la Casa Blanca para violar en su nombre todos los tratados y las leyes y los protocolos internacionales, reteniendo, o sea: deteniendo; o sea secuestrando, a un jefe de estado extranjero, con el correspondiente riesgo para su seguridad y la de su comitiva. Todo en nombre del amo.
El hecho alcanza su significado más desgraciado cuando se recuerda el sólo móvil de tantas vejaciones: apenas la escuálida posibilidad -el rumor, la ilusión, la fantasía o/y el pánico-, de que a bordo del avión presidencial boliviano se escapara el espía norteamericano Edward Snowden, el hombre que acaba de avisarle, a toda Europa, que los Estados Unidos también los espía a ellos, les chupa los teléfonos, y les revisa el correo. A todos, y a cualquiera. Y sin embargo…
En nuestra sección Europa en Guerra, venimos anunciando el trágico desenlace bélico que acecha una vez más –y van- al viejo continente, (como se ve, ya demasiado viejo).  
La soberanía económica resignada ante los gerentes de la "troika"; la soberanía política de todos los miembros de la zona del euro a los humores de Alemania; la recurrencia demente en plena crisis a las recetas del FMI, que en las últimas décadas del siglo XX gangrenaron a Latinoamérica; la carísima protección militar que le pagan desde hace más de medio siglo al Pentágono; no son síntomas sino causas de un presente que no ofrece -como Winston Churchill hace setenta años-, más que sangre, sudor y lágrimas. Y sin embargo…
Ajustes y más ajustes, desocupación y más desocupación, recesión y más recesión, decepción, resentimiento, mucho resentimiento, y un gran desconcierto entre sus pueblos, que sin entender y hartos, ahora se preguntan por qué se la agarran con Evo, si el que los espía es Obama.
Pero sus líderes no responden, evaden o se esconden, ensayan explicaciones aerotécnicas, y disculpas que dan vergüenza...
En contraste, ante los hechos, América Latina reacciona como una sola gran nación de estados de verdad soberanos. Hoy ya se reúne de urgencia la Unasur, y ayer todos los presidentes todos manifestaron sin eufemismos su rechazo al imperialismo norteamericano y sus colonias europeas.
Tal vez hay algo para celebrar, sí, pero es sólo eso: un contraste, un juego de luces y sombras entre lo que es y debe ser, y lo que ya fue, y así terminaEntre una América Latina que emerge soberana, y esa Europa colonial, que por algo se deshace.
Como síntesis estética del nuevo mundo que nos toca; rescatamos de este episodio tan ilustrativo, la inmensa figura sencilla de Evo Morales cruzando los cielos de la Tierra sin encontrar por dónde, y sin perder la sonrisa, mientras nos explica, sin palabras casi, pero con ancestral contundencia, qué poco han progresado los genocidas de la Conquista.

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lunes, 1 de julio de 2013

ESCRITOR X ESCRITOR: - HOY: Roberto Arlt x Juan Carlos Onetti

ESCRITOR POR ESCRITOR


Aunque más no fuera por alentar o sostener o cuando menos celebrar esa magnífica fraternidad fuera del tiempo y del espacio que suscita la escritura entre escritores, aquí El Martiyo presenta esta sección que fija, recorta y comparte, en fragmentos preciosos, pedacitos de ese platónico amor de verdad desinteresado, de verdad espiritual, de verdad eterno… de verdad amor.
Escritor x escritor, como Destellos Ajenos, es un espacio inmejorablemente escrito, porque lo escriben los mejores de la especie, sólo que aquí los unos elevan a los otros elevándose así en prueba de una generosidad como la que soñaba don Antonio Machado, cuando “la monedita del alma, se pierde si no se da”.



ESCRITOR x ESCRITOR




Roberto Arlt x Juan Carlos Onetti:

Roberto Arlt


"Todo Buenos Aires, por lo menos, leyó este libro. Los intelectuales interrumpieron los dry martinis para encoger los hombros y rezongar piadosamente que ArIt no sabía escribir. No sabía, es cierto, y desdeñaba el idioma de los mandarines: pero sí dominaba la lengua y los problemas de millones de argentinos, incapaces de comentarlo en artículos literarios, pero capaces de comprenderlo y sentirlo como amigo que acude —hosco, silencioso o cínico— en la hora de la angustia".


(Prólogo a "El Juguete rabioso", fragmento)


Juan Carlos Onetti

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sábado, 29 de junio de 2013

ÁNGELES RAWSON Y LOS COMEMIERDA



Ya el último 18, a poco de estallar el caso Ángeles Rawson, advertimos en nuestro post El crimen paga sobre la velocidad de la locura de los medios más importantes de nuestra industria periodística. 
Enceguecidos por la supervivencia –el rating, las ventas, el sustento-, dispuestos a todo, ya no les importaba nada. Con ese vértigo, era de prever, alguno iba a seguir de largo en alguna curva, hacia el abismo…  
Y fue -tenía que ser-, el diario Muy, otro producto del Grupo Clarín, con el cual aspiraban seducir al público que más desprecian.


LOS COMEMIERDA



"Venía rápido, muy rápido
y se le soltó un patín".
Etiqueta negra, (Los Redonditos de Ricota) 


Olvidada en la batalla la esencia del oficio; ya invulnerables a cualquier desmentida; feroces y voraces por las ventas, el rating, o lo que fuera su apetito; inmaculados por la gracia de la Opinión Pública que dicen representar, el caso Ángeles Rawson expuso una vez más la demencia de la industria mediática argentina, que en nombre de sagrados principios republicanos como la “libertad de expresión” y el “periodismo independiente”, no respetan ni a su propio público; y sin quererlo se inmolan... `
El diario Muy, en su edición de ayer, publica para espanto nacional fotos del cuerpo de Ángeles Rawson tal cual fue hallado en el Ceamse, marcando así, con innecesaria crudeza, el grado al que llegó dicha demencia industrial.  
Las fotos no tienen justificación periodística, informativa, nada. Apenas comercial.
El repudio en las redes sociales fue inmediato y absoluto. Por primera vez gente que siempre ataca al gobierno, atacaba de pronto un producto de Clarín y al propio Clarín. Por efecto simpatía, antes de 24 horas reaccionaban distintos organismos y representantes públicos, desde el Afsca, hasta el abogado Pablo Lanusse, representante del padre de la víctima.
El tiro por la culata alcanzó el corazón pétreo del Grupo, que algo tuvo que hacer, y entonces, fiel a un estilo, entregó un culpable: Horacio Convertini, editor general de Muy, quien inmediatamente ayer, bajo el esterilizado título “Polémica en las redes sociales por la tapa de Muy”, intentaba justificar lo injustificable mientras se ahorcaba con su propio razonamiento, explicando que la publicación de las fotos “estuvo precedida por un “intenso debate entre los editores”, en el que se discutieron tres puntos centrales: “1) Si las fotos aportaban algo. 2) Si había que publicar todo, parte o nada del material. 3) Cuál era la repercusión que podía llegar a tener la nota”.  
Pero resulta que, uno, no consigue explicar qué aportan las fotos; dos, qué importancia tienen las que no publicaron, si hablamos de las publicadas (¿o es que deberíamos agradecerles, todos, y en especial la familia?); y, tres, cuando dice “repercusión”, ¿a qué se refiere si no a las ventas, y por lo tanto, al lucro?... O sea: la codicia.
El diario Muy -otro producto del Grupo Clarín-, fue lanzado en abril de 2011 con todos los platillos y redoblantes de sus incontables medios. La intención lisa y llana era morderle el mercado a Crónica y Diario Popular. El objetivo, corto y crudo, era el lucro, más bien. Ningún otro. Ja.
Sin embargo, en aquél abril, desde las páginas del propio diario Clarín –claro-, Ricardo Roa -a la sazón periodista del mismo diario, pero entonces ascendido a director de Muy-, allí avistaba muy entusiasta su nuevo proyecto (suyo del Grupo, más bien), y decía:
“Hace años venimos estudiando la posibilidad de lanzar un diario popular. Aunque hay muchos diarios en Buenos Aires, creemos que existe un espacio para una propuesta innovadora. La nuestra tendrá una configuración que privilegia la espectacularidad informativa. Y una valoración periodística basada en lo interesante, lo útil y lo cercano. Es un diario emotivo, que transpira sensaciones”.
Como algo hay que decir -porque para eso le pagan-, y ya que nadie lo controla –evidentemente-, allí Roa, muy docto, se extendía ilustrando al vulgo sobre las características técnicas del estupendo diario inminente:
“El servicio al lector es uno de los ángulos principales. Y el lenguaje buscará la máxima comprensión: sencillo y sin complicaciones. Escribimos para la gente común sin caer en la chabacanería. Y sin pretender ser arrogantes ni intelectualizados”
Hoy, a sólo dos años de su lanzamiento, y muy lejos de los malolientes divagues de Roa, el diario Muy demostró que no traspira sensaciones sino más bien defeca sensacionalismo; que huir de la chabacanería no lo eximió del amarillismo más hediondo; y que no intelectualizar, se redujo simplemente a no pensar.
Y algo más.
La edición de ayer del diario Muy tradujo a un lenguaje “sencillo, sin complicaciones” -como quería su director-, lo que piensa y siente el Grupo Clarín por esos sectores sociales a los que Roa llama “la gente común”, en un intento de eufemismo por “esos negros de mierda que la votan”.
No quieren a esa gente, la desprecian, y por lo tanto, no la entiende, pero como la precisan, van a por ella, intentan “captarla”, y le ofrecen un plato de mierda, porque están convencidos de que esa gente come mierda, y que le gusta. Y entonces ocurre lo que ocurre: la gente les tira el plato de mierda en la cara, la mierda se la terminan comiendo ellos, y todo acaba como se ve: ellos lejos de la gente, y la gente cada vez más lejos de ellos.
Alguien nos dirá: a la velocidad que venían, lo mismo le pudo pasar a cualquier otro medio
Tal vez. 
Pero le pasó a un medio del Grupo Clarín, y no es, no fue –su propio director lo admite- una casualidad. Las fotos no aparecieron allí sin que nadie hiciera nada.    Las marcas son abstractos, los abstractos no editan fotos, no deciden tapas. Hay hombres, nombres, en esa tarea, y es bueno que de una vez por todas el  público los identifique y los recuerde. Porque ellos son los responsables.
Ese soviet que siempre fue Clarín, en un vano intento por limpiarse, ya entregó al editor general de Muy, Horacio Convertini. Grabe ese nombre. Que no haya olvido.
Aquí El Martiyo, por su parte, gustó recordar a su entusiasta director, Ricardo Roa, tres letras fáciles de memorizar: Roa.
Pero no debemos olvidar jamás a quienes alientan y financian todo el horror: Héctor Magnetto, Ernestina Herrera de Noble, Lucio Pagliaro, José Antonio Aranda, Jorge Rendo… los verdaderos comemierda.  

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martes, 25 de junio de 2013

martes, 18 de junio de 2013

ÁNGELES RAWSON: CUANDO EL CRIMEN PAGA...

El caso del asesinato de Angeles Rawson, expone una vez más la capacidad de improvisación y negligencia de los grandes medios, que en su apuro industrial por llenar espacio y ganar en ventas, se embisten y destruyen entre primicias falsas, hipótesis atadas con alambre, teorías en constante mutación, y sospechosos rápidos que sin ninguna precaución arrojan a la hoguera popular.


EL CRIMEN PAGA




Embarrados por la taimada lucha política en la que se enterraron durante los últimos años, los grandes medios, con Clarín a la vanguardia, abjuraron de la veracidad abiertamente, y así rifaron buena parte de su otrora aceptada aunque relativa credibilidad. Por contagio del mercado -con puntuales excepciones que no hacen la regla-, el periodismo en general sufrió el mismo abaratamiento, el oficio perdió rigor, la recolección de chimentos reemplazó la investigación, y la sana competencia por la primicia y/o la exclusiva, derivó en la barbarie descarada de la fabricación de escándalos artificiales. La buena noticia, para los vagos del gremio, es que ya no hace falta chequear ninguna información. Hoy puede decirse cualquier cosa. Hoy una mentira más, es apenas otra mancha en el tigre de los días. 
La falsedad, el invento, la tergiversación, todo eso que en la sección política resulta propio del juego, en espectáculos intrascendente, y en deportes imperceptible; en policiales repugna, asquea, y lo que es peor: amenaza.
Apenas apareció el cuerpo sin vida de Ángeles Rawson, ya ninguno de los encumbrados habladores de turno se bajaba de “la violación seguida de homicidio”. Cuando pocas horas después la violación fue descartada por los peritos, ninguno de esos habladores, sin embargo, renunció a su puesto. Qué va. El show recién comenzaba. 
Durante horas y días una tanza de pesca había sido el arma homicida, y entonces el padrastro, pescador profesional, encajó en el nuevo guión mejor que Anthony Hopkins en El silencio de los inocentes. Una mirada, un mínimo gesto suyo, una imperceptible inflexión de la voz, se llenaron de golpe de sospechas horrendas. Cuando la tanza resultó ser un hilo sisal, ya era tarde, el padrastro ardía entre las llamas, y los habladores, lejos de echar agua, echaron más leña.
Con el orgullo de los necios, el inmediato allanamiento al domicilio de la víctima –a todas luces lógico, previsible en la secuencia de la investigación-, les dio toda la razón y bañó enseguida en sangre a la familia entera. Su dolor ya no importaba más. Un árbol genealógico de los Rawson floreció en todos los noticieros, y a cada nombre, y su fotito, le correspondían ahora mil dudas como sospechas.
Sin mucho vocabulario, pero plenos en bríos, los teledectives de cada canal, minuto a minuto, levantaban nuevas teorías con los escombros aplastados de la anterior. Todo les cerraba todo el tiempo, y desde luego, siempre estaban un paso más adelante que el fiscal y la policía.
Botón de la muestra, el miércoles por América Facundo Pastor, puesto a biógrafo de los Rawson, informaba que uno de los hermanos de la víctima -Axel-, no vivía con la familia porque estaba internado en una clínica con problemas psiquiátricos.
Apenas el jueves, al día siguiente, en el mismo noticiero, el mismo Facundo Pastor –o uno idéntico a él- se preguntaba intrigante por qué todavía no le habían tomado declaración a “su hermano Axel”. Todo era posible. Pastor también
A salvo de cualquier intento de zapping, los mismos clisés, las mismos lugares comunes sonaban en todos los canales. Los supuestos y las sospechas, pegoteados con todos los potenciales y condicionales de la lengua, sus dirían, sus habrían dicho, sus parecerían y sus podrían, más el misterio metafísico que es propio de los impersonales tipo se dice, se cree, se sospecha; reemplazaban en su amasijo cualquier forma de verdad. Era el jubileo de la fantasía.
El viernes por la noche la presidenta de AVIVI (Ayuda a víctimas de violación) –una mujer llena de buenas intenciones, pero sin mucha conciencia del lugar donde decía lo que decía- decía en el noticiero de América TV, para todo el país, que el padrastro parecía “muy nervioso”, y que “no estaba quebrado, al contrario, miraba para todos lados, como alerta”… Guillermo Andino se apuró a exprimir esas pocas palabras con desesperación de náufrago. Mónica Gutiérrez intentó contenerlo; pero ya era tarde. Las declaraciones de esta buena señora sirvieron a la ficción de todos los noticieros, y antes de la noche del viernes la hoguera alcanzaba su esplendor. El padrastro ya parecía carbonizado.
Y el sábado bien temprano detenían al portero del edificio, mientras en simultáneo, ¡la misma mañana!, con la certeza que lo caracteriza, Clarín distribuía su edición con un título catástrofe: "Acusan del crimen al padrastro y a un medio hermano". El peso tremendo de la palabra escrita para siempre.
Sin embargo el domingo el plantel de Clarín se mantenía intacto. Nadie había renunciado.  
En la garúa noticiosa del fin de semana, el hit de los zócalos fue, cómo no, “sorpresiva detención del portero”; y así en pocas palabras, borraban todas las otras. Y una y otra vez las imágenes repetidas del hombre con la cabeza baja, y la policía que se lo lleva. El padrastro ya era ceniza del olvido. Pero nadie en ningún medio renunció tampoco.
La muerte no es la única certeza que nos da la existencia. La otra es que todo se paga en esta vida.
La lucha política soterrada, travestida de "periodismo independiente", los alejó del oficio hace años, y aquí están los resultados. Un periodismo que miente, porque total no importa. La credibilidad ya no hace falta, el juego quedó por fin del todo claro: el público paga por escuchar la canción que más le gusta, y los medios, que siempre vivieron de eso, ya no precisan disimular objetividad, ni ostentar más veracidad. Es sólo un show ¿No lo sabían? La sangre no es jugo de tomate, los muertos son de verdad, pero el resto es una puesta en escena, una música acorde, y un showman histriónico. Es el nuevo periodismo, su evangelio es Clarín, Lanata el mesías.
Ya son varias sus mentiras descubiertas, pero apenas aquella acusando a un vicepresidente de la nación de sacar dinero sucio del país, le hubiese costado, a cualquier periodista, en cualquier medio serio del mundo, algo más que su nombre y su programa. Lanata, para el Grupo, no es más que otro gargajo en ese océano que son.
Sin embargo hay que decirlo: su público tampoco lo condena. Por el contrario, lo aplaude y lo sigue. No le importa que mienta. Le da lo mismo la verdad o cualquier cosa. El periodismo, ese oficio, ya no hace falta. El show importa.
Angeles Rawson tampoco importa. Es más arcilla de ese artesano impío. El caso vende, y allí vamos todos, los diarios y las radios, los noticieros, pero también los programas de chimentos, donde hasta el más fútil de los panelistas tiene una sospecha nueva, una intriga mejor, otro chisme a falta de más información. Todo vale. Mentir, inventar, retorcer, el hoy se lo lleva el viento, y mañana es otro día y todo vale de vuelta: mentir, inventar, retorcer… Angeles Rawson no importa nada.
Como un coro de sordos improvisan al aire un guión amorfo y maleable pero con el ceño fruncido y el tono severo del que investiga y sabe. Con eso basta. Las cejas en V, y la voz urgente, como apremiada por la primicia. Pero la primicia, como no es una primicia, tampoco importa. Nada importa ya. Sólo vender, y el crimen paga.
Acaso por fin algún día esta investigación concluya, y quizás, tal vez, sepamos toda o casi toda la verdad. Aunque acaso ese día ya no importe demasiado. Acaso entonces otro caso esté en su esplendor, y de nuevo el horror brillará en todo su espanto. El show debe seguir.
De periodismo ni hablar.

15-6: La verdad no importa nada.

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