////// Año XVIº /// Editor Anónimo: Daniel Ares /// "Prefiero ser martillo que yunque", Julio Popper ///

lunes, 9 de mayo de 2016

CORRUPCIÓN: A VOS TAMPOCO TE IMPORTA



Jamás se habló tanto de corrupción pero los mismos que se indignan con la ruta nunca probada del dinero k, desestiman las incontestables filtraciones de Panamá y la lista de enriquecidos por la compra de dólar futuro o los muertos de Costa Salguero. Todo se reducía -ya no- a Lázaro Báez. 
La corrupción no importa, importa el corrupto.


MENTIRA ESE LAMENTO






“Pedían justicia pero querían venganza. El pueblo es así: pudoroso”.
Daniel Ares, El asesino entre el centeno.



En pocas semanas Lázaro Báez alcanzó más repercusión en los medios que Susana Giménez a lo largo de toda su extensa y ya extenuante trayectoria.
Sin embargo, según todas las encuestas, la inflación y los despidos, la economía, siguen en la cima de las preocupaciones populares. Por mucho encomio que pongan el gobierno y sus medios infinitos, hay modas que no prenden en el gran público.  La corrupción, por ejemplo. Que a qué engañarse, no le importa a nadie.
Dicho así parece más una bravata de sobremesa que siquiera una afirmación temeraria. Pero se trata de una verdad simple.
Oímos y vemos a diario en los medios y en las calles, a nuestro paso, indignados ciudadanos que no trepidan en pedir el paredón para una larga lista de gente que a diario les proveen, solícitos, los grandes medios.
Sin embargo, a juzgar por las últimas elecciones, la mayoría de esos indignados ciudadanos votó a Mauricio Macri aún sabiéndolo procesado por escuchas ilegales y asociación ilícita; condenado alguna vez por contrabando agravado; heredero de una fortuna que nació con la estatización de la deuda de su padre en los días finales del dictador Reynaldo Bignone; incluso lo votaron en pleno escándalo por el affaire Fernando Niembro y el reparto de las “mal cargadas” pautas publicitarias, y, repetimos, aún procesado. Si la corrupción nos importara de verdad, Macri no sería presidente. Punto aparte.
Es tan poco lo que importa la corrupción, que ya casi ni los medios opositores que sobreviven hablan de las filtraciones de Panamá. Sólo el mundo habla de eso, nadie más.
Se marcha por los salarios, por los despidos, por la ilusión que despierta el regreso de Cristina, por los 40 años del golpe militar; pero descubrir de manera inobjetable que el presidente de la Nación es parte y proa de un pool de empresas off-shores allá donde saben esconderse las fortunas más sucias y los mayores delincuentes del planeta… confirmar, no por investigaciones periodísticas, sino por la filtración de documentos incontestables que la familia presidencial encabeza una organización paralela dedicada, en el mejor de los casos, a evadir impuestos y lavar activos… despertar cada mañana con un nuevo integrante del gobierno involucrado en dicha organización… son cosas que no movilizan porque no importan, así como no importa la corrupción que todas esas cosas confirman.
Que siete de ocho licitaciones para la importación de gas las haya ganado la misma compañía de la cual es accionista el ministro de Energía, quizá no sea corrupción, pero por las dudas tampoco importa.
Ni hablar entonces de los muertos de Costa Salguero, o de ese tiro por la culata que resultó la causa por dólar futuro, maniobra a través de la cual se enriqueció buena parte de los responsables del mismo gobierno que a partir de una devaluación ejecutó dicho negociado… ahí tampoco importa la corrupción.
Y tal vez no importe porque es una condición humana, porque naturalmente todos, en algún momento, en algún plano, de alguna forma, nos corrompemos. Evadimos un impuesto, coimeamos un policía, un profesor, un jefe, un acomodador, un patovica, o pagamos un retorno o estacionamos donde está prohibido, o sacamos la basura a cualquier hora -y por las dudas se la dejamos al vecino-, o nos colamos donde podemos, o cualquier otra cosa que sabemos que no se hace, pero la hacemos igual.
Corromperse es propio del ser humano, lo lleva en su alma, nos lo recuerda la carne.
Los gobiernos, los estados, nunca se corrompen. Son sus hombres, sus mujeres. Nosotros. Lo que hace falta es una oportunidad. Y aquél que esté libre de pecados… 
Como el ladrón que huye al grito de “agarrenló, agarrenló”, los mismos medios que denuncian la corrupción están más sucios que el Riachuelo. Los dueños de esos medios, en procura exclusivamente de más y mejores negocios, se escudan desde siempre en la libertad de prensa para incidir en las decisiones oficiales. Eso es mucha corrupción pero nunca importó. Los empleados de esos medios quizá no se corrompen cuando obedecen órdenes de mentir u ocultar alguna información, como demostraron -y aún no terminaron de demostrar- los papeles de Panamá, cuyas revelaciones escatiman en provecho de sólo ellos saben quiénes (hasta hoy). Quizá eso no sea corrupción, tal vez, pero al hacerlo dejan claro junto a sus patrones, que la corrupción no les importa nada. Y sin embargo son ellos quienes arrojan la primera piedra animando a su público.
Si de verdad nos importara la corrupción, no nos preocuparíamos tanto por la corrupción como por su impunidad. La corrupción es propia del individuo, la impunidad, en cambio, nos revela una degeneración social, un déficit institucional, una complicidad sistemática.
Si de verdad nos importara la corrupción, no confundiríamos desde hace tanto la ventanilla del reclamo. La responsabilidad por la corrupción, o su impunidad, no es asunto del Poder Ejecutivo, sino, y siempre, del Poder Judicial. Es tan luego la Justicia quien está ahí para fiscalizar, controlar, investigar e intervenir. De eso trata también la independencia de poderes.
Pero ya no creemos en nosotros. La Justicia, el Parlamento, los ministerios, están llenos de humanos, y como tales, como nosotros, también se corrompen. Y algo más y peor: la gente –agitada o no por los medios-, pide justicia, sí, pero quiere venganza.
Si mañana el juez Casanello tuviera que absolver o cuando menos liberar –por razones estrictamente jurídicas- a Lázaro Báez, la prensa grande, su ejército de habladores, y su público voraz, lo descuartizarían en una plaza de barrio. Y el juez lo sabe.
Si mañana el hoy heroico fiscal Marijuán decidiera con el mismo ahínco con que perfora la Patagonia activar la causa Papel prensa y pedir por fin la indagatoria de Héctor Magnetto, Ernestina Herrera de Noble y Bartolomé Mitre, imputados por crímenes de lesa humanidad… bueno, bueno… el popular Marijuán sería enterrado en uno de esos pozos que dejó por todo el sur.  
O quizá no.
O quizá Marijuán no excave más nada y el juez Casanello libere a Lázaro Báez en estos días, y los grandes medios, sin embargo, no digan nada. Ni mu.  
El jueves el famoso empresario presentó un escrito ante el juez mencionando a su mayor socio, casi un patrón: el ya no menos famoso Ángelo Calcaterra, hijo de María Pía Macri, hermana de Tonino y Franco, y por lo tanto, primo de Mauricio. ¿Otro tiro por la culata?...
Lo cierto, lo evidente, es que el caso Lázaro Báez comenzó así su agonía, hoy ya no está en las tapas de los grandes diarios, pierde espacio en las radios y los canales y los portales oficialistas... ¿Llegó el cuarto de hora de Julio De Vido y/o la causa Hotesur?... Probarán suerte, total: la corrupción no importa, importa el corrupto.
Y eso también es corrupción y tampoco importa.



* * *

lunes, 18 de abril de 2016

COSTA SALGUERO: LA DROGA NO ES LO QUE MATA



Derribar aviones o reventar villas no evitó cinco muertes por droga en una fiesta electrónica en un bunker del Pro.
Al igual que la pobreza cero y la revolución de la alegría, el vociferado combate contra el narcotráfico es otra mentira como los disfraces de Patricia Bullrich.
Pero los muertos son de verdad.


MENTIRAS QUE MATAN


Patricia Bullrich y el carnaval de la muerte.


Por mucho que Patricia Bullrich se disfrace de Rambo o de arbusto, los papelones se suceden, y ya comenzaron las tragedias.
Las cinco muertes de Costa Salguero no son una fatalidad. Son parte de ese fracaso que supimos anunciar el 15 de octubre del año pasado en nuestro post Tres tristes tigres.
El gobierno nacional no tiene ninguna intención de luchar contra el narcotráfico. El “problema de las drogas”, como le llaman con notable displicencia, no les parece grave. De hecho no pesa en las encuestas. No importa. Se trata de un “flagelo mundial”, y como tal está lleno de excusas que hace mucho se dicen por la tele. Basta con repetirlas.  
Al igual que la mentada revolución de la alegría o la pobreza cero, el vociferado combate contra el narcotráfico, también era mentira. Una fachada pomposa, como los disfraces de la ministra.
Camuflada en la épica de una guerra contra los carteles de Sinaloa, la policía volvió a pedirle documentos a la gente como en los días de hierro de Videla & Co.
La temeraria ley de derribo de aviones sólo sirvió, a la luz de los hechos, para rehabilitar la ingerencia de las fuerzas armadas en la seguridad interna, como en los días de hierro de… Y las cinematográficas y violentas incursiones en los barrios más pobres detrás de los grandes capos narcos, acabó con cinco muertos en una fiesta electrónica autorizada por el gobierno de la ciudad y organizada por socios del gobierno de la ciudad. Ningún avión, ninguna villa.
Igual que en Cromañón, una vez más basta escarbar apenas para encontrar enseguida el tejido subcutáneo de la corrupción oficial. Costa Salguero, bunker del Pro durante su campaña, salón de fiestas del casamiento de Macri, el gobierno de la ciudad le concedió su explotación al marido de Carmen Polledo, diputada Pro, y tan luego vicepresidenta de la Legislatura en la Ciudad de Buenos Aires. 
Sin embargo esta vez los grandes medios prefieren  culpar a “la droga” como a un ser viviente; preguntarse con remanida ingenuidad  “por qué se drogan los jóvenes”, y al cabo deshacerse en la melaza de lugares comunes tantas veces dichos, que ya ni siquiera precisan pensarlos para repetirlos. Y entre la ignorancia y la complicidad, el tema también se deshace.
Histriónica y desorientada, pero severa aunque incompetente, Patricia Bullrich se tomó el asunto como algo personal, y apenas asumió se jactó de entregarse a la DEA para que la agencia norteamericana le aportara toda la experiencia obtenida en sus ya más de cuatro décadas de evidente fracaso.
La poderosa agencia hoy cuenta con más de cinco mil agentes especiales y está presente en más de 60 países. Inaugurada como tal el 1º de julio de 1973, desde entonces, como es sabido, la producción, el tráfico y el consumo de estupefacientes se multiplicó en progresión geométrica, especialmente en todos esos países donde opera la DEA.
Pedirle a esta gente que te asesore en la lucha contra el narcotráfico, equivale a pedirle al Estado Islámico que te haga la seguridad de los estadios. Sin embargo, allí fueron Macri y su ministra a buen puerto por agua.
Una de tres: o no entienden nada, o no les importa nada, o son parte del negocio.
Demasiadas veces referimos en esta misma sección la plusvalía irremplazable que significa para el narcotráfico la prohibición de su mercadería. Una vez abolida la ley seca en los Estados Unidos, las mafias abandonaron el contrabando de alcohol. Y nació el narcotráfico.
Y muchas veces que nunca serán demasiadas advertimos también la esterilidad de la discusión sobre los daños que produce la droga –los riesgos para la salud, la dependencia orgánica, las consecuencias letales, y otras verdades inútiles-, cuando la cuestión urgente, desde hace rato, es decidir quién ha de controlar el segundo negocio más redituable del mundo: si el Estado organizado, o el crimen organizado.
Mientras el debate gire sin salida alrededor de los mismos clisés, las organizaciones dedicadas al narcotráfico aumentarán su lucro a diario, y por consiguiente expandirán a diario sus ramificaciones en el poder, y su poder.
Y mientras las autoridades insistan en reventar los barrios de los pobres, los chicos caerán como moscas en las fiestas de los ricos.

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sábado, 16 de abril de 2016

MACRI PRESIDENTE: LA DIMENSIÓN DESCONOCIDA…



La inflación y más aumentos, los tarifazos y los despidos, los papeles de Panamá y la pesadilla perfecta del regreso de Cristina. 
Y para colmo Clarín que se le pone nervioso. 
Después de las multitudes que desbordaron el barrio de Retiro el miércoles, hoy Macri llenó un centro de jubilados, y en pocas palabras, pero con gestos muy precisos, dijo varias verdades que no quiso contar.

Los sonidos del vacío

Foto: Rubén Digilio.



Semana trágica no sólo para Macri y su gobierno, sino también para el núcleo duro que lo sustenta: el Grupo Clarín-La Nazión, lo que es, supone y oculta; y ese pedazo del Poder Judicial que les pertenece. Días duros.
El escándalo por las filtraciones de Panamá se mantiene sin dar respiro en las tapas de todos los diarios del mundo y cada nuevo día se mastica otro mandatario, un ministro, un secretario de estado, mientras en la Argentina se multiplican los piratas del Caribe en las filas del gobierno, pero nadie renuncia, de eso no se habla, no pasa nada. Tanta es la nada, que el resto de los diarios del mundo empezaron a preguntarse a qué juegan los dos grandes diarios argentinos que ignoran semejante descubrimiento mundial hablando de Lázaro Baez, de un tal Fariña, y de cosas de las que sólo ellos hablan.
Alconada Mom –administrador público de las filtraciones de Panamá en representación del diario La Nazión (propietario junto a Canal 13 de esos derechos para la Argentina)-no para de explicar por qué le avisaron a Macri antes de publicar nada, por qué tardaron tanto en publicar que el dueño de La Nazión también tiene su off-shore como corresponde a un tipo fino, o por qué en realidad no son tan “suaves” con Macri como parece y dicen los demás diarios del mundo. En fin, Alconada Mom explica lleno de buenas intenciones. Pero el galimatías no es el género indicado para ninguna aclaración.
Mientras tanto el mal humor social crece al ritmo de la inflación que a su vez persigue a los aumentos que no paran, y entonces se suceden los despidos, de paso cañazo se reducen los remedios gratis para los jubilados, la moratoria previsional no existe más, el consumo cae, los comercios se vacían, se reducen o cierran, y más despidos, y más aumentos, peajes, prepagas, transportes y combustibles, y entonces más inflación que se viene (a no ser que nos salve una gran recesión), y la misma UCA que ayer invocaban como a la Santa Biblia hoy les dice que son ellos los que aumentaron la pobreza en un millón y medio de personas, y la propia vicepresidenta admite ante empresarios en Tucumán que habrá que esperar “tres, cuatro, o cinco años para salir adelante”, mientras las otras pocas voces oficiales que no consiguen esconderse de la prensa, repiten como en tiempos de la primera Alianza que estamos mal pero vamos bien.
Y encima Cristina que vuelve como una pesadilla perfecta soñada por el propio Macri, que a su vez apenas aparece en público y ya más custodiado que el propio Lázaro Báez. ¡Gracias, Bonadío!, gritan los kirchneristas ¿Esto es real? Días difíciles.
Como quien se revienta la cabeza contra la pared de la realidad, en el colmo de la impotencia y su desesperación, el jueves por la noche algunos operadores macristas –con el hijo de Mauro Viale a la cabeza (es lo que hay)-, salieron urgidos a ligar a Cristina Kirchner con los Panamá Papers a partir de rebuscadas asociaciones en las que ellos mismos terminaron por enredarse sin conseguir explicarlas, pero invocando para su protección al diario Le Monde Diplmatique, fuente inobjetable de todo lo dicho. Al día siguiente la noticia ocuparía las primeras planas de todos los diarios del mundo, auguraba experto el padre del citado operador.
Pero al día siguiente lo que sucedió fue que el propio Le Monde Diplomatique salió a negarlo todo mientras se preguntaban de paso, ellos también, por qué los diarios argentinos eran tan “suaves” con Macri y tan morosos con las informaciones. Lo cual disparó un nuevo trabalenguas del Alconoda Mom. En fin.
Sobre llovido las escupidas de Clarín, que de pronto se le pone nervioso. Primero la tapa anunciando el aumento de la pobreza, y desde entonces una sucesión de palizas a cargo de sus mejores muchachos, incluyendo un Bonelli por escrito, a salvo de cualquier confusión oral.
¿Pero cómo? ¿Clarín contra Macri?
Clarín no está ni estuvo jamás contra nadie, a no ser que se le ponga delante.
La llegada de la Turner no sólo amenaza el gran negocio de la televisión abierta, sino, peor, el inmenso negocio del fútbol argentino y su Selección, y, peor aún: el monopolio de la tevé por cable que hasta hoy detentan. Una cosa es aplastar con el pie a Crónica, Ámbito Financiero, etc., y otra bien más asustadora es enfrentarse a la 110 Aerotransportada de la Turner, la CNN, y su Hollywood invencible. Así que le marcaron la cancha.
Cual Gepetto con su Pincoho, viendo que de pronto su muñeco se moría, Durán Barba metió a Macri en un helicóptero –palabra que oye cada vez más seguido- y lo mandó a sobrevolar de urgencia las zonas inundadas del Litoral, al menos el tiempo necesario para un par de fotos. Pero el muñeco es de madera, y la madera es madera.
Después de ver a Cristina desbordar el barrio de Retiro convertida en cadena nacional sin ordenarlo, esta mañana algunos canales mostraron que Macri llenó casi por completo un centro de jubilados, acompañado por un par de sus ministros, y ante un grupo reducido pero entusiasta de pensionadas del lugar. Se esperaban grandes anuncios, pero todos estuvieron a tono con la modestia de la reunión. Breve y pobre, la ceremonia se agotó en sí misma, rápido, triste.
Sin embargo, no todo fue nada: habló Macri, y muchas verdades lo desbordaron.
Decir no dijo nada, desde luego, o más bien dijo lo de siempre, se quejó del pasado por la debacle de su presente y prometió un mañana mejor aunque sin fecha precisa.
Pero con Macri lo importante no es lo que dice, nunca. Hoy una vez más la verdad aparecía subtitulada en cada uno de sus gestos, en su postura, en sus movimientos, primero escondido detrás de Carolina Stanley, la mirada perdida cuando hablaban los otros, y todo el tiempo ansioso, inquieto, sin saber qué hacer con las manos; y después los gestos lerdos cuando por fin habló, el tono monocorde y la voz cansina como cansada de tanto repetir lo que no puede creer, y el artificio de un énfasis que no suena como tal, y el aire de la ausencia envolviendo toda su presencia, y el tremendo esfuerzo que parecía costarle cada abrazo, cada sonrisa, toda su actuación. La presión de saberse superado.
Porque sus gestos incómodos y sus palabras vacías, contaban justamente eso: la incomodidad del vacío. Todo él transmitía lo mismo: no hay plan económico, no hay nada, no hay rumbo ni soluciones. Hay una especie de improvisación, la obediencia debida a quienes me pusieron acá, y un gran desconcierto. Y la protección de los medios si no se raja, y la loca ilusión de un diluvio de dólares porque Obama me sonrió y porque mi papá es amigo de un montón de empresarios que seguro me ayudan. Eso es todo lo que hay.
Eso.
El vacío del abismo de la grieta que se lo traga.


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viernes, 15 de abril de 2016

miércoles, 13 de abril de 2016

CRISTINA: EL REGRESO Y LA GLORIA




Con la potencia histórica que la caracteriza, y una iniciativa política que la Alianza actual no ha mostrado en cuatro meses de gobierno, Cristina volvió y retomó en una mañana la conducción de su pueblo y del país. Ante una multitud que superó por mucho los peores temores oficiales, en cadena involuntaria para todo el país, en un discurso pleno de sentido político, histórico y social, marcó un antes y un después para el gobierno de Macri.


FIN DE CICLO




Y un día volvió Cristina. 
En un formidable cañonazo por la culata sus propios enemigos la trajeron de vuelta, la arrancaron de su retiro como si el mismo ruido de su absoluto silencio no los dejara dormir, y fueron y la despertaron y despertaron a su pueblo. Y lo que empezó como un ataque, como un golpe de gracia a su odiada figura, terminó en eso: en un formidable, histórico cañonazo por la culata.
Adentro presentó un escrito que redujo al juez Bonadío a un mediocre leguleyo que ya nadie respalda ni respeta, y afuera dialogó con esa multitud frente a la cual Mauricio Macri resulta inconcebible, a no ser bailando como un avestruz.
Con un discurso improvisado –sin leer, ni tartamudear-, cargado de sustancia política, histórica y social, frente una masa varias mayor que los mayores temores del gobierno, Cristina Kirchner, en términos virtuales, en poco más de una hora, al frente de su pueblo, retomó esta mañana la conducción del país.
Bajo una lluvia que no le importaba a nadie repasó la historia de las distintas encarnaciones del movimiento nacional y popular, y sus correspondientes persecuciones, y los no menos correspondientes encubrimientos de la prensa grande, siempre de acuerdo con los poderes concentrados (concentrados en limar tus derechos).
Con nitidez y contundencia refirió la velocidad de la catástrofe social provocada por el actual gobierno en tan pocos meses de gestión, y le propuso al gran pueblo argentino, sin distinción de filiaciones, un frente ciudadano que de verdad se pregunte, honestamente, qué es lo que está pasando.
Con hechos y no con metáforas recordó para que la escuchen hasta en Salta –donde a esa hora se escondía Macri bajo el poncho del borroso Urtubey-, las filtraciones de Panamá, las empresas fantasma que no paran de llover sobre los funcionarios del gobierno, la larga tradición de saqueadores del estado de la familia Macri, y la condena por contrabando agravado que la Corte automática de Menem le borró con el codo.
En una involuntaria pero inevitable cadena nacional –a la que ni siquiera TN pudo resistirse-, copó las pantallas de todo el país mientras en off y entrecortados por el asombro rumiaban habladores perdidos que disimulaban entre dientes la bronca que les daba la torpeza del gobierno y su Bonadío por regalarle al kirchnerismo semejante fiesta.
El desconcierto arrasaba al otro lado de la grieta.
La magnífica multitud ya desbordaba hasta los planos cortos con los que en un primer momento los distintos canales intentaron no mostrar lo que mostraban. Los más rabiosos todavía repetían que cada uno de esos cientos de miles de hombres y mujeres y niños había recibido 500 pesos para ir, y que los choripanes eran gratis, y que la lluvia no mojaba como el agua… hasta que habló Cristina y puso cada cosa en su lugar: quiénes eran los que lavaban dinero, quiénes los que habían mentido en campaña, y qué buscaban esos quienes que en menos de tres meses destruyeron el bienestar de un pueblo que, allí lo demostraba, no había olvidado nada.
El 13 de abril no ha terminado todavía, y ya es una jornada histórica.
Políticos y analistas que más allá de a quiénes engañen no se dejan engañar por los medios, empiezan a entender lo que pasó. Y todos esos dirigentes que hasta ayer se repartían los huesos de la derrota, hoy se enfrentaron a la única realidad de la verdad de quién conduce al pueblo peronista. Ningún fin de ciclo
En cuanto al gobierno… más allá de su victoria electoral, y de su asunción el 10 de diciembre, la nueva Alianza seguía en campaña, barriendo bajo la alfombra de Magnetto la catástrofe provocada, cantando sin parar la falsa balada de la herencia recibida, y las promesas de un mañana que cada día aparece más lejano. Hoy todo eso se terminó. Fin de ciclo.
Cristina ha vuelto, tiene un plan, y un pueblo que la sigue a donde vaya.
Si alguien no despierta a Mauricio Macri y le avisa que esta mañana ha comenzado su gobierno, morirá repitiendo las mismas mentiras inaudibles que todavía dice por ahí el bobo letal de Fernando De la Rua para explicar por qué lo terminaron echando tan rápido los mismos que hacía tan poco lo habían votado.
Magnetto, Durán Barba o Mirtha Legrand… alguien que lo sacuda y le diga: “Che, Mauricio… Volvió”.



jueves, 24 de marzo de 2016

24 DE MARZO DE 1976: HOY UNA TRISTEZA, AYER UNA ILUSIÓN...



No todos lloraron ese día...   



HOY UNA TRISTEZA
AYER UNA ILUSIÓN

"TOTAL NORMALIDAD" 




“Lo terrible no es que me hayas mentido,
sino que no podré creerte nunca más”.
Immanuel Kant.


El 24 de marzo de 1976 el Departamento de Estado Norteamericano impulsó un golpe cívico-militar en la Argentina, estructurado por José Alfredo Martínez de Hoz en representación conjunta de la banca extranjera y la Sociedad Rural, ejecutado por las Fuerzas Armadas, justificado por los principales diarios, y bendecido por la Iglesia Católica. A continuación, mancomunados, y conforme sus planes originales, destruyeron la industria nacional, consecuentemente la clase obrera, endeudaron al país por varias décadas, y lo bañaron en sangre.
Por la memoria de aquellos hechos, aquí El Martiyo cita a dos de sus protagonistas principales: los diarios La Nazión y Clarín, sin cuya colaboración dicho desastre nacional no hubiese sido posible; y quienes aquí se expresan en fragmentos escritos, impresos y publicados por ellos mismos, que así guardan, por lo tanto, el peso ilevantable de lo dicho para siempre.

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Así nos alumbraba el diario Clarín ya el 25 de marzo de 1976 -o sea, apenas al día siguiente, dijéramos: rapidito rapidito- en su hoy histórico editorial:

"Aunque resulta innecesario justificar las motivaciones de la acción militar del 24 de marzo -porque nada fue más evidente que la incapacidad del anterior gobierno para modificar el rumbo que nos conducía a todos al desastre- ha sido oportuno que el país escuchara las explicaciones de su nuevo presidente. Ellas ratificaron el hecho conocido de que las Fuerzas Armadas no han interrumpido el proceso que se venía desarrollando, sino cuando tuvieron el convencimiento de que se hallaban agotados todos los recursos susceptibles de operar la indispensable rectificación".

Y así remataba para rematarnos:

"La palabra presidencial (el discurso de Videla), sin buscar aplausos anticipados, ha fijado un rumbo apto para la solución de los problemas nacionales. Y como el mismo Presidente lo expresa, el acierto de las decisiones del gobierno será en definitiva el que suscitará la adhesión de la gran mayoría de los argentinos".

Eso es, y será siempre Clarín.

Mitre, la Noble y Videla.
Los días dorados.


La Nazión, por su parte, festejaba así:

"La crisis ha culminado. No hay sorpresa en la Nación ante la caída de un gobierno que estaba muerto mucho antes de su eliminación por vía de un cambio como el que se ha operado. En lugar de aquella sorpresa, hay una enorme expectación. Todos sabemos que se necesitan planes sólidos para facilitar la rehabilitación material y moral de una comunidad herida por demasiados fracasos y dominada por un escepticismo contaminante. Precisamente por la magnitud de la tarea por emprender, la primera condición es que se afiance en las Fuerzas Armadas la cohesión con la cual han actuado hasta aquì. Hay un país que tiene valiosas reservas de confianza, pero también hay un terrorismo que acecha".

Eso es y fue siemrpe La Nazión.

Cuando todo era brindar,
callar y acumular.


N. del E.: este post con leves modificiaciones fue publicado el año pasado para la misma fecha, y posiblemente lo publiquemos el año que viene, y el otro, y el siguiente...

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lunes, 29 de febrero de 2016

BERGOGLIO Y MACRI: FRANCISCO Y EL LOBO...

Jorge Lanata, Elisa Carrió, Pamela David, y otras cumbres del pensamiento nacional, hicieron público su desencanto por el Papa Francisco. Su diplomacia de las periferias, su discurso anticapitalista, su rosario a Milagro Sala, y de remate, su (des)encuentro con Macri y su fúnebre esposa el sábado en el Vaticano.
Contrariando 20 siglos de Iglesia Católica, el Sumo Pontífice cosecha enemigos por donde corresponde.

HIPÓCRITAS Y FARISEOS






El 18 de marzo de 2013,  a pocos días de la consagración de Jorge Bergoglio como nuevo papa, Cristina se reunía con él, y El Martiyo publicaba un post titulado La misa criolla, que empezaba así:
“Aunque egresado de colegio de curas, El Martiyo volvería a la fe católica –de la que tanto le costó huir- si este papa Francisco de verdad le mostrara y demostrara al mundo que es mejor que los demás hombres, que está más cerca de Cristo que cualquier otro, que en serio es Su enviado...
Si lo viéramos expulsar del templo a los mercaderes, aunque no fuera a palazos; si uniera y se uniera a los pobres, a los necesitados y a los buenos, y le dejase al César lo que es del César; si usara los infinitos recursos del Vaticano para multiplicar los panes y los peces; si a su paso se encresparan de odio los hipócritas y los fariseos, si arranca la hierba que nunca dará frutos; si echa al abismo a todos los cerdos de su rebaño; si no le tiembla la voz ni se vende frente a Caifás ni frente a Pilatos; si fuese capaz de inspirar amor, ya no sólo de predicarlo; pues entonces El Martiyo podría revisar y hasta perdonar la tremenda decepción que le generó una institución presentada como sacra y santa, y descubierta enseguida tan repodrida por dentro”.
En ese mismo post comentábamos también que el día anterior, 17 de marzo, Joaquin Morales Solá, desde La Nazión, auguraba lleno de esperanzas una pésima relación entre CFK y el nuevo Papa, y que éste, más o menos, se ocuparía personalmente de voltear al gobierno nacional.
Por eso aquel nuestro post del 18 cerraba así:
“Será fácil entonces reconocer si este papa es quien queremos que sea. En cuando los medios del miedo lo empiecen a atacar, a ningunear, a cuestionar, cuando veamos a los hipócritas y a los fariseos que se encrespan de repulsa a su paso, tendremos una señal, sabremos que él es, sí, el enviado”.
Pasó el tiempo y muchas cosas, y aunque todavía no estamos en condiciones de afirmar que este Papa sea –o cuando menos trate de parecer- el Enviado, en cambio sí podemos afirmar ya que a su paso se encrespan de repulsa hipócritas y fariseos.
Elisa Carrió, Jorge Lanata, Alfredo Leuco, Pamela David y otras cumbres del pensamiento nacional, ya hicieron público su desencanto ante un Papa que prometía tanto para el Occidente capitalista, católico (y blanco), y que resultó ser al final otro cabecita negra, peronista de mierda, kukaracha y zurdo, y medio montonero para colmo.
Al principio parecía simpático, gauchito y hasta gracioso, ¡uy cómo se reían cuando en su primera visita internacional en Brasil lanzó ante la juventud en el Santuario de Aparecida su hoy epigramático “hagan lío”!... Qué risa, uf… Si hasta revoleaba la camiseta de San Lorenzo en plena plaza San Pedro, y gastaba a los de Boca. Un pingazo. Parecía.
Pero depués empezó dale que te dale con su discurso anticapitalista, denunciando la codicia, la usura y la explotación; al toque desplegó su diplomacia de las periferias y se abrazó con los indios en Latinoamérica, reinvindicó sus derechos ancestrales, y allí fue cuando llamó mentirosos a los mentirosos; y descendió a los infiernos del Africa más profunda y sangrienta; y visitó las cárceles, Ciudad Juárez, Chiapas, Cuba; y se mostró entre carcajadas con Dilma, con Evo, con Correa, con Fidel, con Maduro, y sobre todo –y seis veces- con Cristina; y encima le mandó un rosario a Milagro Sala, ignoró la victoria de Macri, y por fin le dispensó sin una sonrisa 22 minutos de tensión eterna.
Hipócritas y fariseos no pudieron soportarlo.
Las cloacas de los comentarios de los portales del Grupo y sus satélites, se incendiaron de furia con la vulgaridad y la cobardía que el anonimato insufla.
Elisa Carrió prometió no ir a Roma. No importa que nadie la haya invitado, ella no irá. Punto.
Alfredo Leuco dudó del entorno de Su Santidad, de sus asesores… Quizá Durán Barba pudiera ayudarlo, esclarecerlo, no se animó a sugerir, pero…
Pamela David, otrora bataclana, hoy esposa y madre católica y señora conductora de un programa en el canal de su marido; sufrió una crisis de fe. El rosario a Milagro Sala fue demasiado.
Y le faltaba aun ver el (des)encuentro del sábado en el Vaticano, aquella foto tan buscada, que por buscada resultó forzada. Allí ahora quedarán para siempre Mauricio Macri y su fúnebre esposa, y entre los dos un Papa cuyo gesto en tornasoles va del disgusto al desprecio.
No hubo esta vez Antonia que lo salve; la tétrica indumentaria de Juliana Awada, parecía un sarcástico homenaje a los esclavos caídos en sus talleres clandestinos; las respuestas recitadas de Macri, sus evasivas y sus “lagunas”, no ayudaron a aflojar tensiones. Las promesas panóramicas como expresiones de deseo –tipo pobreza cero, unión de los argentinos, lucha contra el narcotráfico, etc- tampoco.
En pocos minutos, el visitante fue despachado.
Católicos apostólicos feroces como romanos, no aguantaron más y salieron a decirlo. Veinte siglos de sacro santa institución eclesiástica, echados a la basura. Veinte siglos de una Iglesia que supo proteger al Occidente capitalista y blanco, imperialista y monopólico, amparando dictaduras, encubriendo genocidios, bendiciendo ejércitos, guerras, ¿y todo para nada? ¿Todo para que un sudaca peronista venga a decirnos que habíamos vivido equivocados? Las redes ardieron, arden.
Cacerolos y globeros no lo perdonarán jamás. Mostró la hilacha. El cura ese. Algunos incluso se indignan porque habría colaborado con la dictadura genocida que sin embargo esos mismos indignados aún añoran.
Aquí y allá, los escribas y habladores de Magnetto, jugando a la vida es bella, hicieron y siguen haciendo no pocos pero infructuosos esfuerzos para explicar la frialdad del papa con una gripe, una “relación protocolar”, una empleada que se le murió… todavía explican, arden todavía.
No, no podemos afirmar que Jorge Bergoglio sea ese Enviado que los justos esperan.
Pero ya es un hecho que a su paso se encrespan de repulsa hipócritas y fariseos. 


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sábado, 13 de febrero de 2016

RESISTIR, NO HABLAR DE RESISTENCIA: EL PLAN MARTIYO


Mientras rápido y furioso el gobierno avanza y avasalla, se queda con todo, y entrega el país; los políticos de la oposición se mastican entre ellos, los capos de los sindicatos se abrazan con la patronal, y los grandes medios nos cantan mil versiones del arrorró. 
¿Qué hacer? 
El Martiyo arrima un plan. 
Porque se habla de resistencia, se agitan las plazas y las calles, pero son esos mismos resistentes los que todos los días le dan de comer al chancho que tanto combaten.

LA CULPA NO ES DE MAGNETTO







Dicen los italianos que una cosa è morire, e altro piú differente è parlare di morire.
Lo mismo ocurre con la resistencia. Una cosa es resistir, y otra… parlare.
En dos meses de gobierno, Macri no se privó de nada, censuró periodistas, avasalló leyes, ignoró al Congreso, manoteó la Corte Suprema, se realineó con el Departamento de Estado, consiguió su primer preso político, desató a la policía, reprimió protestas -hasta disparó contra una murga hiriendo niños-; instauró la pena de muerte sin juicio previo, y le devolvió a las Fuerzas Armadas el control de la seguridad interior; devaluó la moneda y desató la inflación; rompió todos los récords en DNU,  levantó las retenciones para las grandes agroexportadoras pero ahogó a los pequeños productores; despidió más de cincuenta mil personas y suma y sigue; se abrazó a David Cameron pero obvió hablar de Malvinas; elevó en 16 mil millones de dólares la deuda externa; aceptó el retorno del FMI para revisarnos las cuentas y darnos consejos; sentó a su perro en el sillón de Rivadavia, descolgó los cuadros de Hugo Chávez y Néstor Kirchner –como un vampiro frente a dos crucifijos-, y nos puso en cuatro ante los fondos buitre.
A todo esto los capos sindicalistas ya ni siquiera disimulan que no representan más que sus propios negocios, los peronistas se mastican entre sí los pedacitos de la derrota, el resto de la oposición resultó oficialista, los traidores se multiplican, y nadie hace nada.
Exceptuando algunas honrosas excepciones, pero excepciones al fin, de los grandes y no tan grandes medios ya no hay nada que esperar. Son todos de Magnetto.  
Si alguna esperanza, posibilidad de resistencia queda, está en el pueblo, en ese colectivo repleto de individuos. En uno. En cada uno de nosotros.
No tenemos los medios, pero tenemos medios: las redes sociales, las plazas, y la calle. Y sobre todo, un arma poderosísima: la billetera.
No enfrentamos un partido, una ideología: enfrentamos un monopolio económico que sólo tiene intereses. Una bestia de cien mil cabezas y ningún corazón. El mayor conglomerado periodístico de América Latina. El único Grupo periodístico en la historia del mundo, que se adueñó de todo el papel para diarios de un país. Un monstruo incomparable, y sin embargo…
Decía Perón: “una hormiga no puede matar a un elefante, pero muchas pueden comérselo”.
Cada uno de nosotros debe entender, aprehender, que el enemigo es, se hace, vive de nuestro dinero. Esa es su sangre, y su sangre por lo tanto es nuestra. No se la demos más.
¿Qué pasaría, vale preguntarse, si por un año, o menos, ese 49 por ciento que no votó a Magnetto, renunciara a sus productos completa, absolutamente?...
Un año o menos de no consumir ninguno de los productos del Grupo: ni comprar el diario Clarín, ni visitar su portal Clarín.com, ni Olé, ni diario Muy, ni La Razón, ni la revista Genios, Guapas, o lo que sea. No mirar Canal 13 (ni siquiera el fútbol), ni TN ni Metro, ni sus repetidoras; no escuchar radio Mitre ni las incontables radios del Grupo en todo el país. No comprar, no leer ni repetir los diarios Los Andes de Mendoza, ni La Voz del Interior de Córdoba, ni la revista Rumbos, todos productos de CIMECO, propiedad del Grupo Clarín. Y tampoco los diarios La Nazión, Perfil, sus portales, sus revistas, y otros satélites secundarios del Grupo.
No usar Fibertel ni contratar Multicanal, Cablevisión o Nextel.
No asistir a sus producciones teatrales, musicales o “culturales”.
Mucho menos a Expoagro.
No comprar sus libros.
No comprar ningún libro en las librerías Cúspide.
Nada.
Una comisión especial del gobierno de los Estados Unidos se dedicaba específicamente a controlar cada producto que se comerciaba en el mundo entre sus socios, y/o, colonias. Si en alguno detectaban aunque más no fuera un tornillito de origen cubano, allí también ejecutaban su bloqueo.
¿Por qué no hacer lo mismo y mantenerse siempre atentos a cualquier producto que pudiera incluir alguna partícula del Grupo Clarín, y evitar su consumo, bloquearlo también?…
Porque de qué valen las plazas abiertas y las redes sociales, si todos los días alimentamos a la Bestia, vamos con nuestro platito, y le damos de comer.
Si el 49 por ciento que no lo votó aguantara un año o menos esta acción colectiva, los ingresos del Grupo mermarían fatales, pero su fuerza política desaparecería casi por completo. Entonces el escarmiento popular tronaría materialmente, se derrumbarían las ventas y la publicidad, y la eficacia electoral de sus medios se licuaría inexorable.
Un año, menos.
Pero el 49%.
Todos.
Sin fallar.
Ninguno.
Eso sí sería resistir, más que hablar resistencia. 


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viernes, 29 de enero de 2016

Las tapitas de Clarín - Hoy: 3-6-2001, el megacanje que pagamos todavía...


LAS TAPITAS DE Clarín


Hace algún tiempo ya, Clarín agregó un “atractivo” a su deslucido portal, que nos atrajo a nosotros también, y por ello saludamos al monstruoso monopolio, no sin gratitud. Lo cortés no quita nada, suma.
Y lo saludamos con gratitud porque pese a que pretendieron restringir el recurso a un juego de autorreferencias narcisistas titulando desde el vamos “Mirá la tapa del día que naciste”; El Martiyo advirtió allí, en cambio, una maravillosa herramienta para revisar, día por día, la historia argentina de las últimas décadas, a partir de la confesión de parte uno de sus principales gestores: Clarín.
Y maravillados por la maravilla, decidimos consagrarle una sección que de alguna manera encierra el juego  “dime qué dijiste y te diré quién eres”, pero que en gratitud a tan generoso recurso, optamos por reconocer la marca que lo brinda, y le pusimos directamente: Las tapitas de Clarín. Que se hagan cargo.
Esperamos la disfruten, los entretenga, les recuerde, o los despierte. 

Aún hoy la Argentina no termina de pagar las consecuencias del Megacanje acordado en los primeros días de junio de 2001 por Domingo Cavallo, ministro de economía de la Alianza anterior. La deuda nominal del país crecía así en 55 mil millones de dólares –sumado el servicio de intereses- y allí los fondos buitre llegaban para quedarse. Sin embargo, en su edición del 3 de junio de 2001, el diario Clarín hablaba de reactivación, y saludaba a las ballenas. 



Clarín: 3-6-2001

sábado, 16 de enero de 2016

MACRI PRESIDENTE: LA CALABAZA DE LA REALIDAD



Contorsionistas morales, al grito de que se doble pero no se rompa, el votante de Macri y sus habladores a sueldo, realizan verdaderas proezas de flexibilidad ideológica. La Constitución, la libertad de expresión, la República y sus instituciones, y todo aquello que hace tan poco les importaba tanto, de pronto no importa nada, y como toda lógica del gran cambio anunciado, ahora justifican cualquier atropello con atropellos anteriores, verdaderos o falsos, eso tampoco importa.


LA FIESTA DEL ODIO




“La verdad ya no cuenta. 
La fuerza y el descaro son lo que cuentan”.
L. F. Céline, Cartas de la cárcel






Botón de muestra, Paulo Vilouta, hablador de fútbol devenido por la magia de la televisión en analista político, justificaba la inexplicada expulsión de Víctor Hugo Morales de radio Continental, recordando la salida de Juan Micheli de la tevé pública. Así también otros botones de la botonera de Magnetto, dueños de alguna superioridad nunca demostrada, invocan sin falta la “autoridad moral” de cualquier crítico a los atropellos diarios con que el nuevo gobierno embiste a la Constitución Nacional, la libertad de expresión, la República y sus instituciones, y todas esas cosas por las cuales hace tan poco quedaban al borde del soponcio, y que hoy, de golpe, ya no importan nada, al contrario: sirven para justificar cualquier atropello nuevo. Tal el cambio de los cambiadores de Cambiemos.
Apenas asumieron comenzaron los despidos, las censuras, los decretos contra natura, la intromisión en otros poderes del Estado, anularon leyes, se cosieron de apuro una Corte Suprema a medida; abjuraron del Congreso porque total qué importa, repartieron el Estado entre compañías extranjeras, y así a pura fuerza y con total descaro. Rápido mostraron la verdad de lo que son.
Ya nada hay que esperar, no hubo campaña sucia, todo era verdad: Magnetto conduce, y ya vemos hacia dónde. Hacia el saqueo nacional, el endeudamiento externo, la desocupación, el caos social, la represión, y el caos total. Todo esto ya fue visto, empezó igual, y terminará ídem.
Porque Dios perdona siempre, el hombre perdona a veces, y la realidad no perdona nunca.
Los remanidos 100 días de luna de miel que todo gobierno sueña para sí, se esfumaron en una sola noche cual carroza convertida en calabaza.
La princesita sonriente María Eugenia Vidal, ya no sonríe como antaño, ¿qué tendrá la princesita? Apenas asumió se le escaparon los únicos tres presos que no debían escapársele. No los atrapó nunca. Dejaron el penal y también su provincia pero sólo después de pasearse por allí durante 15 días como quien sale de vacaciones. Por fin y exhaustos, cayeron en un pozo en Santa Fé, y se entregaron sin resistir. En el
medio se sucedieron los papelones oficiales, desde Ritondo que los tenía “cercados” apenas fugados, hasta el propio Macri “resolvido” en hazmerreír de la prensa internacional, en línea con su “festibalera” Michetti, y con la no menos festiva Patricia Bullrich, mezcla rara de Mujer Maravilla y Niní Marchall.
Pero no hay mal que por bien no venga, diría Durán Barba, y encubiertos por la cobertura de los medios del miedo que hoy reparten coraje, decidieron hacer del extraordinario fracaso un negocio más. Presentado el episodio del pozo que desbarató la fuga como un duro golpe al narcotráfico, así se disponen a justificar cualquier atropello próximo, como en los tiempos cuando la excusa era la lucha antisubversiva. Ahora será el narco. Ya lo dijo Michetti: “no tenemos herramientas para pelear con esto”… ¿Se las pedirán a la DEA, en una suerte de Plan Cóndor narco?... ¿O recurrirán a las Fuerzas Armadas para la seguridad interna, como en el tiempo de los asesinos?... ¿O amasan un estado de sitio y sacarse de paso el Congreso de encima de una vez por todas?... No hay mal que por bien no venga, cómo no.
El INDEC que durante años supuso el Santo Grial de esa furiosa mitad que lo votó, de pronto no hace falta. Simplemente. Sobra. Podemos vivir sin ninguna estadística de ninguna inflación. Para eso está el administrador de la fortuna Fortabat, que ajusta, devalúa, y nos cuenta cómo nos va.
Mirtha Legrand, que vivió una dictadura bajo Cristina, y ninguna bajo la dictadura, ahora “ya no hablo de esos temas”, responde cuando le preguntan por la expulsión de Víctor Hugo Morales.
Los precios no paran de subir y la temporada en los centros del verano anuncia un invierno muy frío y muy largo. Pero Su está chocha con el presi Mau porque ahora se puede comprar todos los dólares que quiera. Si esa no es la revolución de la alegría…
Del otro lado de la pantalla, el ciudadano de a pie que lo votó, con la flexibilidad ideológica propia de un contorsionista moral, se resiste a la sola verdad de la estupidez del odio que lo llevó al error que tampoco todavía admite. Pero sólo pasaron poco más de treinta días de gobierno. Hay que darle tiempo.
Como el ciego que cree volar mientras cae al vacío, todavía disfruta de la victoria en la que se hunde; todavía se divierte con la aniquilación de Víctor Hugo, 678, TVR, y que sigan las bajas; todavía goza con los atropellos al AFSCA y en brochet a la justicia; con el triunfo de Clarín, los ñoquis de la Cámpora, la grasa militante, los carísimos chistes de Alfonso Prat Gay y las patéticas incoherencias de Alfredo Caseros, y sobre todo, con el oprobio a Cristina como en los días de la Fusiladora con Perón y Evita. El odio es un gran combustible, y Magnetto una fuente inagotable.
Pero Dios perdona siempre, el hombre perdona a veces, y la realidad no perdona nunca.
Porque ningún odio pagará las tarifas por venir, ni parará la inflación que se anuncia encubierta en el nuevo plan monetario; ningún odio impedirá la progresión de los despidos que siguen y suman, y por lo tanto la caída del salario real, y por lo tanto la del consumo, y por lo tanto más despidos, y por lo tanto... Porque el odio es una fiesta muy cara, un lujo de los ricos, de los hartos. El hambreado, el humillado, el desocupado, tienen otras urgencias. Otros sentimientos.  


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