////// Año XVIº /// Editor Anónimo: Daniel Ares /// "Prefiero ser martillo que yunque", Julio Popper ///

domingo, 24 de marzo de 2019

24/3/76: HOY UNA TRISTEZA, AYER UNA ILUSIÓN....

No todos lloraron ese día...   



HOY UNA TRISTEZA
AYER UNA ILUSIÓN

"TOTAL NORMALIDAD" 




“Lo terrible no es que me hayas mentido,
sino que no podré creerte nunca más”.
Immanuel Kant.


El 24 de marzo de 1976 el Departamento de Estado Norteamericano impulsó un golpe cívico-militar en la Argentina, estructurado por José Alfredo Martínez de Hoz en representación conjunta de la banca extranjera y la Sociedad Rural, ejecutado por las Fuerzas Armadas, justificado por los principales diarios, y bendecido por la Iglesia Católica. A continuación, mancomunados, y conforme sus planes originales, destruyeron la industria nacional, consecuentemente la clase obrera, endeudaron al país por varias décadas, y lo bañaron en sangre.
Por la memoria de aquellos hechos, aquí El Martiyo cita a dos de sus protagonistas principales: los diarios La Nazión y Clarín, sin cuya colaboración dicho desastre nacional no hubiese sido posible; y quienes aquí se expresan en fragmentos escritos, impresos y publicados por ellos mismos, que así guardan, por lo tanto, el peso ilevantable de lo dicho para siempre.

* * *


Así nos alumbraba el diario Clarín ya el 25 de marzo de 1976 -o sea, apenas al día siguiente, dijéramos: rapidito rapidito- en su hoy histórico editorial:

"Aunque resulta innecesario justificar las motivaciones de la acción militar del 24 de marzo -porque nada fue más evidente que la incapacidad del anterior gobierno para modificar el rumbo que nos conducía a todos al desastre- ha sido oportuno que el país escuchara las explicaciones de su nuevo presidente. Ellas ratificaron el hecho conocido de que las Fuerzas Armadas no han interrumpido el proceso que se venía desarrollando, sino cuando tuvieron el convencimiento de que se hallaban agotados todos los recursos susceptibles de operar la indispensable rectificación".

Y así remataba para rematarnos:

"La palabra presidencial (el discurso de Videla), sin buscar aplausos anticipados, ha fijado un rumbo apto para la solución de los problemas nacionales. Y como el mismo Presidente lo expresa, el acierto de las decisiones del gobierno será en definitiva el que suscitará la adhesión de la gran mayoría de los argentinos".

Eso es y será siempre Clarín.


Mitre, la Noble y Videla.
Los días dorados.


La Nazión, por su parte, festejaba así:

"La crisis ha culminado. No hay sorpresa en la Nación ante la caída de un gobierno que estaba muerto mucho antes de su eliminación por vía de un cambio como el que se ha operado. En lugar de aquella sorpresa, hay una enorme expectación. Todos sabemos que se necesitan planes sólidos para facilitar la rehabilitación material y moral de una comunidad herida por demasiados fracasos y dominada por un escepticismo contaminante. Precisamente por la magnitud de la tarea por emprender, la primera condición es que se afiance en las Fuerzas Armadas la cohesión con la cual han actuado hasta aquì. Hay un país que tiene valiosas reservas de confianza, pero también hay un terrorismo que acecha".

Eso es y fue siemrpe La Nazión.

Cuando todo era brindar,
callar y acumular.


N. del E.: este post con leves modificiaciones fue publicado el año pasado para la misma fecha y también el anterior y el anterior, y posiblemente lo publiquemos el año que viene, y el otro, y el siguiente...

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sábado, 23 de marzo de 2019

MAURICIO MACRI: TODO CONCLUYE AL FIN…




Alianza una vez Alianza siempre, el actual rejunte gobernante hierve en su propio fracaso y se deshace por todos lados. 
Sin otra estrategia política más que la mentira y el odio, ni otro plan económico más que la timba financiera y el saqueo nacional, la temible derrota desata el pánico a bordo, y el resto es caos. 
Con Extornelli acorralado y Clarín en caída libre como la economía, perdido por perdido Durán Barba prueba un nuevo personaje para su muchacho. 
Pero Mauricio no es De Niro y todo sale mal.


EL FINAL ES INMINENTE

"Todo concluye al fin", Vox Dei.




Gobernante sin aciertos, político sin oratoria, actor sin talento, de stand-up en stand-up, Maurcio Macri deja jirones de su imagen.
Luego de cada presentación cae varios puntos en las encuestas, que es la forma efectiva que tiene el pueblo de putearlo; y se disparan el dólar y el riesgo país, que es la forma efectiva que tiene su bendito Mercado de cagarse de la risa de todo lo que dice.
Vidas paralelas, la actual Alianza, como la anterior, estalla y se derrumba por su propia implosión.
Las tremendas derrotas en La Pampa y Neuquen,  más allá del fugaz festejo de la Embajada de Estados Unidos con su Twitter Perdió Cristina, pronto borrado pero jamás explicado. Gerardo Morales, y otros fieles gobernadores desdoblando el calendario electoral para despegarse del “líder”. La fractura de Cambiemos en Córdoba, bastión de la victoria más allá del fraude; la bronca de la ex-sonriente Vidal, de pronto también espiada por el Superagente 86 Marcelo Dalessio; Elisa Carrió –bomba de tiempo de cualquier rejunte- amenazando de muerte al juez Ramos Padilla, mientras la Cámara Federal de Mar del Plata lo confirma en la causa acorralando a su impoluto Stornelli, recién héroe de la lucha contra la corrupción, hoy casi un prófugo de la justicia… Cantaba Vox Dei: “todo concluye al fin”.
De economía ni hablar. Menos la famiglia presidencial, reclaman todos, los pobres, pero también los ricos, desde los grandes socios del ayer hoy de pronto “encuadernados”, hasta la crema y nata del gorilaje de la Mesa de Enlace. Nadie lo quiere más.
Y el histórico blindaje mediático que lo inventó y lo sostuvo, acabó tristemente abatido por su propio periodismo de guerra. Clarín –lo que es, supone y oculta- no sirve más. El diario cae en las ventas y sus radios y sus canales se desploman en las mediciones. La Ruta del dinero K terminó con Cristina sobreseída en la Justicia y su literato Daniel Santoro descubierto como agente inorgánico de aún no se sabe cuántos servicios. Todo era mentira. Las cuentas de Máximo Kirchner y Nilda Garré en el exterior, las denuncias de Federico Elaskar en la tele, pero ya ante el juez la confesión de los aprietes de Luis Barrionuevo y Jorge Lanata; Mirtha Quiroga, la secretaria “amante” de Néstor Kirchner que tantos bolsos había visto, pero ya ninguno ante el juez; los delictivos hermanos Lanatta admitiendo las maniobras extorsivas que los llevaron a inventar -en la casa de Elisa Carrió para el show de Jorge Lanata- que Aníbal Fernández era La Morsa, el rey de la efedrina; ¡los terribles “cuadernos”! que nunca aparecieron y que al final no son más que fotos de fotocopias, y que ahora también sabemos que nadie nunca certificó su legitimidad… Mentir tiene su precio en la vida, pero en periodismo es, al cabo, letal.
La derrota huele por todos lados como un incendio alrededor. La derrota con todos sus miedos y sus desbandes. Cuatro años sembrando vientos, auguran una cosecha de tempestades mejor que la de soja… ¿Qué será de los grandes odiadores una vez vencidos?, se preguntan los funcionarios oficiales más expuestos… ¿Querrán cobrarnos semejante destrucción, los negocios oscuros, las maniobras más sucias, toda la mentira?... ¿Harán con nosotros lo que hicimos con ellos?... El terror desata el pánico a bordo, y el resto es la dinámica del caos.
Perdido por perdido, el sobrevalorado Jaime Durán Barba –cuyo ingenio nos gustaría probar sin el tremendo megáfono del Grupo Papel Prensa en la mano-, ante semejante desastre no tuvo mejor idea que reinventar a su personaje y hacer del muñeco optimísta, futbolero y tarambana, un presidente enérgico, decidido, firme, inquebrantable, incluso macho y bravo… pero claro, Mauricio no es De Niro, y en pos de parecer Harry Truman, el resultado fue un híbrido entre Fernando de la Rua y el Payaso Krusty. Ya nada sale bien más que el desastre.
Macri no da más, Clarín no da más, Cambiemos ya no existe, el Pro se descose por todos lados, Stornelli acorralado, Ramos Padilla hundiendo el escalpelo mientras el pus de la corrupción oficial supura sin parar; el dólar y la inflación como fuegos de artificio que en su esplendor nos incendian, el consumo en caída libre, y la sombra siniestra de una deuda impagable desplegada sobre el largo porvenir…
Sin otra estrategia política más que la mentira y el odio, ni otro plan económico más que la timba financiera y el saqueo nacional… una oposición descompuesta o el fraude es todo lo que les queda.
Titulaba la 5ª de La Razón en la tarde del 24 de marzo de 1976: “el final es inminente”.


Carlos Extornelli: el héroe prófugo.


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miércoles, 20 de marzo de 2019

ANÉKDOTAS – HOY: “El Buen Pastor”, con Miguel Hernández y Pablo Neruda




HOY: “El Buen Pastor”

Con Miguel Hernández y Pablo Neruda



Miguel Hernández


Acaso el último poeta clásico español, Miguel Hernández, entre sus muchos sinos trágicos, nunca pudo sacudirse su pobreza de pastor.
De sus días de cónsul en Madrid, cuenta Pablo Neruda que una vez lo vio entrar a un ágape en una embajada gritando entusiasmado “mira lo que conseguí”, mientras alzaba victorioso una lata de sardinas.
Para ayudarlo, un día Neruda se dispuso a conseguirle algún puesto público, y le preguntó cuál preferiría.
Hernández lo pensó bien y le dijo:
-- ¿No habrá un rebaño de cabras, cerca de Madrid, para cuidar?...




Pablo Neruda

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jueves, 14 de marzo de 2019

GRANDES MEDIOS Y RAMOS PADILLA: LOS SONIDOS DEL SILENCIO…



En un país serio -de esos que alucina el tilingo argentino con fervor colonial-, ayer la historia se hubiera detenido.
Un juez federal denuncia ante el Congreso y con pruebas un esquema delictivo que involucra jueces, fiscales, periodistas, servicios de inteligencia nacionales y extranjeros, pero los grandes medios y sus grandes próceres en la lucha contra la corrupción, no observaron nada raro.
Un silencio parecido, precede a los terremotos.



EL QUE CALLA OTORGA






Un juez federal se presenta ante el Congreso y descubre para los legisladores, públicamente, por televisión para todo el mundo, un esquema delictivo que involucra jueces, fiscales, periodistas, servicios de inteligencia nacionales y extranjeros, complicados en maniobras extorsivas, intimidatorias, conspirativas, con injerencia en otros países, más inexplicables “extracciones” de seres humanos, y los grandes medios argentinos y sus mayores próceres republicanos, no se enteraron de nada.
Los mismos próceres y los mismos grandes medios cuyos empleados a diario se rasgan las vestiduras por la corrupción, ahora, desde ayer, al cabo de las históricas denuncias del juez federal Alejo Ramos Padilla, hablan simplemente de otra cosa.
Apenas terminada la extensa y demoledora presentación del juez, El Martiyo recorrió las cadenas de noticias más importantes del país, y en su silencio era posible oír la desesperación oficial, propia. Terminal.
Crónica TV hablaba de unos hinchas que entraron a balazos en una cancha. Incluso los presentadores parecían animados.
TN sin embargo allí redoblaba durante demasiados segundos la placa URGENTE y sus trompetas, pero al cabo la noticia era la clausura del teatro donde se había accidentado Sergio Denis.
Siendo que Eduardo Feinman había sido mencionado durante la exposición de Ramos Padilla, y aunque el juez no lo acusó, sí lo excluyó puntualmente de la lista de “periodistas víctimas”, en la que apenas dejó al pelotudo confeso de Alejandro Fantino, y a Romina Mangel; y pese a eso a esa hora A24 no encontraba mayor problema para el país, que los motochorros.
El portal de La Nazión abría con un “Messi, brillante”, y la buena noticia del día: “el dólar dio un respiro”. Institución decana del periodismo argentino, “tribuna  de doctrina”, de Ramos Padilla no sabían nada.
Clarin tampoco, más bien. A esa hora su portal nos contaba de la reunión de su columnista Dujovne con la presidente Christine, algo de Messsi, claro, desde luego un palo para Cristina, y eso si: ¡la verdadera historia de la prostituta polaca que interpreta la China Suárez en la nueva serie que por supuesto producen ellos!... Del continente de corrupción descubierto por Ramos Padilla minutos antes en el Congreso y en detalle, ni un comentario, nada. Periodismo de guerra en pleno combate, digamos.
Los legisladores del oficialismo, profetas de la transparencia, y sus pares del Peronismo Zero, no se interesaron en lo que el juez tenía para contarles. Ninguno.
Con el sentido de la oportunidad propia de una catástrofe ambiental, Elisa Carrió se burlaba por Twitter de la posibilidad de ser detenida, justamente el mismo día en que rodaba otra vez por las redes la biografía de su hijo radicado en México, Enrique Santos Carrió, marcado por la DEA como uno de los jefes del cartel de Jalisco.
El Ministro de Justicia de la Nación, German Garavano, tuvo allí en el Congreso, durante más de cuatro horas, a un juez federal revelando un manantial de podredumbre en el ámbito de su cartera, pero apenas cuestionó el espacio. Debió haber sido en la comisión de inteligencia, no en la de libertad de expresión, observó. Y nada más raro observó.
Ernesto Tenenbaum, Reynaldo Sietecase, María O´Donell, y otros grandes líderes de la inexistente Corea del Medio, elevaban oraciones al cielo para que nada de “todo esto” obstruyera la causa (de las fotos de las fotocopias) de los Cuadernos, que llevan tan luego el de pronto fantasmal Carlos Stornelli, y su cada vez más nervioso Claudio Bonadío Glock.
Celestial y divina como insustancial, indiferente o ajena, la Corte Suprema de Justicia, aludida en más de un pasaje como responsable directa de la falta de apoyo al juez, mantiene un silencio, dijera don Bernardo de Irigoyen, “muy parecido a la estupidez”.
Hoy ninguna de las tapas de los grandes diarios y ninguna de sus ediciones digitales mencionan el tema, lo relegan a sus últimas páginas, como un hecho menor, intrascendente.
Y Eduardo Feinman, Luis Novaresio, Jorge Lanata, la descabellada Carrió y su triste Majul, Leuco y Leucocito, y todos esos grandes próceres vivos de la lucha contra la corrupción, de pronto se esconden y se callan, aunque al callar también otorguen.
Algunas cámaras empresariales (ADEPA, FOPEA, la SIP), todavía intentan enfáticas defensas del agente Daniel Santoro, pero son ecos lejanos, que se alejan y se apagan, ecos sin eco entre sus compañeros de redacción. Apenas sí lo apoyan los del espionaje.  
Y es que la caja de Pandora ya fue abierta.
En lo sucesivo asistiremos a un festival de maniobras oficiales y mediáticas como un desfile de inclemencias que a lo sumo, y con suerte, retrasarán lo inevitable, pero nada más.
La declaración espontánea del fiscal de Mercedes Juan Bidone en pos de limpiarse cuanto antes de Marcelo Dalessio y Asociados -enchastrando a la justicia, a los servicios, pero también al Gobierno-, anuncia que habrá nuevos y más arrepentidos del lado de los fabricantes de arrepentidos.
Son días inmensos.
Quienes hayan vivido en zonas de terremotos frecuentes, saben que los temblores se anuncian, segundos antes, con un silencio que se puede oír de tan absoluto… y luego sí, luego procede la destrucción.
Así suena ahora, desde ayer, el silencio atronador de todos los grandes medios y sus grandes próceres en la lucha contra la corrupción.
La destrucción parece inevitable.


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domingo, 10 de marzo de 2019

DANIEL SANTORO: DEL PERIODISMO DE GUERRA AL ESPIONAJE SIMPLE…




Ríos de mierda rompen desde las profundidades de Comodoro Py y en su desborde arrastran jueces, fiscales, espías y periodistas.
Como un chicle en el pelo  nadie consigue despegarse de Marcelo Dalessio.
Descubierto buchón de sus propios compañeros, echado del programa Animales Sueltos, el cuerpo maloliente de Daniel Santoro apesta y espanta. Unos pocos lo abrazan en su caída, y allí se van con él, y con él tantas cosas.


EL ESPÍA QUE SE LLEVÓ EL RÍO

Santoro y Dalessio: los días felices.


"Yo soy un pelotudo".
Alejandro Fantino, (contemporáneo).


El Templo de las Últimas Ilusiones Pro –Comodoro Py- desborda de mierda y en sus heces a la deriva flotan jueces, fiscales, servicios y periodistas revolcados en el mismo lodo como en un trágico tango de Enrique Santos Discépolo. Tarde o temprano, todo se paga. Qué vachaché.
Las aguas servidas de sus propios despachos, ya les pasa el cuello.
Stornelli canta no hagan olas mientras se esconde y desoye el llamado a indagatoria, cuestiona al juez que lo imputa, se defiende en TN, y somos todos muy honestos pero el celular no lo entrega.
Su pareja de baile en las fiestas de la Embajada cada 4 julio, el juez Claudio Bonadío, se mandó en pleno fin de semana cuatro espectaculares detenciones de 4-ex funcionarios ka-4… pero en la tapa de Clarín no salió nada. Juez y fiscal de golpe se miran y se dicen: “nosotros los de entonces…”.
En la corriente de toda esa marea marrón y maloliente, vemos flotar y alejarse el cuerpo ya sin vida periodística del alto empleado del Grupo Clarín Daniel Santoro, quien hace tiempo se veía que venía y se venía ya decúbito dorsal, y que allí se lleva ahora en su caída tantas cosas.
Se lleva ADEPA, se lleva FOPEA y sus lustrosos premios; se lleva los restos de la ya escasa credibilidad que le quedaba al Grupo; se lleva unos cuantos compañeros puestos, y una sucia cultura periodística nacida de la cópula de los grandes medios y la dictadura cuando se quedaron con todo el papel del país, y entonces el negocio reemplazó al oficio, y las operaciones “serviciales” suplieron las investigaciones legítimas.
ADEPA, Asociación de Entidades Periodísticas de la Argentina, bajo su ostentoso nombre, no es sino una cámara empresarial que responde por lo tanto a los intereses de los dueños de los medios –o sea: Magnetto & Co.-, y no a la práctica responsable del periodismo, ni mucho menos al bien de la sociedad, la búsqueda de la verdad, etc. Nada que ver, no. Por eso mismo le dio todo su respaldo a Santoro, y allí se va con él.
FOPEA, Foro de Periodismo Argentino, bajo su pretencioso nombre, no es más que otro invento del Grupo Papel Prensa. Fundado en 2002, entre otros, por Daniel Santoro, quien es además autor de una de las mayores y más extensas mentiras del periodismo nacional, al sostener durante años que Nilda Garré y Máximo Kirchner tenían cuentas en el exterior, hasta que finalmente fuera desmentido por la Comisión de Valores de Estados Unidos. Y por todo lo cual inmediatamente recibió el Premio FOPEA a la Investigación Periodística, llevándose así consigo, de alguna manera, su propia criatura.  
Cual alternadora oficial, Joaqu-Inmorales Solá -siempre dispuesto a servir y satisfacer al cliente-, al igual que cuando le tocó atender en su programa al fiscal Stornelli, ni siquiera se animó a preguntarle a Santoro si esto era una campaña en su contra, apenas preguntó por qué se la hacían a él.
Santoro, claro, se defiende, balbucea excusas. Contra las fotos festivas en su propia casa disfrazados y contentos con Marcelo Dalessio, pretende que su relación con él “era estrictamente periodística”. Contra las propias palabras de Stornelli “a mí a Dalessio me lo presentó Santoro como agente de la DEA”, dice que a él Dalessio nunca le dijo que fuera agente de la DEA, “y yo igual no se lo hubiera creído”, explica sin que se le entienda.
Ya todo esfuerzo es inútil.
La RCP mediática no funciona, y Santoro está terminado.
Podrá seguir empleado en Clarín hasta jubilarse, no estaría mal, le falta poco, y después de todo se inmoló por el Grupo... Pero el badajo de buchón colgándole del cuello, no se lo saca ni Magnetto. Más bien al contrario.
"Soy un pelotudo", A. Fantino.
Porque Santoro no sólo aparece y parece complicado en una asociación ilícita destinada a la extorsión en el marco de su promocionada causa de las fotos de las fotocopias de los “cuadernos”; sino y sobre todo fue descubierto como un espía de sus propios compañeros de trabajo. Cada vez más torrentoso, el río de mierda de Comodoro Py de pronto se lo tragaba en un remolino también de mierda. 
“Yo soy un pelotudo”, se le oyó confesar por fin al conductor Alejandro Fantino mientras intentaba despegarse de Santoro y su Dalessio como quien se saca un chicle del pelo. O dos. “Vos me lo presentaste… yo creí que vos…”, tartamudeaba al aire ya rodando para siempre por las redes sus melosas apologías del hoy execrable Marcelo Dalessio, otrora más noble y valiente que El Zorro. 
Romina Mangel, también compañera del servicial Santoro en el programa Animales Sueltos, salió del juzgado de Ramos Padilla intentando callar con palabras lo que ahora sabía.  El dúo Santoro-Dalessio la había sumergido bajo el sistema de inteligencia de los Estados Unidos ¿Para qué están los compañeros?...
Sin embargo y pese al diluvio de pruebas que no para –chats, videos, fotos, audios, papeles, nuevas denuncias y más testimonios-, bajo el cómico hashtag SantoroEsPeriodismo, un pequeño pero seguramente inolvidable grupo de empleados de Magnetto salió en su defensa basado sin ningún orgullo profesional en las infantiles hipótesis de Elisa Carrió, la operación ka desde la cárcel, etc. Brillantes por su ausencia, ninguno de los compañeros de Animales Sueltos acompañó el chiste ¿Raro, no?...
Como en la España de Machado, en la Argentina de Macri hay un periodismo que muere, y otro periodismo que bosteza. Una nueva grieta se abre, pero ya no es política.
De un lado quedan los que defienden la industria y su universo de negocios, y del otro se van los que todavía sueñan con vivir del oficio sin renunciar a la industria, más los que ya dejaron la industria para ejercer el oficio aunque tengan que vivir de otra cosa.
Desde que publicar y difundir –y en directo y para todo el mundo- no precisa mayor inversión que un clic y otro clic; el periodismo es posible más allá de la industria. O más bien lejos de ella, y cuanto más lejos más aún.
Es bueno recordar que los ríos no vuelven sobre sus pasos.
El que se lleva a Santoro tampoco.


El embajador de EE.UU. Edward Prado, recibe al fiscal Stornelli.
Atrás asoma el juez Bonadío, ya con las rodilleras puestas. 


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sábado, 2 de marzo de 2019

MACRI EN EL CONGRESO: LOS GRITOS DEL FINAL…



Muy a su pesar Mauricio Macri inauguró las sesiones ordinarias del Congreso acaso por última vez, según el deseo de muchos propios y de todo el resto.
En un discurso previsible por vacuo pero sorprendente por nervioso, el presidente demostró que la foniatría no es una ciencia exacta, probó el humor involuntario, la fantasía llana, la promesa vencida, y la mentira simple.
Una multitud lo acompañó.
Una multitud de policías.

EL RUIDO Y LA FURIA

Captura de pantalla de Página 12


Acaso por última vez -según el deseo de muchos propios y de todo el resto-, Mauricio Macri inauguró las sesiones ordinarias del Congreso con su viejo rosario de inexactitudes, fantasías o alucinaciones, mentiras simples, y promesas vencidas hace mucho.
Futbolero de raza, así como existen “goles de otro partido”, probó suerte con un “discurso de otro país”.
Mientras la señorita maestra Gabriela Michetti trataba de poner orden en la clase pisando el discurso presidencial, interrumpiéndolo constantemente; Macri trataba de sobrevivir a su propia dicción entre rasgos de humor involuntario al referirse a sus logros (“los jubilados ganan cada vez más”, “todos los argentinos pueden acceder al crédito”. “hemos creado 700 mil puestos de trabajo”), y una bravura tan sobreactuada al hablar de la lucha contra el narcotráfico, que terminó destacando “el apoyo del narcotráfico”, (con el fantasma del intendente Sergio Varisco sobrevolándolo todo, la causa de los aportantes truchos perdida en el limbo de su justicia, y el sobrino de su Escribano General de la Presidencia, famoso como agente de la DEA, preso por asociación ilícita, extorsión y otros beneficios).
Acompañado por una escueta claqué dirigida por los inestables Elisa Carrió y Fernando Iglesias; ajeno a todas las encuestas como a la realidad, Macri intentaba salvar los abucheos y las risas recordando que estaba allí porque lo había votado la mayoría… hace ya tres larguísimos y penosos años que justamente nadie quiere recordar.  
No dejó de pasar su aviso sobre la energía eólica –uno de sus últimos grandes negocios junto al rompe-jugadores Carlos Tevez-, pero tanto le cobró el diablo semejante matufia, que la expresión “radiación solar” se le hizo imposible. Probó con algo así como “rasialón sosar”, luego intentó con “relación solar”, por fin enganchó “radiación” pero volvió “sosar”, y a partir de allí ya su indómita lengua prácticamente lo abandonó.
En uno de sus grandes instantes consideró que el déficit fiscal cero que le impone tan luego el FMI, será “el acto de justicia social más grande de los últimos 70 años”.
El resto fue ruido y furia.
Las risas, los abucheos, las puteadas, hervían.
La claqué oficial aplaudía con rabia entre la fritura de los rechazos.
La señorita maestra, también a los gritos, no paraba de retar a los alumnos más díscolos, mientras en un segundo plano Macri probaba seguir, terminar y rajar.
Invulnerable a cualquier verdad, volvió al desopilante “crecimiento invisible” del año pasado, cuando al llegar al Congreso saludaba a sus multitudes también invisibles. Inventarió escuelas, obras, planes, y otros progresos siempre invisibles. Un auténtico visionario.  
A los 150 mil millones de dólares por los cuales endeudó al país por más de cien años, -embargando ya el 97 por ciento del PBI-, lo llamó “respaldo internacional inédito”.
En obediencia a su gran amo del norte, no olvidó castigar a Maduro, porque además la paja ajena rinde más que la viga propia, sobre todo cuando en lo propio ya no hay más que vigas para mostrar.
Abrazado a la grieta como al último madero de un naufragio atroz, volvió a la carga con “la herencia recibida”. Pero lo que ayer tanto enojaba a la oposición, hoy nada más da risa.
Con el país en recesión, la inflación imparable, la actividad industrial en caída libre, el desempleo sangrando sin parar, las PYMES cayendo como moscas, y la tasa de interés más alta del mundo; afirmó que “estamos mejor parados que en el 2015”.
Acaso por temor a no ser visto, el pequeño canciller Fauri aplaudía de pie al hombre que en pleno G20 lo burlara delante de Valdimir Putin en directo para todo el mundo. Un gesto de genuflexión que resume toda la política exterior del Gobierno.
Cada vez más nervioso, furioso, sacado, limitado el aplauso de su claqué paga, en el fondo de su alma triste no pudo no sentir el rechazo de todo el resto del país. Lapsus y furcios se multiplicaban conforme cada frase le salía al paso. Cuando quiso hablar de sus políticas de género, la palabra “visibilizar” se lo llevó puesto.
Alrededor la realidad se despegaba de su discurso como la suela de un zapato barato.
Afuera una multitud lo acompañaba, pero eran todos policías.
El pueblo que no lo quiere no fue. El otro tampoco, tal vez ya no existe.
Sin siquiera terminar de escucharlo, el dólar y el riesgo país se disparaban.
Sólo cuatro gobernadores presentes.
Su escueta claqué.
Un huracán de soledad, y en el ojo él, inconciente, indiferente o ignorante, señalando el sol bajo la noche cerrada, prometiendo sin que se le entienda lo que ya nadie le cree, naturalmente nervioso.
Perdido por perdido, futbolero de raza, entre vaguedades últimas, inciertas o insustanciales, terminó a lo barra brava, subido al paravalanchas invisible de sus logros invisibles, gritando ya rojo de rabia vamos Argentina bajo un diluvio de tomatazos invisibles, que sin embargo se veían reventar claramente contra su rostro triste por desencajado y final.
Por más que lo distraigan bufones y mandantes, sabe que deja su nombre en la historia, impreso para siempre sobre el mayor de los fracasos de la democracia argentina.

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