Alianza
una vez Alianza siempre, el actual rejunte gobernante hierve en su propio
fracaso y se deshace por todos lados.
Sin otra estrategia política más que la
mentira y el odio, ni otro plan económico más que la timba financiera y el
saqueo nacional, la temible derrota desata el pánico a bordo, y el resto es
caos.
Con Extornelli acorralado y Clarín en caída libre como la economía, perdido
por perdido Durán Barba prueba un nuevo personaje para su muchacho.
Pero
Mauricio no es De Niro y todo sale mal.
EL
FINAL ES INMINENTE
Gobernante
sin aciertos, político sin oratoria, actor sin talento, de stand-up en
stand-up, Maurcio Macri deja jirones de su imagen.
Luego
de cada presentación cae varios puntos en las encuestas, que es la forma efectiva que
tiene el pueblo de putearlo; y se disparan el dólar y el riesgo país, que es la
forma efectiva que tiene su bendito Mercado de cagarse de la risa de todo lo que dice.
Vidas
paralelas, la actual Alianza, como la anterior, estalla y se derrumba por su
propia implosión.
Las
tremendas derrotas en La Pampa y Neuquen, más allá del fugaz festejo de la Embajada de
Estados Unidos con su Twitter Perdió
Cristina, pronto borrado pero jamás explicado. Gerardo Morales, y otros
fieles gobernadores desdoblando el calendario electoral para despegarse del “líder”.
La fractura de Cambiemos en Córdoba, bastión de la victoria más allá del
fraude; la bronca de la ex-sonriente Vidal, de pronto también espiada por el Superagente
86 Marcelo Dalessio; Elisa Carrió –bomba de tiempo de cualquier rejunte-
amenazando de muerte al juez Ramos Padilla, mientras la Cámara Federal de Mar
del Plata lo confirma en la causa acorralando a su impoluto Stornelli, recién héroe
de la lucha contra la corrupción, hoy casi un prófugo de la justicia… Cantaba
Vox Dei: “todo concluye al fin”.
De
economía ni hablar. Menos la famiglia
presidencial, reclaman todos, los pobres, pero también los ricos, desde los
grandes socios del ayer hoy de pronto “encuadernados”, hasta la crema y nata
del gorilaje de la Mesa de Enlace. Nadie lo quiere más.
Y el
histórico blindaje mediático que lo inventó y lo sostuvo, acabó tristemente abatido
por su propio periodismo de guerra. Clarín –lo que es, supone y oculta- no
sirve más. El diario cae en las ventas y sus radios y sus canales se desploman en
las mediciones. La Ruta del dinero K
terminó con Cristina sobreseída en la Justicia y su literato Daniel Santoro
descubierto como agente inorgánico de aún no se sabe cuántos servicios. Todo
era mentira. Las cuentas de Máximo Kirchner y Nilda Garré en el exterior, las
denuncias de Federico Elaskar en la tele, pero ya ante el juez la confesión de los
aprietes de Luis Barrionuevo y Jorge Lanata; Mirtha Quiroga, la secretaria “amante”
de Néstor Kirchner que tantos bolsos había visto, pero ya ninguno ante el juez;
los delictivos hermanos Lanatta admitiendo las maniobras extorsivas que los
llevaron a inventar -en la casa de Elisa Carrió para el show de Jorge Lanata- que
Aníbal Fernández era La Morsa, el rey de la efedrina; ¡los terribles “cuadernos”!
que nunca aparecieron y que al final no son más que fotos de fotocopias, y que ahora
también sabemos que nadie nunca certificó su legitimidad… Mentir tiene su
precio en la vida, pero en periodismo es, al cabo, letal.
La
derrota huele por todos lados como un incendio alrededor. La derrota con todos
sus miedos y sus desbandes. Cuatro años sembrando vientos, auguran una cosecha
de tempestades mejor que la de soja… ¿Qué será de los grandes odiadores una vez
vencidos?, se preguntan los funcionarios oficiales más expuestos… ¿Querrán
cobrarnos semejante destrucción, los negocios oscuros, las maniobras más
sucias, toda la mentira?... ¿Harán con nosotros lo que hicimos con ellos?... El
terror desata el pánico a bordo, y el resto es la dinámica del caos.
Perdido
por perdido, el sobrevalorado Jaime Durán Barba –cuyo ingenio nos gustaría probar
sin el tremendo megáfono del Grupo Papel Prensa en la mano-, ante semejante
desastre no tuvo mejor idea que reinventar a su personaje y hacer del muñeco
optimísta, futbolero y tarambana, un
presidente enérgico, decidido, firme, inquebrantable, incluso macho y bravo… pero claro,
Mauricio no es De Niro, y en pos de parecer Harry Truman, el resultado fue un híbrido
entre Fernando de la Rua y el Payaso Krusty. Ya nada sale bien más que el
desastre.
Macri
no da más, Clarín no da más, Cambiemos ya no existe, el Pro se descose por
todos lados, Stornelli acorralado, Ramos Padilla hundiendo el escalpelo
mientras el pus de la corrupción oficial supura sin parar; el dólar y la
inflación como fuegos de artificio que en su esplendor nos incendian, el consumo
en caída libre, y la sombra siniestra de una deuda impagable desplegada sobre
el largo porvenir…
Sin otra
estrategia política más que la mentira y el odio, ni otro plan económico más
que la timba financiera y el saqueo nacional… una oposición descompuesta o el
fraude es todo lo que les queda.
Titulaba
la 5ª de La Razón en la tarde del 24 de marzo de 1976: “el final es inminente”.
Carlos Extornelli: el héroe prófugo. |
* * *
Brillante.
ResponderEliminarSiempre está bueno, pero el de hoy es magistral.
ResponderEliminarEN realidad el título de LA RAZÓN el 23/3/76, tipografía 72, fue ES INMINENTE EL FINAL, pero el orden de los factores...
ResponderEliminar