El Martiyo pone online una vez más el blog Malvinas,diario de la guerra, una crónica de aquellos días narrada por quien que tuvo
la suerte de ser un corresponsal periodístico cuando tenía la edad para ser un
soldado.
Se advierte al lector que este diario no responde a los lugares
comunes acuñados por el Foreign Office y difundidos por sus repetidores
locales: la cortina de humo de Galtieri, los pobres chicos de la guerra, la
desigualdad frente al imperio…
Malvinas fue otra cosa.
LA GUERRA MALDITA
La Guerra por las Malvinas es el hecho maldito de la
intelectualidad nacional. Por izquierda o por derecha, surge el tema y nadie
sabe muy bien dónde ponerse.
Cuesta ponerse en contra cuando se trata de la única
gesta soberana concreta frente al aborrecido invasor británico en ya 187 años
de ocupación del territorio nacional. Las Malvinas son argentinas, eso sólo
puede dudarlo Macri, ni siquiera sus votantes.
Pero cuesta ponerse a favor cuando esa gesta la decide y
conduce la cúpula de la última dictadura militar y su banda de genocidas, quienes
en un broche de oro a su medida, ni bien vieron a los ingleses cerca salieron
corriendo de las Islas con sus camperas de duvet intactas.
Si bien la derrota facilitó las conclusiones fáciles -una
victoria sería, aún dada, inconcebible -, cuesta escapar a los tres o cuatro
lugares comunes que a partir de reducciones formidables, pretenden explicar uno
de los episodios más complejos de nuestra historia.
Pesa escuchar o leer cada año para la misma fecha, las
mismas liviandades. La cortina de humo de Galtieri, los pobres chicos muertos
de frío y de hambre, los borceguíes que nunca llegaron, ¡la locura de enfrentar
tan luego nosotros a un enemigo tanto más poderoso!... Además de su facilismo explícito,
es innegable el fervor colonial que todas estas teorías entrañan.
¿Era tan “igual” la guerra que llevó a cabo el flamante Ejército
Argentino contra el invasor español? Se trataba de una de las dos grandes
potencias de la hora -como si dijéramos hoy China o Estados Unidos- contra
soldados dispuestos “a pelear en pelotas, como nuestros paisanos los indios”,
nos recuerda tan luego San Martín.
¿Puede una cortina de humo de urgencia ser sin embargo
planificada años antes? El imaginario sin imaginación gusta porfiar que el paro
con movilización organizado por la CGT el 30 marzo, desató la recuperación de
las Islas el 2 de abril. La recuperación de las Islas era una antigua obsesión de la Armada, llevaba años de planificación, y fue una de las condiciones que Anaya le impuso a
Gatieri para apoyar la destitución de Viola y su ascenso al poder. Pensada para
principios de la primavera, el episodio Davidoff en Georgias desató la escalada
en el inicio del otoño.
¿Alguien recuerda, por acaso, que en 1983 se cumplían los
150 años de la ocupación británica, y que según la extensa lucha diplomática si
antes la Argentina no ejecutaba su soberanía se perdían para siempre los
derechos sobre las Islas?...
En el fondo de todas nuestras desgracias está la
banalidad con que encaramos cualquier asunto.
Este blog no es un ensayo ni pretende una teoría original.
Es un diario retrospectivo, una crónica elaborada con la información que
alumbraron los años, apuntes que guardé de aquellos días, y lo que retuvo la
memoria, diálogos, momentos, escenas, esas cosas que nunca se olvidan.
La historia de la Guerra por las Malvinas es un poco
mucho más compleja que las reducciones del Foreign Office y sus repetidores
locales. Sus testigos, sus cronistas, entre todos, con los años, acaso,
logremos algo de luz sobre su larga noche.
Este diario y su crónica son solo eso. Un aporte más en
memoria de esa guerra que tratamos de olvidar, y que tal vez por eso seguimos sin
entender. Sin querer entender.
Toda guerra es maldita, pero acaso esta más que ninguna.
* * *