////// Año XVº /// Editor Anónimo: Daniel Ares /// "Prefiero ser martillo que yunque", Julio Popper ///
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viernes, 3 de abril de 2020

MALVINAS: LA GUERRA MALDITA...



El Martiyo pone online una vez más el blog Malvinas,diario de la guerra, una crónica de aquellos días narrada por quien que tuvo la suerte de ser un corresponsal periodístico cuando tenía la edad para ser un soldado. 
Se advierte al lector que este diario no responde a los lugares comunes acuñados por el Foreign Office y difundidos por sus repetidores locales: la cortina de humo de Galtieri, los pobres chicos de la guerra, la desigualdad frente al imperio… 
Malvinas fue otra cosa.



LA GUERRA MALDITA







La Guerra por las Malvinas es el hecho maldito de la intelectualidad nacional. Por izquierda o por derecha, surge el tema y nadie sabe muy bien dónde ponerse.
Cuesta ponerse en contra cuando se trata de la única gesta soberana concreta frente al aborrecido invasor británico en ya 187 años de ocupación del territorio nacional. Las Malvinas son argentinas, eso sólo puede dudarlo Macri, ni siquiera sus votantes.
Pero cuesta ponerse a favor cuando esa gesta la decide y conduce la cúpula de la última dictadura militar y su banda de genocidas, quienes en un broche de oro a su medida, ni bien vieron a los ingleses cerca salieron corriendo de las Islas con sus camperas de duvet intactas.
Si bien la derrota facilitó las conclusiones fáciles -una victoria sería, aún dada, inconcebible -, cuesta escapar a los tres o cuatro lugares comunes que a partir de reducciones formidables, pretenden explicar uno de los episodios más complejos de nuestra historia.
Pesa escuchar o leer cada año para la misma fecha, las mismas liviandades. La cortina de humo de Galtieri, los pobres chicos muertos de frío y de hambre, los borceguíes que nunca llegaron, ¡la locura de enfrentar tan luego nosotros a un enemigo tanto más poderoso!... Además de su facilismo explícito, es innegable el fervor colonial que todas estas teorías entrañan.
¿Era tan “igual” la guerra que llevó a cabo el flamante Ejército Argentino contra el invasor español? Se trataba de una de las dos grandes potencias de la hora -como si dijéramos hoy China o Estados Unidos- contra soldados dispuestos “a pelear en pelotas, como nuestros paisanos los indios”, nos recuerda tan luego San Martín.
¿Puede una cortina de humo de urgencia ser sin embargo planificada años antes? El imaginario sin imaginación gusta porfiar que el paro con movilización organizado por la CGT el 30 marzo, desató la recuperación de las Islas el 2 de abril. La recuperación de las Islas era una antigua obsesión de la Armada, llevaba años de planificación, y fue una de las condiciones que Anaya le impuso a Gatieri para apoyar la destitución de Viola y su ascenso al poder. Pensada para principios de la primavera, el episodio Davidoff en Georgias desató la escalada en el inicio del otoño.
¿Alguien recuerda, por acaso, que en 1983 se cumplían los 150 años de la ocupación británica, y que según la extensa lucha diplomática si antes la Argentina no ejecutaba su soberanía se perdían para siempre los derechos sobre las Islas?...  
En el fondo de todas nuestras desgracias está la banalidad con que encaramos cualquier asunto.
Este blog no es un ensayo ni pretende una teoría original. Es un diario retrospectivo, una crónica elaborada con la información que alumbraron los años, apuntes que guardé de aquellos días, y lo que retuvo la memoria, diálogos, momentos, escenas, esas cosas que nunca se olvidan.
La historia de la Guerra por las Malvinas es un poco mucho más compleja que las reducciones del Foreign Office y sus repetidores locales. Sus testigos, sus cronistas, entre todos, con los años, acaso, logremos algo de luz sobre su larga noche.
Este diario y su crónica son solo eso. Un aporte más en memoria de esa guerra que tratamos de olvidar, y que tal vez por eso seguimos sin entender. Sin querer entender.
Toda guerra es maldita, pero acaso esta más que ninguna.




* * *

martes, 2 de abril de 2019

EL MARTIYO PRESENTA: DIARIO DE LA GUERRA DE MALVINAS



El año pasado recopilé mis apuntes y recuerdos de los días de la guerra en el blog MALVINAS – DIARIO DE LA GUERRA, que ahora vuelvo a poner online, día por día desde el 29 de marzo hasta su epilogo el 16 de junio. 
No es una ficción. 
Es una crónica periodística que entre otras cosas se opone a ciertos mitos simples surgidos de la derrora, y por simples,  masivos. 
Apenas un aporte más a la memoria de una guerra que tratamos de olvidar.



75 ÚNICOS DÍAS INMENSOS





A 37 años de los hechos, cansa y sin embargo sorprende escuchar periodistas y analistas -que en algunos casos incluso respetamos-, insistiendo todavía con la teoría que reduce la inmensa historia de esa guerra a una “cortina de humo del borracho de Galtieri”, y a continuación, infalibles, recitan el viejo inventario de lugares comunes sobre “los pobres chicos muertos de frío y de hambre”, “la inaudita pretensión de enfrentarnos tan luego nosotros a los amos del mundo”, y desde luego, la reducción de toda la campaña a unos cuantos casos puntuales –y por otro lado habituales en cualquier ejército y en toda guerra- de abusos y torturas por parte de oficiales y suboficiales.
Sorprende, porque a lo largo de todos estos años es mucha la nueva buena información aparecida a través de informes periodísticos, militares, políticos; más los incontables testimonios personales de los protagonistas de ambos bandos. Y cansa, porque ya son demasiados años oyendo las mismas pelotudeces.
Las cosas fueron bien más complejas.
La recuperación militar de las Islas, llevaba meses, acaso años de planificación. Era una vieja obsesión de la Armada, y su ejecución fue parte de las condiciones que le impuso Anaya a Galtieri para apoyar su salto a la presidencia y el correspondiente desplazamiento de Viola en diciembre de 1981.
Si bien la fecha prevista para la Operación Rosario estaba pensada para los inicios de la primavera, los episodios desencadenados en Georgias a partir del 20 de marzo, precipitaron los acontecimientos.
Los chicos de la guerra -exitosa expresión a gusto de Inglaterra con la cual se reduce a una manga de pobres pibes a tantos soldados valientes-, no es, por mucho que nos duela, una excepcionalidad nacional.
Desde el principio de los tiempos las guerras fueron libradas por “chicos”. Las huestes de Alejandro, el propio Alejandro, ya el Magno con 20 años; los soldados de Napoleón, el propio Napoleón, general con 24; los cientos de miles de chicos americanos y asiáticos que cayeron en Vietnam; el Tamborcito de Tacuarí y tantos otros pibes que no alcanzaron los manuales escolares; los incontables adolescentes alemanes y rusos caídos o congelados en Stalingrado, los miles de pendejos de Normandía… las guerras nunca las hicieron los grandes… o sí… pero las pelean los chicos. Siempre. Y no es un juicio de valor, es un dato.
Este diario, por ejemplo, refiere la noche feroz de Monte Logndon, cuando entre los muchos ingleses muertos, cayeron los soldados del 3 de Paracaidistas Ian Scriven, Jason Burt y Neil Grose. Los dos primeros tenían 17 años, el otro, esa noche, cumplía 18. The children of de war.
En cuanto a la mítica superioridad militar del enemigo, este diario también recuerda algunos hechos y datos puntuales que demuestran hasta qué punto se trata de otro lugar común, banal, y por lo tanto falso.
El propio John Sandy Woodward, comandante supremo de las fuerzas británicas en el Atlátnico Sur, escribe en su despacho del 13 junio refiriéndose al estado de su flota: “todo esto se viene abajo”. Y el 14, mientras Menéndez decide rendirse: “si los argentinos pudieran soplarnos, nos derrumbarían”.  
Conciente de que había tenido la suerte de ser un corresponsal de guerra cuando tenía la edad para ser un soldado; terminado el conflicto, durante años, traté de darle forma de relato a todo lo que había visto, oído, vivido, sentido y sabido. En 1994 la Editorial de la Flor publicaba mi novela Banderas en los balcones, una crónica ficticia de esos 75 días.
Este diario no es una ficción. Son mis apuntes, mis recuerdos, un trabajo de investigación que no cesa, una mirada retrospectiva a la luz de toda la información aparecida hasta hoy, una resistencia al olvido, y si valiera, un homenaje a todos los veteranos de Malvinas, quienes más allá de Galtieri, Menéndez y toda la dictadura, durante 75 inmensos días únicos, recuperaron la soberanía completa del territorio nacional, y nos dejaron sentir, aunque más no fuera por un rato, que ya no éramos una colonia.  
Por la vergüenza del presente, en su memoria estas páginas.

D.A. 2/4/19





https://diariodelaguerrademalvinas.blogspot.com/
Foto: Ricardo Canga


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