Los medios del monopolio que lo acompañó en su gestión genocida, apenas difundieron la noticia de la histórica condena, temiendo con buena lógica asociaciones inevitables entre los crímenes del uno y los diarios del otro, que entonces adquirían Papel prensa mientras encubrían esos crímenes. Hoy uno, Videla, fue condenado; y el otro, el Grupo Clarín-La Nazión, espera y desespera...
QUE PASE EL QUE SIGUE
“El rígido ayer”
Jorge Luis Borges
El mismo periodismo que se rasga las vestiduras por cada asalto, que espera el estallido social por cualquier robo, y que clama por seguridad como no clamaba en tiempos del genocidio; ayer apenas reparó en la histórica condena por robo sistemático de niños contra dos expresidentes de facto, y una parte de su banda de asesinos. Como si el jueves no hubiera pasado nada, como si sólo de un trámite judicial se tratase. Como si el rígido ayer fuera flexible. Y no.
Ninguno de los dos le dio la tapa. La Nazión le entrega el problema a un novato (a juzgar por su prosa), y éste pretende resolver el expediente con una crónica tan aséptica que podría leerse sin ningún riesgo en cualquier quirófano. Pero se le pianta la verdad inconfesable de sus patrones apenas ya en la bajada del título, cuando arranca diciendo: “Para la justicia (Videla) fue responsable…”. Para la justicia, o sea, no para todos. No para ellos, eso queda claro.
Clarín, ya complicadito con el tema –la condena data de los días cuando casualmente Ernestina y Magnetto encontraban niños abandonados por todas partes, (y de paso se quedaban también con Papel Prensa, sonriendo junto a Videla (¡hay fotos!))-, Clarín, decíamos, se limita a otra crónica no menos menor ni esterilizada, porque le parece más importante el posible paro de docentes en la provincia, las declaraciones de política interna de un intendente del conurbano, la ola polar, los dólares que no pueden comprar con la guita que les sobra, y desde luego, el llanto interminable de Riquelme. Aparte aporta –o eso cree- el oficial Daniel Santoro, quien en un galimatías complejo para descifrar y aburrido para leer, intenta reducir la histórica condena a una “ventana judicial abierta en tiempos de Menem”. En síntesis, para el Grupo Clarín-La Nazión, el jueves no pasó nada importante. Unos ancianos políticamente perseguidos, fueron previsiblemente condenados, y chau.
Hace mucho, es cierto, que no importa lo que digan La Nazión o Clarín, según fuera demostrado en las urnas del último octubre, cuando al cabo de tres larguísimos años denostando a CFK –como jamás hicieron con ninguno de los expresidentes condenados el jueves- obtuvieron el resultado que obtuvieron. Poco importa ya lo que diga ninguno de ellos. Sus legiones de habladores, también fueron esterilizadas.
Acaso a esta altura del descrédito, la única noticia y verdad que les queda a sus diarios, pueda encontrarse entre los comentarios de sus lectores, expresión anónima y por anónima cruda del sentir popular.
En uno y otro medio, en Clarín y en La Nazión , los menos celebran las condenas, pero los más rabian, chillan, interponen quejas de asuntos ajenos, y sobre todo, no contentos con las torturas, los secuestros y las desapariciones, se preguntan cuándo y por qué no juzgar a “los otros” a los “terroristas”, a los “montos”, a los “subversivos”…
Y entonces confirmamos hasta qué punto Clarín y La Nazión se reducen cada día más a un público de extrema derecha aplastado por la historia y ya sin otro sueño de salvación personal que el golpe de estado, la guerra civil o delirios así.
Gracias Videla, 30000 fueron pocos, dicen y dicen, qué son 50 añitos contra las 30000 mil o más ratas que limpiaron de la patria, dice otro, y otros los llaman, a estos asesinos, “mártires”. Muchos en cambio, no satisfechos con los secuestros, las torturas y las desapariciones, se preguntan cuándo y por qué no juzgar a los otros, a los terroristas, como si Videla y los suyos no lo hubieran hecho en su momento, cuando lo fueron todo: el poder, la justicia y el cadalso. “Los derechos humanos son para todos”, no paran de repetir sin que se entienda bien qué es lo que quieren: ¿Que Videla quede libre? ¿Que reciba una pensión? ¿Que tenga una avenida?... Juzgan el juicio de “circo” y piden que se “ocupen mejor de la inseguridad”, ¿se supone que por el sólo paso del tiempo los asesinos y secuestradores y torturadores deben ser perdonados?, ¿los de ayer hoy y los de hoy mañana? ¿eso piden? No se entiende…
Pero tampoco importa, está visto. Poco importa lo que digan o callen el Grupo y sus últimos fanáticos. Poco importa porque la buena noticia es justamente esa: que ya no importan, que se reducen inocuos a minorías vencidas que se retiran así, cacareando falacias, callando como quien otorga en un intento por borrar, con su olvido solo, la memoria de todos. Y no.
Videla y parte de su banda de asesinos, secuestradores y torturadores, fueron condenados por fin, en algunos casos, a morir en la cárcel. Y aquí no cabe suponer “algo habrán hecho” porque ahora todos sabemos lo que hicieron. Hicieron esa historia, que ahora vuelve por ellos, porque ellos la hicieron. Videla y Bignone, el Tigre Acosta y Ernestina, Magnetto y Rivero, los Camps y los Mitre… y siguen las firmas. (*)