La semana que pasó por fin la Corte Suprema de Justicia acabó de un esperado plumazo con los berridos cautelares del Grupo Clarín-La Nazión, que así se resistía a devolver sus bienes malhabidos. La guerra con Dos medios comenzada en 2008, llega así a su fin, con la victoria de la justicia.
El Martiyo, soldado de esa guerra, celebra con los que celebran y saluda a los vencidos, o más bien: los despide …
El Martiyo, soldado de esa guerra, celebra con los que celebran y saluda a los vencidos, o más bien: los despide …
HABÍA UNA VEZ DOS DIARIOS
El 7 de diciembre de 2012 el gran Grupo que gobernara la Argentina desde 1976 hasta no hace tanto, dejará por fin de ser. Morirá, bah. Obligado a vender -como quien devuelve- las dos terceras partes de sus medios, los medios que le queden ya no serán nunca más lo que fueron, pederán peso y poder, la competencia y sus propios pasados harán el resto, la estampida interna no se hará esperar, y así morirán también tantos años de periodismo sin periodismo en la Argentina.
Algunos aún –nostálgicos o rabiosos- quieren creer que ambos diarios son más que eso, apenas dos empresas con fines de lucro; sino instituciones culturales argentinas que no, que no morirán... Pero sí, sí morirán. Como murieron la garita, los fósforos Ranchera, y el vino con soda para los niños. Todo tiene su tiempo bajo el sol, incluso el sol, y el sol de estos dos ya se apagó.
La Gaceta, Caras y caretas, Crítica, Radiolandia, El Hogar, El Grafico, La Prensa, títulos en su hora aparentemente invencibles y eternos, y no. Los grandes medios también mueren. Algunos porque se desprenden de su tiempo, y pierden lectores, y con los lectores, claro, se van los avisos, y así más temprano que tarde estos medios simplemente funden. Otros se equivocan históricamente, rifan su credibilidad, y se condenan solos. A Clarín y La Nazión les pasa todo junto.
Ajenos al voto de las mayorías, o más bien: muy por encima del voto de las mayorías; despreciaron a la gente y la gente los despreció. En nombre de sus solos intereses, se cagaron en los intereses de todos, y fueron descubiertos. Acorralados por su pasado mintieron, y dejaron de creerles. Ahora se deshacen, y es justicia. Suprema.
El fallo de la Corte demostró hasta qué punto era otro chiste triste lo de la Ley Mordaza. Será todavía discutido, chicaneado, el Grupo peleará por dilatar los plazos, o cosas así. A sus dueños les espera la cárcel, en el mejor de los casos el largo purgatorio de los tribunales, la verdad y el escarnio. Espalda contra el piso, es lógico que se defiendan como puedan. Pero están condenados, y no sólo por la Corte..
El final comenzó hace mucho, y ahora empieza a terminar. De a poco pero rápido, el Grupo Clarín La Nazíon se irá desprendiendo de sus demasiados medios, con ellos perderán no sólo dinero, sino también repercusión y cómplices, y por lo tanto poder –o sea protección, ventajas e impunidad-, en breve así sus caros profesionales resultarán acaso demasiado caros, y migrarán como golondrinas detrás de otras primaveras, muchos de ellos (por las dudas el viaje sea largo), se irán cargados de secretos dispuestos a vendérselos a la competencia, y así a su vez la competencia será cada día más fuerte y más recia; y para entonces los avisos, los anunciantes, se habrán ido hace mucho, y de aquellos dos grandes diarios que durante tanto tiempo fueron La Verdad, no quedarán más que las sombras largas y negras del ocaso de sus historias…
Con espíritu de quinta columna inauguramos El Martillo en Clarín blogs el 4 e octubre de 2008 cuando la crisis con las grandes cerealeras nos probó hasta qué punto el Grupo había poseído las mentes y las almas de vastos sectores argentinos. 678 solitario y virtual, no cedimos nunca y les pegamos por dónde pudimos, allí están para probarlo nuestras secciones Medios medios, El Martiyo contra Clarín, La patria escrita, La guerra con DOS medios… Por fin el enfrentamiento llegó a tal punto que una semana después de un destaque en el portal principal de Clarín.com, allí nos censuraban y nos clausuraban, confiscaban todos nuestro archivos, y nos expulsaban de su comunidad. Honrados aunque diezmados, nos clonamos aquí, en El Martiyo de Blogpost, y continuamos la lucha sin dejar de avisarles que la victoria era nuestra. Y la victoria ha llegado.
Soldados de esta guerra, humildes pero también triunfales, saludamos a los vencedores, y nos prendemos en el pecho un pedacito de esta gloria.
A los otros, al enemigo vencido, lo de siempre: ni agua.(*)
Todo concluye al fin. |
(*) "Al enemigo ni agua": el día que se pudrió con Clarín blogs.
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