En un episodio por demás didáctico, sin perder su sabia
sonrisa aborigen, Evo Morales ilustró al mundo sobre la actual relación de
fuerzas internacionales que lo tensa; y hasta qué punto ahora el patio trasero
de los Estados Unidos ya no es la emergente América Latina, sino la vieja
Europa de la Nueva Unión
terminal.
VEJÁMENES DE LA
CONQUISTA
“En 1517 el P. Bartolomé de las Casas tuvo mucha lástima de
los indios
que se extenuaban en los laboriosos infiernos de las minas de oro antillanas,
y propuso al emperador Carlo V la importación de negros, que se extenuaran en los laboriosos infiernos de las minas de oro antillanas”.
que se extenuaban en los laboriosos infiernos de las minas de oro antillanas,
y propuso al emperador Carlo V la importación de negros, que se extenuaran en los laboriosos infiernos de las minas de oro antillanas”.
Jorge Luis Borges, (El atroz redentor Lazarus Morell).
"El colonizador europeo, ahora se ha convertido en colonizado".
Evo Morales
Cuando allá por el 2008 Barak Obama ganaba sus
presidenciales, y por todo el mundo todo tipo de personas se alegraba por el
cambio que suponía; El Martiyo prefirió subrayar el retorcido racismo que
animaba tales festejos, reducidos en lo sustancial a que el nuevo
presidente era negro. Como si alguna raza fuera mejor, o superior, que las otras. “Un presidente de los Estados Unidos –decíamos
allí- será siempre un presidente de los
Estados Unidos”. El tiempo apagó aquellos festejos, y nos dio la razón. Que
no es para festejar.
Muy por el contrario, la invasión a Pakistán en mayo de 2011
para la ejecución sumaria de un ciudadano saudí (Osama Bin Laden); y ahora, el
atentado físico, moral y jurídico a un jefe de estado extranjero (Evo
Morales); nos dejan toda la razón del mundo: no hay nada que festejar...
A no ser el contraste que nos permite confirmar que el yugo
que antes cargaba América Latina, ahora lo lleva la Unión Europea , cuya
sumisión a los amos de Washington, ayer quedó mundialmente expuesta. ¿pero es para celebrar la vergüenza ajena?...
En la Casa Blanca tampoco hubo alegría. Cambiaron
un jardín infinito, por un castillo en ruinas. Europa es tierra yerma, unión de
estados en estado terminal desde siempre en conflicto. Razas bravas de
saqueadores, sus broncas étnicas llevan siglos sin resolverse ni a tiros, mientras
sus países son dibujos en los mapas que desdibujan con frecuencia entre imperios que se
deshacen, y por lo tanto desesperan. No, Europa no es Latinoamérica, pero responde mejor.
Con subordinación y sin ningún valor, España, Portugal, Italia y
Francia no precisaron siquiera un mail de la
Casa Blanca para violar en su nombre todos
los tratados y las leyes y los protocolos internacionales, reteniendo, o sea: deteniendo; o sea secuestrando, a un jefe de estado extranjero, con el
correspondiente riesgo para su seguridad y la de su comitiva. Todo en nombre del amo.
El hecho alcanza su significado más desgraciado cuando se
recuerda el sólo móvil de tantas vejaciones: apenas la escuálida posibilidad -el rumor, la ilusión, la fantasía o/y el pánico-,
de que a bordo del avión presidencial boliviano se escapara el espía norteamericano Edward
Snowden, el hombre que acaba de avisarle, a toda Europa, que los Estados Unidos
también los espía a ellos, les chupa los teléfonos, y les revisa el correo. A
todos, y a cualquiera. Y sin embargo…
En nuestra sección Europa en Guerra, venimos anunciando el trágico desenlace bélico que acecha una vez más –y van- al viejo
continente, (como se ve, ya demasiado viejo).
La soberanía económica resignada ante los gerentes de la "troika"; la soberanía política de todos los miembros de la zona del euro a los humores de Alemania; la recurrencia demente en plena crisis a las recetas del FMI, que en las últimas décadas
del siglo XX gangrenaron a Latinoamérica; la carísima protección militar que le
pagan desde hace más de medio siglo al Pentágono; no son síntomas sino causas
de un presente que no ofrece -como Winston Churchill hace setenta años-, más que sangre, sudor y lágrimas. Y sin
embargo…
Ajustes y más ajustes, desocupación y más desocupación,
recesión y más recesión, decepción, resentimiento, mucho resentimiento, y un
gran desconcierto entre sus pueblos, que sin entender y hartos, ahora se
preguntan por qué se la agarran con Evo, si el que los espía es Obama.
Pero sus líderes no responden, evaden o se esconden, ensayan explicaciones aerotécnicas,
y disculpas que dan vergüenza...
En contraste, ante los hechos, América Latina reacciona como
una sola gran nación de estados de verdad soberanos. Hoy ya se reúne de
urgencia la Unasur ,
y ayer todos los presidentes todos manifestaron sin eufemismos su rechazo al
imperialismo norteamericano y sus colonias europeas.
Tal vez hay algo para celebrar, sí, pero es sólo eso: un
contraste, un juego de luces y sombras entre lo que es y debe ser, y lo que ya
fue, y así termina. Entre una América Latina que emerge soberana, y esa
Europa colonial, que por algo se deshace.
Como síntesis estética del nuevo mundo que nos toca;
rescatamos de este episodio tan ilustrativo, la inmensa figura sencilla de Evo
Morales cruzando los cielos de la Tierra sin encontrar por dónde, y sin perder la sonrisa,
mientras nos explica, sin palabras casi, pero con ancestral contundencia, qué
poco han progresado los genocidas de la Conquista.
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