Las cámaras de Sergio Massa y el reality de su robo mientras
se saca el saco y se pone el pongo.
Los monólogos de la serie "Ella o vos" de
Federico de Narvaez, y su carcajada del final, casi sarcástica, casi demente,
del todo preocupante.
El chistoso "cenador" Rodolfo Terragno cocinando chocho como si la Alianza no hubiese
sucedido nunca.
La simpática saga de Argen y Tina con Ricardito Alfonsín
disfrazado del padre, y la Stolbizer más o menos.
Lilita y Pino en una adaptación libre de los Simpson con Gil
Lavedra como Milkhouse …
No por nada el Grupo Clarín decidió cerrar la campaña de sus candidatos en la fiesta del Martín Fierro, desde el Colón de Macri, a toda farándula, y con claqué propia.
¡AGUANTE LA
FICCIÓN!
Nunca quizá nadie entienda jamás qué se proponía Sergio
Massa con la producción barata de una película torpe sobre un ladrón estúpido sin
diálogo ninguno, y encima en blanco y negro. Por algo venían retrasando su
estreno. Pero otra vez el aguafiestas de Horacio Verbitsky les arruinó la sorpresa,
y desde entonces el niño Clarín del año
no para de explicar por la mañana lo que desmiente por la noche, mientras
insiste tildado en la importancia de filmarlo todo. Y es lógico: si pierde las
elecciones, siempre le queda el Martín Fierro, un premio amigo.
Sin embargo, no corre solo. A falta de ideas, proyectos y gestión
de los políticos a vender; los publicistas de la oposición –ningunos mancos- supieron
hacer de ese vacío un arte, y acaso como nunca antes en la historia moderna de
la democracia argentina, nos entregan un auténtico festival de cortos en un
nuevo género que se permite a un mismo tiempo la comicidad, el grotesco y el
terror.
No es fácil. Se trata de vender un perfume sin olor, una
pintura invisible, un jabón que mancha, una escoba que suelta polvo…
Porque ninguno de todos estos directores recurre al
facilismo de un contenido político que sustente el producto que ofrecen. Es el envase
vacío, y a pelearla. La caja sin los zapatos, el auto sin el motor, la fachada
sin la casa atrás… No es fácil.
En tal sentido estas PASO serán alumbradoras, acaso para el
mundo, porque permitirán medir, con precisión inusitada, el peso específico de
la publicidad. Esta vez no hay producto.
La simpática saga de Argen y Tina -nobleza obliga- está a la
altura de lo mejor de Suar, que no será Tarantino, pero… una pena que al final
aparezcan el hijo de Alfonsín y la
Stolbizer , la serie daba para mucho más, pero eso es todo. Propuestas
cero.
Federico de Narváez, en cambio, eligió el stand up y se
presenta solo, sonriendo con la sonrisa que le quedó de tanto comer con Mirtha;
feliz como un millonario, mientras con suficiencia y canchero, empieza a
pegarle a “Ella”, hasta que al final, sorprendentemente, la llama “la más bella”,
y allí remata con una carcajada propia de Ibañez Menta. Tampoco él ofrece
ninguna propuesta, pero a cambio nos deja una profunda inquietud: ¿hasta qué
punto el dinero entontece?...
Rodolfo Terragno, el “cenador” (?), intenta gracioso una
especie de humorada que no hace reír porque no se entiende, pero que en nada
eclipsa su protagonismo indeleble en la catastrófica Alianza del bobo salvaje
de Fernando de la Rua.
La troup de los Unen
con su circo ambulante, y sus peleas de Sprinfield, Lilita que le grita a Pino,
Pino que le grita a Lilia, y Gil (Lavedra) que llora entre los dos como
Milkhouse… es imposible no imaginarlos después de cada función, ya todos juntos
a solas, matándose de risa de sus propias bromas, la gran burla que son para el
que piensa… ¡Todo es fantástico, todo es maravilloso! ¡Aguante la ficción!...
En un panegírico de pesadilla, vimos sin conseguir entender a Alfredo
de Angelis soltando un Sapucai, al colorado Macalister haciendo un asado, y hasta la desaparición sistemática de unos chorizos sobre una parrilla… humor,
grotesco, terror…
Candidatos sin gestión para ostentar ni trayectoria que
recordar, o ya incinerados por sus propios archivos; promesas que no llegan a
ser propuestas, o propuestas herméticas cuyos mecanismos de resolución nadie
conoce, ni siquiera el que las propone. Allí se lleva una estatuilla, cómo no,
Diego Santilli, candidato a senador por el Pro, advirtiendo que “propuestas
hay, pero todavía no es el momento de darlas a conocer”. Si eso no es el vacío,
el vacío dónde está…
En la humilde opinión de este blog, nunca tanta nada produjo
tanto algo. Y lo saludamos. Directores, creativos, técnicos, proveedores,
catering, cadetes, administrativos, actores y maquilladores, la industria del
cine también es la industria de la publicidad, y muchas veces rascadas como
estas para clientes como estos –que no se fijan en gastos porque total la guita
no es de ellos-, sirven para sustentar otras películas que sí valen la pena.
En cuanto a la realidad… no creemos, humildemente también,
que ninguno de estos “candidatos” –la sola palabra nos causa risa- tenga
verdaderas intenciones de actuar en política. Con actuar les basta, y con lo
que tienen -sus spots, sus bolos en TN, etc-, ya está bien. Quizá alguno de
ellos, cómo no, sueñe o se ilusione con ser un día presidente. Sueñe, o se ilusione. En cuanto a la
realidad… se verá el domingo cuando cada argentino con su voto nos dirá de
verdad cuál es el peso específico –sin lastres de contenido- de la espuma de la
publicidad.
Así también nos abstenemos de comentar los spots del
oficialismo, por no parecer más oficialistas de lo que somos, pero el del niño
coya que recita junto a Cristina, no conmueve, únicamente, a los corazones que ya no laten…
Por lo demás, este blog, que nunca presumió objetividad
porque se jacta de su honestidad, ha revisado con esa misma honestidad la
trayectoria y las propuestas de los candidatos de Clarín –basta de eufemismos-,
y no halló, sin embargo –o por lo tanto-, más que eso: la espuma de la
publicidad… o el vacío de lo inconfesable
No por nada este año la entrega de los premios Martin Fierro
quebró su propia larga tradición y pasó de mayo para agosto. Así el Grupo Clarín
clausuró oficialmente la campaña de sus candidatos: en el Colón de Macri, a
toda farándula, con claqué propia, y un Lanata tan exultante, que hasta le
agradeció el premio al vicepresidente Boudou, como el ahorcado feliz que nunca
olvida su soga.
¡Aguante la ficción!... para realidad está el domingo.
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