Campeón
mundial de Tiro por la Culata, hundido en las encuestas, sin más rumbo
económico que el abismo inminente, ni más opciones que el
fraude o la derrota, perdido por perdido, el gobierno de la 2ª Alianza guardaba su última ilusión
electoral en el juicio a CFK. Pero otra vez ella les corrió el arco, renunció a
su candidatura, y desbarató la campaña oficial, reducida a tapar con la ajena, el
magno desastre de la propia gestión. Los grandes medios agitaron los fantasmas
de Cámpora y Perón. Pero esta vez el grito no les sirve.
FERNÁNDEZ
AL GOBIERNO
FERNÁNDEZ
AL PODER
Foto: Fabian Marelli |
Varias
veces medalla de oro en la disciplina Tiro por la Culata, el equipazo
gobernante alcanza una nueva marca con los resultados obtenidos por la
formidable persecución a CFK. Ella se baja de la candidatura presidencial, y ahora
todo lo pensado para enfrentarla en campaña –lo único pensado- les explota en
la cara como un chasco barato.
Argentina
extraña. Mientras Mauricio Macri se defiende de los propios para imponer su
candidatura, Cristina Kirchner renuncia a la suya pese al clamor de los propios.
En esa
simetría perfecta que ofrecen ambos en todo (desde el sexo a la oratoria, pasando
por las ideologías y la consideración en las encuestas), acaso representen la
Argentina total, eterna, incesante. En términos prácticos: la del peronismo y
el antiperonismo.
Las dos
fuerzas que se enfrentan a lo largo de la historia aún antes de llamarse así,
la que construye y la que destruye; la que amplía derechos y la que bombardea
civiles; la que glorifica a los militantes, y la que los fusila, la que los
multiplica, y la que los desaparece; la que se integra a Latinoamérica, y la
que la desprecia; la que incluye y la que excluye; la de las multitudes en la
Plaza, y la de las vallas en la Plaza; la que reclama Malvinas, y la que las
entrega. Las dos se enfrentan otra vez.
Pero son
días inéditos. La exitosa destrucción nacional llevada a cabo por la 2ª Alianza
–superadora de la 1ª- no registra por lo tanto precedentes. El gobierno que
viene no heredará un país en ruinas, sino una colonia sitiada. Su economía
dirigida desde Washington, su aparato mediático-cultural alineado con la
Embajada, un PBI ya embargado, su oro en Londres, y parte del territorio
nacional ocupado por Gran Bretaña y las fuerzas de la OTAN. No habrá deja vu. Días
inéditos.
Entre
impericias y codicias hace rato que Macri ya no baila sino al borde del abismo
que la historia le reserva a los peores, un abismo sin fondo y sin olvido. La
web y sus redes volverán inmortales sus dislexias y sus fursios, sus mentiras y
sus delitos, desde las cloacas de Morón a la entrega nacional. No será precisa
la venganza, bastará con la justicia. No puede perder.
Centro
solar del universo político argentino, Cristina Kichner volvió a sorprender
como sorprenden siempre los distintos. Tan distinta que recupera el
protagonismo con una renuncia sin embargo. Con la gracia de un paso de danza
salta la grieta y pone en su lugar a uno de sus mayores críticos. Y como si esta
vez sí fuera magia, convierte en un montón de dólares confederados todo el odio
acuñado por el oficialismo.
La
genialidad de la jugada la destacaron inmediatamente sus mejores detractores. Rápido
se apuraron a criticarla Eduardo Duhalde, Guillermo Moreno, Julio Bárbaro,
Miguel Pichetto, Elisa Carrió, Eduardo Feinmann, los portales de Clarín y La
Nazión, Hernán Lombardi, y la izquierdita argentina. Sólo faltaba Spruille
Braden. Ya todo estaba dicho.
En
Olivos no comenzaba el sábado que ya el fin de semana se había terminado. Se
frotaban las manos esperando el juicio por el cual tanto se las habían
ensuciado manoseando a la Corte Suprema, cuando de pronto otra tormenta que
tampoco vieron venir los sacaba de rumbo y los mandaba de vuelta contra los
arrecifes ¿Y ahora? Macri y su muñeco Marquitos, de viaje el ventrílocuo
oficial Duran Barba, apelaron a frases hechas hace mucho, de esas que se hacen
cuando no se sabe qué hacer. La noticia saltaba como un sapo desde un pastel de
bodas.
Con los
restos del odio y los medios que los encubren, enseguida probaron suerte con la
teoría del títere; sacudieron los fantasmas de Campora-Perón –sin advertir que
esta vez el grito sería “Fernández al gobierno, Fernández al poder”-, y hasta agitaron
la sospecha de una posible conspiración vicepresidencial como la que tanto le aplaudieron,
esos mismos sectores, al hoy inexistente Julio Cleto Cobos.
Pero nada
de eso basta –saben- para cubrir el fracaso transversal obtenido en todos los
planos de su gestión.
Tan
solo resta la foto del banquillo que es toda su fortuna, el juicio a Cristina,
un juicio literalmente flojo de papeles y basado de arranque en los testimonios
de Daniel Santoro, Leonardo Fariña y Marcelo Dalessio. Tres tristes truchos.
Pero el
“plan Lula” también se derrumbó. El candidato es otro, y aún si el gobierno
consiguiera presionar a esos jueces hasta meter presa a Cristina, la jugada
ahora sería más riesgosa que antes. Encerrada al cabo de un injusto proceso (el
arrugue de la Corte el jueves no alcanzó para borrar con el codo lo escrito el
miércoles y para siempre), su voz alcanzaría una potencia mayor y el caudal de
votos para su candidato aumentaría. Y la Corte que no pudo soportar la presión
de esas multitudes que el otro día ni siquiera Clarín pudo encontrar, tendría
que enfrentarse a esas multitudes que el otro día coparon la Rural bajo la
lluvia, y que ni siquiera Clarín pudo ocultar. Todas las encuestas y los
hechos, el libro y las multitudes, demuestran el claro efecto rebote que
tuvieron los ya más de once años de acusaciones y persecuciones mediáticas y
judiciales ¿Por qué la cárcel funcionaría peor?
Pero no
hay más. El resto es fracaso.
La
lluvia de inversiones, los brotes verdes, la luz al final del túnel, la pobreza
cero, la justicia independiente, la inflación, la deuda externa… y la causa de
Dolores, donde el juez Ramos Padilla sigue hundiendo el escalpelo hasta el
hueso presidencial del mejor equipo de los últimos 50 años. Vestigios de sí
mismos, ellos también son los restos del odio.
Sin
embargo están perdidos pero no vencidos, y cuanto más perdidos, más peligrosos,
más feroces. Saben que la derrota entraña la cárcel y no están dispuestos.
En
nuestro post del 23 de marzo, El final es inminente, advertíamos que tal y como
iban las cosas las únicas esperanzas de reelección que le quedaban a Macri eran
el fraude, o una oposición descompuesta.
La
oposición se compone.
Mejor
estar atentos.
* * *
Como siempre: excelente.agudo,inteligente.. Lo comparto. Gran ABRAZO, dANI.
ResponderEliminarEXCELENTE:ME PREGUNTO ¡NADIE HABLA QUE SEVA A HACER CON LA FORMA DE IMPEDIR EL FRAUDE ELECTORAL ?O ME EQUIVOCO
ResponderEliminarMagistral!!!
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