El Martiyo pone online una vez más el blog “Malvinas, diario de la guerra”, una crónica de aquellos días narrada por quien tuvo
la suerte de ser un corresponsal periodístico cuando tenía la edad para ser un
soldado.
Se advierte al lector que este diario no responde a los
lugares comunes acuñados por el Foreign Office y difundidos por sus repetidores
locales: la cortina de humo de Galtieri, los pobres chicos de la guerra, la
desigualdad frente al imperio… Malvinas fue otra cosa.
LAS ISLAS MALDITAS
La Guerra por las Malvinas es el hecho maldito de la
intelectualidad nacional. Por izquierda o por derecha, surge el tema y ya nadie
sabe muy bien dónde ponerse.
Cuesta ponerse en contra cuando se trata de la única
gesta soberana concreta frente al aborrecido invasor británico en ya entonces 150 años de ocupación del territorio nacional. Las Malvinas son argentinas, eso
sólo puede dudarlo Macri, ni siquiera sus votantes.
Pero cuesta ponerse a favor cuando esa gesta la decide y
conduce la cúpula de la última dictadura militar y su banda de genocidas, quienes,
en un broche de oro a su medida, ni bien vieron a los ingleses de cerca,
salieron corriendo con sus camperas de duvet intactas. Yo lo vi.
Si bien la derrota facilitó las conclusiones fáciles, agota
escuchar y leer a través de los años siempre los mismos lugares comunes que, a
partir de reducciones formidables, pretenden explicar uno de los episodios más
complejos de nuestra historia.
La cortina de humo de Galtieri, los pobres chicos muertos
de frío y de hambre, los borceguíes que nunca llegaron, ¡la locura de enfrentar
tan luego nosotros a un enemigo tanto más poderoso!, el pic-nic que se hicieron
los ingleses... Además de su
facilismo, es innegable el fervor colonial que todas estas teorías entrañan.
Los chicos de la guerra. La expresión quedó impresa apenas terminó la guerra
merced a un libro urgente para la venta titulado así. El libro consistía
en una serie de entrevistas a un puñado de conscriptos que allí contaban lo mal
que la pasaron en la guerra como cualquier soldado en cualquier guerra, el
frío, el hambre, el miedo, en fin, no había novedad, y sin embargo, todavía
hoy, tantos años después, el clisé no cesa y mientras llaman “héroes” a los
excombatientes, al mismo tiempo se los trata como “víctimas” ¿En qué quedamos? Daría
risa si no fuera triste la pretensión argentina que supone cierta originalidad
en la juventud de sus tropas, como si existiera una sola guerra en la historia librada
por “adultos mayores”. Desde las huestes de Alejandro hasta las actuales
contiendas en Afganistan, Siria o Irak, pasando por Waterloo, Vietnam o
cualquiera de las grandes guerras, la primera línea nunca superó, con suerte,
los 20 años promedio. En la noche infernal de Monte Longdon también cayeron los
británicos Ian Scrivens, Jason Burt y Neil Grose, pertenecientes al regimiento 3 de Paracaidistas. Los dos primeros tenían 17 años, el otro esa noche cumplía 18. Desde
siempre y por siempre, los mayores deciden las guerras, pero las hacen los
chicos.
La tremenda superioridad británica... ¿Y qué tan “igual” habrá sido la guerra que libró el
flamante Ejército Argentino contra el invasor español?... También entonces se enfrentaba
a una de las dos grandes potencias de la hora con soldados dispuestos “a pelear
en pelotas, como nuestros paisanos los indios”… ¿O qué tan superior sería el
equipamiento del Vietcong frente al ejército norteamericano?... Malvinas
también fue una guerra de independencia.
La cortina de humo de Galtieri. ¿Puede una cortina de humo coyuntural ser sin embargo
planificada años antes? El imaginario sin imaginación gusta porfiar que el paro
con movilización organizado por la CGT el 30 marzo, desató la recuperación de
las Islas el 2 de abril. Pero esa campaña llevaba por lo menos dos años de
planificación, incluso fue una de las condiciones que Anaya le impuso a Gatieri
para apoyar la destitución de Viola y su ascenso al poder. Pensada para
principios de la primavera, el episodio Davidoff en Georgias desató la escalada
en el inicio del otoño.
El pic-nic que se hicieron los ingleses. Justamente No pic-nic es el título del libro
escrito por el comandante británico Julian Thompson, donde recuerda la batalla
de Monte Longdon y qué tan cerca estuvo de ordenar la retirada de sus tropas espantado
“por aquellos adolescentes disfrazados de soldados que nos estaban provocando
tantas bajas”. El 13 de junio el almirante John Sandy Woodward, comandante de
la flota británica, le advierte a Londres en su despacho diario: “todo esto se
viene abajo”. Ya el 14, mientas Menéndez decidía su rendición, Woodward es más
explícito: “si los argentinos pudieran soplarnos, nos derrumbarían”. Ningún
pic-nic.
En el fondo de todas nuestras desgracias nacionales está
la banalidad con que encaramos la historia.
Este blog no es un ensayo ni pretende una teoría original
sobre esa guerra. Es un diario retrospectivo, una crónica elaborada con la
información que alumbran los años, apuntes que guardé de entonces, y lo que retuvo
la memoria, diálogos, momentos, escenas, esas cosas que nunca se olvidan.
La historia de la Guerra por las Malvinas es un poco
mucho más compleja que las reducciones del Foreign Office y sus repetidores
locales. Sus protagonistas, sus testigos, sus cronistas, entre todos, con los
años, acaso, logremos algo de luz sobre tanta noche.
Este diario y su crónica son solo eso. Un aporte más a la
memoria de esa guerra que tratamos de olvidar, y que acaso por eso seguimos sin
entender. Sin querer entender.
Porque toda guerra es maldita, pero esta más que ninguna.
* * *
En general, NO se habla de la guerra, sino de los chicos y sus madres, la tristeza, el sufrimiento y el dolor profundo, tan profundo que muchos ex combatientes se suicidaron.... pero de lo que debería hablarse no se habla, de la joda militar, no? Si la Armada "planeó" 2 años.... mamita, son pésimos, tuvieron durmiendo en un puerto la extensión (metálica) de la pista de Pto. Argentino y los Mirage tenían que operar en el límite de su combustible y sin tiempo de elegir blanco (los barcos con tropas y logisticos), héroes?, sí, pero al costo del desperdicio de un esfuerzo enorme... que incluso cargaban con la mochilita de que las bombas explotaban tarde en el agua, después de atravesar los barcos (por éso no se hundieron más), la Armada tenía bombas pensadas para justamente éso ("frenadas"), las aportó?, NO, ,seguramente por "celos" con la FAA, perdieron un submarino pillado por un helicóptero (dos años "planeando" y que te emboquen así?) y el "9 de julio" (ex Phoenix - Pearl Harbor), yirando al cuete con un submarino nuclear en el traste, quién lo mandó ahí, para qué?....claro, los chicos pelearon y con justicia se ganaron el respeto inglés pero también se loS estaqueó, maltrató y cagó de hambre. quiénes?, los "profesionales que lo planearon 2 años".... desde lo humano, la tortura es ALGO asqueroso, pero una guerra es y no es humana y un milico que estaquea e incapacita a un soldado es un, además de otras "virtudes", saboteador que actúa para el enemigo, acá, mil años después se los sigue encubriendo (los profesionales en serio podrían haberlos echado a patadas, pero no)...
ResponderEliminarEn fin, usted estuvo ahí, yo no y toco de oído y leído...