-BLOG DISTINGUIDO POR EL GRUPO CLARÍN CON LA EXPULSIÓN Y PROHIBICIÓN ABSOLUTA EN SU COMUNIDAD, JA JÁ-
////// Año XVIº /// Editor Anónimo: Daniel Ares /// "Prefiero ser martillo que yunque", Julio Popper ///
domingo, 8 de diciembre de 2019
miércoles, 27 de noviembre de 2019
AMÉRICA LATINA: CINCO SIGLOS Y YA…
Ecuador, Perú,
Chile, Colombia, Argentina, Bolivia, manifiestan su hartazgo frente a los
planes de Washington, que acorralado por el incesante fracaso de su política
exterior, retoma entrados al siglo XXI los métodos del XX, y ya prueba otra vez
con golpes cívico militares sin distinguir entre las multitudes esporádicas que
agitan las calles, y los pueblos que por fin se levantan.
CINCO SIGLOS Y YA
Uno de los más
graves errores que puede cometer un gobernante, de cualquier procedencia que
fuera -democrática o no-, es confundir al pueblo con las multitudes. No son lo
mismo. Las multitudes son frecuentes, variados motivos las convocan, pero solas
se disuelven al cabo de unas horas, o se reprimen y se disipan. Los pueblos no.
Sólo el hartazgo los convoca, y por nada se disuelven.
Desde 1789 la
historia enseña que una vez que los pueblos se sublevan no vuelven a casa hasta
que concluyen su jornada. La Revolución Francesa, la Rusa, la China, el 2 de
mayo de Madrid, el 17 de octubre argentino, son sólo unos pocos ejemplos del
tronar del escarmiento cuando los pueblos agotan su paciencia.
Los Zares de
Rusia, Luis XVI y María Antonieta, son algunos de quienes ayer confundieron al
pueblo con una multitud. Hoy tenemos a Piñera, Añéz, Lenin Moreno, Duque... Ellos también creen que enfrentan multitudes,
que bastará con reprimirlas o esperar, y chau. Y no.
En Ecuador una
rebelión indígena hizo recular sobre sus ruedas al presidente Lenin Moreno con
el FMI a cuestas. El histórico traidor todavía trata de dibujar los nuevos
números mientras alrededor los tambores de guerra no paran de batir. Y ya sabe
que no callarán hasta que esos nuevos números les gusten.
El pueblo chileno
lleva más un mes en las calles y más de 25 muertos oficiales, y allí está. Sebastián
Piñera sueña con alienígenas como con serpientes, redobla la represión, y la
rebelión se redobla. Cree que enfrenta multitudes, una allá, otra más allá, otra
por acá… Pero es el pueblo, que sigue y se multiplica y no vuelve a casa.
En Bolivia, al
contrario, las mayorías estaban conformes con la marcha de las cosas que por
primera vez en toda la historia del país beneficiaban al país por sobre los
intereses extranjeros… y eso bastó para desatar la masacre encabezada por las
minorías ricas y bendecida por la milicia, la policía, la curia, y desde luego
el gobierno norteamericano. Más de 35 muertos oficiales en apenas dos semanas.
Pero desde el Alto, desde Potosí, desde Cochabamba y todo Bolivia no paran de
bajar hacia La Paz columnas y más columnas indígenas que se pierden hacia el
horizonte. Marchan a 3.600 metros sobre
el nivel del mar, pero vienen corriendo, al trote, no precisan del oxígeno,
pueden respirar entre los gases. Los matan y siguen. No van a volver. No hasta
que todo esté resuelto.
Inesperadamente
para los grandes medios que todo lo encubren, de pronto estalló Colombia, uno
de los países más injustos y más obedientes a Washington. Represión, muertos y
toque de queda. La paz que nunca tuvieron otra vez se rompió como un vaso.
¿Cómo no la
vieron venir? Se preguntan aquí y allá los habladores mediáticos que tampoco la
vieron venir. Aturdidos y aturdiendo entre el “modelo chileno” y la “dictadura
venezolana”, no vieron nada. No vieron Chile, Ecuador, Perú, Colombia, ni
siquiera Bolivia, cuyo golpe alentaron desde siempre.
Los más vivos de
los bobos todavía intentan extrañas teorías con el diario del lunes, desde las
culpas del propio Evo, al autogolpe. Mientras tanto así callan como pueden los
fracasos del patrón en Ecuador, Perú, Colombia, Argentina, y el “modelo
chileno”. Por suerte se casó Pampita.
“Latinoamérica en
llamas”, titulan algunos sin mencionar sin embargo que en esas mismas llamas
arden la ONU -más inútil que nunca-, la OEA -gestora del golpe en Bolivia pero
inoperante en Chile-, la CIDH -reducida a un papel testimonial menos que
periodístico- la Cruz Roja Internacional -ausente sin aviso-, la Bachelet -que tanto se agarraba la cabeza con Venezuela -, y
una extensa lista de ONGs y fundaciones que así dejaron en claro su claro
alineamiento con el State Department.
Pero tan grande sigue
siendo el fracaso de la política exterior norteamericana, y tan poca su
imaginación, que entrados ya en el siglo XXI vuelven a los procederes del XX
orquestando golpes cívico militares sin siquiera la novedad del revestido
mediático que los presenta. (Basta recordar la tapa de Clarín del 25 de marzo
de 1976: “Total Normalidad”).
¿Por qué
extrañarse si entonces uno de los blancos de las protestas en Chile es el
diario El Mercurio, y le prenden fuego?... Algo se rompió entre ellos y su
público. Los periodistas de la televisión chilena ya no pueden asomar a las
calles porque ahora las calles son de su público, que también se hartó de
ellos.
Los bolivianos
saben perfectamente que la prensa de su país es socia activa del genocidio en
marcha. Lo gritan por las redes en videos incesantes, incontestables. Los
muertos siguen cayendo, sí, pero cada uno levanta miles de vivos que suman y se
vienen.
Clarín, el diario
y sus canales, niegan el golpe en Bolivia. Recurren al viejo eufemismo de “la
crisis”, el mismo que usaron para encubrir los asesinatos policiales de Kosteki
y Santillán. Siguen cayendo, diario y canales, en ventas y mediciones. El 11
agosto el 70 por ciento del electorado les dijo que no les creía más nada. Sin
embargo insisten con los mismos métodos que los llevaron a este desastre. En
cuanto asuma el nuevo gobierno, apostarán al caos que llamarán “primavera”. No
calculan la destrucción, y se autodestruyen.
Porque el 11 de
agosto y el 27 de octubre no fueron unas cuantas multitudes las que les dijeron
basta. Fue el pueblo. Y en Bolivia no son un montón de indios que se resisten a
que el 3 por ciento del electorado lo gobierne a punta de pistola. También allí
es el pueblo. Y en Chile, donde no son alienígenas, Sebastián… y en Ecuador,
donde la tensión lleva ya más de tres meses; y en Perú donde ese cielo negro,
dijera Shakespeare, difícilmente se aclare sin una tempestad; y en Colombia,
que al final estalló como estallan los colombianos; y en Argentina, que avisa
por las buenas que este jolgorio del saqueo se ha terminado…
El imperio de los Estados
Unidos se agota. El 80 por ciento de su deuda pública en manos de bancos chinos.
Otra que Vietnam, de a poco los veremos evacuar por el recto de Hollywood la
cagadera que hoy viven en Afganistán, la retirada de Siria, el desastre que
dejaron en Irak, todos sus muertos, todos sus crímenes, toda su ruina, toda la
mentira… Donald Trump, en sí mismo, es un síntoma de ese final. La ferocidad de
su rugido marca la hondura de su herida.
China, Rusia, Iran, por mucho que muchos argentinos no lo crean, hay países que no les tienen ningún miedo. El imperio norteamericano se agota, y desespera. Ahí el peligro.
Podría cometer en Latinoamérica el más trágico de los errores: confundir con unas cuantas multitudes a todos estos pueblos que por fin se lenvantan.
China, Rusia, Iran, por mucho que muchos argentinos no lo crean, hay países que no les tienen ningún miedo. El imperio norteamericano se agota, y desespera. Ahí el peligro.
Podría cometer en Latinoamérica el más trágico de los errores: confundir con unas cuantas multitudes a todos estos pueblos que por fin se lenvantan.
* * *
miércoles, 6 de noviembre de 2019
EN DEFENSA DE MAGNETTO: CUANDO LA CULPA ES DEL CHANCHO...
Paradoja doble,
entre los medios y su público se da el extraño caso del chancho que come lo que
quiere, mientras el que engorda es sin embargo su amo. Magnetto puede ser
culpable de muchas cosas, incluso de crímenes de lesa humanidad, pero sus
consumidores son todos voluntarios.
CHANCHO FEROZ
Hay medios de
izquierda, de centro y de derecha. Tenemos Clarín, Página 12, Tiempo Argentino,
Crónica, La Nazión, Diario Popular, por dar solo algunos ejemplos de la gráfica.
Pero gráficos o audiovisuales, ninguno es obligatorio. El consumidor elige.
En la era Google,
se ignora solo lo que se desea ignorar. Por el mismo mínimo precio de un rápido
clic, se accede tanto a Clarín, como a El Cohete a la luna, a El Martiyo, o a la
mismísima página de la ONU, del FMI, incluso del FBI y la NASA. Allí están las fuentes,
el consumidor elige lo que quiere saber, y lo que prefiere ignorar. Es más que
probable que Héctor Magnetto se haya quedado con Papel Prensa en una mesa de torturas,
pero en este caso no tiene nada que ver. Hay de todo servido, el chancho come
lo que quiere.
Sucede que, como en
muchísimos otros rubros, en este tampoco el consumidor elige lo mejor, sino lo
que más le gusta. Lo que más agrada a su paladar, digamos. Y muy lejos de lo
que se supone, o nos gustaría, el consumidor medio de medios no procura la
verdad, tampoco buena información, sino más bien argumentos, argumentos para
sostener lo que dice sin tener ningún argumento o por razones tan
inconfesables que no pasan de ser resentimientos, frustraciones, miserias humanas…
Entonces, en procura de algo más presentable, recurre al medio que le sirve.
Ejemplo. El
consumidor odia a Cristina porque Cristina
defiende a los negros y él odia a los negros porque debido a su origen plebeyo
sufre de un gran resentimiento que se resuelve en un complejo de superioridad.
Desde luego esto es inconfesable, aún si el consumidor en cuestión llegara a
comprenderlo profundamente. Así que va, compra Clarín o escucha a Lanata, y ya sabe
decir que se robaron un PBI, que lo enterraron en la Patagonia, que un comando
iraní la ayudó a asesinar a Nisman, y otras cosas mucho más elaboradas que su espantosa
miseria interior.
Magnetto también apareció en los Panamá Papers, y ya antes había sido denunciado por el ex vicepresidente del JP Morgan por fuga de dinero y lavado de activos, de más está decir que es un hombre oscuro, enemigo del pueblo, amigo de los malos... pero también hay que decir que sus consumidores son todos voluntarios. Chanchos que comen su porquería, y paradójicamente, lo engordan a él.
Magnetto también apareció en los Panamá Papers, y ya antes había sido denunciado por el ex vicepresidente del JP Morgan por fuga de dinero y lavado de activos, de más está decir que es un hombre oscuro, enemigo del pueblo, amigo de los malos... pero también hay que decir que sus consumidores son todos voluntarios. Chanchos que comen su porquería, y paradójicamente, lo engordan a él.
Magnetto se
apropió un día de todo el papel del país, piedra fundamental de su actual imperio,
a cambio encubrió un genocidio, socavó a Alfonsín, extorsionó a Menem, nos
recomendó a De la Rua, lo sacó, puso a Duhualde, pesificó su deuda contra todos
nosotros, persiguió y persigue a Cristina, y terminó por vender a Macri como
símbolo del éxito y la transparencia. Pero siempre solo le creyeron los que así
lo quisieron.
Por ello la cuestión no es tanto qué hacer con
Magnetto y su monopolio y su codicia, sino con los chanchos que lo mantienen. Qué
les pasa. Por qué habiendo tantas cosas ricas prefieren su basura. ¿Qué comían
de chiquitos? En la escuela, ¿qué les daban?... ¿Rivadavia, Sarmiento,
Mitre?... ¿Civilización y barbarie, Triple Alianza, sombra siniestra del Facundo?...
¿ya de cachorros comían caca?... tal vez esa es la cuestión.
* * *
lunes, 4 de noviembre de 2019
PERONISMO: EL ETERNO RETORNO...
Resistido, injuriado, bombardeado, fusilado, desterrado, perseguido, proscrito, torturado, desaparecido, el peronismo siempre vuelve.
Incomprendido por izquierdas y derechas, ni combate el capital ni promueve la pobreza.
Pero su propia doctrina explica el mito de su eterno retorno.
Incomprendido por izquierdas y derechas, ni combate el capital ni promueve la pobreza.
Pero su propia doctrina explica el mito de su eterno retorno.
POR QUÉ VOLVEMOS
Ya fuera de izquierda
o de derecha, el gorila medio ilustrado –ilustrado por los medios- tiene una
confusión esencial con el peronismo. Le molesta detectar a un peronista de
vacaciones en Miami, usando una cartera de marca, o montando una Honda CBR1000.
Todavía se exaspera con las joyas y los vestidos y las pieles de Evita.
Entiende que el peronismo debería promover la pobreza, cuando viene a ser todo
lo contrario.
Alguna vez tuve la
suerte de conocer y tratar a don Enrique Pavón Pereira, biógrafo oficial de
Perón, quien a su vez heredó de don Enrique la primera oficina que ocuparía en
la Secretaría de Trabajo y Previsión, donde todo comenzó. Desde entonces se
conocían.
Entre muchísimas
historias, anécdotas y detalles de oro, don Enrique me contaba que efectivamente
Evita se mezclaba entre los pobres luciendo y exhibiendo sus joyas, que se las
mostraba y les recordaba: “también estas cosas son para ustedes, estas cosas
tienen que aprender a desear”. Peronismo explícito.
Lejos de la
austeridad que venera la izquierdita argentina -cuyo máximo referente, Nicolita
del Caño, sólo puede jactarse de carecer de automóvil-, el peronismo promueve
la abundancia, el disfrute, amplía derechos y horizontes, la mentada movilidad
social, pero a partir de la igualdad, es decir: no hay un techo, hay un piso.
Claro que el
peronismo no combate el capital, apenas sus abusos. Hace del Estado una
herramienta de equilibrio frente a la codicia privada, los intereses
imperiales, la usura, y el desguace nacional. Es un movimiento burgués, pero
eso lo volvió maldito.
Tiene principios
simples, y por ello también tan claros. Aspira a la independencia económica
para alcanzar la soberanía política sin la cual la justicia social se hace
imposible.
Anticlerical pero de
índole cristiana, su doctrina prioriza la defensa de los pobres, de los
postergados, los desposeídos. Los descamisados. Cree que un rico puede entrar
al cielo, pero no si todavía existen pobres.
Sanmartinano,
bolivariano, entiende la integración regional con Latinoamérica como una condición
necesaria para la independencia completa de todos sus Estados.
Concebido para y por
argentinos a la medida de la Argentina, resulta un fenómeno muchas veces
incomprensible para la mirada internacional, que así lo trata de izquierda
populista, como de fascismo simple.
Resistido, injuriado,
bombardeado, fusilado, desterrado, perseguido, proscrito, torturado,
desaparecido, el peronismo siempre vuelve, una vez y otra vez surge y resurge
de las profundidades de ese pueblo que ya vio las joyas, que conoció con él sus
días mejores, cuando aprendió a soñar, a tener esperanzas, a organizarse y
luchar y sentirse más digno y más respetado y muchas otras cosas de esas que
nunca se olvidan.
Por eso volvemos siempre.
* * *
sábado, 2 de noviembre de 2019
ALBERTO, LA GRIETA Y SU PAZ CON LOS MEDIOS…
En otra de sus promesas incumplidas, lejos de cerrar
la grieta, Mauricio Macri se dedicó a cultivarla, y debido al fracaso total de
su gestión, la profundizó hasta el abismo en su caravana del adiós.
Más allá de
las buenas intenciones de Alberto Fernández, el periodismo de guerra no acepta
su paz y siguen las hostilidades.
En una nueva edición de la eterna contienda
argentina, el peronismo vuelve al gobierno, y el antiperonismo al odio.
LA GRIETA QUE NOS
PARIÓ
La grieta no
cerró, quedó bien abierta, en carne viva.
La guerra con los
medios la dio por terminada Alberto Fernández, no los medios.
Confiamos en que
el nuevo gobierno reactive la economía, resuelva el hambre, alivie la pobreza,
recupere la soberanía económica y por lo tanto política, retome con firmeza los
reclamos por las Malvinas, y muchas cosas más confiamos en que hará. En cambio
sus intenciones de cerrar la grieta y/o firmar la paz con el Grupo Papel
Prensa, nos parecen menos que ilusiones: apenas fantasías.
Mucho más después
de las últimas elecciones, cuando en su caravana del adiós Macri invocó todos
los resentimientos de su público, hizo del odio su bandera, y agitó los peores miedos
del ignorante medio ilustrado (ilustrado por los medios): Cuba, Venezuela, los
Montoneros, el comunismo, la corrupción, el narco, los extranjeros, los negros,
los pobres, los putos, los travestis, los otros… ya inocultable el fracaso en
todos los ámbitos de su gestión, el único capital político que les queda es el
odio, y a él se aferran.
Aún antes de terminadas las
elecciones del domingo, con la violencia de un vómito ya bajaban por
las redes el desprecio y la tirria de funcionarios oficiales, diputadas, diputados,
anónimos y trolls que ya no disimulaban más nada. Eran
diatribas torpes, furiosas, apuradas, mal escritas, brutales y burdas, esencia
pura.
Mientras tanto
los grandes medios y sus mayores empleados -recuperados de la “paliza” de las
PASO- volvían a la operación berreta, al chisme inventado, a la insidia, a las
viejas calumnias, al augurio tétrico, a la sospecha constante y retorcida a
partir de una palabra, una mirada, un gesto, un dedito… el odio y la nada.
Con el mismo
título el mismo día -para demostrar que ellos sí son lo mismo- Clarin y La
Nazión alentaban en tapa las presiones del FMI sobre el gobierno por venir. Pero no ven ningún problema en el que se va mientras se desangra. El
blindaje no cesa. Los ataques siguen y seguirán. El diario Perfil -¿que a que
no saben a quién le compra el papel?- infló hasta el rumor la mentira simple de
la internación de Alberto Fernández. Eduardo Feinman usa media hora de su programa para recordar el pasado
montonero de Nilda Garré al cabo de cuatro años de olvidar el de Patricia
Bullrich… Alberto Fernández podrá dar por terminada la guerra con los medios
las veces que quiera, pero no se registra ni un solo antecedente en toda la
historia humana de un acuerdo de paz unilateral.
El odio no se
rinde, la grieta está en carne viva, ni siquiera es horizontal, es vertical,
hay ricos y pobres y clase media de un lado y del otro, porque hace rato que no
es política ni social, que roza lo moral, lo humano.
El Grupo Papel
Prensa, aliado crucial de la Embajada, tampoco se rinde, prueba operaciones, presiona
desde sus tapas, amplifica mentiras. La guerra con los medios, con esos medios,
es a vencer o morir.
En 1952 una
frase genial por su síntesis concentraba en apenas tres palabras todo el odio
del mundo: viva el cáncer. El 23 de setiembre de 1955 una multitud como nunca
Macri se animará a soñar vivaba en la Plaza de Mayo el asesinato en masa de cientos
de compatriotas inocentes durante los bombardeos sobre esa misma plaza tres meses
antes. Un año después fusilaban por orden del presidente Aramburu más de
treinta personas entre obreros, militantes y militares. Total normalidad, la
izquierdita gritaba: “se acabó la leche de la clemencia”. En 1976 los mismos
que habían aplaudido los bombardeos y los fusilamientos ahora aplaudían,
negaban o callaban la persecución, la tortura, el asesinato y/o la desaparición
de miles y miles de personas, compatriotas también. El prócer escolar Domingo
Faustino Sarmiento manda degollar al Chacho Peñaloza, hace clavar su cabeza en una
plaza, y condena a su esposa a barrer alrededor. San Martín desterrado, acusado
de traición a la patria. Rivadavia nos endeuda por 150 años y se queda con la avenida
más larga del mundo. Moreno, Dorrego, Paz, Rosas, Facundo, Urquiza, Mitre,
Roca, Yrigoyen, Uriburu… la historia de la Argentina es la historia de su
grieta.
Mucho antes de
llamarse peronismo y antiperonismo, dos fuerzas en pugna se alternan en la conducción
del país pero la pugna se mantiene. Cuando ya no queda nada que saquear, cuando
el fracaso al fin estalla, el antiperonismo se retira. Pero no se rinde. Se
reagrupa y espera. Espera a que el peronismo reconstruya el país, lo reactive,
lo enriquezca, y entonces vuelve para saquearlo. Y así una vez y otra vez desde
el principio, desde mucho antes de llamarse peronismo y antiperonismo.
Alguien debería
recomendarle al presidente electo que no pierda un minuto de su valioso tiempo
luchando contra la grieta, que no espere ninguna paz con ninguno de esos medios,
que ya lo ve… Que en tal caso la consigna es vencerlos hasta convencerlos.
Evita diría
“hasta que no quede un solo ladrillo que no sea peronista”.
* * *
sábado, 26 de octubre de 2019
MAÑANA ES EL MAÑANA...
MAÑANA
Mañana
no es mañana, mañana es el mañana.
Mañana
es pasado mañana y después
Y los
años que le siguen, y la suerte de tus hijos y los suyos
Mañana
no es un día, mañana es el día a día de los días por venir…
Mañana
no es domingo, es decisivo.
No se
descansa, no se juega.
Mañana es
un destino.
Mañana
es hora de recordar todo el pasado, el reciente y el anterior
La
falsa piscina pintada en una plaza
El
pequeño submarino perdido en el mar inmenso
El
crecimiento invisible
El
fútbol para todos
Los
días dorados cuando marchábamos por ganancias
Las
promesas incumplidas, las mentiras repetidas
La
grasa militante, la angustia frente al rey
Los 30
millones de pobres que teníamos, los 35 que tenemos.
Las
cadenas nacionales de la yegua
las
cadenas extranjeras del fondo monetario internacional.
Mañana
el pasado está presente o no hay futuro.
Dejemos
para pasado mañana, para el café o la sobremesa nuestras distinciones especiales,
originales, peregrinas…
La
revolución sin fin, y sin principio tampoco.
El
coraje bravío del que ya sabe que no gana
El
santo inmaculado que solo sabe hablar
Mañana
hay que elegir y hay solo dos opciones:
Los
míos y yo, o nosotros y todos.
La Patria
o el shopping.
La
resistencia o la entrega
La vida
o el marketing
La esperanza
o el odio
La
pesadilla o el sueño.
El mañana... o como diría Borges: el horror de vivir en lo sucesivo.
El mañana... o como diría Borges: el horror de vivir en lo sucesivo.
* * *
lunes, 21 de octubre de 2019
CLARÍN: FIN DE CICLO…
Los
resultados de las PASO no sólo sepultaron a Macri bajo los escombros de su fracaso, sino que le
avisaron a Magnetto que hubo un tiempo que fue hermoso pero ya se terminó. El
periodismo de guerra iniciado en 2008 contra Cristina Kirchner, acaba en una costosa
derrota que están dispuestos a repetir.
LAS RUINAS CIRCULARES
Peronistas
de la tercera edad gustan subestimar el poder de los grandes medios invocando
aquella graciosa paradoja de Perón “cuando tuvimos los diarios en contra,
ganamos, y cuando los tuvimos a favor perdimos”.
No les
bastó la crisis de 2008, cuando los cuatro machos del agronegocio pasaron a ser
“el campo”, y hasta los pobres salieron a defender a la Sociedad Rural, una de
las instituciones más golpistas del país. No les bastaron las elecciones de
2015, cuando las operaciones mediáticas contra Aníbal Fernández definieron la Provincia
y en dominó la Nación. No les bastó la conversión de Cristina en la gran chorra
argentina, y en simultáneo la de Macri –nada menos- en una esperanza de
transparencia... Hoy todavía muchos repiten como una verdad inoxidable aquella vieja
paradoja de Perón. Más aún después de las PASO, cuando la formidable derrota
del oficialismo, los llevó a creerla definitivamente.
Pero
Perón dijo eso desde su exilio, refería sus primeras presidencias, hablaba de
un país con apenas tres diarios importantes, la televisión era más un intento
que un invento, y las pocas radios influyentes apenas se oían más allá de la
Capital. Perón no enfrentó la televisión masiva, el cable, señales de noticias 24
horas, celulares, redes, streamings, trolls… otro país, otro mundo. Si hay
verdades eternas, es porque existen las otras.
Con
mucho esfuerzo, gran despliegue, sin reparar en gastos ni en éticas, en 2015 el
Grupo Papel Prensa alcanzaba por fin el gobierno con uno de sus socios más
sucios, procesado por asociación ilícita y escuchas ilegales; ya condenado
alguna vez por contrabando agravado; en conocimiento incluso de los Panamá
Papers –porque ellos tuvieron esa información antes de las elecciones de
octubre-, y aún así consiguieron convertir a Macri en un símbolo de
“transparencia”. La historia demostró hasta qué punto era todo mentira, puro
marketing… el poder específico del Grupo.
Pero
todavía algún viejo peronista repite aquella sentencia de Perón que el tiempo
deshizo en chiste.
No ven,
no pueden o no quieren ver lo que de verdad sucedió. Los resultados de las PASO
no fueron solo una victoria del Frente de Todos sobre Macri, sino y sobre todo una
derrota contundente de Clarín, lo que es, supone y oculta.
El
triunfo del candidato elegido por Cristina contra el candidato sostenido por
Magnetto, es mucho más que un resultado electoral. Es el resultado de esa
“guerra con los medios” propalada por el propio Grupo desde 2008 contra el
gobierno de Cristina. Su confeso “periodismo de guerra”, su derrota.
Once
años de persecución mediática sin respiro con el apoyo invalorable de jueces y
fiscales… Once años de diarias injurias en cuerpo catástrofe, allanamientos
espectaculares, maniáticos perforadores de la Patagonia, detenciones
humillantes en vivo y en directo, y un coro permanente de espías y/o
periodistas –eso está por verse- cacareando acusaciones sin pruebas, apretando
testigos, extorsionando gente… once años de lucha y sacrificio, entregando la
poca credibilidad que les quedaba, y todo y tanto acabaron el 11 de agosto, cuando
un 70% de la ciudadanía les dijo que ya no les creía más.
TN lleva
meses cayendo en las mediciones, C5N es el líder. Clarín es el diario que más
lectores perdió en los últimos 15 años. Lanata no da más. Fantino vuelve
vencido al periodismo deportivo. Majul, Leuco, Feinman hablan como debajo del
agua, entre borbotones de furia, burbujas, ni se les entiende ni se les oye. La
guerra con los medios terminó, perdieron.
Cristina
no les ganó una elección: le demostró al pueblo que mentían, que no hacían
periodismo sino política, y que estaban del lado de los saqueadores del país,
de los hambreadores, del enemigo... Pastorcitos sin lobo, hoy nadie les cree ya. Ahí el fin.
Porque
más allá de las tiernas ilusiones de Alberto Fernández y el fin de su grieta, cuando asuma el nuevo
gobierno ellos seguirán ahí, siempre dispuestos a concentrar poder y marcarle
la cancha, acaso renovados, caras y nombres, un nuevo lanata y otro majul, aquél
delgado y éste capaz de articular cuatro oraciones, o un leuco sin leucocitos,
y variantes así, make up y cartón pintado, pero los mismos métodos, los mismos
recursos, las mismas prácticas que sin embargo los llevaron a semejante
derrota. Ahí el fin.
* * *
sábado, 12 de octubre de 2019
PARADOJAS ARGENTINAS: MACRI EN SU LABERINTO…
Saliente
y sin salida, ausente sin que se note, Macri pasea su fracaso por las calles de
un país que se descompone en la incertidumbre y la miseria. Ninguneado por el FMI,
abandonado por el Círculo Rojo, ignorado por Trump, apenas la oposición lo
sostiene en el gobierno. Pero son tantas sus víctimas, que a la hora de la
Justicia ya ni Cristina podrá salvarlo.
LOS EJÉRCITOS
DE LA MEMORIA
![]() |
"Manifestación", Antonio Berni.
|
Paradojas
argentinas.
Repudiado
en las urnas, astillada su Alianza, negado por sus propios candidatos, ninguneado
por el FMI, olvidado por Trump –aunque no deje de arrodillarse-, abandonado por
el Círculo Rojo –con Magnetto a la cabeza-, a Macri ya nada más lo sostiene en su
cargo el peronismo, Alberto, el candidato de Cristina, o sea, Cristina. Bastaría
una sola palabra suya…
Mientras
tanto pasea su derrota y sus vestigios por las calles vacías de la patria, con
potentes altoparlantes que le enseñan a nadie los cantitos populares que
escribieron sus comunity manager en un focus group; con su fiel Hernán Lombardi
saltando como si bailara para animar a esas multitudes escuálidas o no, depende
con cuáles se las compara, si con las que convoca Cristina allí donde aparece,
o las que junta Lavagna en ninguna parte.
Pero el
mérito no es solo de Cristina. Su equipo médico, también lo mantiene, sino en
su cargo, al menos en marcha. El presidente es además el candidato y hay que
darle cuerda. No hay otro. Entonces la química presidencial y su dinámica de
calefón, que lo lleva sin escalas intermedias de la euforia al llanto y de la
risa al enojo, de la gratitud a la amenaza, de la certeza mesiánica a la
disculpa llorosa, de los ardores del infierno cuando estalla, a la calma de una
llama de la nada.
Y
grita, arenga, balbucea su dislexia y hace chistes todavía; le besa los pies a
una jubilada que se sabe su papel; promete de nuevo lo que ya no cumplió, se
envuelve en una bandera, se pone una bincha, un gorro, saluda a nadie al pasar,
y a pedido de su claque repite a voz en cuello su no se inunda más como el viejo payaso con sus viejas gracias ante su
vieja platea que igual hace que ríe bajo los escombros del circo.
Alrededor
el país se descompone en la miseria, el hambre, la incertidumbre y el abandono.
Más allá de las infantiles excusas oficiales, ya ni ellos consiguen negar la
ruina económica, la destrucción total y el consecuente desastre social logrado
en poco más de tres años por el mejor equipo de los últimos 50. “La pesadilla
de llegar a fin de mes”, según el propio Macri. Sí, sic.
El
espionaje ilegal a jueces de hasta la Crote Suprema, acaba de estallar como una bomba absoluta.
Su onda expansiva recién comienza. El presidente que subió procesado por
escuchas ilegales, y que rápidamente fue sobreseído, quizá más rápidamente…
Por
mucho que se acaloren majules y leucos, las excarcelaciones de Cristóbal López
y Fabián de Souza abren la caja de Pandora de la extorsión, persecución y otros
delitos cometidos también por el gobierno contra el Grupo Indalo en pos de C5N.
Un expediente al que sumó ya su valioso aporte el defraudado macrista Daniel Vila, en nombre
del Grupo América, y también por extorsión.
Y esa es
sólo una causa de las cientos que les esperan, ya imposibles de enumerar en el marco
de un breve post: ARA San Juan, Correo Argentino, Parques Eólicos, Autopistas
del Sol, Panamá Papers –o sea, evasión y lavado de activos-; Aportes truchos, MacAir,
las coimas de Odebretch, el Soterramiento del Sarmiento, Santiago Maldonado,
Rafael Nahuel, Iron Montain, D´Alessio & Co… en fin, la lista es demasiado larga,
y confiamos en que Macri y sus funcionarios la conocen mejor que nosotros. Y
que saben desde ya que no hará falta ninguna venganza, que bastará con la
Justicia.
Que ni
siquiera será el futuro gobierno el que tenga que ocuparse, porque el tendal de
heridos que dejaron, entre propios y ajenos, es un ejército vivo que no olvida
ni perdona. Socios desplazados, cuando no traicionados. Empresarios defraudados,
cuando no encarpetados y encuadernados, manoseados, devaluados, escrachados y hasta
encerrados. Exfuncionarios y adversarios políticos encarcelados por el
testimonio de arrepentidos ahora arrepentidos de arrepentirse. Arrepentidos
presionados, involucrados, cuando no traicionados. Los familiares de los 44
tripulantes del ARA San Juan. Varios altos oficiales de la Armada. Muchos espías,
como Rolo Barreiro o el propio Jaime Stiuso, hoy querellante contra Marcelo D´Alessio.
Marcelo D´Alessio, abandonado, traicionado, preso. El propio Calcaterra, de
pronto procesado por culpa del tarambana de su primo. Y los millones de pobres
y empobrecidos, indigentes, desocupados, degradados, arruinados, perseguidos,
reprimidos, desposeídos por su fatídica gestión… un inmenso ejército, incontables hombres y mujeres sedientos
de Justicia, sin olvido y sin perdón.
Y ellos
lo saben.
Entonces
pasean su derrota por todo el país, y cantan cantitos que no terminan de
aprenderse, y bailan, saltan, hacen bromas, ríen, gritan, besan pies, revolean
gatos, se disfrazan, se desdibujan, desesperan… sienten que se van, y al mismo
tiempo, que no tienen salida.
Paradojas argentinas.
Paradojas argentinas.
* * *
martes, 8 de octubre de 2019
PATRAÑAS AMARILLAS: LA GUERRA CONTRA EL NARCO...
Desastradas en mentiras simples todas sus grandes promesas,
el mejor equipo de los últimos 50 años nunca más dijo nada de la revolución de
la alegría, los brotes verdes, la lluvia de inversiones, o la pobreza cero
devenida en emergencia alimentaria.
Pero con la cara que le queda se retira repitiendo que enfrentó al narcotráfico.
Pero con la cara que le queda se retira repitiendo que enfrentó al narcotráfico.
EL ÚLTIMO GLOBO
La pretensión de acabar con el narcotráfico reventando
villas, equivale a creer que se puede controlar el dengue con espirales.
Esta estupidez obvia, sin embargo, fue la base fundamental
de la estrategia desplegada por Cambiemos en su promocionada guerra contra el
narco. Una estrategia estúpida, sí… pero mucho más estúpido es que la promocionen.
Mejor, peor: es la última mentira que mantiene el gobierno
en su retirada. Nunca más habló de revolución de la alegría, brotes verdes o
lluvia de inversiones ni de luces al final de ningún túnel, incluso llegó a
negar que había hablado alguna vez de pobreza cero… pero se derrumban repitiendo
que enfrentaron al narcotráfico. Qué risa.
Según sus propias cifras, en los tres primeros años de
gobierno amarillo, se realizaron “casi 60.000 procedimientos contra el
narcotráfico, se duplicó la cantidad de detenidos alcanzando a 57.000 desde el comienzo del gobierno
de Cambiemos”. Más y mejor: “También se incautaron 440.000 kilos de marihuana y
en 2018 se alcanzó el récord histórico con 185.000 kilos, 26% por encima de lo
que se había incautado en 2015. Algo similar pasó con las incautaciones de
cocaína, las cuales fueron récord histórico en 2017, triplicando los niveles de
2015, y en 2018 volvieron a ser elevadas, duplicando el numero de 2015. En tres
años se incautaron 26.000 kilos de cocaína”.
Bravo, sí.
Bravo, sí.
Pero si en algo están de acuerdo todas las fuerzas de seguridad
y las agencias de inteligencia dedicadas al tema en todo el mundo, es que sólo
se incauta, a lo sumo, el 10% del total que circula. Lo cual permite esta regla de oro: cuanto mayor incautación, mayor tráfico.
Para rubricar el desastre está la propia Secretaría de
Políticas Integrales sobre Drogas (Sedronar), según la cual entre 2010 y 2017
el consumo de marihuana, cocaína y drogas sintéticas, arrojó “una tasa de
incremento de alrededor del 100%”.
El alegre festival de cifras oficiales tampoco aclara que 4
de cada 10 detenidos por infracción a la Ley 23.737, son por tenencia para
consumo o tenencia simple, es decir, ciudadanos con derecho a su privacidad, como
usted o nosotros, estimado lector, o en términos técnicos: perejiles.
Las estadísticas de la Procuraduría de Narcocriminalidad
(Procunar) indican que en 2018 hubo en todo el país 22.321 causas iniciadas por
infracción a la Ley 23.737 en el fuero federal. El 37% de ellas también fueron por
tenencia para consumo personal, y otro 7% por tenencia simple.
En CABA la Policía y la Justicia tienen competencia en
causas por narcomenudeo a partir del 1° de enero de este año. Desde entonces y
hasta el 31 de julio ingresaron a las Fiscalías de la Ciudad 13.153 causas por
drogas. De ese total, el 68% fueron por consumo personal, el 7% por tenencia
simple, y sólo el 22% por comercialización. O sea, un 75% de perejiles.
Desde luego nada de esto acabará con el inmenso negocio mundial del narcotráfico, pero así el gobierno rellena sus estadísticas para impresionar a
la masa menguante de incautos que todavía le queda.
Inútil además de absurda, esa avanzada contra el usuario fue
también costosa. Según la RESET -una ONG compuesta por abogados, psicólogos, trabajadores sociales, sociólogos, politólogos, licenciados en comunicación y estudiantes-, en sus primeros tres años de fracaso Patricia Bullrich y sus pistoleros gastaron 122
millones de dólares para encausar perejiles.
Botón de muestra, tan sólo en la fiscalía que dirige
Federico Delgado, en 15 días de agosto de 2018 -último mes analizado- el 73%
del total de causas iniciadas por infracción a la ley 23.737 fueron por
tenencia de drogas para consumo personal. El costo promedio de cada causa,
asciende 2.600 dólares.
Pero el gobierno se jacta. Enajenado por la derrota, promociona su naufragio, lo difunde. En su triste marcha solitaria y final por las calles vacías de la patria, entre arengas de vestuario y promesas vencidas, Mauricio Macri todavía agita el tema como una banderita. Las encuestas con que se mintieron hasta el 11 de agosto, ahora dicen que les dicen que Patricia Bullrich tiene buena imagen porque revienta villas. O sea, porque se enfrenta al narcotráfico. La ex-hada, ex-promesa y ex-sonriente María Eugenia Vidal asoma cada vez menos pero siempre que lo hace es para recordarnos su valiente lucha contra el narco en toda la Provincia, donde también dice que incautaron más (porque se trafica más, no dice). Pero más valiente y aguerrido aún es su ministro de seguridad Cristian Ritondo, que no para de "voltear" bunkers por todo el conurbano a punta de pistola... ya volteó como cuatrocientos, dice…
Pero el gobierno se jacta. Enajenado por la derrota, promociona su naufragio, lo difunde. En su triste marcha solitaria y final por las calles vacías de la patria, entre arengas de vestuario y promesas vencidas, Mauricio Macri todavía agita el tema como una banderita. Las encuestas con que se mintieron hasta el 11 de agosto, ahora dicen que les dicen que Patricia Bullrich tiene buena imagen porque revienta villas. O sea, porque se enfrenta al narcotráfico. La ex-hada, ex-promesa y ex-sonriente María Eugenia Vidal asoma cada vez menos pero siempre que lo hace es para recordarnos su valiente lucha contra el narco en toda la Provincia, donde también dice que incautaron más (porque se trafica más, no dice). Pero más valiente y aguerrido aún es su ministro de seguridad Cristian Ritondo, que no para de "voltear" bunkers por todo el conurbano a punta de pistola... ya volteó como cuatrocientos, dice…
Desde luego toda esta patraña no sería posible sin la valiosa
colaboración de los medios de siempre, donde nunca falta un rolando graña dispuesto
a meterse en una villa, onda cámara oculta, la voz bajita denotando peligro, el
dedo fácil y la sospecha gratis entre potenciales irresponsables o conjeturas desopilantes, “ese seria uno
de los capos”, “aquél sería un soldadito”, “la
campera azul sería el uniforme de los soldaditos”…
En 2012 el prestigioso banco HSBC fue condenado en los Estados
Unidos por lavar dinero del narcotráfico, y sentenciado al pago de una multa de
1.900 millones de dólares. Cambio chico para un banco de su porte, sí, pero a
cambio no lo clausuraron ni lo cerraron ni le quitaron su licencia. Nada de
eso. Bastó con un breve pero sentido pésame de su director Stuart Gulliver: “Asumimos
la responsabilidad de nuestros errores pasados. Sin embargo HSBC es hoy una
organización fundamentalmente diferente a la que cometió esos errores”. Y chau,
a seguir lavando…
Después de todo el HSBC no es el único en el ramo. Por los mismos
delitos fueron condenados en distintos países bancos como el Standard
Chartered, Wells Fargo, Bank of America, Citibank, American Express Bank,
Western Union, y siguen las grandes firmas.
Sobra decir que ninguno de sus directivos, ejecutivos y/o
responsables, vive en una villa. Ni uno solo, qué va. Prefieren barrios
mejores, con agua potable, cloacas, en fin… barrios privados con seguridad
privada, cosas así… barrios donde la Gendarmería no te patea la puerta, ni
periodistas de cuarta se adentran con el viejo truco de la camarita escondida y
la voz en un susurro para darle más tensión a las imágenes mientras señalan a
cualquiera acusándolo de cualquier cosa total ninguno importa nada… barrios
donde los punteros no se plantan en las esquinas ni se dedican al menudeo, al
contrario, son gente fina, dirigen grandes bancos, colaboran con el hogar
policial, y tienen un vecino juez al que el año pasado le otorgaron un crédito
blando.
Y no usan espirales.
* * *
domingo, 6 de octubre de 2019
BRULOTES BRUTALES - Hoy: MIGUEL PICHETTO...
Diluido Macri en su propio fracaso, Vidal encapsulada en su
derrota, Carrió empastillada y a la deriva, aterrado Larreta por el remolino
que se los lleva, sólo el osado Miguel Ángel Pichetto mantiene bien en alto las
banderas del odio, agita todos los miedos, y reparte resentimientos como si
fueran promesas.
Es su hora protagónica, y la disfruta...
¿O sabe que viene en caída y sueña que vuela?
EL SUELO PUEDE ESPERAR
Caricatura de sí mismo, suficiente, canchero, mezcla rara de
sabihondo y de suicida, Miguel Ángel Pichetto atraviesa por estos días su
instante protagónico, y en ese mismo brillo se consume como una cañita voladora
que se incendia si se enciende, y cuyo propio esplendor a la vez la fulmina.
Sin territorio y sin votos, sin mañana y sin retorno,
abrazado a Macri como a Di Caprio en el final de Titanic, cuenta Verbitsky que ya
un compañero le dijo: “Miguelito, Miguelito, tantos años en el peronismo para
terminar velado en un local del Pro”.
Oficialista inquebrantable, otrora mártir de la 125, alguna
vez supo enfrentarse a los machos del agronegocio, para acabar ahora a su entero
servicio. Bravo y fiel escudero de Cristina en el Senado, apenas asumió Macri
gritó que por fin se “sentía libre”; y así, negando hoy lo afirmado ayer, al
cabo de una rápida metamorfosis -como en un karma kafkiano repleto de kas-, una
mañana Pichetto despertó convertido en una misteriosa kukaracha pro.
La malas lenguas hablan todavía de un carpetazo contra su
hijo, Juan Manuel Pichetto, hoy de regreso al ruedo en Río Negro como asesor
del gobernador Wereltinekc, pero ayer mano derecha en el Anses del también
encarpetado y no menos adaptable Diego Bossio. Resulta que una auditoría realizada
por el gobierno en 2016 habría
descubierto un más que extraño manejo del Fondo de Garantía de Sustentabilidad,
negociados con el plan Procrear, y otras peripecias financieras que además involucrarían a grandes empresarios. Nota
del redactor: aquí valen los potenciales porque aquél informe nunca se hizo
público. El gobierno, antes, prefirió charlar con Bossio y los dos Pichetto. Las
consecuencias de esas charlas, diría La Biblia, “por sus frutos las conocéis”.
Fuera por lo que haya sido, un día Pichetto se arrancó la
careta y dio el gran saltó.
Pero un salto es un salto y nadie se vuelve en el aire sin
antes alcanzar el piso. Y como el gran salto era muy grande, el piso quedaba
muy lejos y desde entonces Pichetto no para de caer.
Empezó descubriendo virtudes ocultas en el gobierno fallido
de Cambiemos, y cuanto más fallido, más virtudes. Se lanzó a la campaña acusando
a sus adversarios de marxistas y comunistas. Ante la carcajada general, llegó a
decir que había sido una broma, pero enseguida metió quinta y ya no paró. Sin
perder la calma displicente de su tono, con ira coloquial, embistió contra lo pobres
y los negros -nacionales o extranjeros, pero sobre todo extranjeros
(tercermundistas siempre)-, le adjudicó el inmenso negocio del narcotráfico a
los villeros paraguayos, bolivianos y peruanos; todos los africanos se
volvieron delincuentes ante sus ojos, y ya casi en éxtasis propuso dinamitar
las villas. Todo. “Hay que dinamitarlo todo, que vuele todo por el aire”, decía
el candidato a vicepresidente, muy suelto de cuerpo, tranquilo, como recostado
en su caída, canchero, sabihondo… suicida.
Aunque tal vez en el fondo de su alma triste, jugado por
jugado, perdido por perdido, el único sueño que le queda es heredar ese 30 por
ciento de odio que Macri dejará mostrenco la noche del 27.
Esa multitud ciega de furia que lo llenó de ilusiones en
Barrancas de Belgrano, por mucho que ahora se deshilache y se deshaga conforme
se aleja de la General Paz… ese pueblo entusiasta y rabioso capaz de aplaudirlo
sólo porque había abjurado del peronismo… esa buena gente que no pide más que abolir
a los ká y a cambio está dispuesta a votar la destrucción nacional, el
endeudamiento infinito, la miseria absoluta, desde luego el 2x1… esa señora de
bien que en 1968 tocó un pobre; esa otra, que aún mayor consiguió descubrir por
sí sola la dependencia de Cristina del “populismo cubano” que a su vez “ya se
sabe de dónde viene”… ese buen hombre que “trabajó toda la vida” y que hoy no
pide más que “el fusilamiento de los peronistas”… toda esa pobre gente, todo
ese pueblo que pronto perderá a su líder aplastado por la derrota, ¿en quién
podrá confiar entonces si no en él?... El hombre sin pelos en la lengua, el
héroe decidido a exterminar cabecitas, pobres, inmigrantes, narcos, planeros,
franelitas, gays, lesbianas y travestis, zurdos, diestros o ambidiestros,
vendedores ambulantes, hormigas, mendigos, monotributistas, jubilados, cartoneros, sindicalistas,
electricistas, intermediarios, organizaciones, opositores, indecisos, socios y
exsocios, todo, “dinamitarlo todo” para por fin reinar sobre el 30 de los
escombros del odio…
Aunque tal vez tampoco.
Tal vez en el fondo de su alma triste sabe que el salto que
dio fue un salto al vacío, que el próximo 27 él también encontrará el suelo de su suerte, y mientras tanto nada más disfruta su cuarto de hora como el que alucina que vuela en caída libre...
Porque sabe también que cuando se salta al vació el suelo queda demasiado lejos y nunca se alcanza. Nada más se revienta.
Porque sabe también que cuando se salta al vació el suelo queda demasiado lejos y nunca se alcanza. Nada más se revienta.
* * *
martes, 1 de octubre de 2019
ANTIPERONISMO: EL AMOR AL ODIO…
Cadáver
a cuerda, fantasma creado por su sola ilusión, Mauricio Macri inició el sábado
en Barrancas de Belgrano una marcha nacional destinada apenas a disimular que
ya todo ha terminado.
Una multitud lo acompañó sin embargo.
Senil o escueta, no basta para negar esa tercera parte de la Argentina capaz de obviar cualquier desastre y siempre dispuesta a cualquier fracaso en su fervor antiperonista.
Una multitud lo acompañó sin embargo.
Senil o escueta, no basta para negar esa tercera parte de la Argentina capaz de obviar cualquier desastre y siempre dispuesta a cualquier fracaso en su fervor antiperonista.
EL
PUEBLO DEL ABISMO
Terminado,
fantasmal, entre el adiós y el ridículo, en la agonía de una gestión cuyo
deslumbrante fracaso le asegura la inmortalidad, el sábado en Barrancas de
Belgrano Mauricio Macrí aparecía sobre el escenario alzando un cartelito que
decía, todavía, “sí se puede”. Todo final es triste, cuando no patético.
El Martiyo le pega a Macri desde sus inicios. Basta
recorrer en especial su sección La patria escrita. Nunca nos engañamos con el hijo de Franco ni con su famiglia, nunca ignoramos su pasado
delictivo, ni dejamos de apreciar jamás su formidable precariedad personal, su
incultura general, su dislexia galopante, esa impronta de pelotudo que tanto le
endilgaba su padre (ver Un vivo bárbaro).
Pero aquí nos detenemos.
Árbol
caído hace mucho, ya ni para leña da. Todo en él es final, escarnio, burla. Sus
candidatos se despegan de su figura, lo borran de los afiches, lo niegan mil
veces antes de que cante cualquier gallo. Sus funcionarios ya no le responden
más ocupados en prevenir sus propios porvenires judiciales. Sus periodistas más
fieles ya no se endulzan con sus dulces sobres. Amores de estudiantes, nunca
más supo nada de Christine Lagarde y su FMI. Ni noticias del amigo Donald… si
hasta Mirtha Legrand lo llamó “fracasado”.
Nos
parece suficiente.
No es
de caballero pegarle en el piso, mejor taparlo con diarios y pasar a otro tema.
Desde
el fondo de esa montaña de escombros que es hoy el gobierno de Cambiemos, surge
viva, intacta más allá del tiempo y los fracasos, esa tercera parte de la
Argentina que todavía lo apoya, que todavía lo sigue como al flaco Abel del
tango, que se les fue y aún los guía. Pero es que no siguen a Macri, sino apenas
la ilusión que encarna: el viejo sueño de abolir al peronismo. Un sueño
imposible, y sin embargo…
Y sin embargo allí estaban el sábado en
Barrancas de Belgrano, corazón gorila de la ciudad gorila, una multitud senil, cierto,
irrelevante en términos electorales, sí, pero representativa de esa tercera
parte aún briosa, llena de fe más allá de cualquier evidencia, vivando con
entusiasmo la destrucción nacional, la decadencia social que al mismo tiempo la
succiona hacia abajo como un remolino; la miseria que la rodea y la acosa; la
deuda eterna que pagarán hasta los nietos de sus nietos, y allí estaban igual… sin
necesidad de propuestas, de ideas, soluciones, argumentos, nada, ¿para qué?...
arriba del escenario tenían al hombre que había prometido pobreza cero, y se va
en emergencia alimentaria; que se burlaba de la inflación, y la duplicó; que
auguraba una lluvia de inversiones, y acabó en default, y sin embargo, ellos allí como si nada, abrazados al fantasma en el eco de sus arengas,
repitiendo como una victoria no se inunda
más, eufóricos, en trance, más allá de Macri, más allá de cualquier realidad…
En otra
clara demostración de su incapacidad para comprender lo que sucede, arriba del
escenario Macri parecía contento. Una y otra vez le agradecía a la multitud
como si fuera propia. El 28 de octubre sabrá que no. Desilusionada, defraudada,
despechada, derrotada, toda esa gente lo habrá abandonado ya la noche del 27, y
que pase el que sigue… Vidal o Videla, Onganía o De la Rua, Illía, Alfonsín,
Macri, Braden o Lagarde, no importa, nadie importa, nada importa. Sus líderes
son coyunturales y por lo tanto descartables, sus convicciones son pocas, elementales,
pero férreas. Todo lo que les importa es el peronismo. Abolirlo.
En esa
obsesión, cualquier cosa se entiende. Tanto clausurar el Congreso como
bombardear Buenos Aires en defensa de la República. Tanto violar la
Constitución, como fusilar en su nombre. Tanto invocar a Dios, como
desaparecer, torturar y asesinar porque Cristo Vence. Todo vale menos el
peronismo.
A
través de las generaciones cargan en la memoria de su sangre las tremendas
imágenes del aluvión zoológico y sus patas en la fuente. Desde entonces nunca
más durmieron tranquilos. Un pueblo horrible, oscuro, sucio de aceite
industrial, un pueblo que creían lejano y sentían ajeno, de pronto surgía de
las profundidades y había llegado.
Y eran
muchos. Más.
Y no se
iban, se quedaban.
Y ocupaban
sus mesas en sus mismos restaurantes, y ensuciaban las playas con sus hijos, y
llegaron a usar sus mismas ropas hasta que ya cualquiera parecía igual a
cualquiera. Las divisas sociales se volvieron difusas. Distinguirse era cada
día más arduo, más inútil. Llegó un momento en que cualquier cabeza se te compraba
un plasma. Algo había que hacer.
Se
unieron. Por la gracia de todos los espantos, de ningún amor. Y marcharon.
Arrancaron un día de noviembre allá por el 45, del
brazo del embajador norteamericano y de radicales y socialistas y comunistas
y lo que venga, y así, cantando La Marsellesa en francés, o no se inunda más en
castellano, así marchan desde entonces, a través de las calles y del
tiempo, hasta pasar el sábado por Belgrano ya dispuestos a seguir por todo el país, detrás
de un hombre vencido entre consignas inútiles, no importa, hasta el final de la
historia si hiciera falta, sin ideas, sin propuestas, sin más combustibles que
el odio rumbo al abismo que ni siquiera pueden advertir… porque ellos son el abismo.
* * *
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