Como avisa nuestra presentación en la columna a la izquierda, "El Martiyo es El Martillo, blog inaugurado el 4 de octubre de 2008 en la comunidad de Clarín blogs". Hoy cumplimos tres años. Mucho agua ha corrido sobre todos, sobre el país, sobre nosotros, y más sobre nuestros enemigos declarados: la inmensa constelación conocida como el Grupo Clarín.
Hoy, a tres años de su nacimiento, en primera persona del singular, aquí su editor recuerda el big bang que le diera orígen al blog, las razones de su lucha, y algunos episodios épicos de su breve pero intensa historia.
Hoy, a tres años de su nacimiento, en primera persona del singular, aquí su editor recuerda el big bang que le diera orígen al blog, las razones de su lucha, y algunos episodios épicos de su breve pero intensa historia.
EL MARTIYO POR EL MARTIYO
A la mano con puñal,
porque nos mató tan mal.
Mi último trabajo para el periodismo industrial fue a mediados de 2005 para la empesa CIMECO, propiedad entonces de Clarín y La Nación , hoy todo de Clarín.
CIMECO producía, entre otras cosas, la revista que engordaba las ediciones dominicales de “sus” diarios del interior, Los Andes de Mendoza, La Voz del Interior de Córdoba, El Tribuno de Salta, el alguna vez célebre Río Negro de Río Negro, y otros… Así que allí estaba yo una vez más, trabajando para el Grupo.
Desde hacía algunos años venía colaborando para distintas revistas, medios y proyectos, pero siempre, descubría antes o después, siempre para el Grupo Clarín. Ya todo era de ellos, y ellos imponían las condiciones, los plazos y los pagos, y fuera de ellos era la nada. Los periodistas habíamos quedado al borde de la esclavitud. El Solo Amo de la Prensa Argentina , era el dueño por lo tanto de nuestros destinos. Me retiré. Opté por irme al Brasil, dedicarme a mis libros, sobrevivir de maneras más dignas, y olvidar el periodismo de una vez por todas. Ya era hora, sentí. Había comenzado en 1980, 25 años antes. Ya era hora.
Pero a mediados de 2008 pasé algunas semanas en la Argentina, y viví completa la crisis del campo hasta la noche nefasta del traidor no positivo Judas Cleto Cobos.
Azorado, veía a muchos de mis amigos y allegados, gente decente, llena de buenas intenciones, defender sin embargo los intereses de la Sociedad Rural a coro con todos los políticos que allá por el 2001 los habían condenado al desastre. Nacía la estrella desdentada de Alfredo de Angelis; los eternos patrones de la oligarquía terrateniente resurgían de pronto populares y santos; la Carrió trataba de subirse al palco de las 4x4, Mirtha Legrand largaba espuma por la boca, Cristina corría peligro de golpe, y de pronto el nombre de Cobos se escribía con dos huevitos en lugar de las "o". El país que venía creciendo, renaciendo de sus propias cenizas, de pronto parecía desesperado por volver a ellas. ¿Por qué?...
¿Por qué la gente, de pronto, se abrazaba de nuevo a los radicales, a Duhalde, a la Carrió , sobrevivientes inauditos del que se vayan todos?...
¿Por qué tanta gente supuestamente ilustrada, informada, culta, demócratas y tal, defendían de golpe las ganancias extraordinarias de la golpista Sociedad Rural y de las grandes exportadoras multinacionales que se cagaron sistemáticamente en la Argentina , pero sobre todo en la democracia?...
¿Por qué?...
En breve el programa 678 se lo explicaría a todo el país. Nosotros ya lo sabíamos: detrás de toda esa extraña espontaneidad popular, estaba desde hacía décadas el Grupo Clarín agitando mentes y corazones en base a mentiras bien envueltas y mala leche y codicias revestidas de periodismo independiente. De ahí la confusión.
Y entonces nació El Martillo.
Azorados, espantados, pero también asustados, retirados y alejados, sentimos que algo teníamos que hacer, que alguien algo tenía que decir…
El blog se presentó como la herrmienta perfecta de la nueva era donde el individuo quedaba mano a mano –a un mismo solo clic- frente a las grandes medios, en tanto eliminaba todo tipo de intermediarios entre nuestras ansias y nuestros lectores. Era la herramienta perfecta, y la tomamos.
Acto seguido lo llamamos el martillo proque además de una muy humilde herramienta, era también, debidamente usada, un arma muy eficaz.
Acto seguido lo llamamos el martillo proque además de una muy humilde herramienta, era también, debidamente usada, un arma muy eficaz.
Concientes sin embargo como David ante Goliath de las diferencias de volúmen con el adversario escogido, nos pareció más astuto que enfrentarlos infiltrarlos, y masticarlos por dentro. Así elegimos, entre tantas posibilidades, ya colimado el enemigo, instalarnos en su mismísima comunidad de Clarín.blogs. Ese fue, acaso, nuestro primer acierto.
Y un día como hoy, dijeran entonces las efemérides, comenzamos a golpear todos los días un poquito con nuestro solo martillo, al igual que la gota que taladra la roca.
Algunos ya conocen la historia. El blog comenzó a crecer, y ellos a molestarse. Poco a poco dificultaron nuestro funcionamiento, y nosotros redoblamos la apuesta, subimos el tono.
A principios de octubre del año pasado, cumplidos dos años, alcanzamos la tapa del portal de Clarín como blog destacado, y lejos de agradecerlo, apenas lo detectamos, nos declaramos insobornables en un post titulado Al enemigo ni agua.
Inmediatamente, apenas minutos despuès de publicado ese post, nos borraron de los destacados, y los problemas operativos comenzaron a recrudecer. Nuestras respuestas también. Ya nos sabíamos “identificados”, ya estaban atentos. Ya era algo personal
La mañana del 27 de octubre muere Néstor Kirchner, y la vimos venir. Conocedores por dentro del espíritu de carroña del enemigo, supimos que redoblarían sus embestidas, y entonces nos redoblamos nosotros y esa mañana nació El Martiyo. “Absolutamente modernos”, como ordenaba Rimbaud, allí nos clonábamos.
Lejos de achicarnos o replegarnos, multiplicamos los ataques, y Clarín no resistió.
Con las vestiduras deLa Libre Expresión rasgadas hasta los harapos, la mañana del 11 de noviembre de 2011, Clarín, descaradamente, nos censuraba, nos clausuraba, confiscaba todos nuestros archivos, y nos expulsaba de su comunidad mostrando y demostrando lo que de verdad eran. Habíamos vencido.
Con las vestiduras de
En la victoria, claro, abandonábamos pertrechos, posiciones y municiones, de pronto El Martillo ya no existía más, y ahora El Martiyo, con toda su rareza ortográfica, se volvía inhallable en los mejores buscadores…
Y durante algunos días, la victoria pareció una derrota. Bloggers a sueldo de Clarín –o así preferimos creer- nos escribían orondos...
De las 60, 70 visitas diarias que recibíamos en Clarín blogs, caímos de pronto a diez, doce, poco más, y menos también…
Pero lejos de achicarnos, una vez más redoblamos el ataque.
Disfrazados de otros blogs, invadimos la comunidad de Clarín dos veces, interrumpiendo el normal funcionamiento del portal, la primera vez, durante 36 minutos que hicieron temblar al Grupo, y un mes después los sitiamos y les copamos la cartelera por cinco días con sus noches, durante los cuales paseamos nuestras proclamas con links hacia El Martiyo, sangrándolos de lectores, durante cinco días con sus cinco noches. La victoria, ahora, era total. Expulsados, proscritos, censurados, clausurados, volvíamos, veíamos y vencíamos. (Ver sección El martiyo contra Clarín).
Muertos por Clarín, allí renacíamos. Los buscadores seguían preguntando “¿habrás querido decir El Martillo?”. Pero no estábamos solos, y lo sabíamos.
Pronto el portaviones de la gloriosa comunidad nac & pop Blogger en acción, depuso todas sus restricciones de rigor, y en reconocimiento a nuestra dura misión, y al precio de su victoria, nos recibió sin más entre los suyos, luego otras comunidades hicieron lo mismo, a su vez nos ramificamos por twitter (@blogelmartiyo) y facebook (Daniel Ares El Martiyo), y a partir de allí, contra todos los buscadores, comenzamos a crecer sin parar todavía…
Hoy, tres años después, con picos de 500 visitas diarias, y un promedio actual de 350, El Martillo-El Martiyo, mira a Cristina a punto de ser reelecta luego de arrasar en las primarias; mira a Clarín caer en los accesos y las ventas, deshecho ya todo rastro de su prestigio; y no podemos sino decir y decirnos: hemos cumplido, y saludarlos, y saludarnos.
Con la borracha sinceridad que suele distinguirnos, y que tanto aprecian nuestros lectores más apreciados, confesamos haber imaginado para estos días una serie de especiales… y de pronto llega la fecha y nos encontramos dudando incluso de nuestra continuidad. (ver El Martiyo después del Martiyo).
Pero aquí estamos todavía.
Hoy cumplimos tres años de blog, de golpes y de versos, de risas, de fotos, de chicas, de broncas y de sueños… Acaso estos días, repasemos esos años y esas cosas… y acaso intentemos algunas otras más.
Mientras tanto… que ni los buenos se dispersen, ni los malos se descuiden.
Al fin y al cabo, dijera la Walsh : tantas veces nos mataron, tantas veces nos morimos… y sin embargo…
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