Quedó en el imaginario colectivo que Alfredo Yabrán mató y
se mató porque el secreto de su impresionante poder se basaba en la invisibilidad
pública de su figura, y que aquella foto de José Luis Cabezas, los condenó a los
dos.
Algo así le sucede al Grupo Clarín-La Nazión desde el trágico día en que
salió a la luz pública la verdad primera: Papel prensa. Desde entonces el Grupo
también, como Yabrán, manda matar y se mata hasta que por fin se muera.
EL SÍNDROME YABRÁN
La gente, el público, el civil ajeno a los medios, el grueso
del electorado, digamos, ignoraba esa curiosidad mundial: en ningún otro país dos
diarios eran los únicos dueños de todo el papel para diarios que se producía en
ese país. Desde entonces, desde que esta tremenda verdad escapó al ámbito de
las trastiendas de las redacciones y las editoriales, ellos, Clarín-La Nazión, como
Yabrán, mandan matar y se matan.
Desnuda tamaña verdad, poco tardó en resolverse la otra: no
había más oposición que dicho monopolio, y sus marionetas de ocasión, políticos
endebles y flexibles, gloriosos bastardos enviados a vender
un detergente que ensucia los platos. Fusibles que saltan y se cambian, se
descartan, o se reciclan. Allí van y vuelven Cobos y la Carrió , la Bullrich , Lanata; grandes
socios como el hijo de Macri, de Narvaez; Duhalde, patrono de la pesificación…
Bien ya lo dijo sin embargo el mismísimo Magnetto: “con estos no se puede armar ni una
murga suplente” ¿Por qué insisten entonces con ellos? Tal la hondura de ese
vacío.
Y tal el vértigo de la caída, que hoy La Nazión , perdido por
perdido, difunde el pensamiento vivo del políticamente muerto Domingo Cavallo,
recientemente citado en nuestros Destellos
Apócrifos por su posible máxima: “Cría
cuervos, y comeremos ojos”.
En el marco de las repercusiones del discurso presidencial
en el Congreso, La Nazión, sin prólogo que lo disculpe, reproduce las opiniones hechas por el incendiado Cavallo en su propio blog (porque tiene uno,
parece).
No importa, desde luego, lo que diga Cavallo. Siempre
alterado como su mirada lo indica, agravia a la presidenta entre rápidas y
confusas explicaciones que pretenden negar en pocas líneas lo que tanto
sufrimos durante tantos años todos. Desde un punto de vista, nobleza obliga, Cavallo
no carece de comicidad. Lo trágico es La Nazión , que recurre a Cavallo como quien
demuestra estar de verdad perdido por perdido, y va y se arranca la careta y pierde toda
compostura.
Y ahí la buena noticia: Clarín, La Nazión , lo que son, suponen
y ocultan, se ocultan cada vez menos. La foto trágica de Papel prensa descubrió el secreto invisible de su tremendo poder,
que sangra desde entonces; y desde entonces, desesperados, acorralados, mandan
matar, y se matan.
Clarín es Cobos, la Carrió , Lanata o Shocklender, los fondos buitres,
las cautelares eternas, Clarín es cualquier cosa, pero a ninguno de los dos les
importa ya lo que se piense de ellos. Cautivos de la rabia y el engaño, todavía
mantienen un público, y el resto… el resto que lo sepa de una vez por todas:
ellos son ellos, sus propios exclusivos intereses, privilegios y negocios, y el
resto no importa nada.
Descaradamente, Clarín titula su tapa de hoy con este título
de escaso rigor periodístico, y por lo tanto, de alto valor sintomático: “Para
la oposición, Cristina busca dominar la justicia”.
Escaso rigor periodístico porque es un titular pero no
anuncia, no informa, ni siquiera opina, apenas supone y tampoco especifica... ¿Qué
oposición? ¿Ellos mismos?
Ya nada importa. Qué periodismo ni qué mierda. No hay
reglas, valen los golpes por debajo del cinturón y con un cenicero en la nuca,
ya nada importa. Ni siquiera vivir. Mejor matar a todos aunque esto nos
incluya.
El síndrome Yabrán.
Un tiempo que se va.
* * *
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