Cada año para esta fecha nos gusta imaginar qué difícil ha de ser la noche previa en las redacciones de Clarín y La Nazión a la hora de
reprobar lo que ayer aprobaron, acompañaron, justificaron, sostuvieron y
aplaudieron: la dictadura y el genocidio inaugurados un día como hoy de 1976.
HOY UNA TRISTEZA
AYER UNA ILUSIÓN
¡TOTAL NORMALIDAD!
El 24 de marzo de 1976 el Departamento de Estado Norteamericano impulsó un golpe de estado en la Argentina estructurado por José Alfredo Martínez de Hoz -en representación conjunta de la banca extranjera y la Sociedad Rural- , ejecutado por las Fuerzas Armadas, justificado por los principales diarios, y bendecido por la Iglesia Católica Argentina. A continuación, mancomunados, y conforme sus planes originales, destruyeron la industria nacional, consecuentemente la clase obrera, endeudaron al país por varias décadas, y lo bañaron en sangre.
El Martiyo preferiría dedicar este espacio y este tiempo a otros recuerdos… y es por eso que se lo cedemos, mejor, a dos de sus protagonistas principales, los diarios La Nazión y Clarín, sin cuya colaboración dicha tragedia nacional no hubiera sido posible; y quienes aquí se expresan en fragmentos impresos y públicos por ellos mismos, y que así guardan, por lo tanto, el peso irrevocable de lo ya dicho para siempre.
Con ustedes, los autores y las obras.
Con ustedes, los autores y las obras.
* * *
Así nos alumbraba el diario Clarín ya el 25 de marzo de 1976 -o sea, apenas al día siguiente, dijéramos: rapidito rapidito- en su hoy histórico editorial:
"Aunque resulta innecesario justificar las motivaciones de la acción militar del 24 de marzo -porque nada fue más evidente que la incapacidad del anterior gobierno para modificar el rumbo que nos conducía a todos al desastre- ha sido oportuno que el país escuchara las explicaciones de su nuevo presidente. Ellas ratificaron el hecho conocido de que las Fuerzas Armadas no han interrumpido el proceso que se venía desarrollando, sino cuando tuvieron el convencimiento de que se hallaban agotados todos los recursos susceptibles de operar la indispensable rectificación".
Y así remataba para rematarnos:
"La palabra presidencial (el discurso de Videla), sin buscar aplausos anticipados, ha fijado un rumbo apto para la solución de los problemas nacionales. Y como el mismo Presidente lo expresa, el acierto de las decisiones del gobierno será en definitiva el que suscitará la adhesión de la gran mayoría de los argentinos".
Eso es, fue, y será siempre Clarín.
Mitre, la Noble y Videla.
Los días dorados.
La Nazión, por su parte, lo celebraba así:
"La crisis ha culminado. No hay sorpresa en la Nación ante la caída de un gobierno que estaba muerto mucho antes de su eliminación por vía de un cambio como el que se ha operado. En lugar de aquella sorpresa, hay una enorme expectación. Todos sabemos que se necesitan planes sólidos para facilitar la rehabilitación material y moral de una comunidad herida por demasiados fracasos y dominada por un escepticismo contaminante. Precisamente por la magnitud de la tarea por emprender, la primera condición es que se afiance en las Fuerzas Armadas la cohesión con la cual han actuado hasta aquì. Hay un país que tiene valiosas reservas de confianza, pero también hay un terrorismo que acecha".
Eso es y fue siempre La Nazión.
Eso es y fue siempre La Nazión.
Cuando todo era brindar,
callar y acumular.
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