El Martiyo nació para desenmascarar al gran enemigo de la Argentina más allá de sus múltiples caretas de ocasión, hoy tan próximas al olvido.
Caso único en el mundo, dueños de todo el papel de un país, Clarín-La Nación, disfrazados de "la prensa libre", no son sino una "libre empresa" con fines, exclusivos, de lucro.
Como exmercenarios del periodismo industrial, conocemos bien, desde hace mucho, y por dentro, al verdadero enemigo detrás de sus variadas máscaras de ocasión. Tan luego por ello nació El Martillo allá por octubre de 2008, y en la comunidad de Clarín, como una quinta columna dispuesta a masticarlos por dentro, así como ellos hacían con el país.
Desde entonces, y más allá de aborrecer en orden las muchas figuritas que el Gran Mal Argentino usaba para encarnarse –la Carrió , la Bullrich , la Guiñazú , Lanata y las otras-, siempre apuntamos a un solo y claro objetivo: los grandes medios dueños de (casi) todos los medios. Clarín y La Nación. Papel Prensa, bah.
Así y entonces, nació también nuestra sección Medios medios, destinada a observar y comentar la conducta de los medios en general, y que sin embargo fuera absorbida de a poco por la sección La guerra con DOS medios, incluso a veces por La patria escrita, conforme estos dos grandes medios ya no practicaban el periodismo, siquiera la política, apenas el sabotaje.
En la misma línea de fuego pueden inscribirse nuestras secciones Memorias de un mercenario y Premio Manco de Lepanto. En ellas también nos abocamos a los medios ya desde un punto de vista tanto técnico y estético, como ético, o si se prefiere, moral. En términos prácticos, les pegamos por todos lados.
Y nos parece justo, no sólo necesario.
Bajo el espinoso eufemismo de “formadores de opinión” (Goebbels también lo fue), los medios, sobre todo los grandes medios –y en especial ese caso único en el mundo que son Clarín-La Nación, dueños de casi todo el papel de un país-; manufacturan a diario la realidad, intentan imponerla como la única real, sin recordarnos que son y serán, siempre y apenas, por encima y debajo de sus más nobles consignas, vulgares empresas privadas con fines –exclusivos- de lucro.
De allí la importancia de los medios que El Martiyo siempre destaca. Porque una cosa es la realidad industrial, y otra muy distinta es la industria de la realidad.
En el marco de los festejos de la inauguración de nuestra cuarta temporada, recordamos entonces este espacio, su lucha, y su victoria… y vamos por más.
Al pasquin le estaba llamando (el gran cancer argentino)y algun compañero se "chivo" asi que te voy a achacar la denominacion , que vos usas , gracias
ResponderEliminarEs un gusto encontrarlos, estimados amigos. Vamos a contribuir a su difusión.
ResponderEliminarNuestros blogs:
Cuadernos de la ira
Plumas Hispanoamericanas
Saludos cordiales