////// Año XVIº /// Editor Anónimo: Daniel Ares /// "Prefiero ser martillo que yunque", Julio Popper ///

lunes, 18 de julio de 2011

CLARÍN: CUANDO HAY MISERIA Y SE NOTA MUCHO.




En un insólito caso de autísmo colectivo, el clarinísmo pretende una victoria final en el aún parcial cotejo de muestras de ADN de los hermanos Herrera Noble; y en el no menos parcial triunfo de Macri en Buenos Aires.
Claramente no hay pan duro para el hambre.


ERAMOS TAN POBRES





“No hay salsa como el hambre,
por eso el pobre come con tanto gusto”.
Miguel de Cervantes Saavedra


En la miseria poco es mucho.
Así el heterogéneo arco de la oposición –homogeneizado por el Grupo Clarín-, celebra cualquier mínima ventaja aparente y parcial como una victoria absoluta y definitiva, cuando en realidad el partido recién comienza.
Macri no ganó las elecciones porteñas, debe ir a segunda vuelta, sin embargo inmediatamente hubo globos y fiesta, y se encolumnaron tras él, alegres, mil aves de rapiña.
El cotejo -los primeros cotejos- de las muestras de ADN de los hermanos Herrera Noble aún no terminó, y cuando termine, será bueno recordar que ese banco de datos está en construcción, y que por ahora sólo cuenta con menos de trescientas muestras sobre miles y miles de aún incontados desaparecidos. Sin embargo el Grupo entero -con sus arlequines por supuesto-, celebra y pide justicia como si de verdad estuviese dispuesto a recibirla. El miserable aprecia más que nadie el valor de la migaja.
“La victoria entontece a los hombres”, sentenciaba Borges, y no importa si la victoria es falsa: entontece igual.
Mitre, Ernestina y Videla.
Más que 1000 palabras.
De pronto el clarínismo quiere creer y hacer creer que si por fin gana Macri la Capital, y si entre los datos que hay en el BNDG ahora no aparecen parientes de los hermanos Herrera Noble, inmediatamente el pasado se modificaría y Clarín ya no habría obstaculizado la justicia durante todos estos años, ni apoyado ni aplaudido ni alentado la dictadura militar, ni habría silenciado el genocidio, ni se habría asociado con aquellos genocidas para quedarse con el monopolio del papel en la Argentina, y que no habría participado tampoco de la estafa de las AFJP, ni la señora de Noble habría dicho nunca que ella misma le dijo a sus hijos que “existía la posibilidad de que fueran hijos de desaparecidos”, sencillamente porque ella sabe que las dos adopciones son irregulares, fueran o no hijos de desaparecidos; y no sólo el pasado sino también el presente se resolvería con la misma magia y ya Clarín, el Grupo, no registraría ninguna conducta monopólica, ni tampoco estaría sobrepreciando hasta lo pornográfico el servicio de wifi y las netbooks que le vende a Macri para las escuelas porteñas, ni entorpecería más la plena vigencia de la ley de medios cagándose así en el mismísimo Congreso de la Nación, y por lo tanto, una vez más, en el país, en todos nosotros... Nada de todo eso y otros muchos delitos habrían sucedido jamás ni sucederían ahora si las muestras de ADN de los hermanso Herrera Noble finalmente no coinciden con las pocas  que aún tiene el BNDG; o si gana Macri la segunda vuelta. Eso quiere creer y hacer creer el clarinismo con sus insólitos fesejos cuando el partido recién comienza.
Pero no.
Cada segundo que se va se petrifica, y así, el pasado se vuelve rígido, más rígido que el mármol: inalterable.
Algún día o no se sabrá la verdad sobre el origen de los hermanso Herrera Noble. Y acaso nunca.
Pero en cambio no hace falta esperar ni un segundo más para saber lo que es y fue Clarín, el Grupo, su triste y trágico papel protagónico ¡aún! en la historia argentina.
Mientras tanto, entontecidos por la falsa victoria, en un pico desmadrado de la fiesta, denudos por completo, se arrancan hasta la máscara y nos muestran de una vez por todas lo que de verdad sienten por las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo, o sea, es decir: por las causas y los asesinos que persiguen.
Mucho antes de todo esto, de las muestras, de las Madres y las Abuelas, ellos ya estaban del otro lado.



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