Destellos Ajenos:
“A la noche siguiente, mientras esperaba que ella bajara, Dexter animó con la imaginación aquella habitación de verano profundamente suave y el pórtico iluminado por el sol que había dado paso a los hombres que ya habían amado a Judy Jones. Sabía qué clase de hombres eran… los hombres que cuando él había ido por primera vez a la facultad llegaron de la gran escuela preparatoria con ropas a la última moda y el color tostado oscuro de los veranos al aire libre. Había notado que en cierto sentido, él era mejor a esos hombres. Él era más adelantado y más fuerte. Sin embargo, al reconocer que desearía que sus hijos fueran como ellos, admitía que él no era más que la materia prima tosca y tenaz sobre la cual él y sus hijos surgirían eternamente”.
Francis Scott Fitzgerald
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