El mismo domingo de las primarias, todavía calientes, ni siquiera tibios, los cadáveres de la oposición, Magnetto ordenó el entierro de todos, y su general Kirchbaum corriendo agarró la pala, y en una tosca fosa común, los sepultó casi con asco.
ARLEQUINES VENCIDOS
“Roma no paga traidores”.
Escipión
No hace falta ser periodista para saber que si algo sale en el diario el lunes por la mañana, es porque fue escrito a más tardar el domingo por la noche. Así sabemos entonces que apenas surgían las primeras cifras de las primarias, aún vivos los muertos de la oposición, Héctor Magnetto ya le ordenaba a su (secretario) general Ricardo Kirchbaum ejecutarlos y chau. Roma no paga traidores.
Dice obediente el general Ricardo Kirchbaum en su editorial de ayer:
“Este escenario favorable a la reelección, a algo más de dos meses del comicio presidencial, es exclusivo mérito del oficialismo y una impúdica muestra de que la oposición, por lo que fuera, no ha sabido encontrar un común denominador todavía para convertirse en un desafío serio para el kirchnerismo”, dispara Kirchbaum, pero manda Magnetto. El romance había terminado.
La rabia de la derrota la sentirán ahora sus arlequines vencidos. Carrió, la Bullrich , el hijo de Alfonsín, De Narváez; acaso se salve Duhalde aferrado a viejas oscuras complicidades, pero el resto conocerá, ahora sí, el lado oscuro del Grupo que creyeron aliado, amigo, “víctima” incluso, como los quiso Lanata… Ahora todos ellos, en el mejor de los casos, gozarán de la indiferencia, cuando no de castigo. Alguien debe pagar esta derrota, y no será Roma, claro.
“La oposición está, de verdad, en una encrucijada: no hubo primus interpares en el pelotón de segundos. Esa paridad niveló a la oposición para abajo en esta primaria. Esa foto de anoche dejó al descubierto que ninguno de los desafiantes de Cristina ha logrado un volumen suficiente para restarle votos y discutirle con alguna probabilidad de éxito la elección presidencial. Y que la dispersión opositora y sus errores son de exclusiva responsabilidad de sus dirigentes”. Las negritas son de Kirchbaum, los gritos de Magnetto. Nunca hubo amor.
Funcionales –serviles- a sus intereses, a sus negocios, y a su desesperación ante los crímenes del pasado, el Grupo los infló de importancia, les dio entidad política, hasta les aportó contenido cuando nunca lo tuvieron –caso Carrió-; y los ungió incluso de valor moral cuando mucho menos lo tenían –caso Cobos-; pero nada de todo fue jamás amor. Ja. Era puro interés utilitario, y ahora nada, o peor: ahora desprecio, rechazo, asco casi, como si se tratara de verdad de profilácticos usados..,
Cuando el gobierno rompió lanzas con la Sociedad Rural , todos ellos se pusieron del lado de la Socidad Rural. Cuando la Ley de Medios, a favor de los monopolios. Cuando los hijos de la Noble , se enfrentaron con las Abuelas. Cuando apareció Shocklender, celebraron el daño a las Madres. Cuando le tocó a Zaffaroni, hasta pidieron su renuncia. Ahora ya lo saben: Roma no paga traidores.
Mucho menos en su caída.
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