////// Año XVº /// Editor Anónimo: Daniel Ares /// "Prefiero ser martillo que yunque", Julio Popper ///

martes, 26 de noviembre de 2013

LAS TAPITAS DE CLARÍN- HOY: 14./6/77, desaparece Rafael Perrota. periodista.

LAS TAPITAS DE Clarín


Hace poco Clarín.com agregó un “atractivo” a su deslucido portal, que nos atrajo a nosotros también, y por eso saludamos al extinto monopolio, no sin gratitud. Lo cortés no quita nada, suma.
Y lo saludamos con gratitud porque pese a que pretendieron restringir el recurso a un juego de autorreferencia personal titulando desde el vamos “Mirá la tapa del día que naciste”; El Martiyo advirtió allí, en cambio, una maravillosa posibilidad de revisar, día por día, la historia argentina de las últimas décadas a partir de la confesión de parte uno de sus principales gestores: Clarín. Y maravillados ante dicha maravilla, decidimos consagrarle esta sección: Las Tapitas de Clarín, que se hagan cargo.


El 13 de junio de 1977 un grupo de tareas del Batallón de Inteligencia 601 del Ejército Argentino, secuestraba a Rafael Perrota, abogado, periodista, director del diario El Cronista Comercial. 
A partir de entonces, según distintos testigos, Perrota fue visto en el centro clandestino de detención conocido como COTI Martínez, y cada vez peor, más torturado.
Representantes del General Ramón Camps, negociaron con los hijos de Perrota el pago del rescate en 375 mil dólares, que la familia Perrota entregó al enviado de Camps el 17 de julio de 1977. Nunca más supieron nada del dinero, ni del padre.

En defensa siempre de la libertad de expresión, como dirían Magdalena o Inmorales Solá, así informaba Clarín al otro día del secuestro (y puede buscar en los días sucesivos, que no encontrará más que lo mismo, indiferencia, y redobles para los asesinos)…

Clarín, 14 de junio de 1977.
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domingo, 24 de noviembre de 2013

40 DÍAS SIN CRISTINA: EL DESIERTO DE LA OPOSICIÓN


En los instantes más trágicos del kirchnerismo –la muerte de Néstor, la enfermedad de Cristina-, se advierte con mayor nitidez el espíritu de carroña del rejunte impotente que le oponen los dueños del poder económico. 
Durante cuarenta días Cristina les dejó el campo libre, y todo lo que supieron hacer, fue lo de siempre: soltar espuma por la boca, y mentir y mentir. 
Una sola sonrisa suya bastó para arrasarlos como un huracán.



CRISTINA, LOS OTROS Y LA NADA




La contundente reaparición pública de Cristina, entera y mejor, deshizo en un instante 40 laboriosos días de rumores, mentiras, edificios de vulgaridades, que en el tiempo que dura un spot, quedaron reducidos a polvo y espanto.
En las redes sociales, en el basurero de los comentarios que incentivan los portales de Clarín y La Nazión, en la calle, se ha dicho, sin vergüenzas ni razones, de todo. Compendio y apoteosis, quizás valgan de ejemplo y síntesis de ese espíritu de odio y futilidad, las palabras de la futura vedette Victoria Donda  -hoy diputada por el extraño socialismo de Capriles-, repitiendo sin pensar, apenas horas antes de la reaparición espectacular de Cristina, “dicen que parece una planta”.
“Dicen que parece”… tal la esencia, la sustancia, del pensamiento opositor. “Dicen que parece”. Nada se afirma, nada se ha visto, nada se sabe; por lo tanto cualquier cosa puede decirse. Es la era Clarín, que así termina… mal.
No hace tanto el actor cómico Jorge Lanata en su show de los domingos para el Grupo, soltó envuelto como información un delirio según el cual Néstor Kirchner había sido asesinado, y para que nada falte, por alguien de su entorno. La noticia hubiese bastado para frenar la marcha de cualquier país, ya no sólo de sus rotativas. Pero como la cosa no es tan fácil, el disparate apenas prendió, y el cómico prefirió olvidarlo, como antes había olvidado el viaje de Boudou llevando guita a Carmelo, cuando en realidad estaba en el Senado y por la tele; y así tantas otras mentiras de las que sólo consigue volver por el sendero del odio del que lo escucha sin pensar. En esa dimensión, claro, todo vale.
Cristina parecía una planta, estaba paralítica, tenía “la cara podrida” –así lo oyó este cronista-, deliraba, había perdido la razón, la movilidad, una parte del cerebro y otra del cráneo, en fin… 40 días de un desierto irrespirable, hasta que simplemente apareció, sonrió, y chau. Caminado, revoleando los dos brazos, aliviado su luto, la cara como siempre, pero extrañamente, toda ella, mejor. Repuesta, renovada, o recargada. Más fuerte, más Cristina que nunca… como si ya supiera que del otro lado no hay nada… Clarín, que corre para adecuarse porque se deshace… Dondita, sus tetas vanas… el payaso Lanatín, sus tristes chistes… nada… les dejó el campo libre por 40 días y 40 noches, y no pudieron más que alucinar mentiras, vulgaridades, edificios de rabia y espuma que ella viene y arrasa con el rápido huracán de una sola sonrisa.
Las encuestas la saludaron con más del 50 por ciento de imagen positiva. Los habladores del Grupo tuvieron que agachar la cabeza y reconocer que sin ella, la política argentina se estanca y gira en falso; y lo que es peor, aún sin ella el modelo que puso en marcha, no descarrila. Los cambios en el gabinete, acabaron por taparle la boca a los que todavía farfullaban algo sobre la falta de reacción de una presidenta que justamente ha demostrado reflejos de madre. Todo lo que habían dicho, supuesto, augurado y afirmado los habladores, se hizo polvo en el viento porque ella volvió.
Sin más nada que agregar, con la cabeza baja y bien calladitos, los charlatanes se volvieron a su cucha, ni perdón pidieron. Avergonzados pero soberbios, así construyen su derrota.
En 40 días no pudieron, no supieron, articular una oposición real, mucho menos, ja, un programa de gobierno alternativo al modelo que tanto critican (sin oponerle más que el estallado en 2001). No pudieron, tampoco, desbaratar siquiera, aprovechando su ausencia, la ley de medios. Ni siquiera consiguieron librarse de esa vieja obsesión que era Guillermo Moreno; tuvieron que esperarla...  40 días, y no consiguieron, entre todos, nada.
Es tal la grandeza de esta mujer frente al rejunte que enfrenta, que se entiende el odio, porque es hijo putativo de la impotencia.


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domingo, 10 de noviembre de 2013

CRÓNICA ANTICIPADA DE UNA MUERTE ANUNCIADA: CLARÍN.


Tic, tac, Clarín, el monopolio, comienza a deshacerse. 
Ni de un lado ni del otro se esperan grandes cambios, y sin embargo, el tiempo y los hechos demostrarán lo contrario. 
El derrumbe puede ser lento, pero tampoco demasiado. Una nueva competencia hará lo que falta, le comerá espacio al Grupo, absorberá sus periodistas repletos de secretos y resentimientos; el ataque a Magnetto su historia y sus delitos será redoblado, el prestigio perdido no volverá jamás, sus costos se elevarán, y en menos de lo que usted supone, estimado lector, hablaremos de otra cosa.

¿QUÉ CLARÍN?



Mientras por un lado mandaban a María Laura Santillán a gritar que Sabatella quería intervenir “de facto” al Grupo Clarín –pese a que la Corte Suprema y los otros dos poderes de la República ya habían declarado constitucional lo que ocurría-, por otro lado Magnetto apuraba la adecuación voluntaria a la ley de medios. Las acciones del Grupo habían caído un 30 por ciento, y una tasación oficial haría polvo el resto, por mucho que gritara en su delirio María Laura Santillán. El fin había llegado.
Superada su crisis de nervios, la Santillán continuó con el nuevo guión que ahora le bajaban. El Grupo “respetaría la decisión de la Corte” –dijo sin explicar cuál sería la alternativa-, pero Clarín seguiría siendo Clarín, y aquí no ha pasado nada. Otro delirio de una mujer muy obediente, pero sin nociones de la realidad. El fin ha comenzado.
Ahora Clarín deberá desprenderse de algunas licencias, y aunque podría partirse en varias sociedades, tales sociedades deberían ser por completo independientes entre sí, deberán montar administraciones distintas, cuentas distintas, y un marketing completamente diferente. Otros costos, pero con menos ingresos, o sea…
Según consigna hoy el incontestable Verbitsky, una vez recuperados del shock que les produjo la desobediencia de la Corte, el propio Ricardo Kirchbaum –secretario general de redacción- encaró a la tropa y le advirtió los cambios por venir. Escribe Verbitsky hoy en Página:
“Ricardo Kirchbaum, anunció a la redacción que ante “el avance del gobierno sobre los medios críticos” y la merma de circulación y de anunciantes decidieron “profundizar el proceso para la convergencia” del papel y la edición digital y el desarrollo de nuevos medios. Con ese fin informó sobre un nuevo rediseño del diario en papel y una nueva web de noticias y de servicios y de entretenimientos, para “satisfacer intereses más diversos con los nuevos lenguajes visuales, adecuados a los nuevos hábitos y tendencias”. La nueva web “se nutrirá de los contenidos que tienen más repercusión social en las redes”, organizada por áreas en vez de secciones, de acuerdo con las necesidades y preferencias de la audiencia digital. “Toda la redacción trabajará sin importar el soporte final. Los textos podrán ir al diario impreso y luego enriquecerse con videos o audios para la publicación digital o al revés”, para aprovechar mejor los recursos disponibles. No explicó si hubo una negociación previa con los sindicatos que agrupan a sus trabajadores para que acepten “el cambio más importante que hemos emprendido”, una apuesta “en la que se juega la perspectiva laboral de todos”.
En términos de realidad, esto significa que ahora vendrán conflictos internos –más costos-, periodistas descontentos –menos producción-, y por lo tanto, dispuestos a irse. A su vez, por la propia dinámica de la ley y el mercado, la competencia crecerá, absorbiendo así, en muchos casos, a muchos de esos periodistas descontentos dispuestos a irse. Y muchos de ellos –sino todos- se irán de Clarín repletos de secretos, y de resentimientos. Y una vez del otro lado, en nombre de la libre competencia, claro, atacarán. Duro.
A todo esto el prestigio de Clarín -evaporado al fuego intenso de la mentira sistemática-, ya no existe, y por eso ahora, perdida la prepotencia de volumen, Magnetto le ordena a Kirchbam esos cambios. Tarde.
El mentiroso sistemático, por su propia patología, olvida que su palabra ha perdido todo crédito. El prestigio ido no volverá jamás, y así entonces, los nuevos ataques de la nueva competencia, serán cada vez más destructivos.
En paralelo, el “oportuno” descubrimiento de las actas de la dictadura por parte de la Aeronáutica, ya ofrece nuevas pruebas de la relación directa entre la venta de Papel prensa, el secuestro de la familia Graiver, y la estrecha participación de Héctor Magnetto, Ernestina Herrera de Noble, los Mitre y los Peralta Ramos; actualmente imputados por crímenes de lesa humanidad. Distraídos por esta lucha cada vez más  desesperada, seguramente Magnetto arrastrará en ella los vestigios del Grupo hasta el fondo de su barro… o acaso sus socios no imputados terminen por abandonarlo… En cualquiera de los casos, allí el final del final, estará cerca.
La nueva competencia, ya para entonces más vigorosa y mejor organizada, nutrida de hombres y secretos del exmonopolio; será letal.
Les cobrará en nuevos y reveladores y truculentos detalles la sucia historia que los volvió tan fuertes, revisará sus crímenes, sus socios y sus negocios, maniobras, extorsiones y sobornos que los llevaron a convertirse en uno de los mayores conglomerados de medios del mundo, y será un final de espanto, solitario y total.
Los que todavía hoy quieren creerle, compran Clarín o miran TN -por odio a Cristina, por ignorancia ilustrada, por inconsistencia ideológica, o por infección informativa-; tampoco estarán. Decepcionados como traicionados por la derrota de un monopolio que soñaron invencible, le darán la espalda y lo dejarán morir así, solo, mal, del todo…
Conforme la verdad de lo que fueron –e hicieron- quede por completo expuesta a través de los distintos medios de la nueva competencia –que así también, restándole espacio a Clarín, buscarán su propio espacio-, y más allá de quién gobierne por entonces –porque la verdad probada seguirá siendo la verdad- el desprestigio de hoy se convertirá en oprobio, y los últimos periodistas que trabajen para el Grupo querrán salir corriendo, o Magnetto tendrá que pagarles mucho más que la competencia, y así, pataleando en la ciénaga, se hundirá más y más...
El desgano, el desinterés, el hartazgo que hoy siente la mayoría de los periodistas del diario –al menos aquellos con más de 15 años adentro-, no sólo se manifiesta en una edición cada vez peor escrita y menos creíble, sino que instala un clima general de trabajo que lejos de alentar un repunte, acelera el derrumbe…
Estas visiones, desordenadas y claras, quizás demoren algunos años en terminar de cumplirse, pero su destino está en marcha. No son fantasías, ni mera expresión de deseos. Es la dinámica natural de un gremio y un mercado. La competencia en periodismo es muy ruda. Muchas veces un periodista es contratado por un medio al sólo efecto de quitárselo a otro, de lastimarlo. Así de ruda. Es mucho el dinero en juego, y además de dinero, hay poder en juego. Poder real, político.
Por duro que le resulte a Magnetto, y a buena parte de la sociedad argentina -aún aquellos que desean el fin de Clarín pero lo creen imposible-, el fin de Clarín no sólo es posible, sino que ha comenzado.
Nada es para siempre, todo se paga en esta vida, el que mal anda mal acaba, en fin… muchos refranes populares avisan y confirman que estas cosas suceden. No hay mal que dure 100 años.
Allí ahora corre Magnetto, tan apurado por cumplir la ley, que hasta se olvidó a la Santillán prendida y a los gritos…
Y queda impreso en la historia, además, que el terrible gigante fue vencido por iniciativa de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, “la marioneta de Néstor”, como pretendieron presentarla ellos, cuando la contienda comenzó.
Hay otro refrán que dice: “Cuando te sientas un Goliat, cuídate del David más pequeño que se te acerque”.


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jueves, 7 de noviembre de 2013

lunes, 4 de noviembre de 2013

LAS TAPITAS DE CLARÍN: CUANDO EL PEZ POR LA BOCA...

Pateando al caído...


LAS TAPITAS DE Clarín



Hace poco Clarín.com agregó un “atractivo” a su deslucido portal, que nos atrajo a nosotros también, y por eso saludamos al extinto monopolio, no sin gratitud. Lo cortés no quita nada, suma.
Y lo saludamos con gratitud porque pese a que pretendieron restringir el recurso a un juego de autorreferencia personal titulando desde el vamos “Mirá la tapa del día que naciste”; El Martiyo advirtió allí, en cambio, una maravillosa posibilidad de revisar, día por día, la historia argentina de las últimas décadas a partir de la confesión de parte su principal dueño: Clarín.
Y maravillados por la maravilla, decidimos consagrarle una sección que encierra el juego  “dime qué dijiste y te diré quién eres”, pero que en gratitud a tan generoso recurso, optamos por reconocer la marca que lo brinda, y le pusimos directamente: Las tapitas de Clarín, que se hagan cargo.
Esperamos la disfruten, los entretenga, les recuerde, o los despierte. El monopolio ha muerto, pero la bestia que lo parió todavía no, mejor estar atentos.
A manera de estreno, hoy presentamos: el 26 de marzo de 1977, día siguiente a la desaparición y asesinato de Rodolfo Walsh, escritor y símbolo del periodismo independiente en la Argentina; y a 48 horas de publicada su Carta Abierta de un escritor a la Junta Militar.
Así lo informaba Clarín.


Clarín, 26 de marzo de 1977.

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domingo, 3 de noviembre de 2013

LAS CHICAS DEL MARTIYO... un segundo para verlas, una vida para olvidarlas...



“Las Chicas”

Esta chica extraña tanto la infancia que empezó a gatear otra vez.
Nosotros también, y quedamos babeando.
 



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sábado, 2 de noviembre de 2013

CLARÍN: EL OCASO DE LOS DIOSES



Como un gusano cortado a la mitad, Clarín se retuerce hecho pedazos. Tartamudean sus patrones, balbucean sus periodistas, se derrumban sus acciones, colapsan sus estrellas en papelones internacionales, y sorprendidos por la derrota, con furia infantil, culpan de todo a Martín Sabatella obviando así medio siglo de crímenes propios.  

NI EL TIRO DEL FINAL






Como un gusano cortado a la mitad, Clarín se retuerce hecho pedazos.
Apenas conocido el fallo de la Corte Suprema declarando constitucional la Ley de Servicios Audiovisuales, sus acciones se derrumbaron en un trágico presagio de lo que está por venir. Era el mediodía del último martes, y la noticia surgió como un monstruo desde el fondo de un lago. Los presentadores de TN tartamudeaban en cámara el desconcierto de sus patrones, pero aún así y ya muy por encima de los tres poderes del estado, balbuceaban las primeras dudas sobre la legalidad de la decisión y la moral de sus autores, que diez minutos antes, eran la reserva moral de la nación. El techo había caído.
Desde entonces una montaña de escombros se revuelve con ellos debajo. Sorprendió advertir que no se habían preparado para el revés, que tan seguros estaban de la victoria. La prueba fueron esos balbuceos en TN, el silencio por más de una hora en el portal de Clarín, y el evidente desconcierto en sus jerarcas para trazar una estrategia. Cuestionar la independencia de la Corte –incluso su idoneidad-, insistir con la “libertad de prensa” –tan luego ellos y todavía-, dudar de la imparcialidad del Afsca –cheeee-, ensuciar infantilmente a su director –al fin y al cabo un funcionario-, y sobre todo, olvidar que esta ley lleva la firma de los tres poderes del estado; dejaron enseguida muy en claro que esperaban fumando la victoria. Y no. Habían perdido y estaban perdidos. El regreso triunfal de Martín Sabatella a las puertas de Tacuarí, fue la escupida en el piso a un cadáver maldito.
Pasadas las primeras horas, sin embargo, parecía que el Grupo se rearmaba… pero no, tampoco.
En lo que será recordado como un papelón relámpago, Magnetto inmediatamente despachó rumbo a la OEA en Washington dos de sus máximos ejecutivos periodísticos –Joaqu-ínmorales Solá y Magadalena Ruiz Guiñazú (genérico desalmado de los Pimpinella)-, con destino final la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para advertirle al mundo los peligros que corre en la Argentina la libertad de prensa. (Cómo no preguntarse por qué no fueron durante la dictadura, cuando los dos ya eran quienes son)... (Y quienes siempre serán).
La base de la denuncia, explicó allí Magdalena –quien antes viajaba a Washington con Videla y lo encontraba todo muy promisorio (ver aquí)-, era el juicio “ético y popular” realizado por la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, quien dicho sea de paso, nunca viajó a ningún lado con Videla… ´
A esa altura de la presentación, los funcionarios de la Relatoría de la CIDH estaban ya bastantes confusos -y no sólo por la oportunidad de la denuncia (el mentado episodio databa de abril de 2010)-, cuando entonces Inmorales Solá dijo “podemos escribir y decir lo que queremos, pero no trabajamos tranquilos”.
¿Cómo, cómo, cómo?...  
 “En la Argentina –intento aclarar el cronista preferido del General Bussi durante las masacres del Operativo Independencia en Tucumán (ver aquí)-, el periodismo independiente ha perdido la tranquilidad necesaria para ejercer su labor en libertad, y eso es censura indirecta”. No aclaró a quién se refería con “periodismo independiente”, pero es de suponer que al monopolio que allí lo mandaba.
Como ya ni él mismo entendía muy bien lo que decía, la reunión fue breve. Los dejaron hablar, dijeron todo lo que Magnetto les dijo que dijeran; y luego funcionarios de la Embajada Argentina repasaron los progresos hechos en el país durante la última década en materia de derechos humanos.
Por fin uno de los relatores le preguntó al Tamborcito de Tacuarí de Bussi, si el acto de las Madres de Plaza de Mayo no era también una expresión de libertad de un sector de la ciudadanía; y al cabo otro de los relatores felicitó a la embajadora Nilda Garré por la estupenda ley de medios aprobada en su país.
En menos de una hora la reunión había terminado, los atroces Pimpinella prácticamente se desmaterializaron, y aunque fue un papelón, también fue un relámpago.
Por eso decíamos: parecía que el Grupo se rearmaba, pero…
El martes apenas conocida la noticia las acciones del Grupo se derrumbaron. En la bolsa de Buenos Aires cayeron en media hora un 6 por ciento, y hubo que suspenderlas. El miércoles cuando volvieron a cotizar habían caído un 33 por ciento. En la bolsa de Lóndres el mismo martes alcanzaron una baja de más del 50 por ciento, y antes del cierre de la jornada habían perdido 21 puntos. Un tétrico presagio.
Enceguecidos por la derrota y el odio, y reducidos al terror por oficio del mismo, en un manotazo de muertos onda Carrie, intentaron asustar desde la tumba a sus propios empleados profetizando el fin de muchas fuentes de trabajo. Pero enseguida las comisiones internas de sus principales medios salieron a respaldar la decisión de la Corte, a garantizar todo los puestos de trabajo; y el lobo que soltaron volvió a por ellos.
Ahora reflotan el caso Ciccone, seguramente Lanata encontrará otra bóveda invisible repleta de dinero que no está, Boudou volverá a viajar a donde nunca fue, y mientras tanto veremos a Martín Sabatella –apenas un funcionario, insistimos- alcanzar la estatura del mismísimo Satán; y Massa y Macri, y Binner y la Bullrich, y la Carrió y Lanata, cantarán a coro desde TN horribles canciones vencidas, agitando mil fantasmas que no existen desde el más allá de este final.
En 1977, Clarín y sus socios, asociados al genocidio inaugurado un año antes, recibían de esos genocidas la empresa Papel prensa, piedra fundamental del monopolio que el martes se murió.
Sus dueños están imputados por crímenes de lesa humanidad, y ahora la única esperanza que les queda es que la muerte llegue antes que la justicia; O que el país estalle y un caos aún mayor que el que los salvó de sus deudas en 2001, se devoré en el remolino de su furia a este gobierno, a esta corte, a la ley de medios, y su propio espantoso pasado bañado en mierda y sangre.
La dignidad en la derrota es una marca de la grandeza. Clarín, en cambio, morirá así: mal. Como un gusano que se retuerce hecho pedazos.
Fiel a un estilo, hay que decirlo.   


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