////// Año XVº /// Editor Anónimo: Daniel Ares /// "Prefiero ser martillo que yunque", Julio Popper ///

sábado, 29 de enero de 2011

ANÉKDOTAS: HOY: del que vuelve sin irse...

Anékdotas
 

Hoy: Ayer nomás

Con Fray Luis de León


Hacia 1572, Fray Luis de León, poeta, catedrático, religioso y traductor, diestro en el manejo del griego y del latìn, tuvo el tupé de traducir la Santa Biblia a un idioma considerado entonces “vulgar”: el castellano.
La herejia le valiò cuatro años de encierro en los calabozos laboriosamente horribles de la inquisición.
En 1576, liberado y reivindicado, retoma su cátedra de filosofía moral en la Universidad de Salamanca, y en su primer día de clase, frente a un alumnado sediento de historias y blasfemias sobre sus días de cautiverio, Fray Luis de León apenas dice:
-- Deciamos ayer… - y sigue así como si nada.

domingo, 16 de enero de 2011

Destellos Ajenos. HOY: Fernando Pessoa.





Destellos Ajenos:

"¡Con qué vigor del alma sola y absorta hice una página tras otra, viviendo sílaba a sílaba la magia falsa, no de lo que escribía, sino de lo que suponía que escribía! ¡Con qué encantamiento de embrujo irónico me juzgué poeta de mi propia prosa, en el momento alado en que ella me nacía, más rápida que los movimientos de la pluma, como un desagravio falaz ante los insultos de la vida! Y hoy, finalmente, releyendo, veo estallar mis muñecos, veo el aserrín que les sale por los rasgos, deshaciéndose sin haber sido…"

Fernando Pessoa

sábado, 15 de enero de 2011

Blues del caos...

Blues del primer instante


Tal vez no pueda explicarlo con precisión
pero recuerdo en detalle el primer caos:
la atmósfera que rompe desde adentro y me rodea,
la luz que estalla y estalla todavía,
la sangre, el dolor y los olores,
y esos hombres, nerviosos, apurados,
que me alzan, me cuelgan, me golpean,
y yo que grito y grito más y no me entienden,
y así desde entonces.


DA/BA/03

LOS CHISTES DE BORGES. HOY: "Kiplingo"...

Los chistes de Borges


Cuando le preguntan a María Kodama qué es lo que más extraña de Borges, ella no duda en responder: “su sentido del humor”. Uno de los hombres más divertidos de la historia del hombre, sin embargo, decidió pasearse por su siglo disfrazado de viejo aburrido, sin romances rimbombantes ni escándalos de vodeville, con su traje siempre gris, su bastón y su ceguera, su hablar lerdo y trabado, y su genio camuflado de sabio que no sabe. No es arbitrario pensar que esa sola caracterización, única y total, fuera su más secreta y grande broma.


Como parte de su esencia, el humor de Borges se manifestaba allí donde encontraba un mínimo espacio. También en su obra.
En el prólogo de 1969 a su libro Elogio de la sombra, Borges escribe la palabra psalmos, cuando ya la Real Acacemia Española autorizaba a escribir “salmos”. Más de allá de ellos, él igual dice allí “…hubiese preferido la respiración de los psalmos (1)”, y luego sí, en una llamada al pie, aclara:
1. Deliberadamente escribo psalmos. Los individuos de la Real Academia Española quieren imponer a este continente sus incapacidades fonéticas; nos aconsejan el empleo de formas rústicas: neuma, sicología, síquico. Últimamente se las ha ocurrido escribir vikingo por viking. Sospecho que muy pronto oiremos hablar de la obra de Kiplingo.

viernes, 14 de enero de 2011

LOS 7 PECADOS EN 7 FOTOS Y UN SOLO CLICK...

El Martiyo Producciones Presenta...
* LOS 7 PECADOS EN 7 FOTOS *

Aquí en un sólo click toda la serie de esta sección gráfica y finita inspirada en ese poético invento católico de los 7 pecados capitales, que tantas ficciones, dramas y comedias, conflictos y prejuicios han inspirado a su vez, sin que se les conozca, hasta esta página, ningúna otra razón más o menos positiva...
Aquí entonces, para ver, reflexionar, cortar o pegotear, los 7 pecados en 7 fotos y un solo click...

LAS CHICAS DEL MARTIYO... además son para siempre...

“Las Chicas”

Lauren Bacall.
Con esta chica soñaremos para siempre.
Allende de ella, incluso.

ANÉKDOTAS. HOY: "70 líneas sobre Dios"... o la verdad de la verdad.

Anékdotas


Hoy: "70 líneas sobre Dios"




Con Natalio Botana


Todo principiante en el periodismo profesional conoce –o debería conocer- esta rápida anécdota que el tiempo convirtió en leyenda por la verdad irrebatible que contiene.
Se cuenta que cierta vez Natalio Botana –el mítico director del no menos mítico diario Crítica- buscaba un redactor, y probaba aspirantes. A cada uno le pedía “70 líneas sobre Dios”, y allí el candidato se lanzaba sobre la máquina y se bajaba lo más rápido que podía las mejores 70 líneas sobre Dios que ni Dios hubiera soñado. Al terminar, Botana les prometía evaluar el trabajo, y llamarlo al elegido. Hasta que llegó uno que al recibir el pedido de las 70 líneas sobre Dios, preguntó antes de escribir:
-- ¿A favor o en contra?
Inmediatamente Botana le respondió:
-- Está tomado.

jueves, 13 de enero de 2011

TIEMPOS MODERNOS: imágenes del mundo que supimos conseguir...

El Martiyo Producciones Presenta...

Tiempos Modernos V


LOS CHISTES DE PERÓN... peronistas somos todos...

Los chistes de Perón


Si alguna vez los argentinos consiguiésemos el nirvana tangible de una divisa estable, esa nueva moneda debería llevar impresa, en sus dos caras sin ceca, las imágenes yuxtapuestas de Borges y Perón; como el yin y el yang de una Argentina sola, que en su doble anverso, grabara así la riqueza de nuestras más hondas contradicciones, unidas entonces por las solas banderas de la gracia de la inteligencia, la agudeza de la sensibilidad, y la sabiduría siempre que revela el humor. Por ello aquí El Martiyo, en un gesto estético histórico -pero histórico por estético-, reúne, funde, en un mismo marco, en idéntico formato, a este dueto imposible, y sin embargo… Esperamos que así como los peronistas disfrutan de Los chistes de Borges, así la otra Argentina disfrute de Los chistes de Perón, quien supo tener, indiscutido, el sentido de la risa que es propio de los grandes. Y que nos hace mejores.


Es  muy difícil definir el peronismo. El propio Perón improvisaba constantemente fórmulas nuevas. Cierta vez entrevistado en Madrid durante su exilio, le preguntaron cómo se componía politicmaente la sociedad argentina.
Perón explicó:
-- Bueno, hay un 25 por ciento de radicales, un 20 por ciento de conservadores, un 15 por ciento de socialistas, un 10 por ciento de comunistas….
El reportero intrigado interrumpió.
-- ¿Y  los peronistas?
-- Ah, no,  peronistas son todos.

* * *

martes, 11 de enero de 2011

EL MARTIYO NO ESTÁ A FAVOR DEL GOBIERNO (otro post que Clarín no se bancó)


Este es otro de los posts que Clarín no se bancó, y por la suma de los cuales finalmente censuraron El Martillo.
Lo publicamos por primera vez poco después de las legislativas de 2009, cuando circulaba por la red un spam contra el matrimonio Kirchner. Menos de dos años atrás, ahora todo aquello parece muy lejano. Néstor Kirchner ya no está, y mucha gente comprendió muchas cosas. No así Clarín, su socio La Nación, y sus mentirosos a sueldo, quienes acorralados por la derrota, mienten cada día más, y desesperados como corresponde, cada día peor. Por todo ello y a todos ellos -más que a nuestros lectores-, dedicamos la reedición de este post que Clarín tampoco se bancó. 



El Martillo. Comunidad Clarín blogs - Agosto de 2009.
EL MARTILLO SE DEFINE: NO ESTAMOS A FAVOR DEL GOBIERNO


DE PANFLETOS Y OTROS FLATOS 


Nosotros estamos a favor de nosotros. 



Circula por la red un archivo en cadena contra el matrimonio Kirchner, y nos ha llegado.
Se trata de un laborioso panfleto cibernético, puro texto sin imágenes, extenso pero previsible, precario en su sintaxis, y malhablado pero sin gracia, por no decir vulgar (“si Perón viviera te cagaría a patadas en el culo”).En síntesis, un largo rosario rabioso de afirmaciones sin pruebas, estadísticas manipuladas, generalizaciones insustanciales, chismes baratos y variados insultos. Por todo lo cual no vale la pena comentarlo: el oficialismo podría elaborar una equivalente, y tampoco sería veraz. De hecho, ni la verdad ni la realidad pueden caber en un planfleto apurado por el odio, mal escrito y maloliente como un flato.
Pero como lo recibimos atraído por nuestras opiniones, aprovechamos entonces para definir nuestra posición: nosotros no estamos a favor del gobierno.
Mucho menos nos interesan las personas de Cristina Fernández y su marido, ni qué cartera usa ella, ni cuánto influye él en sus decisiones. Consorte que no opina ni influye, no es consorte, cuál es. Tampoco nos preocupa si son ricos ni cómo lo hicieron. Como argentinos, hemos perdido hace mucho el derecho a la ingenuidad, y está claro que en la mesa del poder nacional sólo juegan los ricos muy ricos: Macri, De Narváez, los hermanos Menem, los Rodríguez Saa, Duhalde, Barrionuevo, millonarios todos ellos  continentales, o en su defecto -como es el caso de los radicales-, cómicos esponsoreados por la Santa Iglesia Católica, o por la banca extranjera y sus monopolios multimediáticos, o por la Sociedad Rural, si no hay un golpe a mano. Lo que importa no es cuánto se enriquecen ellos, sino cuánto nos empobrecen o enriquecen a nosotros. Por eso no estamos a favor del gobierno: porque estamos a favor de nosotros.
Estamos a favor de no hincarnos más con la boca bien abierta ante las braguetas aún más abiertas de los jefes de Washington.
Estamos a favor de alinearnos con Latinoamérica, porque nosotros somos latinoaméricanos, no otra cosa, y nos parece todo un detalle que la Argentina presida el Unasur.
Por eso también estamos a favor de cagarnos públicamente en el FMI, y resolver ese raro asunto antiguo de la deuda externa como decimos nosotros y no como quieren ellos. Si nos equivocamos, mala leche, ellos ya se equivocaron mil veces y siguen hablando, que se callen.
También nos parece bien que el negocio de cuatro se haya vuelto el fútbol para todos.
Y nada eso significa que estemos a favor de este gobierno. En absoluto.
Sí estamos a favor de jubilar un millón y medio de personas para las cuales los gobiernos precedentes no tuvieron nunca otro plan que arrojar de manera sistemática al abismo de la miseria en la vejez. Nosotros no olvidamos cuando nuestros viejos amanecían colgados de los árboles y Norma Plá daba risa por la tele.
Por eso también estamos a favor de calzarse los cojones y enfrentar a los poderosos por multinacionales laboratorios de medicamentos, cuyos temibles lobbys ningún presidente quiso nunca enfrentar, pues imponer la ley de genéricos sólo podía beneficiar a los más pobres, que eran los que menos importaban.
Además nosotros, los que el 24 de marzo de 1976 cumplíamos 20 años, nosotros, exactamente nosotros, siempre quisimos ver en cana a Martínez de Hoz, a Videla, a Bussi, a Luciano Benjamín Menéndez, a todos los que Alfonsín justificó, Menem indultó y De la Rua temió… y que hoy pasean por las calles en una jaula. Y no es resentimiento: es justicia.
Encima nosotros -yo-, que durante más de 25 años ejercimos el periodismo en la Argentina, conocemos bien por dentro el poder, la extensión y el alcance de fuego de los grandes medios, y recordamos mejor aún cómo se comportaban Clarín y La Nación durante los años de la dictadura, y no ignoramos en absoluto la rarísima historia de Papel Prensa, y por eso estamos a favor de que alguien se plante y les diga a todos estos: ustedes de aquì no pasan.
También estamos a favor de rescatar urgentemente -aún poniendo dinero del bolsillo de los que lo tengan-, a toda esa adolescencia que tanto nos espanta ahora y que tan poco nos importó cuando nació, hace más o menos quince, dieciséis años, cuando sus hogares estallaban y se astillaban detonados por los efectos del uno a uno, y cuando sin embargo entonces, estos mismos sectores hoy tan crispados, iban y venían de Punta Cana cargados de baratijas cagándose en todo. Quién da dicha ayuda, y cómo la llamen, no nos interesa. Asignación universal por hijo, Cristina de Kirchner, no nos importa. Nosotros estamos a favor, no del gobierno, ni siquiera de la medida tomada por el gobierno: nosotros estamos a favor de todos esos pibes, de todos nosotros…
Para ser precisos y concisos: nosotros estamos a favor de un modelo de país que contenga y exprese todas sus complejidades étnicas y culturales, y que aspire a una sólida independencia económica que nos permita entonces una auténtica soberanía política, a partir de la cual –y a través del estado si así hiciera falta-, ejercer una verdadera justicia social... De eso estamos a favor nosotros, y para no ser ingenuos, somos flexibles, y agregamos abajo: “o de cualquier cosa que hacia allí se dirija o se le acerque”.
Incluso entendemos que mucha gente esté en contra de este gobierno, o de la presidenta y su marido, o de la ropa que usan, o del peinado de ella y el despeinado de él. Gustos son gustos.
Lo que no nos gusta, dicho sea de paso, es que no les gustemos nosotros, que somos tan luego los pibes, los jubilados, los laburantes, los desocupados, los artistas, los pobres, los desaparecidos, sus nietos y sus padres; los que no choreamos con Videla ni con Menem ni con nadie; los que nos tragamos al último Menem y los dos abortos radicales de Alfonsín y la Alianza, y por eso mismo jamás los olvidamos…
Nosotros no estamos a favor de este gobierno, es más: nosotros, por darle el gusto a todos los otros, nos pondríamos en contra del gobierno… si no fuera por el miedo y la vergüenza de salir en la foto con ellos, con los hermanos Menem y los Rodríguez Saa, con Luis Barrionuevo, con el temible Macri y el extraño De Narvaez, con la explosiva Carrió (¡y que nos explote justo cuando estamos al lado!); y mucho menos con Biolcatti o Bergoglio, ni hablar de Magneto y doña Ernestina, no, jamás… porque estos tampoco están a favor del gobierno, pero mucho menos están a favor de nosotros.
Por eso nosotros, que no estamos a favor del gobierno, generamos sí dicha ilusión óptica, pues por primera vez en nuestra vida, la Argentina tiene un gobierno que está a favor de nosotros.
Que los hombres y mujeres que lo componen no consigan pasar por el detector de santos, no nos asusta. Mucho menos cuando vemos los demonios que enfrentan.

Nosotros preferimos esta foto.

lunes, 10 de enero de 2011

NUEVA SECCIÓN. "ESCRITOR POR ESCRITOR". HOY: CÉLINE POR BARJAVEL



ESCRITOR POR ESCRITOR


Aunque más no fuera por alentar o sostener o cuando menos celebrar esa magnífica fraternidad fuera del tiempo y del espacio que suscita la escritura entre escritores, aquí El Martiyo inaugura una nueva sección que fija, recorta y comparte, en fragmentos preciosos, pedacitos de ese platónico amor de verdad desinteresado, de verdad espiritual, de verdad eterno… de verdad amor.
Escritor x escritor, es una sección, como Destellos Ajenos, inmejorablemente escrita porque la escriben los mejores de la especie, sólo que aquí los unos elevan a los otros elevándose así en prueba de una generosidad como la que soñaba don Antonio Machado, cuando “la monedita del alma, se pierde si no se da”.
A manera de presentación, valga aquí un fragmento de la carta que René Barjavel le envía al escritor Albert Paraz, hablando del inmenso maldito Louis Ferdinand Céline.



ESCRITOR x ESCRITOR


Hoy: Louis Ferdinand Céline x René Barjavel


L. F. Céline



"Para mí, en el siglo XX, no hay hasta ahora sino un innovador, que es Ferdinand. Un solo escritor incluso. Espero que no te ofendas. Está tan por encima de nosotros. Que lo torturen y persigan es normal. Es espantoso decirlo, siendo como es un hombre vivo, pero, al mismo tiempo, por su grandeza no se puede por menos de considerarlo fuera del tiempo y de las contingencias que lo aplastan. Estoy profundamente convencido de que cuanto más grande es un hombre, más se expone a que lo maltraten todos. La tranquilidad es sólo para los mediocres, los que se confunden con la multitud. Céline desea volver a París o a Francia, y tu haces todo lo que puedes para ayudarlo, pero ten en cuenta esto: dondequiera que esté, lo perseguirán. Su deseo de encontrar la paz en un sitio distinto de donde está, no es sino un sueño. No va a encontrar la paz en ninguna parte. Lo perseguirán hasta la muerte, dondequiera que vaya. Y él lo sabe perfectamente. Y no lo puede evitar, ni nosotros tampoco. Lo único que podemos hacer es proclamar en todas las ocasiones, que es el más grande, e incluso al hacerlo, atraemos sobre él los odios decuplicados de los pequeños, los mediocres, los castrados, todos los que se mueren de odio envidioso en cuanto les levantan la cabeza para mostrarles las cimas. Son la multitud.”

(Fragmento de una carta dirigida al escritor Albert Paraz)


René Barjavel

* * *

sábado, 8 de enero de 2011

"MÁS DE MIL PALABRAS" (galería de imágenes). Hoy: "Gestos de Europa III", con Silvio Berlusconi.

El Martiyo Producciones Presenta...


*Más de 1000 Palabras*
(galería de imágenes)


Título:

"Gestos de Europa III"

Silvio Berlusconi, primer ministro de Italia.


Crónicas y Blues. Hoy: "Los cadáveres de la mañana".



Los cadáveres de la mañana


Una mañana apareció un cuerpo sobre la playa y fue toda una novedad.
La gente se paraba para mirarlo, hacían comentarios, rápido el rumor corrió por el pueblo, y entonces, quien más quien menos, todos sentimos un poquito de pena por el cadáver.

Pero a la mañana siguiente apareció otro cadáver, y al otro día aparecieron dos más, y así cada vez más y más cadáveres, hasta que todos empezamos a preocuparnos, por supuesto.

Pronto los cadáveres estaban por toda la playa y había que mirar bien para no tropezar con uno cuando caminabas por la orilla.
Un montón de cadáveres aparecía cada mañana. Algunos panza arriba, con el vientre inflado como un globo; otros boca abajo, otros de lado, pero todos retorcidos, con la boca y los ojos bien abiertos, como sorprendidos de morirse...

Muchas veces -aunque casi siempre sin querer- una moto, un auto, algún vehículo, les pasaba por encima y entonces los cadáveres reventaban y les explotaban las tripas… Incluso un pescador dijo haber visto a unos niños divirtiéndose con los cuerpos (los niños pueden ser muy crueles, ya se sabe).
La cosa es que los cuerpos, más que pena, ya daban un poquito de asco, para qué engañarnos.

Los urubúes y otros pájaros carroñeros eran los únicos felices. Sus desayunos eran los mejores del pueblo, y nadie los molestaba mientras comían, porque de alguna manera (no hay mal que por bien no venga), limpiaban la playa.

Pero los urubúes ni todos los pájaros bastaron.
Cada mañana aparecían más y más cadáveres.
Ahora todos dicen que hay que hacer algo urgentemente, que esto no puede seguir así, y bla-bla-blá.
Pero nadie dice qué es lo que hay que hacer, porque nadie sabe qué es lo que hay que hacer.
Algunos culpan al intendente y a la municipalidad y a todo el gobierno en general, porque nadie hace nada y eso es lo que da más rabia.
Porque digámoslo de una vez: los cuerpos ya no dan asco ni pena, más bien dan bronca.
Y es que tampoco es mucho lo que se puede hacer. Los muertos están muertos, y cada mañana aparecen más y más cadáveres a lo largo de la playa.
Por suerte, entre los cuerpos, siempre queda algún lugarcito donde tirarse a tomar sol junto a la orilla.
Soy de los que piensan que la vida hay que disfrutarla.


(D.A./Garopaba, 1 de agosto de 1998)

MEMORIAS DE UN MERCENARIO: "MEA CULPA".




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El periodismo es un negocio de extorsión, la prensa libre no existe, y estamos todos rodeados”; fue dicho en el post del 10/11, Una puta inmaculada, que sirve de introducción a esta sección, y donde a la vez anunciábamos estos rápidos relatos destinados a refrendar con hechos las palabras, porque una buena historia vale más que mil imágenes. El autor se retiró del periodismo, no arrepentido, pero si medio asqueado, al cabo de 25 años de oficio. De su experiencia, estos recuerdos.



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El Martiyo Producciones presenta…


"Memorias de un mercenario"
 




“Los mercenarios que he tratado, y con quienes a veces he compartido la vida, combaten de los veinte a los treinta años para rehacer el mundo. Hasta los cuarenta, se baten por sus sueños y por esa idea que de sí mismo se han inventado. Después, si no han dejado la piel en la batalla, se resignan a vivir como todo el mundo –a vivir mal, porque no cobran ningún retiro- y mueren en su lecho de una congestión o de una cirrosis hepática. El dinero nunca les interesa, la gloria rara vez, y se preocupan muy poco de la opinión que merecen a sus contemporáneos. En esto es en lo que se distinguen de los demás hombres”.

Jean Lartéguy. 



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Hoy: "Mea culpa"

Yo fui uno de los periodistas que linchó a Guillermo Luque en el verano de 1991, allá en Catamarca, cuando mandamos a la cárcel a un pibe de veinte años por más de veinte años acusado de un crimen que ni siquiera la mismísima justicia le pudo probar. No me siento culpable, pero tampoco inocente, no fui el único que participó del linchamiento, ni tampoco fuimos sólo los periodistas. Era la hora de oro del clamor popular.
Para los que no recuerdan el caso que basten estas líneas, o que busquen más en Google bajo cualquiera de los nombres que aquí voy a dar:
En setiembre de 1990 María Soledad Morales -17 años, alumna de un colegio de monjas del centro de la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca-, apareció asesinada, torturada y violada un lunes a la mañana; y por supuesto esa ciudad, esa provincia –y acaso este país- nunca más fueron lo mismo. Allí terminaban muchas historias porque empezaba esta.
El inmediato primer sospechoso fue Luis Tula, amante de María Soledad, hombre mayor de edad, y casado, así que su esposa, claro, pasó a ser entonces la segunda sospechosa…
El caso parecía así de rápido resuelto, cuando allí surge a la fama nacional la hermana Marta Pelloni -monja directora del colegio al que asistía la víctima-, acusando con nombres y apellidos a cuatro de los hijos predilectos del poder sempiterno de la provincia: el hijo del intendente, Diego Jalil, el del jefe de la policía, Miguel Ángel Ferreira (h), el de un sobrino directo del gobernador, Arnoldito Saadi;  y el hijo del diputado nacional por la provincia Ángel Luque: Guillermo Daniel Luque...
Según la monja, María Soledad se les “había ido” en el marco de una “orgía de drogas y de alcohol”.
Por supuesto desde el poder reaccionaron ante las acusaciones, pero también entonces reaccionó la población como nunca antes había reaccionado en Catamarca. Allí nacieron las marchas del silencio, y en ese silencio, se derrumbaba sorda la dinastía de los Saadi.
Sexo, política, drogas, dinero y sangre, al caso no le faltaba nada, cuando entonces le pusieron la frutilla de la torta: en los primeros días de enero de 1991, el presidente del país, Carlos Menem, como si fuera el comisionado Fierro llamando a Batman, le encomendaba el caso al ya mediático subcomisario de la Bonaerense -procesado entonces por apremios ilegales-, Luis Abelardo Patti. Tras sus pasos fuimos todos.
Todos. Diarios, revistas, agencias, radios, canales, todos.
En la abulia estival de un verano sin romances, divorcios ni suicidios, el Caso María Soledad Morales fue entonces la bendición y salvación de todo el periodismo industrial sin excepciones.
Por aquellos días yo estaba al servicio de la revista Noticias de la Editorial Perfil de Jorge Fontevecchia.
Medio y dueño -gustaría recordar-, pretendieron siempre ser mucho más que un fabricante de revistas y su producto más lustroso. Lo suyo suponía más bien una causa personal casi patriótica, Noticias era su pluma y era su espada; y nosotros, sus empleados -sobre todo los de Noticias- debíamos suponer que buscábamos la verdad para alumbrarle a los argentinos el camino de la democracia, de la justicia y la moral. Pero todo era mentira, más bien, lo único importante era facturar. Y aquel del 91, vaya si fue un verano pródigo...
Apenas comenzado el año aquella espantosa tragedia catamarqueña se llevó de un solo tornado las marquesinas de todas las obras del vodevil atlántico.
Desde la guerra de las Malvinas ninguno de los periodistas que habíamos cubierto ambos sucesos recordábamos otra concentración de prensa tan grande en un lugar tan pequeño. Ni siquiera faltaban corresponsales extranjeros. Catamarca era el centro del país, sino del mundo.
Todos juntos una mañana, detrás de Patti y de sus hombres, desembarcamos allí con nuestras cámaras y nuestros micrófonos, y nuestros apuros antes que nada.
Por mi parte, en 48 horas cerraba Noticias, y antes de eso yo debía investigar -y ya que estamos resolver (de ser posible en primicia exclusiva)-, toda la verdad sobre un caso del que nada de verdad sabíamos.
Para mejor distinguirse de Atlántida, Fontevecchia pagaba muy mal, y sobre todo retaceaba los medios a la hora de producir. Recuerdo que pese a tener el cierre encima, nos mandó en ómnibus desde Buenos Aires; y que además tenía un sistema de viáticos que te obligaba a llevar una contabilidad aparte, o terminabas pagándole por trabajar. Sus revistas bien vestidas suelen ser empanadas rellenas de aserrín y vidrio. Pero qué importancia tiene nada de eso cuando el único objetivo es la Verdad, la Justicia, la Democracia, y mayúsculas así, ¿verdad?...
El negocio de los medios suele ser como cualquier negocio, donde el cliente siempre tiene la razón, y si no la tiene… allí estamos nosotros justamente para dársela.
El negocio de los medios es captar, interpretar, más bien, la canción que el público quiere escuchar.
Por eso el público de izquierda, ya lo expliqué, compra medios de izquierda, y el de derechas…
La revista “Así es Boca”, por dar un ejemplo, tuvo mucho éxito porque no hablaba bien de River...
Y Fontevecchia no conseguiría ni conseguirá jamás prestigio periodístico ni moral, pero lleva años sobreviviendo en el negocio del periodismo, justamente, porque lo conoce.
En aquellos días que les cuento el grueso del público argentino –recalentado ya por los grandes medios nacionales (insuflados a su vez por Menem, que soñaba con sacarse de encima a Ramón Saadi en la interna justicialista)- había decidido que el asesino de María Soledad Morales era Guillermo Luque, hijo del obeso diputado saadista Ángel Luque, cuya imagen nunca midió nada bien en el televidente medio...
Para cuando llegamos a Catamarca, ya de los cuatro acusados por la hermana Pelloni, sólo quedaba uno: Guillermo Luque, el único de los cuatro que había salido a defenderse públicamente, como quien oscurece mientras aclara. Y de allí en más, por lo tanto, Guillermo Luque no dejó de excusarse nunca más… ni volvió a ser escuchado tampoco.
Él era ya el asesino de María Soledad, todos lo sabían, y sólo hacía falta demostrarlo. Fuera como fuera. Ya las marchas del silencio callaban su solo nombre; mientras nosotros, la prensa libre y toda, lo gritaba a viva voz en la euforia de los récords de ventas que vencíamos semana a semana.
Una hija de los pobres había sido asesinada.
Un hijo de los ricos preso, parecía justicia.
Y para eso estábamos nosotros, la impoluta vox dei de la vox populi que a su vez representábamos y alimentábamos, y viceversa...
Por otra parte, Guillermo Luque no sólo era hijo de un rico obeso saadista, sino que además trabajaba en el Congreso Nacional contratado por su propio padre, así que pronto fue también acusado de “ñoqui”, y ya que estaba de vago, juerguista, drogadicto, degenerado, medio puto, en fin… De a poco y entre todos dibujamos con ese pibe el asesino que la gente más quería. La monja nos daba su bendición, y el pueblo nos alzaba en su ovación. Mejor aún: el pueblo nos compraba y nos compraba.
Por su parte Patti tampoco precisó investigar demasiado para saber por qué estaba allí y a quién debía perseguir y encarcelar.
En cuando a los jueces del caso… pasaron seis o más, ya nadie los recuerda, uno a uno los fuimos descartando hasta que por fin apareció el que se avino a cumplir sin tantos tecnicismos el mandato popular, que nosotros, por supuesto, expresábamos. Pero eso fue después.
En menos de 48 horas, recién llegados y medio fundidos, con el fotógrafo levantamos la cantidad necesaria y suficiente de testimonios y fotos que sostuvieran como fuese el argumento que llevábamos preconcebido por imperio del marketing.
A punto para el cierre, con tono trágico, recursos del buen folletín, y apenas el rejunte de chismes que a mi paso cualquiera me contaba, despaché una nota perfectamente esquiva entre potenciales improbables en un juego de intrigas que sin solución conducían al mismo desenlace: Catamarca era un infierno, y Guillermo Luque el hijo del diablo. Cumplimos.
Por supuesto con menos de 48 horas no tuve tiempo de chequear una sola palabra de lo escrito; pero mi comando en Buenos Aires quedó tan satisfecho, que allí nos confirmaron en la cobertura una semana más... La paga no era buena, pero el caso era un gran caso. Por mercenario que uno sea, la adrenalina es la adrenalina.
Claro que como suele suceder en estas notas, más allá de lo que uno escribe y luego te publican, está lo que uno de verdad va sabiendo a medida que pregunta, mira, oye… investiga, bah.
Y resulta que entonces, para la segunda entrega, yo sabía mucho más de lo que sabía recién llegado, y ya no estaba tan seguro de todo lo que había dicho entonces.
Lo hablé con Giordano, le dije que me parecía mejor preservar al pibe Luque hasta que la justicia pudiera probar algo… Giordano por supuesto lo habló con “Jorge”, y de regreso de su encuentro –ya con sus Diez Mandamientos tallados en piedra-, me recordó, primero, que yo era “un profesional”, y sobre todo, lo que ya todos sabíamos sin que hiciera falta saberlo.
-- Dejáte de joder, Daniel, todos sabemos que se la cargó el pibe Luque, y que lo protegen porque es quién es, ¿qué me venís con "preservarlo"?… -recuerdo exactamente que me dijo, tan lejos él de Catamarca, tan allí yo...
En menos de dos meses Patti encarcelaba a Guilermo Luque por orden del juez Luis Ventimiglia, y unos años más tarde, otros jueces -sin que del fallo se desprendiera cómo ni cuándo ni dónde ni quiénes mataron a María Soledad Morales.- condenaban a Guillermo Luque (junto al primer sospechoso del caso, Luis Tula), a veintiún años de cárcel.
De vuelta al verano del 91, pocos días antes de que lo detuvieran, cerramos la temporada y agotamos el caso con una edición especial de Noticias improvisada y falaz, pero que en sólo dos días vendió el doble de lo que vendía habitualmente en una semana entera. La competencia no pudo agregar más nada.
El caso siguió su curso pero los periodistas dejamos Catamarca apenas terminó el verano. María Soledad ya no vendería más sino hasta el día del juicio, y para eso faltaba todavía...
Sin embargo a muchos de los que cubrieron el caso el aura de héroes populares les iba a durar semanas y meses; y algunos, por mucho más tiempo aún, sintieron incluso orgullo de lo que habíamos hecho allí, cuando linchamos a un pibe a la cabeza de un pueblo recalentado en su furia por la canción que le cantábamos nosotros.
Yo fui uno de esos hombres. Precisaba esta confesión.


(continuará)


* * *

viernes, 7 de enero de 2011

"Más de 1000 Palabras" (galería de imágenes). Hoy: "Gestos de Europa II", con Angela Merkel

El Martiyo Producciones Presenta...


*Más de 1000 Palabras*
(galería de Imágenes)


Título:

"Gestos de Europa II"

Angela Merkel, canciller de Alemania.

BRULOTES BRUTALES: HOY: ERNESTO SÁBATO


Dos veces publicamos este brulote, dos veces Clarín lo censuró, por ello aquí, definitivo ahora, indeleble ya (hasta donde indelebles somos), lo reeditamos sin demoras antes de que Sábato se muera, pues no estaría nada bien hablar así en su ausencia.



LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE ERNESTO




Ya nos hemos referido alguna vez a esa vocaciòn tan argentina de comprar lo que no existe y vender lo que jamás tuvimos, y dimos tambièn algunos ejemplos concretos: Riquelme, Alfonsín, Menem, Chacho, Orteguita, la crotoxina, Viedma Capital, en fin… La Compañía Argentina de Camelos, fundada con la patria, no descansa jamás.
Pero acaso ninguno de sus productos haya sido tan logrado, tan loado, y tan bien impuesto, como Ernesto. (La rima es un influjo de la primavera, pero también un intento suave por quitarle desde ya toda importancia al nombre).
Nos referimos, no hay suspenso, a Ernesto Sábato, autor de incontables libros  (incontables porque mejor que no te los cuenten), y sobre todo, más que nada, o acaso  “exclusivamente”, hombre comprometido con su país y su tiempo, con su pueblo y sus pesares, y con las más grandes causas que valgan la pena... o algún buen premio, en lo posible literario.
Como escritor, no hay mucho que decir de él. Publicó un expediente judicial muy importante titulado "Nunca más", y algunos varios ensayos ajenos, pero astutamente emparedados como ensanguchados con frases propias (o al menos sin comillas). Sus novelas, El Túnel y Sobre héroes y tumbas, son aburridas (felizmente ignoramos o hemos olvidado si hay otras). Sobre héroes y tumbas es una obra de largo aliento, preferible correr una maratón. El Túnel por lo menos es corta, se acaba rápido y la olvidás enseguida, metéle sin miedo, (aunque no perdés nada si seguís de largo).
Alegando que escribir lo deprimía (a nosotros leerte, mirá vos), durante muchos años Ernesto se mantuvo alejado de la literarutra. Fueron buenos tiempos, cómo no...
Pero todo concluye al fin y Ernesto, endeble  pero indoblegable, volvió a las librerías para despedirse con un libro del cual se esperaba una dramática repercusión ya que sería, se dijo, su "último trabajo", y por ello iba titulado –con redobles de escobillas-  “Antes del fin”... Sólo que después Ernesto siguió sin morirse, y claro... la gente se sintió engañada, y las ventas mermaron, lógico.
En cambio como hombre público, como hombre de su tiempo, como… ¿cómo decirlo?... como mentor y guía de la humanidad toda (no nos achiquemos) ahí, bueno... ahí cuidado, mucho cuidado, porque en tal sentido, podríamos decir, Ernesto es único, lo que se dice único.
Antiperonista biológico por aprehensión a los pobres, los negros, los otros y los muchos, sin haber sufrido -acaso- más que alguna detención momentánea por averiguación de antecedentes (o escándalos en la vía pública, como mucho), igual celebró la Libertadora, y recién muchos años después. qué vivo, condenó bombardeos y fusilamientos porque para entonces ya estaba colgado de la liana de Frondizi. Tan luego a Rogelio Frigerio le dedica El Túnel. (Que se joda Frigerio)
Luego iban a sucederse azules y colorados, vuela Frondizi, dibujan a Guido, llega Illía, lo sacan de una oreja, viene Onganía, la noche de los bastones largos y todo eso, cuando ya arrancan los Montoneros y se suceden Levingston y Lanusse, y pasa Campora, y vuelve Perón, vuelve y se muere ya en medio de la gran balacera, y ya es el golpe, la dictadura, desaparecen, son asesinadas, encarceladas, desterradas y torturadas miles y miles de personas, estalla la guerra con Gran Bretaña, la derrota, el fin, y durante todo este tiempo, que fue en menos de un párrafo desde 1955 a 1983, Ernesto estuvo siempre ahí, hay que decirlo. En su casa de Santos Lugares. Hablando de sí mismo, su tema predilecto.
(Vale la digresión: por aquellos años el cronista de estas líneas lo visitó justamente allí, en su casa de Santos Lugares. Hay testigos, podemos citarlos. Jóvenes, ilusos, otro como yo y yo quisimos conocerlo, y lo conseguimos. Una mañana oscura de sábado, nos concedió por fin una hora  de su divino tiempo. Fueron exactamente 60  minutos de balanza, donde Ernesto nos  habló tanto de Ernesto, que en un momento hasta nos dieron ganas de conocerlo y todo… Nos contó de su frágil salud, de sus retinas descapotables, de sus depresiones crónicas, y únicas, pues nadie podía entender cuánto sufría Ernesto a consecuencia de su trágica sensibilidad desde luego también única. Una tristeza enorme… La única alegría que ese día nos llevamos de esa casa, fue la visión de sus cuadros, porque Ernesto ahora pintaba. Eran cuadros terribles, horribles, precarios, imitaciones de principiante sin destreza ni vocación, pero fue un alivio saber que al menos ya no escribía. Y a los sesenta minutos exactos, Ernesto miró su reloj y nos despidió. Sin indemnización ni nada. Afuera la mañana seguía negra, y la dictadura con su fiesta).
Y eso es lo milagroso, ahí lo distinto, lo diferente, lo que hace de Sábato un hombre singular: en 30 de los años más violentos de la historia argentina, Ernesto, intelectual comprometido, aguerrido, insobornable, implacable, valiente y altruista, jamás, nunca, ni una sola vez -a diferencia de todos sus pares-, sufrió un día de arresto, ni un fin de semana de exilio (aunque más no fuera varado en Colonia por la lluvia), ni se ligó siquiera un empujón de un vigilante. Nada. Pintaba en Santos Lugares mientras hablaba de lo bien que pintaba. El único bife que le dio la violenta  dictadura militar, se lo sirvieron el día que fue a almorzar con Videla en la Casa Rosada.
Y sin embargo su nombre cobró una importancia ecuestre.
Nos preguntamos entonces, antes de enloquecer: ¿Cómo lo hizo?...
Un hombre que escribió poco y mal, y se comportó peor, llegó sin embargo a convertirse en uno de nuestros más premiados escritores, y en un ejemplo de moral tal, que no se entiende cómo alguna vez la prensa del corazón no le inventó un romance con Teresa de Calcuta.
¿Cómo hiciste, Ernesto?...
Asombrados, perplejos, casi del todo desesperanzados, quisimos dejarle, entonces, nuestra humilde ofrenda.
Aquí te saludamos, Ernesto, y con gusto te dejamos, este martillazo puesto.

(Publicado por primera vez en El Martillo, Clarín.blogs - 26.10.08)

* * *

Aforismos: "Recuerda al levantarte...

Aforismos:



Recuerda al levantarte, que cada nuevo día supone una nueva esperanza.
(Y otras cosas que mejor no suponer, porque sino no te levantás más).

jueves, 6 de enero de 2011

"CRÓNICAS Y BLUES": LA CANCIÓN DEL SACERDOTE... (ni siquiera un blues).

LA CANCION DEL SACERDOTE


"Yo me ofreeezcooo",
cantaba devoto el sacerdote

"Yo me ofreeezcooo",
cantaba el sacerdote de rodillas

"Yo me ofreeezcooo",
cantaba el sacerdote bajo la luz de la ventana
en la sencillez recoleta de su cuarto
desabrochada a medias su sotana
con verdadera pasión, con toda entrega…

"Yo me ofreeezcooo",
cantaba el sacerdote
mientras hurgaba con sus dedos mi bragueta.


DA/5 de julio de 1993