////// Año XVº /// Editor Anónimo: Daniel Ares /// "Prefiero ser martillo que yunque", Julio Popper ///

miércoles, 27 de febrero de 2013

Destellos Apócrifos - Hoy: Domingo F. Cavallo

Destellos Apócrifos:


"Cría cuervos,  y comeremos ojos".

Domingo F. Cavallo

LOS 7 PECADOS EN 7 FOTOS Y UN SOLO CLIC...

El Martiyo Producciones presenta...



* LOS 7 PECADOS EN 7 FOTOS *


Fija pero finita, Los 7 pecados en 7 fotos es algo más y algo menos que una sección.
Es una suerte de muestra gráfica virtual permanente (hasta donde permanentes somos), basada en ese antiguo invento católico -que acaso el mismo Dios ignore- conocido como  "los siete pecados capitales".
En sendas imágenes entonces, no sin ironía, no sin espanto, incluso con ternura, y al final con un dejo de ferocidad, aquí una vez más los 7 pecados en 7 fotos y un solo clic.



CLIC



* * *

domingo, 17 de febrero de 2013

BENEDICTO XVI: ¡ANUNCIAMOS EL NUEVO PAPA!


Benedicto XVI supo animar con su renuncia la semana mediática mundial. Y allí donde algunos vieron valentía o virtud, otros aprovecharon para recordar la mugre y el óxido que carcomen la cúpula de una iglesia que así se les viene abajo.
En exclusiva para todo el mundo, aquí El Martiyo anticipa el nombre del nuevo Papa, un fabricante de armas.



EL CIELO PUEDE ESPERAR






¿Por qué más allá de su latín y su pompa y de todo lo que pretendan los medios que lo encubren, nosotros lo vemos a Bendecito XVI huyendo a los pedos con las manos hacia adelante bajo la lluvia de tomatazos de todos los curas?...  ¿Por qué por encima de todo el incienso encendido ni los medios más católicos lograron disipar el olor a podrido de todo este final, la estela de pedófilos protegidos, el paraíso fiscal que es el Estado Vaticano, su banco, su IOR, sus 33.000 cuentas, sus seis mil millones de euros, sus otros incontables bienes, su propia historia… que así termina sin resurrección quizá.
La Santa Iglesia Católica, representante exclusiva de Dios aquí en la Tierra desde hace más de 2000 años, ya casi no gravita, moralmente, sobre los hombres. La merma de fieles es sólo superada por la de los seminaristas. Siglos de jolgorio y autodestrucción la convirtieron en este sacro hazmerreír temible, encarnación extraordinaria de la Hipocresía Humana, repulsa de los sensatos que no olvidan con rezos los muchos pecados seculares de una institución complicada en guerras, invasiones, golpes de estado y genocidios.
Célibes contra natura, sus agentes 24x24, sin armas ni torturas consiguen la confesión, y así suponen una de las redes de inteligencia más antiguas y poderosas del mundo, que a cambio apenas de perdones inciertos, recogieron y recogen información calificada.
Retrógrados, reaccionarios, medievales, sus jerarcas aguantan contra cualquier evolución mil delirios vencidos, y no a la distribución de la riqueza, y no al aborto, y no al matrimonio igualitario, y no al preservativo, y no al sexo, y no a la autopurificación, y… ¿y dónde se han ido todos?...
Crípticos, herméticos, insustanciales, incluso este último Papa, ya entrado el siglo XXI, prefirió volver al latín para alejarse mejor de los hombres.
Y ahora se aleja de todo.
Cansado, viejo, sin fuerzas, conciente de que no puede hacer lo que hay que hacer, de que todo eso está demasiado sucio como para limpiarlo con agua bendita y un par de oraciones; se va, chau, se las toma… Y como en un policial barato donde el autor al final se burla de sus lectores, la culpa de todo la tenía el mayordomo.
Digan lo que digan, la renuncia del Papa es su fracaso y su fracaso es mucho más que un detalle en esta historia de la Iglesia de Roma. Es un símbolo de la impotencia o inutilidad de su más alta investidura. Sin saber, poder o querer, mediar entre las facciones en pugna, ahora se hace a un lado, y que por fin colisionen. Como quien dice “ma´sí, que se maten”.
Oímos voces incluso que nos quisieron hablar de “la valentía de su renuncia”, de la “grandeza de su abdicción”… Bah.
El Papa cae, no se va: no hizo pie, esa es la historia.
Supo de ese lugar donde revientan las estrellas, y pumba. Ya era.
En un gesto de adiós inconfundible, antes de ayer a los apurones acomodó las piezas de su bendito banco tan sospechoso, y nombró presidente de la institución a un fabricante de armas.
Ja, sí, parece un chiste, pero qué va: Ernst von Freyberg, abogado, alemán, noble de estirpe, caballero de la Orden de Malta -fundada con las Cruzadas (apunten)-; pertenece a la junta asesora de la agencia de empleo temporario Manpower GMBH, de la firma de administración de activos Flossbach von Storch AG, pero es además presidente de los astilleros Blohm-Voss, que también fabrican naves de guerra. ¿Parece un chiste? No.
El cardenal Lombardi, que lo anunció en conferencia de prensa, incluso se enojó cuando se lo recordaron, y aclaró: “Es presidente de una naviera que construye barcos en todo el mundo, después, lo que introduzcan en ellos no depende de él”. Aaah…
El Papa se va. Chau. Se pueden bien guardar el cetro de Pedro, Castel Gandolfo, el Papamóvil, los viajes gratis, sus internas sangrientas y sus festivales de la traición. Chau. Cualquier duda, hablen con von Freyberg. “Yo me voy a ocultar para dedicarme a la oración”, dijo. En términos mortales: si te he visto no me acuerdo.
Mientras tanto, desde su corazón puro y sencillo, una grey en extinción pero expectante se pregunta quién será entonces el nuevo Santo Padre.
El Martiyo, con la contundencia que le falta a los grandes medios (por grandes anquilosados) anticipa acá, sin más, el nombre completo del nuevo Papa: Ernst Conrad Rudolf von Freyberg-Eisenberg-Allmendingen, así se llama el hombre que de ahora en adelante cortara el bacalao en el Vaticano.  
El resto, quedó claro, es pura pompa, muñecos de ocasión, show-bussines.
(La buena noticia es que quizá este Papa sea el último).  


*  *  *

viernes, 15 de febrero de 2013

Los chistes de Borges... y esa rara costumbre: Buenos Aires...

Los chistes de Borges


Cuando le preguntan a María Kodama qué es lo que más extraña de Borges, ella no duda en responder: “su sentido del humor”. Uno de los hombres más divertidos de la historia del hombre, sin embargo, decidió pasearse por su siglo disfrazado de viejo aburrido, sin romances rimbombantes ni escándalos de vodeville, con su traje siempre gris, su bastón y su ceguera, su hablar lerdo y trabado, y su genio camuflado de sabio que no sabe. No es arbitrario pensar que esa sola caracterización, única y total, fuera su más secreta y grande broma.





El espanto que lo unía a Buenos Aires, era sin duda amor, o en tal caso, un amor de espanto. 
En una de sus siempre felices entrevistas, lo declara cuando le preguntan
-- ¿Siempre te importa mucho volver a Buenos Aires?
-- ­Sí, me importa mucho volver, y aún en algún viaje último, en que yo sabía que no volvía a algo especialmente grato, que volvía a una rutina no demasiado deliciosa. Pero siempre he sentido que hay algo en Buenos Aires que me gusta. Me gusta tanto que no me gusta que le guste a otras personas. Es un amor así, celoso. Cuando yo he estado fuera del país, por ejemplo en los Estados Unidos, y alguien dijo de visitar América del Sur, le he incitado a conocer Colombia, por ejemplo, o le recomiendo Montevideo. Buenos Aires, no. Es una ciudad demasiado gris, demasiado grande, triste ­les digo­, pero eso lo hago porque me parece que los otros no tienen derecho de que les guste. Además, generalmente lo que les agrada a los extranjeros es lo que nunca le importa a uno. La idea de encantarse con el estanque de Palermo, con el Obelisco o con la calle Florida es bastante triste. El hecho de extasiarse ante el rascacielos de Cavanagh es una cosa de locos. O con lugares del sur de la ciudad, que son totalmente apócrifos. Un porteño siente que los han edificado la semana que viene, digamos.


* * *

sábado, 9 de febrero de 2013

EJERCICIO PRÁCTICO: DISECAMOS A ALCADIO OÑA DE CLARÍN.


Al servicio de todos los lectores del mundo –al fin y al cabo la realidad en todo el mundo hoy no es sino la percepción que de ella tenemos a través de los medios- publicamos el último lunes un preciso decálogo de consejos puntuales para el lector avivado, que viene a ser todo lo contrario al lector apurado (ver aquí) . Hoy invitamos a todos por igual a un sano ejercicio práctico basado en dicho decálogo, y a la luz de sus consejos, descomponemos el último artículo de Alcadio Oña, alto oficial del no menos descompuesto diario Clarín.

DE APURADOS Y AVIVADOS




Fuera de las redacciones y sus profesionales, entre los civiles, existen sólo dos clases de lectores de medios: el lector apurado, y el lector avivado.
El apurado, lee y repite como quien traga y vomita. El avivado mastica bien y despacio y digiere y defeca... cuando no escupe directamente.
El apurado busca que le den la razón. El avivado quiere información.
El apurado sólo quiere argumentos para sostener lo que viene diciendo sin tener argumentos. El avivado nota que de un lado y del otro, todos tienen argumentos.
El avivado no será soprendido. El apurado será engañado.
Sin embargo, y gracias al Martiyo, ahora el lector apurado puede convertirse rápidamente en un lector avivado, con sólo fijar en su mente, cada vez que enfrente un medio, aquel tan preciso decálogo nuestro.
Como demostración, a la luz de sus diez mandamientos, disecamos aquí el articulo publicado hoy en Clarín por Alcadio Oña, y titulado ya no con un anuncio o noticia, sino con una premisa u opinión de incierta lógica y dudosa sustancia: “En el reino de la improvisación permanente”.
Oña arranca así:

Está a la vista de todo el mundo: con independencia de sus efectos, el congelamiento de precios prueba que, al final, el proceso inflacionario y las expectativas sin freno terminaron por estallarle en las manos al Gobierno. Por lo tanto, la decisión no puede ser considerada parte de una política: se trata, sencillamente, de una salida de apuro.

De arranque, como se observa, el autor parte de un consenso mundial que no sustenta con nada, y que es de hecho por lo menos exagerado. Muy. “Está a la vista para todo el mundo”, cheeeee... Ahí ya nomás Oña es filtrado por los puntos 4 y 6 de nuestro decálogo.
E inmediatametne (“el congelamiento de precios prueba que”), Oña presenta como prueba irrefutable una opinión apenas personal (o patronal, bueno), y como tal subjetiva, ergo del todo discutible; y sin embargo, al toque, con tan poco y nada, Oña enseguida concluye definitivo con un recio “Por lo tanto…”, como si de verdad hubiese demostrado algo. No pssa los puntos 2, 3, 4, 5 y 6.
Y sigue así:

Es igualmente evidente que así buscan presionar a los sindicatos o, más bien, contener los reclamos salariales. Aunque, de nuevo, los resultados son bien dudosos.

"Es igualmente evidente", dice para comenzar su segundo párrafo, y así, con tan pocas rapiditas palabras, prueba convirtir su previo rosario de opiniones tan subjetivas, en claras evidencias ya expuestas... No conforme sin embargo con semejante confusión, y sin que nada lo avise, Oña pasa a ocupar, cual narrador omnisciente, la mente ajena: “así buscan presionar”, nos dice -¡nos informa!-, porque él sabe lo que el otro piensa, pretende, siente… Impresionante, sí. El rápido delirio cierra otra vez con una conclusión no menos veloz, que en su velocidad pretende, pobre, ser información, Pero no es nada, nada de nada.  
Punto aparte, y sigue:

Anticipa alguien que pasó por la administración kirchnerista: “Pronto veremos como los gremialistas ingresan a la galería de los adversarios del gobierno nacional y popular, junto a la Justicia, los medios no adictos, el socialismo del FAP y tantos otros”.

Aquí el autor se lanza de lleno contra el punto 5 de nuestro decálogo, y trata de revestirnos con muchas palabras serias (“anticipa”,  “administración”, “kirchnerista”), lo que es en sí técnicamente un chisme simple y punto. Y colgado a los dos puntos, nos impone el invento de otro augurio improbable:  "Pronto veremos...". Información cero. No tiene información. Dice lo que le mandan decir y para sostenerlo, como es un puro invento, lo pone en boca de un fantasma de supuesta importancia… cheeee.
A continuación, ya cebado, evidentemente cebado, confiado en que para Clarín ya cualquier cosa vale, sin alterar su tono fatuo, Oña prueba ya la profecía doble con sólo tocar el tiempo verbal, y pegarle una subordinada condicional que complete la fantasía:

El instrumento que el Gobierno tiene a tiro y usará a fondo consiste en no homologar los convenios, si los aumentos superan la regla del 20% que bajó desde la Casa Rosada.

“Usará”, dice… ja… “si los aumentos…”… “sí…”. Jo

El artículo continúa pero no mejora y se extiende hasta lo ilegible sin que el autor renueve en nada su reducido repertorio de trucos y de trampas con los cuales engaña al lector apurado, y a nadie más.
Consulte nuestro decálogo (aquí)... sepa que leer apurado puede ser mucho más peligroso que comer apurado, o cruzar apurado una avenida.

* * * 

 

martes, 5 de febrero de 2013

Destellos Ajenos - Hoy: CÉLINE

Destellos Ajenos


“Una habitación cambia en algunos meses, incluso cuando nada se mueve. Por viejas, por caducas que estén las cosas, aún encuentran, no se sabe dónde, la fuerza de envejecer. Alrededor de nosotros todo había cambiado. No de sitio los objetos, claro, pero sí las cosas, en profundidad. Las cosas son diferentes cuando uno vuelve a encontrarlas, diríase que poseen más fuerza para penetrar en nuestro interior más tristemente, más profundamente si cabe, más cuidadosamente que antes, para fundirse en esa suerte de muerte que se hace lentamente en nosotros, gentilmente, día a día, de un modo cobarde y ante la cual, diariamente, uno se acostumbra a defenderse un poco menos que la víspera. De una vez a otra vemos a la vida enternecerse, arrugarse en nosotros mismos, y con ella las cosas y los seres que dejamos, vulgares, preciosos, y a veces temibles. El miedo de acabar ha marcado todo ello con sus arrugas mientras se trotaba por la ciudad detrás del pan o del placer”.

Louis Ferdinand Céline

"BANDERAS EN LOS BALCONES", la novela de Malvinas...

* * *

Poca literatura hay hoy aún sobre la Guerra por las Malvinas, y de esa poca sólo una novela fue escrita por un corresponsal periodístico enviado al lugar de los hechos con la suerte de ser un cronista cuando tenía la edad para ser un soldado.


EN EL 30º ANIVERSARIO DE
LA GUERRA POR LAS MALVINAS

Ediciones del Martiyo presenta…



2º Edición
1ª Digital

Con prólogo de Federico Lorenz

*

“Yo fui el hombre, yo estuve allí”
(Walt Whitman)


Novela con alto valor de crónica, su autor fue testigo presencial y preferencial de la Guerra por las Malvinas. Enviado como corresponsal periodístico, vivió en Tierra del Fuego casi todo el conflicto, recorrió completo el Frente Sur, alcanzó Puerto Argentino, y cubrió tanto los festejos del 2 de abril en Buenos Aires, cuando la toma; como el estallido del 15 de junio, cuando el final. Y con todo lo que vio, supo y sintió, compuso este relato, que es una crónica y una novela; una ficción y toda su verdad.
Con tapa de Marcelo Pais, prólogo del historiador Federico Lorenz, y revisada por su autor, esta 2ª edición (1ª digital), pretende acompañar humildemente el 30º aniversario del conflicto, honra a sus caídos, y reivindica la soberanía nacional sobre las Islas Malvinas, Sandwich y Georgias del Sur.
Y nos recuerda por las dudas, a lo largo de sus páginas, aquella Argentina siempre posible, a un tiempo trágica y banal.



* * *

lunes, 4 de febrero de 2013

DIEZ CONSEJOS PRÁCTICOS PARA LEER LOS DIARIOS… (revistas y afines)


 DECÁLOGO DEL LECTOR AVIVADO


  1. Antes que los titulares de un medio, lea siempre sus avisos. Si tiene Internet a mano, puede mejor informarse sobre la composición societaria del medio, lo cual le dará sin error su orientación política.
  2. Distinga así fuera en un rápido adjetivo la opinión o el vaticinio, de la información concreta.
  3. Así también, distinga en cada información la fuente citada, y revise si dicha fuente está de alguna forma asociada –política o económicamente- al medio que habla, o al hecho que se comenta.
  4. No fije en su mente como “información”, rumores, suposiciones y diretes. Cuando lea frases como “fuentes allegadas”, “un funcionario cercano”, o cosas así, regístrelas como lo que son: rumores, especulaciones, chismes, etc.
  5. Esté atento a cada potencial: habría, diría, sería, podría, etc. La falsa información, la intencionalidad política, lo que en periodismo se llama “carne podrida”, suele envolverse así.
  6. Separe como la paja del trigo lo que son puras especulaciones subjetivas del autor de la nota, tipo “fulano querría”, “mengano piensa que”, “zutano intentaría”, etc. Nunca olvide que el cronista periodístico no es un narrador omnisciente que habita la mente de sus personajes. Nada que ver.
  7. La objetividad de un medio será siempre imposible, pero su coherencia no. Si saludan en un funcionario la misma actitud que critican en otro, es claro que están haciendo negocios, no periodismo.
  8. Nunca deje de sopesar en sus conclusiones, ante cada cosa que se dice, cuánto se calla con respecto al mismo tema. En los silencios de los medios, muchas veces, queda atrapada la verdad.
  9. Cuando una frase, enfoque o razonamiento se repite sistemáticamente en distintos articulistas de un mismo medio, o de medios asociados, no descarte la posibilidad de una campaña de prensa decidida más arriba, mucho más arriba del autor del artículo.
  10. Mantenga presente siempre el comportamiento histórico de cada medio en los distintos momentos del país. Y recuerde: especialmente en la Argentina, cuanto mayor es su trayectoria, más sospechoso es el medio. Una historia como la nuestra no se atraviesa impunemente.

 * * *

domingo, 3 de febrero de 2013

MÁS DE MIL PALABRAS - HOY: "El hombre del rifle", con Barak Obama...

El Martiyo Producciones Presenta...


*Más de 1000 Palabras*
(galería de imágenes)

Título:


"El hombre del rifle"

Barak Obama, presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.


* * *

sábado, 2 de febrero de 2013

ANÉKDOTAS - HOY: "El extraño del pelo largo", con Tanguito y Miguel Abuelo...

Anékdotas

Hoy: “El extraño de pelo largo”

Con: José Alberto Iglesias, Tanguito

Actor invitado: Miguel Abuelo


Por aquellos años gobernaba el general Juan Carlos Onganía y los bastones largos eran mejor vistos que el pelo largo. Pero José Alberto Iglesias, el mítico Tanguito, entonces era del todo anónimo y llevaba el pelo largo. Cierta vez caminaba por las calles de su barrio con Miguel Abuelo, cuando alguien desde un camión le grita:
-- ¡Cortáte el pelo, maricón!...
Y él le responde inmediatamente.
-- ¡Y vos cortáte el camión!


* * *