////// Año XVº /// Editor Anónimo: Daniel Ares /// "Prefiero ser martillo que yunque", Julio Popper ///

martes, 9 de julio de 2013

RECORDATORIO: 9 DE JULIO: TODAVÍA NO SOMOS LIBRES...

9 de julio de 2013

En un nuevo  aniversario de la declaración de la independencia nacional en el Congreso de Tucumán de 1816, El Martiyo prefiere recordarnos que todavía no somos libres, que aún se pelea por recuperar la entrega de los 90, que las corporaciones apátridas han penetrado hasta la justicia y deciden nuestras políticas, que las Malvinas todavía están ocupadas, que la lucha continúa... 
Pero celebra, sí, que continúe.

¡Viva la Patria!


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domingo, 7 de julio de 2013

sábado, 6 de julio de 2013

CFK: LA PEOR DE TODOS...


 Ni Néstor Kirchner ni Jorge Rafael Videla inspiraron tantos enconos como Cristina Fernández de Kirchner. 
¿Por qué?
Aquí El Martiyo ensaya una respuesta, plantea otras preguntas, revisa ciertos hechos, considera algunas razones, pero no descarta ninguna pasión.


LA PEOR DE TODOS


Cristina Fernández de Kirchner



Las corporaciones económicas, los grandes medios y buena parte de la sociedad argentina supieron defender cuando no justificar o estimular a cada uno de los sucesivos dictadores de la dictadura genocida inaugurada en 1976. Raúl Alfonsín, que como buen radical no completó su mandato -dejándonos en pleno caos y en manos de Menem-, hoy para muchos de esos sectores es poco menos que un prócer. Carlos Menem, que remató el país, olvidó a su gente y completó la destrucción de la industria nacional, no tuvo menos adeptos, por el contrario. Incluso Néstor Kirchner, que coleccionaba enemigos en esos mismos sectores, supo tener espacios de sosiego. Cristina, en cambio, consiguió unificar el odio de todos ellos como nunca nadie en la historia de la Argentina, a excepción, acaso, del mismísimo Perón.
Y decimos odio porque lo hemos palpado, lo palpamos a diario: no es oposición, no es vulgar rechazo y nada más, es odio. 
Cómo entonces no preguntarse por qué. 
Si bien el odio es una pasión y buscarle razones a una pasión es casi siempre una aventura infausta; El Martiyo, de guapo, se le atreve.
Porque sabe oculto en ese odio una cuestión moral, apenas ideológica, más cultural que política, más endémica que visceral, pero más visceral que inteligente, (de allí los resultados que obtiene).
Disparan contra Cristina, pero el blanco vivo detrás de su imagen no es ella, ni siquiera sus funcionarios, o en síntesis El Gobierno. No. El objetivo de todos los ataques es la gente que lo vota, y el mecanismo que lo permite. De lo contrario todos ellos dormirían confiados en su consecuente derrota electoral… ¿o alguien durante el catastrófico gobierno de la Alianza temió siquiera por un segundo que Fernando de la Rua pudiera eternizarse en el poder?...
“Estos vienen por todo”, nos dijo un día un contra, a la sazón colega. Le recordamos que Clarín también, y que a cambio a Magnetto no lo había votado nadie. El diálogo se truncó ahí, pero no pudimos no preguntarnos: al fin y al cabo ¿quiénes son “Estos”, los que “vienen por todo”?... ¿Cristina?, ¿Boudou?, ¿De Vido?, ¿Moreno?, ¿este gobierno, bah?... ¿Pero este gobierno no fue elegido democráticamente, y encima por amplia mayoría?... ¿Y entonces quiénes son “estos”? ¿El pueblo soberano? ¿“Nosotros”, o sea?... Porque de ser así, más bien que venimos por todo, lógico. Y con absolutamente más derechos que Magnetto y su banda, qué te parece…
¿Pero entonces vos te comprás el relato?, nos increpó, suficiente, otro contra, creyente de Clarín, claro. Le preguntamos ahí nomás a qué “relato” se refería, porque el problema no está en el relato que se compre, sino en el relator que te lo venda. 
Hasta hace poco, por ejemplo, esas mismas voces habían aprendido a decir “en la Argentina ya no queda clase media”. Era una verdad establecida por todos los medios del Grupo, y desde allí descendía sacra, indiscutible. Cualquier argumento en contrario, era un invento de Moreno que uno se compraba infelizmente.
Hasta que un día hace poco el Banco Mundial –más riguroso que Marcelo Bonelli-, le anunciaba al mundo que en la última década la Argentina había duplicado su clase media, superando así en el ítem a toda la región… Por eso decimos, el relator que se escoja es el problema. No siempre lo más a mano es la verdad.
Los mismos contras hasta no hace mucho explicaban la incapacidad de la justicia para probar la corrupción oficial, porque todos los jueces eran manejados por el gobierno. La batalla por fin desatada por la propia presidenta para democratizar el poder judicial, barrió con su sólo inicio cien millones de mentiras.
Sin embargo el odio no cesa, y sus repetidores tampoco.
Entonces vale preguntarse: ¿qué es lo que temen?... Si como dicen “estos vienen por todo”, pero resulta que “estos” somos “nosotros”, ¿cuál es problema?... Porque si “estos” dejaran de ser “nosotros”, sencillamente en la siguiente elección “nosotros” no lo votaríamos más, y “estos” dejarán de ser “estos”… ¿y entonces?...
¿O en el fondo la idea iluminada es que somos todos idiotas que no sabemos votar y por eso mejor sería un golpe?... O mejor todavía: una democracia teledirigida por una corporación mediática a imagen y semejanza de aquella que nos arrojó al abismo del 2001 con sus 39 muertos?...
Por muchas vueltas que le demos, habrá que admitir que la sustancia del odio es esa: este pueblo de negros no sabe votar, y nos echa en manos de una banda de zurditos nazis, fascistas y montoneros. Así de absurdo, de retrasado, y de espeluznante. Como es el odio.
Desprecio por el otro, complejo de superioridad, futilidad, indiferencia social, y la soberbia intelectual propia del ignorante profundo. No hay más que eso.
Cualquier intento por darle un contenido racional a ese amasijo de miserias, acabará sin solución en otro de esos galimatías que hoy con tanta solicitud prodigan en TN Beatríz Sarlo, Marcos Aguinis, Martín Caparrós, o María Laura Santillán; y que al cabo no trascienden las fronteras del propio club del odio  donde se fraguan.
A todos ellos les decimos: es infantil atacar a Cristina, porque ella nada más hace lo que decidimos "nosotros"
Y si usted, estimado lector, cree que de verdad este gobierno es tan terrible como le dice Magnetto, no tiene nada que temer, porque el mismo pueblo que lo eligió, sabrá castigarlo con su voto soberano.
Ahora bien... si usted, como Magnetto, a lo que de verdad le teme es al pueblo soberano, es porque usted, como Magnetto, está más sucio que una papa. Estimado lector. 


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viernes, 5 de julio de 2013

Los chistes de Borges... o un texto sobre textos...

Los chistes de Borges


Cuando le preguntan a María Kodama qué es lo que más extraña de Borges, ella no duda en responder: “su sentido del humor”. Uno de los hombres más divertidos de la historia del hombre, sin embargo, decidió pasearse por su siglo disfrazado de viejo aburrido, sin romances rimbombantes ni escándalos de vodeville, con su traje siempre gris, su bastón y su ceguera, su hablar lerdo y trabado, y su genio camuflado de sabio que no sabe. No es arbitrario pensar que esa sola caracterización, única y total, fuera su más secreta y grande broma.




Con gigante generosidad, no se guardaba los trucos y compuso un día un texto sobre Cómo nace un texto –tal el título-, y ya de arranque se despachaba con humor:
“Empieza por una suerte de revelación. Pero uso esa palabra de un modo modesto, no ambicioso. Es decir, de pronto sé que va a ocurrir algo y eso que va a ocurrir puede ser, en el caso de un cuento, el principio y el fin. En el caso de un poema, no: es una idea más general, y a veces ha sido la primera línea. Es decir, algo me es dado, y luego ya intervengo yo, y quizá se echa todo a perder”.

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jueves, 4 de julio de 2013

LA VIEJA EUROPA, o el nuevo patio trasero de los EE.UU...


En un episodio por demás didáctico, sin perder su sabia sonrisa aborigen, Evo Morales ilustró al mundo sobre la actual relación de fuerzas internacionales que lo tensa; y hasta qué punto ahora el patio trasero de los Estados Unidos ya no es la emergente América Latina, sino la vieja Europa de la Nueva Unión terminal.


VEJÁMENES DE LA CONQUISTA





“En 1517 el P. Bartolomé de las Casas tuvo mucha lástima de los indios 
que se extenuaban en los laboriosos infiernos de las minas de oro antillanas, 
y propuso al emperador Carlo V la importación de negros, que se extenuaran en los laboriosos infiernos de las minas de oro antillanas”.
Jorge Luis Borges, (El atroz redentor Lazarus Morell).


"El colonizador europeo, ahora se ha convertido en colonizado".
Evo Morales



Cuando allá por el 2008 Barak Obama ganaba sus presidenciales, y por todo el mundo todo tipo de personas se alegraba por el cambio que suponía; El Martiyo prefirió subrayar el retorcido racismo que animaba tales festejos, reducidos en lo sustancial a que el nuevo presidente era negro. Como si alguna raza fuera mejor, o superior, que las otras. “Un presidente de los Estados Unidos –decíamos allí- será siempre un presidente de los Estados Unidos”. El tiempo apagó aquellos festejos, y nos dio la razón. Que no es para festejar.
Muy por el contrario, la invasión a Pakistán en mayo de 2011 para la ejecución sumaria de un ciudadano saudí (Osama Bin Laden); y ahora, el atentado físico, moral y jurídico a un jefe de estado extranjero (Evo Morales); nos dejan toda la razón del mundo: no hay nada que festejar...
A no ser el contraste que nos permite confirmar que el yugo que antes cargaba América Latina, ahora lo lleva la Unión Europea, cuya sumisión a los amos de Washington, ayer quedó mundialmente expuesta. ¿pero es para celebrar la vergüenza ajena?... 
En la Casa Blanca tampoco hubo alegría. Cambiaron un jardín infinito, por un castillo en ruinas. Europa es tierra yerma, unión de estados en estado terminal desde siempre en conflicto. Razas bravas de saqueadores, sus broncas étnicas llevan siglos sin resolverse ni a tiros, mientras sus países son dibujos en los mapas que desdibujan con frecuencia entre imperios que se deshacen, y por lo tanto desesperan. No, Europa no es Latinoamérica, pero responde mejor.
Con subordinación y sin ningún valor, España, Portugal, Italia y Francia no precisaron siquiera un mail de la Casa Blanca para violar en su nombre todos los tratados y las leyes y los protocolos internacionales, reteniendo, o sea: deteniendo; o sea secuestrando, a un jefe de estado extranjero, con el correspondiente riesgo para su seguridad y la de su comitiva. Todo en nombre del amo.
El hecho alcanza su significado más desgraciado cuando se recuerda el sólo móvil de tantas vejaciones: apenas la escuálida posibilidad -el rumor, la ilusión, la fantasía o/y el pánico-, de que a bordo del avión presidencial boliviano se escapara el espía norteamericano Edward Snowden, el hombre que acaba de avisarle, a toda Europa, que los Estados Unidos también los espía a ellos, les chupa los teléfonos, y les revisa el correo. A todos, y a cualquiera. Y sin embargo…
En nuestra sección Europa en Guerra, venimos anunciando el trágico desenlace bélico que acecha una vez más –y van- al viejo continente, (como se ve, ya demasiado viejo).  
La soberanía económica resignada ante los gerentes de la "troika"; la soberanía política de todos los miembros de la zona del euro a los humores de Alemania; la recurrencia demente en plena crisis a las recetas del FMI, que en las últimas décadas del siglo XX gangrenaron a Latinoamérica; la carísima protección militar que le pagan desde hace más de medio siglo al Pentágono; no son síntomas sino causas de un presente que no ofrece -como Winston Churchill hace setenta años-, más que sangre, sudor y lágrimas. Y sin embargo…
Ajustes y más ajustes, desocupación y más desocupación, recesión y más recesión, decepción, resentimiento, mucho resentimiento, y un gran desconcierto entre sus pueblos, que sin entender y hartos, ahora se preguntan por qué se la agarran con Evo, si el que los espía es Obama.
Pero sus líderes no responden, evaden o se esconden, ensayan explicaciones aerotécnicas, y disculpas que dan vergüenza...
En contraste, ante los hechos, América Latina reacciona como una sola gran nación de estados de verdad soberanos. Hoy ya se reúne de urgencia la Unasur, y ayer todos los presidentes todos manifestaron sin eufemismos su rechazo al imperialismo norteamericano y sus colonias europeas.
Tal vez hay algo para celebrar, sí, pero es sólo eso: un contraste, un juego de luces y sombras entre lo que es y debe ser, y lo que ya fue, y así terminaEntre una América Latina que emerge soberana, y esa Europa colonial, que por algo se deshace.
Como síntesis estética del nuevo mundo que nos toca; rescatamos de este episodio tan ilustrativo, la inmensa figura sencilla de Evo Morales cruzando los cielos de la Tierra sin encontrar por dónde, y sin perder la sonrisa, mientras nos explica, sin palabras casi, pero con ancestral contundencia, qué poco han progresado los genocidas de la Conquista.

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lunes, 1 de julio de 2013

ESCRITOR X ESCRITOR: - HOY: Roberto Arlt x Juan Carlos Onetti

ESCRITOR POR ESCRITOR


Aunque más no fuera por alentar o sostener o cuando menos celebrar esa magnífica fraternidad fuera del tiempo y del espacio que suscita la escritura entre escritores, aquí El Martiyo presenta esta sección que fija, recorta y comparte, en fragmentos preciosos, pedacitos de ese platónico amor de verdad desinteresado, de verdad espiritual, de verdad eterno… de verdad amor.
Escritor x escritor, como Destellos Ajenos, es un espacio inmejorablemente escrito, porque lo escriben los mejores de la especie, sólo que aquí los unos elevan a los otros elevándose así en prueba de una generosidad como la que soñaba don Antonio Machado, cuando “la monedita del alma, se pierde si no se da”.



ESCRITOR x ESCRITOR




Roberto Arlt x Juan Carlos Onetti:

Roberto Arlt


"Todo Buenos Aires, por lo menos, leyó este libro. Los intelectuales interrumpieron los dry martinis para encoger los hombros y rezongar piadosamente que ArIt no sabía escribir. No sabía, es cierto, y desdeñaba el idioma de los mandarines: pero sí dominaba la lengua y los problemas de millones de argentinos, incapaces de comentarlo en artículos literarios, pero capaces de comprenderlo y sentirlo como amigo que acude —hosco, silencioso o cínico— en la hora de la angustia".


(Prólogo a "El Juguete rabioso", fragmento)


Juan Carlos Onetti

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