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jueves, 4 de julio de 2013

LA VIEJA EUROPA, o el nuevo patio trasero de los EE.UU...


En un episodio por demás didáctico, sin perder su sabia sonrisa aborigen, Evo Morales ilustró al mundo sobre la actual relación de fuerzas internacionales que lo tensa; y hasta qué punto ahora el patio trasero de los Estados Unidos ya no es la emergente América Latina, sino la vieja Europa de la Nueva Unión terminal.


VEJÁMENES DE LA CONQUISTA





“En 1517 el P. Bartolomé de las Casas tuvo mucha lástima de los indios 
que se extenuaban en los laboriosos infiernos de las minas de oro antillanas, 
y propuso al emperador Carlo V la importación de negros, que se extenuaran en los laboriosos infiernos de las minas de oro antillanas”.
Jorge Luis Borges, (El atroz redentor Lazarus Morell).


"El colonizador europeo, ahora se ha convertido en colonizado".
Evo Morales



Cuando allá por el 2008 Barak Obama ganaba sus presidenciales, y por todo el mundo todo tipo de personas se alegraba por el cambio que suponía; El Martiyo prefirió subrayar el retorcido racismo que animaba tales festejos, reducidos en lo sustancial a que el nuevo presidente era negro. Como si alguna raza fuera mejor, o superior, que las otras. “Un presidente de los Estados Unidos –decíamos allí- será siempre un presidente de los Estados Unidos”. El tiempo apagó aquellos festejos, y nos dio la razón. Que no es para festejar.
Muy por el contrario, la invasión a Pakistán en mayo de 2011 para la ejecución sumaria de un ciudadano saudí (Osama Bin Laden); y ahora, el atentado físico, moral y jurídico a un jefe de estado extranjero (Evo Morales); nos dejan toda la razón del mundo: no hay nada que festejar...
A no ser el contraste que nos permite confirmar que el yugo que antes cargaba América Latina, ahora lo lleva la Unión Europea, cuya sumisión a los amos de Washington, ayer quedó mundialmente expuesta. ¿pero es para celebrar la vergüenza ajena?... 
En la Casa Blanca tampoco hubo alegría. Cambiaron un jardín infinito, por un castillo en ruinas. Europa es tierra yerma, unión de estados en estado terminal desde siempre en conflicto. Razas bravas de saqueadores, sus broncas étnicas llevan siglos sin resolverse ni a tiros, mientras sus países son dibujos en los mapas que desdibujan con frecuencia entre imperios que se deshacen, y por lo tanto desesperan. No, Europa no es Latinoamérica, pero responde mejor.
Con subordinación y sin ningún valor, España, Portugal, Italia y Francia no precisaron siquiera un mail de la Casa Blanca para violar en su nombre todos los tratados y las leyes y los protocolos internacionales, reteniendo, o sea: deteniendo; o sea secuestrando, a un jefe de estado extranjero, con el correspondiente riesgo para su seguridad y la de su comitiva. Todo en nombre del amo.
El hecho alcanza su significado más desgraciado cuando se recuerda el sólo móvil de tantas vejaciones: apenas la escuálida posibilidad -el rumor, la ilusión, la fantasía o/y el pánico-, de que a bordo del avión presidencial boliviano se escapara el espía norteamericano Edward Snowden, el hombre que acaba de avisarle, a toda Europa, que los Estados Unidos también los espía a ellos, les chupa los teléfonos, y les revisa el correo. A todos, y a cualquiera. Y sin embargo…
En nuestra sección Europa en Guerra, venimos anunciando el trágico desenlace bélico que acecha una vez más –y van- al viejo continente, (como se ve, ya demasiado viejo).  
La soberanía económica resignada ante los gerentes de la "troika"; la soberanía política de todos los miembros de la zona del euro a los humores de Alemania; la recurrencia demente en plena crisis a las recetas del FMI, que en las últimas décadas del siglo XX gangrenaron a Latinoamérica; la carísima protección militar que le pagan desde hace más de medio siglo al Pentágono; no son síntomas sino causas de un presente que no ofrece -como Winston Churchill hace setenta años-, más que sangre, sudor y lágrimas. Y sin embargo…
Ajustes y más ajustes, desocupación y más desocupación, recesión y más recesión, decepción, resentimiento, mucho resentimiento, y un gran desconcierto entre sus pueblos, que sin entender y hartos, ahora se preguntan por qué se la agarran con Evo, si el que los espía es Obama.
Pero sus líderes no responden, evaden o se esconden, ensayan explicaciones aerotécnicas, y disculpas que dan vergüenza...
En contraste, ante los hechos, América Latina reacciona como una sola gran nación de estados de verdad soberanos. Hoy ya se reúne de urgencia la Unasur, y ayer todos los presidentes todos manifestaron sin eufemismos su rechazo al imperialismo norteamericano y sus colonias europeas.
Tal vez hay algo para celebrar, sí, pero es sólo eso: un contraste, un juego de luces y sombras entre lo que es y debe ser, y lo que ya fue, y así terminaEntre una América Latina que emerge soberana, y esa Europa colonial, que por algo se deshace.
Como síntesis estética del nuevo mundo que nos toca; rescatamos de este episodio tan ilustrativo, la inmensa figura sencilla de Evo Morales cruzando los cielos de la Tierra sin encontrar por dónde, y sin perder la sonrisa, mientras nos explica, sin palabras casi, pero con ancestral contundencia, qué poco han progresado los genocidas de la Conquista.

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