Dicen que
fue Vicente Saadi el que acuñó la frase que después difundiera tanto Carlos Menem: "en
política el que se calienta, pierde".
Sin embargo se trata de una antigua verdad de la vida que suele ser aprendida ya en la escuela primaria: "si te enojás
cuando te cargan, más te van a cargar".
Mauricio
Macri y sus muchachos, tampoco saben eso.
EL
HOMBRE BOBO
Un
grito de corazón enciende y trasciende los estadios argentinos, alcanza los
recitales, se derrama por las calles, se toma el subte, viaja, sigue y suma:
Mauricio Macri la putá que te parió.
Estrenado espectacularmente por La Gloriosa hinchada de San Lorenzo en un Gasómetro a
reventar, para luego volver a entonarlo en su estadio de basquet, pronto se sumaron al coro las sucesivas hinchadas de All Boys, River, Huracán, Lanús,
Independiente, Racing, Chacarita, en fin… menos la de Boca, por ahora…
En un
primer momento desde el gobierno pretendieron reducir la novedad a una cuestión
apenas deportiva. Pero cuando el cantito se esparció por los recitales, el
subte y las calles, el gobierno activó toda su “inteligencia” dispuesto a
acallar lo que el propio diario La Nazión llamaba ya “el hit del verano”. Y con
la ineficiencia que lo caracteriza, lo primero que hizo fue dejar trascender que a Macri la
puteada le molestaba y mucho.
Una de
las primeras leyes que se aprenden apenas ingresar a la calle de la vida,
establece claramente: "si te enojás cuando te cargan, más te van a
cargar". Es difícil terminar el primario sin aprenderlo.
Pero
suele ocurrir con los egresados de esos colegios muy caros, donde antes que
nada les aseguran a sus alumnos un entrenamiento exhaustivo para el mundo
material, y un aséptico aislamiento de lo peor de la sociedad –pobres, grasas,
etc-, lo cual, a su vez, habrá de eximirlos para siempre de cualquier empatía
con el llamado pueblo. Es así como esos chicos alcanzan la flexibilidad moral
suficiente como para “triunfar en la vida”, pero a la vez carecen por completo
de calle. Es decir: salen truchos, pero boludos.
Parece
un detalle, y lo es. Pero por lo mismo nos revela muchísimo.
El
mejor equipo de los últimos 50 años, resulta que no es más que una manga de
herederos y ceos, hijos por lo tanto de alguna fortuna inexplicable o de alguna
interna feroz, educados en burbujas de vidrio donde sólo tratan consigo mismo,
donde la palabra amistad es lo único gratis, y donde aprenden que todo se paga
y todo se puede si se tiene la guita para pagarlo. Chicos que conocen Nueva
York al dedillo pero se pierden en Avellaneda, que le rezan a Dios pero sólo
creen en el Mercado, que, como Macri, hablan inglés sin haber aprendido aún el
castellano.
De allí
el "errorismo de estado" que distingue a esta gestión, sus marchas y
contramarchas, los escándalos estallándoles en la cara, Panamá papers, Paradise
papers, el Correo, Flybondi, el Sarmiento, los peajes, Calcaterra, Caputo, Díaz
Gilligan, Chocobar… perfectos tarambanas protegidos hoy por los medios como
ayer por sus papis, se llevan todo puesto, y siguen como si nada, hasta que un
día…
Porque
no hay mal que por bien no venga.
Macri
Blanco Villegas, los dos Bullrich, los dos Caputo, Quintana, los Peña y todos
sus Braun, Etchevere sin su hermana, el patético Triaca –heredero de un
gremialista del Jockey Club-, Miss Stanley, Aranguren el de la Shell, Dietrich
en bicicleta, Bergman disfrazado de arbusto, Aguad sin Internet (y ahora
también sin submarino), nos dejan esa esperanza: son corruptos pero bobos, más
antes que después la historia va a descubrirlos porque Dios perdona siempre, el
hombre perdona a veces, pero la verdad no perdona nunca.
Mientras
tanto que disfruten.
Por
ahora el trueno del escarmiento es apenas una puteada nacional.
Un
grito de corazón: Mauricio Macri, la puta que te parió.
* * *
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Como tantos medios públicos, EL Martiyo no deja de ser privado, y por lo tanto se reserva el derecho de pubicar o no los comentarios recibidos.