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viernes, 3 de abril de 2020

MALVINAS: LA GUERRA MALDITA...



El Martiyo pone online una vez más el blog Malvinas,diario de la guerra, una crónica de aquellos días narrada por quien que tuvo la suerte de ser un corresponsal periodístico cuando tenía la edad para ser un soldado. 
Se advierte al lector que este diario no responde a los lugares comunes acuñados por el Foreign Office y difundidos por sus repetidores locales: la cortina de humo de Galtieri, los pobres chicos de la guerra, la desigualdad frente al imperio… 
Malvinas fue otra cosa.



LA GUERRA MALDITA







La Guerra por las Malvinas es el hecho maldito de la intelectualidad nacional. Por izquierda o por derecha, surge el tema y nadie sabe muy bien dónde ponerse.
Cuesta ponerse en contra cuando se trata de la única gesta soberana concreta frente al aborrecido invasor británico en ya 187 años de ocupación del territorio nacional. Las Malvinas son argentinas, eso sólo puede dudarlo Macri, ni siquiera sus votantes.
Pero cuesta ponerse a favor cuando esa gesta la decide y conduce la cúpula de la última dictadura militar y su banda de genocidas, quienes en un broche de oro a su medida, ni bien vieron a los ingleses cerca salieron corriendo de las Islas con sus camperas de duvet intactas.
Si bien la derrota facilitó las conclusiones fáciles -una victoria sería, aún dada, inconcebible -, cuesta escapar a los tres o cuatro lugares comunes que a partir de reducciones formidables, pretenden explicar uno de los episodios más complejos de nuestra historia.
Pesa escuchar o leer cada año para la misma fecha, las mismas liviandades. La cortina de humo de Galtieri, los pobres chicos muertos de frío y de hambre, los borceguíes que nunca llegaron, ¡la locura de enfrentar tan luego nosotros a un enemigo tanto más poderoso!... Además de su facilismo explícito, es innegable el fervor colonial que todas estas teorías entrañan.
¿Era tan “igual” la guerra que llevó a cabo el flamante Ejército Argentino contra el invasor español? Se trataba de una de las dos grandes potencias de la hora -como si dijéramos hoy China o Estados Unidos- contra soldados dispuestos “a pelear en pelotas, como nuestros paisanos los indios”, nos recuerda tan luego San Martín.
¿Puede una cortina de humo de urgencia ser sin embargo planificada años antes? El imaginario sin imaginación gusta porfiar que el paro con movilización organizado por la CGT el 30 marzo, desató la recuperación de las Islas el 2 de abril. La recuperación de las Islas era una antigua obsesión de la Armada, llevaba años de planificación, y fue una de las condiciones que Anaya le impuso a Gatieri para apoyar la destitución de Viola y su ascenso al poder. Pensada para principios de la primavera, el episodio Davidoff en Georgias desató la escalada en el inicio del otoño.
¿Alguien recuerda, por acaso, que en 1983 se cumplían los 150 años de la ocupación británica, y que según la extensa lucha diplomática si antes la Argentina no ejecutaba su soberanía se perdían para siempre los derechos sobre las Islas?...  
En el fondo de todas nuestras desgracias está la banalidad con que encaramos cualquier asunto.
Este blog no es un ensayo ni pretende una teoría original. Es un diario retrospectivo, una crónica elaborada con la información que alumbraron los años, apuntes que guardé de aquellos días, y lo que retuvo la memoria, diálogos, momentos, escenas, esas cosas que nunca se olvidan.
La historia de la Guerra por las Malvinas es un poco mucho más compleja que las reducciones del Foreign Office y sus repetidores locales. Sus testigos, sus cronistas, entre todos, con los años, acaso, logremos algo de luz sobre su larga noche.
Este diario y su crónica son solo eso. Un aporte más en memoria de esa guerra que tratamos de olvidar, y que tal vez por eso seguimos sin entender. Sin querer entender.
Toda guerra es maldita, pero acaso esta más que ninguna.




* * *

1 comentario:

  1. Y en ese marco nuestro progresismo se revela al disponer al frente el Ministerio de Cultura a Tristán Bauer, o a ofrecer sin que se lo pidan ayuda humanitaria a los Kelpers a través de la Embajada del
    UK con la previsible respuesta diplomática de agradecimiento y el esperable desplante de los Kelpers.
    Cosa que en otro país no se pasaría por alto y saldrían despedidos Secretario y Canciller (por quienes dos mangos aparte considero compañeros así como al ministro de Cultura).

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