////// Año XVIº /// Editor Anónimo: Daniel Ares /// "Prefiero ser martillo que yunque", Julio Popper ///

lunes, 12 de agosto de 2019

MACRI: ADIOS MUÑECO…



Shockeado, aturdido por la tremenda derrota, sin siquiera mentiras nuevas, como abandonado hasta por sus propios guionistas, Mauricio Macri pretende que sigue en campaña, insiste con la herencia recibida, y su dorado futuro sin presente posible. Como Alfonsín o De la Rua en sus finales, mantiene la investidura presidencial. 
Pero nada más.


EL TRONAR DEL ESCARMIENTO

Mago Sin Dientes... ahora sin presidente tampoco.




El viento nuclear de una bronca profunda se llevó anoche en pocas horas el país amarillo con su flora y su fauna de ceos y especuladores, grandes medios y periodistas mediocres, jueces y fiscales aventureros, duranes y barbas, caputos y bullrichs, chocobares, lanatas, majules, bonadíos, extonerllis, dalessios y fariñas. No quedó nada. Solo el Mago Sin Dientes, ya sin presidente tampoco.
Aturdido, sin reacción, con los reflejos de un mueble, lo que restaba de Macri salió a tirar la toalla aún antes de conocerse ninguna cifra oficial, en tanto insistía con una campaña que acababa de acabarse. Y todos a dormir. Ya no había globos. Nadie bailó. Si otra gracia le faltaba a la tragedia, la inestable Elisa Carrió salió a subestimar el desastre augurando para octubre el triunfo de “la República por más del 50%”, y anunciando a continuación la palabra de María Eugenia Vidal… pero el hada, inmaterial, insustancial, ya era un fantasma, ni siquiera una ilusión. Apenas un gas.
El final tantas veces anunciado –y no sólo por El Martiyo- por fin surgía de las profundidades y había llegado. Tres larguísimos años y medio de impericias y mentiras, de persecuciones políticas, de espionaje ilegal, de falsas denuncias y crecimientos invisibles, de marketing y puro marketing, de saqueo, endeudamiento y miseria, reventaban en las urnas como un chasco barato, como un viento nuclear. Nada quedó en pie.
La revolución de la alegría, la pobreza cero, el mejor equipo de los últimos 50 años, la lluvia de inversiones, el semestre que viene, la herencia recibida, la transparencia pretendida, los ricos no roban, un inmenso edificio de prejuicios, falsedades y mentiras se derrumbaba de golpe sobre los mismos cuerpos de sus albañiles, arquitectos e ingenieros. Qué risa.
La mentada Smartmatic que tanta celeridad auguraba, seguía sin dar resultados cuando ya nadie los precisaba. Todo había terminado. Los amigos de la barra de la timba financiera ya habían comenzado su estampida, las llamas envolvían al gobierno, Macri  nos mandaba a dormir, pero la fiesta recién empezaba. Todo era jauja. Un 70 por ciento del país reía, el otro 30 daba risa.
Por los canales del Grupo y sus satélites comenzaba un desfile de involuntaria comicidad. En una galería de rostros desopilantes, se sucedían las caras de Lanata, a punto de implosionar; Majul casi tan rabioso como asustado; Leuco verde, Leucocito azul; Eduardo Van der Koy –ese duro de leer-, pretendiendo que la alegría anticipada de Nilda Garré podía suponer “un vínculo secreto con Smartmatic”. Genial. Enfrente, sonriendo nerviosa, perdida, desorientada, María Laura Santillán, cual heroína del Titanic, quiso echarle una mano y le preguntó si estaba “mandando fruta”. En El Trece a esa hora pasaban un capítulo de El Zorro. Mel Brooks ya parecía un pelotudo.
En competencia feroz, América salió con algo mejor que los Midachi.
Los animales de la mesa de Fantino querían “incendiar el laboratorio del Pro”. Sí, sic. Otros preferían linchar a los encuestadores al cabo de semanas de conjeturar sobre cualquier encuesta que les gustara. Gorilas en la niebla, ya no sabían a quién culpar, ni de qué vivir en lo sucesivo. Aterrado por la cotización del dólar, Fantino hurgaba su celular, y a tal punto llegó su pánico, que en un momento se agarró la cabeza poniendo en serio riesgo su nuevo peinado. Otra que Les Luthiers.
Idiotas y patéticos, inútiles y peligrosos, codiciosos y malvados, se van así, dejando un país en llamas, un pueblo en la miseria, un futuro incierto, el inexorable fracaso del antiperonismo de siempre y su amor al odio.
A este desastre que recién amanece llegamos por eso, por las tapitas de Clarín y los sketchs de Lanata, por las ficciones de La Morsa y la Carrió; por Santoro y su Dalessio; por el comando venezolano iraní que asesinó a Nisman y desapareció atravesando las paredes; por la organización guerrillera mapuche financiada desde Londres; por la entonada Bullrich y sus amigos de la DEA y el State Department; por la adorable Christine y su FMI; esta hecatombre se la debemos a ellos, a Macri y sus vivillos, a Magnetto y sus lanatas, a Mirtha y sus invitados, a Trump y sus trampistas; ninguno es inocente.  
Solito con su Pichetto, inmune a la realidad, sin siquiera mentiras nuevas, como abandonado hasta por sus propios guionistas, más de 20 horas le tomó a Macri aparecer ante el país con su nuevo discurso que era el mismo de siempre. La pesada herencia, el futuro sin presente, el Kuko Ka, el río que no terminamos de cruzar, y lo mucho que nos quiere el mundo. Lo que se dice acelerar en la arena.
Como De la Rua en su diciembre, como Alfonsín después del triunfo de Menem, Macri mantiene la investidura presidencial, y ya nada más.
La probada insensibilidad de su gobierno no sólo le impidió sentir el dolor del pueblo, sino también su hartazgo. Lo de ayer en las urnas no fue una paliza, fue una clara patada en el culo. La paciencia abusada.
Falta mucho para octubre, cien años para diciembre.
Anoche estalló el trueno del escarmiento.
Su onda expansiva recién comienza.


* * *

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Como tantos medios públicos, EL Martiyo no deja de ser privado, y por lo tanto se reserva el derecho de pubicar o no los comentarios recibidos.