Lo que en ningún momento quiso ser una ironía del Martiyo,
fue luego confirmado por el mismísimo jefe de gobierno de la ciudad: ayer,
desde el Borda, en ausencia –fiel a su estilo- Mauricio Macri lanzó
oficialmente su campaña presidencial para el 2015, con una muestra en vivo de
lo que está dispuesto hacer por sus votantes.
FILOSOFÍA BARATA
Y BALAS DE GOMA
Hospital Borda, ayer: Un peligroso médico acecha a la pobre Metropolitana. |
Lo decíamos ayer en nuestro Último boletín: “Macri con la topadora. Suelta los perros de la Metropolitana contra
manifestantes, médicos, trabajadores, enfermeros ¡y enfermos!. Golpes, gritos,
y balas de goma. Cobran hasta los periodistas. Aparecen algunos legisladores, y
cobran también. Represión, palo y palo. Es la policía más rabiosa del país. Todo un acto de campaña. Eso es justamente
lo que el público de Mauricio espera de él”.
Ninguna ironía.
Publicábamos ese boletín ayer a las 17.23. Apenas un rato
más tarde, pasadas las 18 –y al cabo de más de 40 heridos, y médicos y periodistas y
enfermeras todavía presos-, Mauricio Macri por fin se materializaba ante los
medios para defender con toda convicción la represión delirante de su policía, justificando
su ferocidad porque del otro lado había peligrosos médicos, enfermeras,
civiles, pacientes y periodistas. Con
la cara blindada por un sólido cinismo, lamentó “tanta violencia”, y que
hubiera “un policía tratando de salvar un ojo, y otro con conomoción cerebral”. Chau.
Así lanzaba oficialmente su campaña presidencial para el
2015. Así le demostraba a sus seguidores que de verdad no le tiembla la mano. Que
de ser presidente a él no le van a cortar las calles ni los pobres ni los
médicos, ni los enfermos, ni los periodistas, ni mucho menos los negros. El
tiene balas para todos. Sus electores pueden estar bien tranquilos.
Ayer en ese mismo post comentábamos también la tibieza terminal del
Grupo Clarín, no por nada caen.
Mientras la policía de Macri desataba chocha su estupenda masacre
en las instalaciones –adentro- de un hospital neuropsiquiátrico, TN silbaba bajito y hablaba de cualquier
otra cosa, del caso Píparo, del asalto a Chilavert, ¡la inseguridad!, la crisis
en Boca… Apenas mencionaron “incidentes” en el Borda, y las imágenes eran de
archivo. El conglomerado mediático más poderoso de América Latina, no tenía un
móvil para transmitir en vivo. La
Biblia y Carlos Menem tienen razón: a los tibios los vomita Dios. Si Clarín cae como cae, sin prestigio, sin dignidad, bañado en sangre
y mierda; es también porque no supo surfear la ola de su tiempo. Timorato, trémulo, mediocre, sigue soñando con un público que se le fue para no
volver, y no atiende al que todavía tiene, el que le queda.
Un público decepcionado por la democracia, que al final
nunca le da la razón, y cuando se la da es sólo en Capital y no sirve… Un público
dispuesto a linchar a Kiciloff o a cualquiera arrinconado en un barco, el otro
solo con su familia... Un público capaz de correr cuadras enteras sin temor a la
cana para masacrar a un pibe que a lo mejor es de la Cámpora , aunque fuera del Pro.
Un público que no cree que a los reclamos haya que darles respuesta, sino mejor
represión, palo y palo, balas de goma, y si de goma no bastan... Un público harto
de piquetes, de protestas, de cortes, de pobres, de negros, y de los otros. Un
público de gauchos patriotas que quieren hacer “desaparecer” a este gobierno, a todos sus representantes, y ya que
está a sus representados... Un público que vota por odio, por resentimiento,
por rechazo y por miedo. A ese público ayer Mauricio Macri lo estremeció hasta
la ovación. Él no será vomitado.
Mientras se escriben estas líneas los diputados de la ciudad
interpelan al ministro de seguridad y justicia de Macri, Montenegro. Exposición
por exposición los legisladores fueron descubriendo, estableciendo, lo
que ayer advirtió El Martiyo: no hubo, en todo ese delirio, ningún error, ningún descontrol. No hubo excesos. Montenegro mismo lo dijo apenas dio
la cara: "se actuó según el protocolo". Todo
fue perfectamente calculado, planificado, incluso el caos. Por eso no hay arrepentimientos,
pedidos de disculpas, ni castigos.
Uno por uno los legisladores, oímos, le piden a Montenegro
que se vaya, que renuncie. ¿Por qué?... ¿Por qué el jefe de gobierno iría a
desprenderse de un colaborador tan eficaz?...
Hoy ya Página 12
rescata nuestra reflexión: “Macri se
posicionó como una figura de la derecha dura, en consonancia con lo que están
haciendo sus socios en España”.
Para ilustrar mejor cuál es la idea de este post, remitimos
a una de nuestras Anékdotas,
protagonizada ésta por Oswaldo Guayasamín, pintor ecuatoriano de fuerte
compromiso social, quien era sin embargo muy codiciado por los más ricos
inversores de su tiempo.
Pronto a montar una nueva exposición en una coqueta galería
de Lima; el curador de la muestra, para no espantar a su público de empresarios
y terratenientes, le sugiere omitir un cuadro donde se ve a un patrón a caballo
hostigando a su peón con un látigo. Insobornable, Guayasamín se niega, y
amenaza con retirar todas sus pinturas si le censuran una sola. El curador,
resignado, acepta el cuadro, y para su sorpresa, es el primero en venderse, y
para su doble sorpresa, el comprador es tan luego un patrón de estancias que
apenas vio la pintura, exclamó lleno de admiración:
-- ¡Por fin alguien
que sabe tratar a los peones!
Las aguas de la
Argentina se abrieron hace rato. Entre un océano y el otro,
un muro insalvable de ruidos, de furia y de silencio. Ni Clarín llega a los ka, ni viceversa. Macri, moderno, aguerrido o
temerario, inconsciente, indiferente, o lo que fuera, sabe que no tiene ya
ninguna chance del otro lado de la vida. Jugado por jugado, se concentra en los suyos y despliega todo su espanto
detrás de la victoria.
Si no llega a la presidencia, al menos se va a sacar las
ganas de cagarnos bien a palos.