////// Año XVIº /// Editor Anónimo: Daniel Ares /// "Prefiero ser martillo que yunque", Julio Popper ///
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lunes, 25 de mayo de 2015

BERGOGLIO Y VERBITSKY: EL PERRO DEL PAPA

El domingo en Página 12 Horacio Verbitsky volvió a embestir contra el papa Francisco a raíz de la beatificación del obispo de San Salvador Oscar Romero, asesinado en 1980 por los escuadrones de la muerte de la dictadura de su país.
Lo que a simple vista el mundo consideró un nuevo gesto del nuevo papa en reconocimiento de la justicia social y las grandes causas Latinoamericanas, Verbitsky, a golpes de pura información, lo reduce a otra pirueta del cura Bergoglio por limpiar las sombras de su propio pasado… 
¿Pero cómo contestarle a un perro incontestable?



MUERDEN, PANCHO






“Siempre a su dueño fiel, aunque importuno”
Miguel Hernández.


Otra vez -y van- Horacio Vertbisky hizo un desastre en el Vaticano.  Compatriota del papa, congénere y compañero –los dos son peronistas-, como cuña del mismo palo, no le da tregua ni respiro. Perro que no lo deja ni se calla, conforme Francisco se hace el bueno, él más y más le ladra, pero también lo muerde.
El domingo en Página 12 informó sobre la beatificación del arzobispo Oscar Romero, revisó las circunstancias de su final y su asesinato, y con documentos, fechas, nombres y detalles  -enumerada información por información la fuente correspondiente-, en una clase práctica magistral de lo que debe ser una nota periodística, desenmascaró en este nuevo gesto de Francisco, el viejo rostro de Jorge Bergoglio.
Aquí no vamos a reproducir la nota, ni siquiera vamos a resumirla. Está en la edición de Página 12 del domingo 24 de mayo de 2015. Es fácil de encontrar.
Aquí reparamos apenas en el hecho, por la fuerza de su rareza.
Por primera vez en la historia de la Santa Iglesia Católica, en sus dos mil y pico de años ya, un periodista, un tipo solo, le muerde los tobillos, y no la suelta. (Ver Don Francisco y el perro I y II)
Más aún: en plena y decidida campaña vaticana por limpiar la imagen de una institución cuya podredumbre acumuló gases como para eyectar de su trono vitalicio a un sumo pontífice; ese periodista, ese tipo solo, se las arregla cada tanto para envolver dicha campaña en polvo y espanto.
El alcance de fuego que puedan tener los artículos de ese periodista, es cada vez más incierto. Hace rato su fama trasciende las fronteras argentinas. Autor de libros de consulta, referente internacional de los derechos humanos, presidente del CELS, y reconocido experto en la historia de la iglesia católica argentina –cuyas relaciones con el poder económico y político desglosó en cuatro tomos que agradecen los historiadores-; una trayectoria a cada minuto más extensa, y las casi inhallables desmentidas a las que se vio obligado en tantos años de oficio; le dan en su conjunto un alcance de fuego sin duda cada vez más poderoso.
Porque no es menos sintomático que este pequeño David haya elegido atacar otra vez a su gigante preferido tan luego en la misma semana, o mejor dicho: para cerrar la semana, en la que él a su vez fue atacado por un David todavía más chiquitito.
Gabriel Levinas, socio de Lanata –o sea-, amenazó desde los medios de Magneto con un libro que eventualmente sacaría y que -siempre en los tiempos de Clarín- eventualmente demostraría que Verbitsky habría colaborado con la dictadura. Más y peor: que era el autor de los discursos del entonces comando de la Fuerza Aérea.
La acusación es vieja, y en apariencia reciclable, porque sale a la luz cada tanto, y cada vez entonces Verbitsky pela los mismos documentos, testimonios y otras pruebas, para devolverla al silencio hasta la próxima vez. Este domingo, en la misma edición de Pagina 12, con la excusa de reivindicar la figura del comodoro Güiraldes -y sin firma-, agrega unos cuantos testimonios destacados que reducen a Levinas aún más de lo estaba.
Este blog desconoce el pasado real de Horacio Vertbitsky, pero lo reconoce como el mejor periodista gráfico del país. El mote de incontestable que aquí habitualmente le otorgamos, es consecuencia de su trabajo y de los hechos, no palabrerío.
Porque aún si Verbitsky tuviese el ropero lleno de muertos, ninguno de ellos podría desmentir las responsabilidades documentadas de monseñor Quarracino en el final del arzobispo Romero, o en el ascenso de Jorge Bergoglio con la bendición de Juan Pablo II, y después de “rescatarlo del exilio interior al que lo había condenado la Compañía de Jesús por oponerse a la teología de la liberación”.
Porque lo que vuelve incontestable a Vertbisky, no es lo que dicen de él, sino lo que él dice.

  


sábado, 7 de septiembre de 2013

BARACK OBAMA Y LA PRIMAVERA ÁRABE:... O LA MENTIRA UNIVERSAL...

El premio nobel de la paz Barack Obama junta votos en su congreso para soltar bombas en Siria, un país que ni conoce, y donde matará mucha gente para que no muera mucha gente, dice.
Es sin embargo el mismo hombre que allá por el 2008 cubrió el planeta con un manto inconcebible de esperanzas, apenas por ser negro.
Mientras tanto la "primavera árabe" que auguraban alegres los habladores, allí florece en flores de sangre que no paran de sangrar.


TODO EL MUNDO SE EQUIVOCA





Si alguna risa grande le está saliendo al mundo, son los escandinavos con su pobre premio nobel (ni mayúsculas le metemos, que se vayan a cagar). No le dieron el de literatura a Borges, pero sí el de economía a Milton Friedman y hace poco el de la paz a Barack Obama, que ahora junta votos en su congreso para soltar bombas en un país que ni conoce, mientras se caga, de paso, en todo el mundo. Un chino diría, son tiempos interesantes.
Grandes mitos se derrumban como caen los dioses de Pessoa en el suelo del Destino.
Nadie es mejor por ser blanco, está claro, pero tampoco por ser negro, ya lo vemos.
Los grandes diarios mienten y cada día más gente lo descubre. Y no sólo Clarín –primus interpares de la mendacidad-, también El País de España, y el Washington Post, y O Globo, y Le Monde, todos mienten ya desde que dicen que lo que único que les importa es la verdad. 
Y los curas no son santos, ni siquiera decentes, lavan guita y piroban pibes. 
Y la familia real no es noble. Y Obama no es mejor que Bush, y la prohibición no resuelve el narcotráfico, y el premio Nobel es un cachivache. 
Mitos que se derrumban. Un mundo que se viene abajo. Un tiempo que termina.
A fines del siglo XX vimos desinflarse la vieja contienda este-oeste, y ahora en dominó vemos desdibujarse la norte-sur. Y es que el mundo no es cuadrado. Es redondo y gira, y gira muy rápido, a 1600 km por hora, más rápido que un lavarropas, y en su batea nos mezcla y nos revuelve a todos.  
En su momento y en austera soledad, ante el triunfo de Obama en 2008, avisamos, allá en El Martillo de Clarín.blogs, que ningún presidente de Estados Unidos sería jamás otra cosa que un presidente de Estados Unidos así fuera blanco, negro, verde o plateado... Pero si hasta Fidel Castro pareció entonces reblandecido, y el ingenuo Hugo Cháves le regaló un ejemplar de Las venas abiertas de América Latina. Ja.
Venía de abajo, ni siquiera era norteamericano, surgió de las luchas por los derechos civiles, algunos creyeron ver en él la encarnación del sueño que soñaba Luther King, así se puso de moda, y rápido acabó en esto: Bush. El hijo, ni siquiera el padre. ¿Por qué engañó tanta gente?...
Con el mismo entusiasmo en los inicios del 2011, conforme el medio oriente ardía, los grandes medios del mundo ponían de moda la contenta expresión “primavera árabe”, y sus habladores a coro deliraban amaneceres democráticos y flores y pajaritos con los colores de la libertad y el silbo de la justicia. 
El Martiyo, también entonces en austera soledad, avisaba este porvenir que ahora ya vino (ver aquí), y no de profetas, lo avisamos, sino apenas por no apurarse a repetir lo que repiten los grandes habladores apurados por sus cierres urgentes, y sus modismos de moda. Bastaba mirar sin pasión para ver que ninguna paz iba surgir de lo profundo de esos pueblos sometidos hace tanto, enfrentados hace tanto, asfixiados hace tanto, y de pronto sueltos, libres de aquellos dictadores al fin y al cabo tan funcionales a la hora de aguantarles la parada a Washington y Tel Aviv… 
Kadafi, Mubarak, amores de estudiantes, de pronto eran ayer. Berlusconi, Sarkozy, recién a los besos, ya se los sacaban de encima como si fueran caspa. Acto seguido, siempre con fines humanitarios, las fuerzas de la OTAN iniciaron el incendio que ahora Obama pretende apagar con más fuego ya que estamos. El Oriente Medio es complicado, dicen y van.
Berlusconi y Sarkozy, Mubarak y Kadafi, ya son historia. Ahora es la hora de mostrar su pistola Barack Obama, que por aquellos días recién entraba en la escena augurando sonriente –no se sabe si por ingenuo o por ignorante- una era de paz y democracia para todo esos pueblos que ahora quiere bombardear.
Ayer se clausuró en San Petersburgo la reunión del G20 a la que Obama fue a buscar apoyo para su invasión. Pero no pudo ser. El apoyo, la invasión será. Rusia, entre otros, quedó del otro lado. Otra vez enfrente, o más bien enfrentado con los Estados Unidos. Nadie sabe de lo que son capaces esos dos. Ellos tampoco. Hay algo más grande que se los lleva puestos. Tampoco es la Historia. Es otra cosa. Un amasijo de codicias inmensas como una bola de nieve que rueda montaña abajo desde hace mucho. Y ellos no piensan pararla. Al contrario: son la bola. Se miran de reojo, y van a la guerra.
¿Hay algo mejor para poner en movimiento la industria pesada y sus incontables derivados? ¡en plena crisis! Viva. Muchos morirán, por supuesto. Pero esos ya están en la cuenta, ¿o qué se creen?.
Y ustedes, nosotros, ¿de qué vamos? Nosotros, ustedes, somos justamente los muertos. Los que no importan. Esos que ya estamos en la cuenta.
¿Y cómo llegamos a esto? En buena medida por intoxicación informativa, por tragar sin masticar ni distinguir qué nos llevamos a la boca, y que luego repetimos como eructos.
¿Usted también creyó, por ejemplo, estimado lector, que Obama era distinto, que suponía una esperanza de algo nuevo?... ¿O acaso todavía se deja impresionar por el premio Nobel, o de verdad piensa que la prohibición de las drogas está ganando su batalla?...
Entonces pregúntese por qué, indáguese sin miedos, sea valiente, intente recordar cómo es que llegó a tales conclusiones, y antes aún: constate con toda honestidad si de verdad piensa lo que dice que cree, o más bien terminó creyéndolo de tanto pensarlo para repetirlo.
Cuántos individuos de esa mayoría mundial que celebraba la llegada del presidente negro sabían de verdad algo de él, de los intrincados intereses en cuya red allí lo echaba su propia victoria; del verdadero poder tan relativo que suele tener en realidad un hombre en ese cargo, de la calidad de sus socios, de sus compromisos callados, de sus verdaderas, íntimas intenciones. Nada. La gran mayoría no sabía nada, y celebraba ¿Por qué? Por la fuerza incalculable de la difusión a gran escala que arrastra multitudes a pensar y decir, así, cualquier cosa.
Ahí el enemigo de la hora: los grandes medios del mundo. 
Porque fusionados, monopólicos, holdinizados, los grandes medios, por dinámica y volumen, quedaron del lado –o en manos- de la voracidad, del poder sin límites, del Mal.
De los intereses corporativos de unos pocos en detrimento del resto.
De los superbancos y su red de casinos financieros.
De de la banca off shore.
De sociedades anónimas multinacionales cuyas composiciones societarias son indescifrables o directamente secretas, como sus mandamases invisibles.
El periodismo independiente no existe o quedó reducido a un blog como este o cosas así.
Lo más honesto que nos queda ahora es lo que ya empieza a llamarse sin más vueltas, crudo y claro, el periodismo militante. El otro no es militancia ni es periodismo, es publicidad encubierta, inteligencia operativa, difusión institucional disfrazada de información objetiva. En síntesis, mentiras.
Mientras lo medios del periodismo militante dejan claros sus principios políticos, el otro oculta sus verdaderos intereses detrás de sonoros mandamientos éticos que en los hechos no respetaron jamás, como el periodismo independiente, la libertad de expresión, ni siquiera la de empresa.
Ahí el enemigo de la hora.
Es él el que nos dice quién es aquél que no podemos conocer sino por lo que él nos cuenta, o elige contarnos.
Así creemos saber y decimos saber quién es Cristina, Massa, Obama... tan grandes son los medios cuando son así de grandes, que alcanzan a eclipsar la realidad con una realidad que no es tal cosa.
Y entonces claro: entonces todo el mundo se equivoca, y el propio premio nobel de la paz resulta ser un loco de la guerra. `


* * *

jueves, 4 de julio de 2013

LA VIEJA EUROPA, o el nuevo patio trasero de los EE.UU...


En un episodio por demás didáctico, sin perder su sabia sonrisa aborigen, Evo Morales ilustró al mundo sobre la actual relación de fuerzas internacionales que lo tensa; y hasta qué punto ahora el patio trasero de los Estados Unidos ya no es la emergente América Latina, sino la vieja Europa de la Nueva Unión terminal.


VEJÁMENES DE LA CONQUISTA





“En 1517 el P. Bartolomé de las Casas tuvo mucha lástima de los indios 
que se extenuaban en los laboriosos infiernos de las minas de oro antillanas, 
y propuso al emperador Carlo V la importación de negros, que se extenuaran en los laboriosos infiernos de las minas de oro antillanas”.
Jorge Luis Borges, (El atroz redentor Lazarus Morell).


"El colonizador europeo, ahora se ha convertido en colonizado".
Evo Morales



Cuando allá por el 2008 Barak Obama ganaba sus presidenciales, y por todo el mundo todo tipo de personas se alegraba por el cambio que suponía; El Martiyo prefirió subrayar el retorcido racismo que animaba tales festejos, reducidos en lo sustancial a que el nuevo presidente era negro. Como si alguna raza fuera mejor, o superior, que las otras. “Un presidente de los Estados Unidos –decíamos allí- será siempre un presidente de los Estados Unidos”. El tiempo apagó aquellos festejos, y nos dio la razón. Que no es para festejar.
Muy por el contrario, la invasión a Pakistán en mayo de 2011 para la ejecución sumaria de un ciudadano saudí (Osama Bin Laden); y ahora, el atentado físico, moral y jurídico a un jefe de estado extranjero (Evo Morales); nos dejan toda la razón del mundo: no hay nada que festejar...
A no ser el contraste que nos permite confirmar que el yugo que antes cargaba América Latina, ahora lo lleva la Unión Europea, cuya sumisión a los amos de Washington, ayer quedó mundialmente expuesta. ¿pero es para celebrar la vergüenza ajena?... 
En la Casa Blanca tampoco hubo alegría. Cambiaron un jardín infinito, por un castillo en ruinas. Europa es tierra yerma, unión de estados en estado terminal desde siempre en conflicto. Razas bravas de saqueadores, sus broncas étnicas llevan siglos sin resolverse ni a tiros, mientras sus países son dibujos en los mapas que desdibujan con frecuencia entre imperios que se deshacen, y por lo tanto desesperan. No, Europa no es Latinoamérica, pero responde mejor.
Con subordinación y sin ningún valor, España, Portugal, Italia y Francia no precisaron siquiera un mail de la Casa Blanca para violar en su nombre todos los tratados y las leyes y los protocolos internacionales, reteniendo, o sea: deteniendo; o sea secuestrando, a un jefe de estado extranjero, con el correspondiente riesgo para su seguridad y la de su comitiva. Todo en nombre del amo.
El hecho alcanza su significado más desgraciado cuando se recuerda el sólo móvil de tantas vejaciones: apenas la escuálida posibilidad -el rumor, la ilusión, la fantasía o/y el pánico-, de que a bordo del avión presidencial boliviano se escapara el espía norteamericano Edward Snowden, el hombre que acaba de avisarle, a toda Europa, que los Estados Unidos también los espía a ellos, les chupa los teléfonos, y les revisa el correo. A todos, y a cualquiera. Y sin embargo…
En nuestra sección Europa en Guerra, venimos anunciando el trágico desenlace bélico que acecha una vez más –y van- al viejo continente, (como se ve, ya demasiado viejo).  
La soberanía económica resignada ante los gerentes de la "troika"; la soberanía política de todos los miembros de la zona del euro a los humores de Alemania; la recurrencia demente en plena crisis a las recetas del FMI, que en las últimas décadas del siglo XX gangrenaron a Latinoamérica; la carísima protección militar que le pagan desde hace más de medio siglo al Pentágono; no son síntomas sino causas de un presente que no ofrece -como Winston Churchill hace setenta años-, más que sangre, sudor y lágrimas. Y sin embargo…
Ajustes y más ajustes, desocupación y más desocupación, recesión y más recesión, decepción, resentimiento, mucho resentimiento, y un gran desconcierto entre sus pueblos, que sin entender y hartos, ahora se preguntan por qué se la agarran con Evo, si el que los espía es Obama.
Pero sus líderes no responden, evaden o se esconden, ensayan explicaciones aerotécnicas, y disculpas que dan vergüenza...
En contraste, ante los hechos, América Latina reacciona como una sola gran nación de estados de verdad soberanos. Hoy ya se reúne de urgencia la Unasur, y ayer todos los presidentes todos manifestaron sin eufemismos su rechazo al imperialismo norteamericano y sus colonias europeas.
Tal vez hay algo para celebrar, sí, pero es sólo eso: un contraste, un juego de luces y sombras entre lo que es y debe ser, y lo que ya fue, y así terminaEntre una América Latina que emerge soberana, y esa Europa colonial, que por algo se deshace.
Como síntesis estética del nuevo mundo que nos toca; rescatamos de este episodio tan ilustrativo, la inmensa figura sencilla de Evo Morales cruzando los cielos de la Tierra sin encontrar por dónde, y sin perder la sonrisa, mientras nos explica, sin palabras casi, pero con ancestral contundencia, qué poco han progresado los genocidas de la Conquista.

* * *



domingo, 24 de marzo de 2013

BERGOLIO-VERBITSKY: LA CONTIENDA CONTINÚA



Acaso Francisco el papa pueda librarse algún día del pasado de Jorge Bergoglio, pero Jorge Bergoglio no. Al menos en vida de Horacio Verbitsky, cuya embestida tiene ya ribetes de paliza.
El Vaticano, después de culpar al mensajero y obviar el mensaje, se llamó a silencio. 
Entonces varias voces salieron a defender al nuevo papa. Para su desgracia, Clarín y La Nazión entre ellas. Pero también Hebe de Bonafini,  Adolfo Pérez Esquivel y otros referentes de los derechos humanos.
Sin embargo se hizo el domingo, y allí estaba de vuelta Vertbitsky, ladrando como quien muerde.


DON FRANCISCO Y EL PERRO 




“De tanto en tanto, la sociedad argentina es atacada por raptos de euforia en los que un tema central reclama la unanimidad de las voluntades y la exclusión de los disidentes, como si su mera existencia ofendiera la exaltada sensibilidad colectiva. Ese poder hipnótico parece capaz de abolir diferencias, historias personales e intereses sociales. El que no salta es un inglés, o un holandés, o un cuerpo extraño a la Nación y enemigo del pueblo”.
Horacio Verbitsky, Página 12, 24/3/13

“Perro que ni me deja ni se calla”.
Miguel Hernández




Primero golpeó Verbitsky acusando a Bergoglio; rápido –demasiado para algunos- respondió el vocero papal desestimando el mensaje porque el mensajero no le gustaba, y enseguida se alzaron mil voces en defensa del nuevo papa y en contra del periodista; incluso la de uno de los curas en cuestión, que de pronto negaba todo desde Alemania… El gigante Goliat del Vaticano, parecía vencedor.
Pero entonces se hizo el domingo, cuando Dios descansa, y Verbitsky aprovecha.
Desde su columna en Página 12 respondía a las acusaciones del vocero papal y a las dudas y/o sospechas de muchos, y lo hacía con citas textuales de testigos directos, datos, fechas, nombres y apellidos, y de remate, estampaba un par de documentos irrefutables que probaban, al menos, que Verbitsky no inventaba nada. Los hechos eran los hechos, y él sólo el mensajero. Era el domingo 17.
Ante la contundencia del contraataque, nos preguntábamos entonces qué haría el Vaticano, si respondería o callaría como quien otorga, o qué…
El Vaticano calló. Pero para su desgracia Clarín, más papista que el papa, salió a difundir un video de La declaración de Bergoglio ante la justicia en 2010, resaltando que así, allí, quedaba claro que Bergoglio no sólo no había entregado a ningún cura, sino que sí le había reclamado a Massera por los dos sacerdotes secuestrados, Orlando Yorio y Francisco Jalics.
Pero activado el video, en los hechos lo único que allí quedaba claro era que Bergoglio decía haber reclamado a Massera. Nada que ya no hubiera dicho Verbitsky en su columna del domingo, cuando incluía en ella lo que hoy llama “la versión autoindulgente de Bergoglio”.
En paralelo aquel mismo domingo -17- desde La Nazión, Joaqu-Inmorales Solá, en un brote muy de los suyos, pretendía una “campaña argentina contra el papa”, pero fiel a su estilo impreciso y trémulo, no daba nombres ni datos ni fechas, ni nada.
Sin embargo luego, desde Alemania, uno de los sacerdotes en cuestión, Francisco Jalics –el único vivo de los dos-, parecía darle la razón. A través de un comunicado publicado por su orden en el site de la misma, el sacerdote decía haberse “reconciliado” con aquellos hechos, y que se veía “obligado” ahora a limpiar a Bergoglio de todas sus sospechas.
Se esperaba el domingo 24 para ver qué diría HV; cuando inesperadamente, el jueves 21,  volvió al ataque.
Bergoglio ya era papa oficialmente.
Bajo el título Pasado pisado, repasaba allí todo lo dicho hasta entonces, y refrendaba -otra vez con testimonios, datos, etc.-, que en tal caso el que de pronto “se veía obligado” a cambiar su versión, era el sacerdote jesuita Francisco Jalics.
“Por lo tanto, es un error afirmar que nuestra captura ocurrió por iniciativa del padre Bergoglio.”, dice el site de la orden que dice Jalics. Vertibsky entonces agrega: “Para el vocero de prensa del papado no se trata de un error sino de una calumnia izquierdista”. Un cross a la mandíbula.
Porque en contraste con sus colegas de La Nazión o Clarín, lejos de la especulación caprichosa, la suposición pura, el tejido intencionado de rumores, y la interpretación subjetiva de todo, Verbitsky no sólo compone su artículo en base a información estricta y chequeada –o sea: hechos-, sino que da vuelta sus cartas y también revela conversaciones off the record con los entrevistados, y condiciones impuestas en la hora. Jalics prefería que todo lo dicho por él fuera “adjudicado a una persona de su íntima confianza”. La nota no deja dudas: Verbitsky no inventa.
El gigante parecía golpeado, y el pequeño David ganaba el centro del ring.
Aún así, más papistas que los dos papas juntos, Clarín insistió en ofrecer a diario el video de La declaración de Bergoglio ante la justicia, mientras de jactaba del éxito internacional del mismo, como si el mérito fuese de Adrian Suar o algo así.
Pero como cualquier argentino de bien sabe, que te defienda Clarín es una de las peores cosas que hoy le pueden pasar a un argentino.
Ya todos conocemos la triste suerte de Cobos, Carrió, Duhalde, la Rural, Schoklender, los kelpers, y de cada producto que vende el Grupo (si hasta Tinelli perdió con ellos). Y ahora ni el papa se salvó.
Porque el video no le hace ningún favor a Bergoglio. Se lo ve nervioso, incómodo, reticente, desmemoriado, dubitativo, y como decíamos, lo que pretende probar su absoluta inocencia, no sólo ya lo había consignado HV el domingo anterior en su columna; sino que no pasa de una versión propia, “autoindulgente”, sin documentos, ni testigos, ni pruebas… o sea, con gigantes amigos así de torpes como Clarín-La Nazión, el pequeño David la tenía fácil.
Sin embargo no todo era puro Grupo.
En la semana sorprende a los medios la siempre punk Hebe de Bonaficini rectificando sus opiniones y reconociendo en Bergoglio una esperanza para los pobres. Al toque la exjueza Alicia Oliveira –desplazada por la dictadura, reconocida militante de los derechos humanos- ponía de testigo a la ministra Nilda Garré de lo mucho que había hecho Bergoglio por muchos perseguidos; y allí nomás apareció el incuestionable premio Nóbel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel desde Roma abrazando al nuevo papa para negar inmediatamente cualquier sospecha en su contra, y hasta reclamando él también que el mensajero se retracte: “creo que Verbitsky comete muchos errores con acusaciones de ese tipo”. Tal vez no fue una buena idea decir eso, pero de pronto el mínimo David parecía contra las cuerdas.
Cuando otra vez se hizo el domingo, y allí estaba Verbitsky de nuevo, ladrando como quien muerde, perro que ni te deja, ni se calla.
Uno por uno se volteó a todos los gigantes que le opusieron, y ya no sólo con testimonios, documentos, datos, fechas, nombres y apellidos; sino que ahora él también tiene videos.
En este se lo ve al incuestionable Adolfo Pérez Esquivel diciendo todo lo contrario de lo que dice ahora, y hace tan poco.
Apenas ocho años atrás, en vísperas de la elección de Bendicto XVI, cuando el premio Nóbel -en vivo y en directo- temía que fuera elegido Bergoglio porque “un papa tiene que tener definiciones muy claras, muy concretas. Bergoglio es un hombre inteligente, es un hombre capaz, pero es una persona ambigua. Espero que el Espíritu Santo ese día esté despierto, y no se equivoque”. Era esto el 15 de abril de 2005, en el programa Informe central de América TV. Pérez Esquivel recordaba allí que “la actitud de Bergoglio se inscribe dentro de todas estas políticas de pensar que todos aquellos que trabajaban socialmente con los sectores más pobres, más necesitados, eran comunistas, subversivos, terroristas” (Ver para creer)
Glup.
Con su ironía canina, bajo el título “Se equivocó la paloma”, hoy lo de Verbitsky en Página ya tiene ribetes de paliza. Arranca así: 
“En 2005, Pérez Esquivel dijo que el “ambiguo” Bergoglio creía que el trabajo con los pobres era cosa de “comunistas, subversivos, terroristas” y rogó al Espíritu Santo que estuviera bien despierto en el cónclave y no se equivocara. Esta semana, alguien muy parecido a él se abrazó con el papa Francisco…”.
Sin dejar de imprimir su sincero respeto por Pérez Esquivel, prefiere esperar a que se aclare si el que abrazó al papa era o no el verdadero Pérez Esquivel. Y dice:
“Mientras se esclarece si era él o no, son útiles algunas precisiones. Los cargos los formularon las víctimas de los secuestros de mayo de 1976. Yo me limité a reproducir lo que los tres escribieron (Yorio en una carta dirigida en 1977 al superior general de la Compañía de Jesús a través de su asistente; Mignone en su libro Iglesia y dictadura, de 1986, y Jalics en su obra de 1994, Ejercicios de Contemplación. Introducción a la forma de vida contemplativa y a la invocación a Jesús). También publiqué la versión autoindulgente de Bergoglio y entrevisté a Yorio, a Jalics y a la viuda de Mignone, Angélica Sosa, de modo que mi presunto error no estaría en los hechos, sino en haberlos publicado. Entramos en el terreno del delito de opinión. Distinto es el caso de Alicia Oliveira, que siempre ha dicho lo mismo de su amigo, padrino de bautismo de uno de sus hijos, porque vio a Bergoglio ayudando a sacerdotes en riesgo, está convencida de que en todos los casos actuó del mismo modo y considera infame cualquier demostración en contrario. Para estar a tono con el momento, perdono todo lo que ha dicho, pero no puedo tomarlo como un aporte al debate”.
Está claro que no fue una buena idea la de Pérez Esquivel.
Como no lo fue tampoco la del vocero papal.
Ni la de Clarín, con el video tardío.
Imparcial y humilde frente a esta extraordinaria versión mediática de David y Goliat, El Martiyo se permite sugerirles a todos aquellos papistas repentinos, que no se busquen más problemas con Verbitsky, que si de verdad quieren defender al papa, que imiten al propio papa, que a todo esto de todo esto parece que no oye, ni ve, ni recuerda nada…
Y está bien.
Cualquiera sabe que cuando un perro así te ataca… lo mejor es hacerse el muerto.

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jueves, 21 de marzo de 2013

PAPA ARGENTINO: ¿BRASIL SIN DIOS?...

Resulta casi tierno el folclórico resentimiento nacional que produjo en todo el Brasil la elección de un papa argentino. 
Desde el mismo día de la renuncia de Ratzinger, el cardenal Odilio Scherer, ya era número puesto. 
Las banderas estaban listas, el cotillón a punto; día a día se ampliaba su biografía, hablaban sus amigos, sus parientes; el miércoles toda la televisión abierta transmitiendo en directo desde Roma, y doscientos millones de brasileros prendidos a las pantallas... 
cuando entonces se oyó "Bergoglio".


EL MARACANAZO DE DIOS

Cardenal Odilio Scherer.


"El papa es argentino, pero Dios es brasilero", llegó a decir apenas salió de su encuentro con Francisco en el Vaticano la sin embargo siempre flemática presidenta Dilma Rouseff, expresando así, con su broma, su bronca, o mejor dicho: la bronca de su pueblo, que ya se veía consagrado por ese Dios, que sin más ni más va y les elige un argentino como papa... sacanagen...
Fue un golpe tremendo y más tremendo por inesperado. Quedaron verdes, más verdes que amarillos. 
Desde luego todo esto es improbable, se trata de un clima, una atmósfera, nada abiertamente manifiesto, un juego de tonos y de códigos, la garúa constante de los detalles, que termina por empaparlo todo. 
El Martiyo, ya lo hemos explicado, habita en el Brasil desde hace años, y alguna vez referimos (ver aquí) las grandes diferencias de estos países sin embargo "hermanos" (como nos llaman por aquí, en español, con ironía); y ratificamos antes de continuar la buena leche de este pueblo tan amable, tan fácil de querer. Pero lo del papa fue un golpe, una derrota coparable al maracanazo del 50...
Estaban seguros de la victoria, acaso con las titulares ya impresos como aquella vez...
Conforme se acercaba el cónclave, tal vez consciente de sus pocas chances ciertas, el cardenal Odilio Scherer no paraba de pedir calma desde Roma, "hay que mantener los pies en el piso", gritaba ya con un hilo de voz, mientras sus amigos, parientes, vecinos, colegas, y el grueso de la prensa masiva, lo ungían cada mañana. Pelé, Airton, Fittipaldi, Ronaldo, tierra de campeones, nadie quiso escucharlo... 
Los medios locales peregrinaban a Roma para la gran transmisión... 
Copa de las confederaciones, Mundial, Olimpíadas, "el país con más católicos del mundo", sólo faltaba un papa propio, y ya casi lo tocaban...
Todo estaba listo, cuando llegó el día, el momento, y el papa elegido, que pudo haber sido italiano, sino brasilero, o español, o africano o cualquier cosa menos argentino... Dios, que es brasilero, quiso que fuera argentino... ¿En quién cagarse?...
Apenas oído el anuncio estalló una bomba de silencio... por unos segundos el nombre "Bergoglio" les sonó a más latín, y pasó de largo... O no, o sí lo entendieron pero no pudieron o no quisieron creerlo... o lo creyeron, sí, pero entonces quedaron en blanco.
Los primeros que lo comprendieron emergieron del hongo de silencio como de un desmayo, como si no entendieran bien qué había pasado ni dónde estaban. 
¡El nuevo papa era argentino!
No era un sueño. Ni siquiera una pesadilla. Era la realidad como una pesadilla. 
¿Qué le había pasado a Dios?
Al grito de "Joao maricón", como contaba el viejo chiste, la gloria de Odilio Scherer se esfumó en el mismo instante. 
Por la noche el corresponsal de la O'Globo, desde Roma, improvisó una simpática teoría sobre una supuesta conspiración cardenalicia contra el derrotado Scherer porque decían que el cardenal confundía los mandamientos y se le piantaba la hostia de las manos en plena misa... pero nadie levantó la historia, ni el mismo corresponsal la amplió, y ya a la mañana siguiente, el gran Odilio, era un fracaso nacional, y chau. 
Ese fin de semana el Vasco da Gama había perdido la final de la copa Guanabara contra el Botafogo. Segundos otra vez, como el año anterior y el otro; la camiseta del Vasco es blanca, con una banda negra y una cruz de malta roja... como la que le pusieron a Scherer en la foto que ilustra este post y que apenas el jueves ya inundaba las redes sociales.  
Impedidos de agarrárselas con Dios directamente, nada tardaron tampoco en echarse sobre las denuncias contra Bergoglio, recordar la relación de la Iglesia argentina con la dictadura, y ya que está, echar un poco de vinagre en las heridas... parecían rabiosos.
El argentino por lo general ignora hasta qué punto el brasilero vive esa rivalidad, y en todos sus niveles y formas, arriba y abajo, en el fútbol y en cualquier cosa. Nada los decepciona tanto como advertir que la bronca no es así correspondida. Si se les dice que el gran rival a vencer para Argentina seguirá siendo siempre Inglaterra, fican tristes como niños solos. "Deus é brarsileiro", es un absurdo local aún más antiguo y aceptado que el otro que afirma "Dios es argentino". Por eso la presidenta Dilma lo repite sin pensar.
Pero de pronto el Papa es argentino... y ahora Dios, por aquí, tiene mucho que explicar.
Brasil es el país con más católicos del mundo, sí, pero también el que más católicos perdió en la última década a manos de la iglesia evangélica (que no usa papas, y menos argentinos)... 
Cuando en junio para el Congreso de las Juventudes Católicas Francisco visite el Brasil por primera vez, pondrá a prueba su mentado carisma frente a un pueblo dispuesto a quererlo, sí... pero que también acaba de saber que Dios, siendo brasilero, es capaz de elegir un argentino como papa.
Tan luego en vísperas de un mundial. 
Maracanazos así, te dejan sin fe, más bien.



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lunes, 18 de marzo de 2013

CRISTINA Y EL PAPA: ESTAMPAS ARGENTINAS




Más allá y más acá de cualquier creencia, ideología o coyuntura, muy por encima del océano de pasiones que se agita por debajo de los dos, el encuentro del papa Francisco y la presidenta Cristina en el Vaticano proyectó una imagen argentina y latinoamericana tan poderosa como un amanecer. Lejos de los que sueñan con un papa que embista contra el gobierno, el papa reformuló toda la agenda para recibir a CFK antes aún de asumir oficialmente.
Nadie puede predecir qué es lo que viene, pero si que será grande, así fuera un cambio... o una decepción.


LA MISA CRIOLLA

El Vaticano es nuestro. 


Aunque egresado de colegio de curas, El Martiyo volvería a la fe católica –de la que tanto le costó huir- si este papa Francisco de verdad le mostrara y demostrara al mundo que es mejor que los demás hombres, que está más cerca de Cristo que cualquier otro, que en serio es Su enviado...
Si lo viéramos expulsar del templo a los mercaderes, aunque no fuera a palazos; si uniera y se uniera a los pobres, a los necesitados y a los buenos, y le dejase al César lo que es del César; si usara los infinitos recursos del Vaticano para multiplicar los panes y los peces; si a su paso se encresparan de odio los hipócritas y los fariseos, si arranca la hierba que nunca dará frutos; si echa al abismo a todos los cerdos de su rebaño; si no le tiembla la voz ni se vende frente a Caifás ni frente a Pilatos; si fuese capaz de inspirar amor, ya no sólo de predicarlo; pues entonces El Martiyo podría revisar y hasta perdonar la tremenda decepción que le generó una institución presentada como sacra y santa, y descubierta enseguida tan repodrida por dentro.
Ayer Inmorales Solá en La Nazión -en un delirio futurista según el cual el nuevo sumo pontífice se ocuparía más o menos personalmente de acabar por fin con el kirchenrismo- auguraba (porque Inmorales augura, opina o supone, de informar ni hablar), auguraba una más que áspera relación entre el gobierno nacional y el nuevo sumo pontífice. Esta vez ni 24 horas le duró la ilusión.
El encuentro entre los dos mandatarios no sólo fue cálido, sino también amable, argentino, casi familiar. Cambiaron presentes, sonrisas y besos. Y todo eso podría ser sólo para las cámaras, pero al salir del almuerzo con el papa la presidenta habló con la prensa, y contó algo que a Inmorales Solá puede costarle la poca calma que le queda. “Me habló de la patria grande, y remarcó que usaba esa expresión porque era la que usaban Bolívar y San Martín”, y también me habló de “la importante misión que están llevando a cabo los actuales líderes de Latinoamérica”. La presidenta no escondió ni actuó su emoción. Le gustó el Papa. Se mostró impresionada porque él insistió en agradecerle su visita. Le pidió por Malvinas. Viejas rencillas superadas, podrían ser también olvidadas ante el impresionante horizonte que se despeja.
El encuentro no estaba en la agenda oficial del nuevo papa. Pero el nuevo papa resultó ser argentino, y quiso hablar primero con Cristina. Eso Inmorales Solá ayer ni lo mencionó. También negó que el papa fuera peronista. No supo cómo explicar su pública militancia en Guardia de Hierro, y entonces la obvió. Hizo fácil. Si esto sigue así, ¿cuánto aguantará Joaquín sin dar un grito?...  
Será fácil entonces reconocer si este papa es quien queremos que sea. En cuando los medios del miedo lo empiecen a atacar, a ningunear, a cuestionar, cuando veamos a los hipócritas y a los fariseos que se encrespan de repulsa a su paso, tendremos una señal, sabremos que él es, sí, el enviado.
El Martiyo sugiere esperar, pero espera con esperanza.
La imágenes de esta mañana brillaron como un nuevo sol.




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domingo, 17 de marzo de 2013

BERGOGLIO VS. VERBITSKY: UNA PELEA DESIGUAL, Y SIN EMBARGO…




Mediáticamente resulta desde ya fascinante, por inédita y planetaria –y tiene algo de David y Goliath-, la contienda entre el nuevo papa y todo su Vaticano, versus un periodista argentino y su modesto diario (en términos mundiales). Tal como lo anunciara El Martiyo en anteriores posts, esto recién comienza. A las acusaciones hechas por Verbitsky, respondió apurado y con desprecio el vocero papal reduciéndolo todo a una mera campaña de la “izquierda anticlerical”.
Pero hoy en Página 12 aparecen pruebas.  


DON FRANCISCO Y EL PERRO



Cuando el jueves tan apurado el vocero papal Federico Lombardi salió a desmentir las acusaciones contra Bergoglio hechas en el 2006 por Horacio Verbitsky y refrendadas esa misma mañana en el diario para el cual escribe, El Martiyo anunciaba sin más el comienzo de una batalla muy desigual, y por lo tanto, fascinante.
A partir de allí los medios del miedo, fieles al poder establecido, no dudaron en repetir y refrendar la desmentida del Vaticano sin investigar ni preguntarse más nada, y pronto algunos íconos de los derechos humanos, como el Nobel Pérez Esquivel; incluso inesperadas figuras del oficialismo, como Guillermo Moreno o Dante Gullo; salieron a defender al nuevo papa.
Igual por el mundo corrió la duda. Medios de todos los países recogieron la oscura historia. En Brasil, acaso lastimados por la derrota de su pollo Odilio Scherer, hasta los más católicos, como la red O Globo, revolvieron la herida. Verbitsky callaba.
En la Argentina, en cambio, periodistas argentinos, sin chequear nada, se asombraban de que tan luego un argentino, ¡un medio argentino!, criticara al nuevo papa, ¡que es argentino!, como si dicha nacionalidad nos limpiara de cualquier cosa.
Más referentes del oficialismo y los derechos humanos, el Chino Navarro, Graciela Fernández Meijide, por ejemplo, se sumaban a los otros que lo defendían, y contaban todo lo contrario, que salvó y ayudó a muchos; y alguno de ellos fue más lejos todavía y se preguntó qué había hecho Verbitsky durante la dictadura. No faltó quien lo acusara de “colaboracionista”. Todos le pegaban al mensajero, el mensaje no importaba nada.
Para entonces uno de los dos jesuitas en cuestión, secuestrados en la ESMA durante 1976, Francisco Jalics -el único aún vivo-, a través de la página de su orden, emitía un comunicado desde Alemania declarando que ya se había “reconciliado con aquellos acontecimientos”. (De Bergoglio ni hablar).
En el Página 12 del sábado, Verbitsky tampoco dijo nada.
Hasta ahí, a juicio de este blog, la batalla parecía ya ganada por el nuevo papa y su tremendo Vaticano.
Pero entonces llegó el domingo.  
"La única verdad es la realidad", grita Verbitsky en tapa, y adentro, bajo el título "Cambio de piel", usa su turno, responde y contraataca, y a  juicio de este blog, toma la delantera.
Allí sobre el título está el link para quien quiera leerla. Muy sintéticamente, digamos que la nota revisa, no con opiniones, ni con suposiciones, ni con presunciones, sino con información, datos, fechas, documentos y testimonios, la relación de Jorge Bergoglio con la dictadura, especialmente con el almirante Masera, cuando el propio Bergoglio lo llevó de profesor honorario a la universidad de El Salvador; también la historia de una isla del Tigre que la curia de Buenos Aires le había vendido a la ESMA para alojar detenidos, y que Bergoglio negó conocer en su testimonio judicial… hasta que de remate comenta y presenta dos breves documentos con facsímil al pie que serán muy difíciles de explicar para el nuevo papa.
Uno, escrito de puño y letra de Bergoglio, demuestra que el nuevo papa mintió bajo juramento, y que sí sabía de la existencia de esa isla del terror. El otro, firmado por el director de Culto Católico de la Cancillería de la dictadura, Anselmo Orcoyen, quien allí sugiere negarle el pasaporte al cura Francisco Jalics, según el pedido expreso del “padre Bergoglio”.
Transcribimos textual dicho documento:

Padre Francisco Jalics:
a
- Actividad disolvente en congregaciones religiosas femeninas (Conflictos de obediencia)
- Detenido en la Escuela de Mecánica de la Armada 24/4/76-XI 76 (seis meses). Acusado con el padre Yorio. Sospechoso contacto guerrilleros.
- vivían en pequeña comunidad que el Superior Jesuista disolvió en febrero de 1976 y se negaron a obedecer solicitando la salida de la Compañía el 1973, recibieron 2 la expulsión, el padre JALICS no porque tiene votos solemnes. Ningún obispo del Gran Buenos Aires lo quiso recibir.

NB: estos datos fueron suministrados al señor ORCOYEN por el propio padre BERGOGLIO, firmante de la nota con especial interés a que no se hiciera lugar a lo que solicita.

Y firma al pie.
Estas no son opiniones, presunciones ni ilusiones. Son documentos, documentos que refrendan hechos. Puede a uno gustarle más o menos Horacio Verbitsky y su Página 12, pero eso no modifica el pasado de nadie por más papa que sea.
A favor y en contra, ahora los medios del mundo –al menos del mundo católico- seguirán la historia.
La pelea continúa. El pequeño David, asestó un buen golpe esta mañana. El gigantesco Papa y su inmenso Vaticano ¿responderán?... ¿O callarán y otorgarán?...
Lo incontestable es que tal y como anunció inmediatamente El Martiyo, ahora la historia moderna de la Iglesia Católica Argentina trascenderá sus fronteras como nunca antes.
Y siempre con la cruz a cuestas de un genocidio también incontestable.

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viernes, 15 de marzo de 2013

ANTICIPO EXCLUSIVO: EL VATICANO LE ENDOSÓ SUS PROBLEMAS A BERGOGLIO, Y VICEVERSA...





Poco tardó el Vaticano en bajar al barro hediondo de la última dictadura argentina y su genocidio. El vocero papal ya está en pleno debate con Página 12, soñando que una rápida desmentida pondrá fin a una historia que recién comienza. El tema son los dos jesuitas que el ahora papa habría entregado en 1976. Verdadero o falso, lo cierto es que el Vaticano le endosó sus problemas a Bergoglio, y viceversa.


UN MUCHACHO COMO YO


Jorge Bergoglio, Papa.




El Papa en subte, el Papa pagando el hotel de su bolsillo, el Papa con sus zapatos viejos; nos remiten sin solución al primer Carlos Menem, cuando apenas asumido huía de su custodia en su propio coche, para comer en sus restorantes de siempre, lejos del protocolo y toda su pompa. El Martiyo por las dudas recomienda esperar. Poco tardará en saberse si tales gestos nacen de su interior, o son más oropel. 
Mientras tanto, la Santa Sede se ve de pronto explicando asuntos que siempre supo ignorar. Por caso, el último genocidio argentino. (Nunca olvidemos al general Roca, otro bendito de las conquistas).
Federico Lombardi, vocero papal –el mismo que hace unos días se enojó cuando un periodista le recordó que el nuevo presidente del IOR fabricaba naves de guerra-, ayer se enojó con Página 12. "Estamos en presencia de una campaña calumniosa y anticlerical de larga data llevada adelante por un medio cuyo origen es conocido y notorio".
El “medio” aludido es el diario para el que trabaja Horacio Verbitsky, quien en su libro Iglesia y democracia (2006), acusa al ahora papa de estar directamente relacionado con el secuestro de dos sacerdotes de su comunidad que se desempeñaban en la villa porteña del Bajo Flores, cuando Bergoglio dirigía la Compañía de Jesús, en 1976.
Unos acusan, los otros desmienten. En algún lugar queda la verdad, pero por ahora todo es duda. No es lo que importa aquí.
Lo que importa aquí es lo que avisábamos apenas ayer (ver Francisco el de Floresta), cuando advertíamos que ahora el mundo entero, con avidez mediática, revisaría la historia de Jorge Bergolio, y allí se llevaría por delante, lo quisiera o no, le gustara o no,  la historia moderna de la Iglesia Católica Argentina.
Porque es cierto: el Vaticano le endosó a Bergoglio el infierno que hoy esconde bajo sus sotanas, pero Bergoglio, a cambio, le endosó al Vaticano la compleja historia moderna de la Iglesia Católica Argentina, con la pesada cruz de un genocidio a cuestas.
La bendición sobre aquellos dictadores; los curas y las monjas desaparecidos y/o asesinados; los miles de ciudadanos desaparecidos y/o asesinados ante el silencio absoluto de la jerarquía eclesiástica; las tétricas aventuras de Monseñor Plaza y el terrible von Wernick; las propias andanzas del nuevo papa; los genocidas comulgando como si nada todavía hoy; el documento que prueba las reuniones de los entonces cardenales Aramburu, Primatesta y Zaspe para acordar con Videla el silencio de sus crímenes… todos asuntos que poco le importaban al Vaticano hasta el miércoles, y que hoy, viernes nomás, ya son suyos.
Allí está de pronto el vocero papal peleándose con un diario porteño con la pretensión de terminar así de rápido una historia que recién comienza.
El cruce de acusaciones y declaraciones, ha levantado su telón.
Sin quererlo, o mejor dicho: sin esperarlo, Verbitsky puso un pie en el Vaticano. Sus acusaciones, su diario, su libro y sus testigos, irrumpen con él. Otros medios, otras organizaciones, otros testigos, tomarán partido, a favor, y en contra. Sea como fuere, el Papa –el Vaticano- tendrá que explicar(se). A través de sus voceros, de sus medios, y de sus testigos, pero tendrá que explicarse, disculparse, defenderse. Limpiarse.
También ayer lo decíamos aquí: acaso fuera apurada la euforia de los festejos de la grey católica argentina. A veces mejor no llamar la atención.  


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jueves, 14 de marzo de 2013

BERGOGLIO: LAS PAPAS CALIENTES DEL NUEVO PAPA...





Por insensato que suene, una de las virtudes del nuevo Papa más destacada por la prensa mundial, es que viajaba en subte. Medios de todo el mundo lo repiten como un rezo que bastaría para salvarnos, o como una cualidad inédita del cristianismo.
Su Santidad Francisco –Bergoglio para nosotros- fue recibido con esperanza por allí, desconfianza por acá, denuncias, ilusiones y polémicas, rosarios de lugares comunes, absurdos televisivos, alegría argentina, tristeza brasilera, y la también previsible indiferencia del resto del mundo no católico.
Todos parecen olvidar el problema que le encajaron.


FRANCISCO EL DE FLORESTA

 Jorge Bergoglio


“Recuerdo una magnolia allá en Floresta,
Y una fiesta a su sombra, y otra fiesta”.
Daniel Giribaldi


Quien haya vivido alguna vez en Grecia, o en Rusia, o en Japón, o en cualquier otro país no católico, sabrá qué poco importa un nuevo papa por allí.
Dentro del occidente si católico, romano y apóstólico, en cambio, la noticia resultó mayor de lo esperado: no sólo había un nuevo papa, sino que el nuevo papa era nuevo del todo.
Con avidez periodística insalvable, ahora los medios del mundo revisarán la biografía del nuevo Papa y en el camino habrán de toparse con la historia moderna de la iglesia católica argentina. La grey católica nativa se lanzo ayer en un festejo acaso apurado, a veces mejor no llamar la atención.
El impacto de la noticia llevó a instantes de delirio. Los medios brasileros, que daban por cantada la victoria de su pollo el cardenal Odilio Scherer, no tardaron en rescatar las denuncias por la desaparición de dos jesuitas, su férrea oposición al matrimonio igualitario, y los días de la dictadura. El corresponsal de la Globo, incluso, insinuó que la curia brasilera sospechaba una conspiración cardenalicia contra Scherer. Otro maracanazo.
Los ingleses, para quienes el papa es un asunto ajeno (quién olvida los carteles de “Please no popes here” que esperaban a Woytyla en 1982), aludieron a la mano de Dios; y los medios de los países más católicos, perturbado por la sorpresa, o aturdidos por la confusión, se rindieron ante la curiosidad de sus hábitos tranviarios y sus zapatos viejos. “Viaja en subte”, repetían atónicos.
Pero los medios argentinos, como era de esperar, no se privaron de nada. Desbordados por el ego nacional, soltaron sus lenguas y fueron lo más lejos que pudieron.
En un brote de brutalidad, el cómico involuntario Eduardo Feinman, desde Roma, por c5n, llegó a decir: “¡además, un argentino que tenemos cerca, porque es de la Capital Federal!”. Un argentino que vive en Salta,  cabe preguntarse, ¿está lejos de la Argentina?.
El impacto de la noticia no dejaba pensar y todavía hoy, 24 horas después, enturbia la razón.
Porque más allá de las esperanzas o ilusiones que pueda levantar y levante el nuevo papa –latinoamericano, amante de los medios de transporte, hincha de San Lorenzo, oriundo de Floresta, y todo su cotillón-; más allá incluso de las denuncias hechas en su momento por Horacio Verbitsky -y refrendadas hoy en Página 12-; parece olvidarse que no se trata, sólo, de la persona o la figura o las intenciones de Jorge Bergoglio, ni siquiera de sus delitos personales –los hubiera o no en su pasado-; se trata antes del hasta ayer jefe de la Iglesia Católica Argentina, institución profundamente complicada con el genocidio inaugurado en 1976; complicidad que la propia institución admitió ante la justicia frente a la documentación que probaba el encubrimiento de muchos de aquellos crímenes. Es la misma iglesia que hoy comulga con Jorge Rafael Videla. La Iglesia que todavía no excomulgó a ningún genocida. La Iglesia que sistemáticamente ha salido en defensa de los capitales concentrados y los poderes establecidos a lo largo de toda la historia argentina.  Bergoglio no es un solista.
Tampoco se trata de la inclinación por los pobres que tenga o no el nuevo papa, porque la problemática que lo espera al frente del Estado Vaticano, hace mucho que no es la pobreza. Ni ahí.
Es, antes, el IOR, ese su sospechoso banco, sacro paraíso fiscal fuera del clearing internacional por no cumplir los controles de lavado de dinero, y entre cuyos clientes hay jefes de la Cossa Nostra; es la legión de pedófilos que se extiende por todo el mundo y trepa hasta las más altas jerarquías eclesiásticas; es el terrible caso aún irresuelto de Emanuela Orlandi, la niña de 15 años, hija de un contador del Vaticano, secuestrada en 1983, desaparecida desde entonces, y por el cual fue acusado Enrico de Pedis, uno de los mafiosos más importantes de la Roma de los 80, luego asesinado a balazos en 1990, y cuyo cuerpo sería enterrado en el mismísimo Vaticano, en la capilla de San Apollinere, entre papas y cardenales. tal cual descubrió después de un llamado anónimo Benedicto XVI, que por algo se fue como se fue. Poco después de las revelaciones conocidas como Vatileaks, el sacerdote Gabriel Amorth, jefe de exorcistas del Vaticano, y uno de los investigadores del caso Orlandi, dijo sin más vueltas que Emanuela había sido una esclava sexual usada en varias orgías en el Vaticano, y luego asesinada.
Así de seculares y materiales y judiciales y policiales son los problemas que tiene el Vaticano hoy. Problemas mucho más urgentes que los pobres que hace ya más de dos mil años que esperan para nada.
Problemas enormes y complejos que habrá de enfrentar el nuevo Papa, Francisco, este muchacho de Floresta, hincha de San Lorenzo, conocedor de la red de subterráneos de Buenos Aires, y lleno de buenas intenciones, dicen, pese a la iglesia que lo parió.
Después la historia nos contará el resto.

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