////// Año XVIº /// Editor Anónimo: Daniel Ares /// "Prefiero ser martillo que yunque", Julio Popper ///

viernes, 19 de junio de 2015

Clarín Y LA INTERNA DEL FpV: LOS DE AFUERA SON DE PALO…



Sin ideas ni proyectos concretos –o sí, pero inconfesables-, amenazados por sondeos que no dan como soñaban, y aterrados por el maquiavélico Durán Barba reconociendo a Cristina como “imbatible”, el coro de la oposición ahora se rasga las vestiduras por la interna oficialista como si fuera propia.
O peor: como si fuera ya la única que importa. 
O peor.


EL OJO EN LA PAJA AJENA

Héctor Magnetto: los ojos fijos, bien abiertos... (jijiji)




Es tal el desconcierto de la variopinta oposición, que hace pensar en el hincha imposible que putea a los contrarios porque les falta gol.
A coro, con paciencia rotativa, y frecuencia más o menos semanal, la oposición –Magnetto y sus replicantes- suelta un tema y prueba suerte… aunque ya no haya.
Así de a ratos es “el abuso de la cadena nacional”, ora el último show de Lanata, ora el nombre de las calles o los centros culturales (que dicho sea paso, ellos jamás levantan), y cositas así… Son, como se advierte, todos temas intrascendentes, que, como se sabe, no afectan la imagen del gobierno, ni mucho menos la de Cristina. Por eso, con esfuerzo y toda la orquesta de sus muchos habladores, esos hits duran una semana, muchas veces menos. A veces horas, a veces ni eso, como sucedió con las cuentas en el exterior a nombre de Nilda Garré y Máximo Kirchner.
Otras veces prueban con temas recurrentes o, más bien: reciclables. Como el caso Nisman, o el caso Ciccone-Boudou. Ejemplos ambos de temas perimidos, inocuos a los efectos que son usados. No desgastan la imagen presidencial. Está demostrado. No sirven.
El último domingo en La Nazión, Joaqu-Inmorales Solá, en su columna de análisis –aunque en realidad son puros augurios-, malgastaba su espacio resumiendo –repitiendo-, una de las críticas de la moda semanal: el férreo liderazgo de Cristina, interpretado –presentado, bah- como “sumisión”, “dedocracia”, “verticalismo autoritario”, y otras baratijas del repertorio.
La crítica en sí es insustancial, pero sobre todo, improcedente. Se trata de un caso típico de paja en el ojo ajeno… o peor.
La interna del Frente para la Victoria, es, como su nombre lo indica, una interna. Lo que haga o deje de hacer en “su” “interna” el FpV, no es asunto de los de afuera, que son, exactamente, de palo. Nadie obliga a Inmorales Solá -ni a nadie- a participar en dicha interna, ¿qué les importa cómo decide sus asuntos un partido al que no pertenecen ni votarán?... ¿O es entonces, acaso, ya, la única interna que sí importa?... Tal vez.
Las encuestas no alientan. Las elecciones en Santa Fé probaron en crudo que Macri no puede salir de la city que lo parió. Sergio Massa, incapaz de dar batalla, decidió dar lástima, y por allí se desdibuja. La Carrió ya no hace ni reír… ¿Apostar a Altamira? Todo asusta, todo desespera.
Los hermanos latinoamericanos, para colmo, tampoco alientan.
En declaraciones públicas el púgil colombiano Francisco de Narváez aterraba al aterrado Marcelo Bonelli con las terribles profecías del ecuatoriano Durán Barba: “Cristina es imbatible”, repetía el crédito de Bogotá. Bonelli quedó en silencio, y por unos segundos, su dicción resultó perfecta. Pero el eco de su desconcierto sonó como un abismo.
Sobre llovido, la sola mención de Carlos Zannini como posible vicepresidente de Scioli, los llevó al delirio inmediato.
A tal punto que Inmorales Solá saltó como payaso de lata en la edición del martes de La Nazión, fuera de programa –y de sí-, sacado, rabioso, bañando con su espesa espuma verde al hasta entonces apenas mencionado Carlos Zannini.
A juzgar por la urgencia de sus líneas, por la respiración entrecortada de su prosa furiosa, esa noche el tamborcito de Tacuarí del general Bussi, no había dormido.
Voz cantante de los cantadores de Magnetto, detrás se largaron sus discípulos y desde entonces, all together now, no hacen otra cosa que pegarle a Zannini por todos lados.  
O sea: de pronto preocupadísimos todos porque el FpV no eligió un candidato mejor.
O sea: puteando a los contrarios porque no ponen huevos.
O sea: el ojo fijo en la paja ajena.
O sea…



* * *

miércoles, 17 de junio de 2015

LAS TAPITAS DE Clarín - Hoy: el bombardeo a Plaza de Mayo, y la Revolución Fusiladora…


LAS TAPITAS DE Clarín


Hace algún tiempo ya, Clarín agregó un “atractivo” a su deslucido portal, que nos atrajo a nosotros también, y por ello saludamos al mounstroso monopolio, no sin gratitud. Lo cortés no quita nada, suma.
Y lo saludamos con gratitud porque pese a que pretendieron restringir el recurso a un juego de autorreferencias personales titulando desde el vamos “Mirá la tapa del día que naciste”; El Martiyo advirtió allí, en cambio, una maravillosa posibilidad de revisar, día por día, la historia argentina de las últimas décadas, a partir de la confesión de parte uno de sus principales gestores: Clarín.
Y maravillados por la maravilla, decidimos consagrarle una sección que de alguna manera encierra el juego  “dime qué dijiste y te diré quién eres”, pero que en gratitud a tan generoso recurso, optamos por reconocer la marca que lo brinda, y le pusimos directamente: Las tapitas de Clarín. Que se hagan cargo.
Esperamos la disfruten, los entretenga, les recuerde, o los despierte. 


El 16 de junio de 1955, aviones aeronavales y de la Aeronáutica, ametrallan y bombardean la Playa de Mayo y la Casa Rosada, la CGT y aledaños, asesinando a más de 300 personas, y dejando más de 700 heridos. El gobierno democrático del general Juan Domingo Perón, comenzaba a caer. El 23 de setiembre la sedición comandada por el general Pedro Eugenio Aramburu y el almirante Isaac Francisco Rojas, daba su golpe de gracia en un golpe de estado travestido de Revolución Libertadora.
El jueguito de Clarín “Mirá la tapa del día que naciste”, no entrega la correspondiente al 17 de junio, día siguiente al bombardeo. Ya la del día 18, ni siquiera menciona el genocidio.
Tampoco hay tapa del 24 de setiembre, el día después del golpe de estado. Tal vez por la resaca de los festejos, porque ya la del día 25 saluda exultante el "nuevo orden", y hasta incluye un recuadro que avisa, recuerda y propone, o recomienda: “Hora de Colaboración”.
Como si estuvieran en Francia y vieran llegar a Hitler. Tal cual.



Clarín: 18/6/55
Clarín: 25/9/55


miércoles, 10 de junio de 2015

LAS TAPITAS DE Clarín - Hoy 11/6/56: Los fusilamientos de José León Suárez...



LAS TAPITAS DE Clarín


Alguna vez Clarín.com agregó un “atractivo” a su deslucido portal, que nos atrajo a nosotros también, y por eso saludamos al monopolio moribundo, no sin gratitud. Lo cortés no quita nada, suma.
Y lo saludamos con gratitud porque pese a que pretendieron restringir el recurso a un juego de autorreferencias personales, titulado desde el vamos “Mirá la tapa del día que naciste”; El Martiyo advirtió allí, en cambio, una maravillosa posibilidad de repasar, día por día, la historia argentina moderna a partir de la confesión de parte de uno de sus principales gestores: Clarín.




Un día como hoy, 10 de junio, hace 59 años, llegaba a las redacciones argentinas una de las noticias más tremendas de su historia: el gobierno de la autotitulada Revolución Libertadora –y que tan luego a partir de esa noche será recordada como la Fusiladota- decretaba la ley marcial. En la medianoche del 9 unidades del Ejército y comandos civiles se habían sublevado contra el gobierno de facto del general Pedro Aramburu. Acusados de sediciosos por los sediciosos, en la madrugada del 10 comienzan los fusilamientos y siete obreros son ejecutados en los basurales de José León Suárez. 
Al día siguiente, así reaccionaba el diario que hoy tanto llora la grieta y sus crispaciones.




11-6-56 (*)



(*) A juzgar por el diseño y el contenido, ésta no parece ser la tapa del diario de ese día. Sin embargo, es la que entrega Clarín en su simpática propuesta "Mirá la tapa del día que naciste". 

sábado, 30 de mayo de 2015

martes, 26 de mayo de 2015

CFK: EL SECRETO DE LAS MULTITUDES



Una multitud que todavía están contando desbordó ayer la plaza de Mayo en una demostración histórica de fiesta popular y liderazgo político. Al cabo de su segundo mandato –tercero del modelo que encarna-, CFK se retira con el pueblo a su lado y sin rivales; mientras la oposición, a minutos de las presidenciales, insiste en cuestionar el uso de la cadena nacional y los nombres de las grandes obras que jamás hicieron. Como quien abraza un fracaso, pero lo abraza con fuerza.

UN MÉDICO A LA DERECHA

Foto: Victor Bugge


Como quien cree volar y sólo cae al vacío, mientras la cuenta regresiva hacia las presidenciales de octubre no cesa y se agota, la oposición en su conjunto –periodistas, panelistas y políticos- sigue sin otra estrategia en pos del voto popular, más que atacar a Cristina y su gobierno. El resultado es público y notorio: la imagen de ambos –de Cristina y su gobierno- supera el 50 por ciento de aprobación, y ayer una multitud que no terminan de contar desbordó la Plaza de Mayo en una demostración histórica de liderazgo y conducción.
Siete años se cumplen ahora desde que la oligarquía terrateniente y sus socios eternos –los grandes medios, las grandes corporaciones, la banca extranjera y la consabida Embajada-, desataran su feroz campaña contra el gobierno, arrastrando en su momento millones de incautos, ignorantes, distraídos, o suicidas.
Desde entonces, parapetados en el conglomerado mediático más grande de Sudamérica, la estrategia fue una sola: pegarle y pegarle, al gobierno y a Cristina, por donde fuera y como fuera, sin reparar en gastos ni en verdades, sin piedad y sin ética.
Así, por primera vez en la historia de estos medios, un gobierno nacional no registraba un solo acierto. Todo estaba mal. Los mismos medios que supieron parir, justificar, encubrir, sostener y aplaudir un genocidio; o las bondades del menemismo cuando remataba la patria; o la obediencia de De la Rua al devolverle el poder a Cavallo; los mismos medios que supieron culpar a un abstracto (la crisis) por el asesinato policial de dos militantes (Kosteki y Santillán); ahora por fin se encontraban sí con un gobierno perfectamente malo. Absolutamente ruin.
Y le dieron y le dieron, duro con un palo y duro. Si el país crecía, era “viento de cola”, si por fin se investigaba la apropiación irregular y sangrienta de Papel prensa, era “un ataque al periodismo independiente”. Si éramos soberanos en política exterior, “nos aislábamos del mundo”. En vida de Néstor, ella era apenas una marioneta incapaz y estúpida; muerto Néstor, se convirtió en algo más genial y maléfico que el mismísimo Lucifer. La verdad no importaba más.
Por ese camino, dispuestos a todo, no sólo mintieron, también traicionaron los intereses nacionales. Mientras fugaban dinero a través del HSBC o el JP Morgan (según lo descubierto hasta ahora, quizás haya más); celebraron miserables el embargo de la Fragata Libertad en Ganha, se plegaron sin pudores al reclamo de los fondos buitres, y tal como reveló Wikileaks, desfilaban por la Embajada norteamericana mendigando castigos arrodillados a la altura de las braguetas de Washington. Por fin, desesperados, le tiraron con el cadáver de un fiscal inútil.
Siete años después de tanto y tanto, al cabo de su segundo mandato –tercero del modelo que encarna-, la plaza desborda, y la victoria es clara. Borges diría: “vencen los bárbaros, los gauchos vencen”.
Ni Boudou, ni Nisman, ni Louis Vutton ni Paul Singer sirvieron de nada… ¿Pero cómo?... ¿Por qué?...
Desorientados por el tremendo fracaso, abombados por la derrota, enloquecidos por el odio, no pueden entender lo que nunca vivieron: la certeza de saberse representado por un líder escogido. Como sucedió con Juan Perón, o Eva Duarte, o Néstor Kirchner, o el primer Irigoyen.
Cuando las mayorías posicionan un líder, reconocen un conductor, y saben en quién se confían. Se sienten de verdad representados, y lo defienden. Escuchan lo que les dice, no lo oyen como quien oye llover. Le creen. Lo siguen.
El sencillo secreto de esos líderes es representar a sus representados. Defender sus intereses, protegerlos, y beneficiarlos. Si el líder cumple con esas pautas más allá de las embestidas de los poderosos de siempre, el pacto se vuelve sagrado y el amor eterno.
Los que traicionan, los que mienten, los que se creen mejores sin salir del agravio y el chimento, los que usan las grandes palabras y las grandes causas para esconder sus grandes miserias, los que prometen de todo porque ya saben que no cumplirán con nada, nunca podrán entenderlo, porque nunca podrán vivirlo.
Cristina es otra cosa. Compendio y apoteosis de la inteligencia de Perón, el coraje y la sensibilidad de Evita, el renacer de Néstor y el carisma de todos ellos; concluye su hora triunfal, con el pueblo a su lado, y sin rivales.
La oposición, en tanto –sus periodistas, sus panelistas y políticos-, insiste obsesionada con el uso de la cadena nacional, o el nombre que le ponen a las grandes obras que ellos jamás hicieron. Todo les avisa que nada de eso les dará el triunfo en octubre, pero sencillamente, no se les ocurre otra cosa. Sin ideas propias, ajenas las mayorías, de alguna manera, así se dan por vencidos: abrazados al fracaso, unidos por el espanto. La plaza de ayer les resultó demasiado. 


lunes, 25 de mayo de 2015

BERGOGLIO Y VERBITSKY: EL PERRO DEL PAPA

El domingo en Página 12 Horacio Verbitsky volvió a embestir contra el papa Francisco a raíz de la beatificación del obispo de San Salvador Oscar Romero, asesinado en 1980 por los escuadrones de la muerte de la dictadura de su país.
Lo que a simple vista el mundo consideró un nuevo gesto del nuevo papa en reconocimiento de la justicia social y las grandes causas Latinoamericanas, Verbitsky, a golpes de pura información, lo reduce a otra pirueta del cura Bergoglio por limpiar las sombras de su propio pasado… 
¿Pero cómo contestarle a un perro incontestable?



MUERDEN, PANCHO






“Siempre a su dueño fiel, aunque importuno”
Miguel Hernández.


Otra vez -y van- Horacio Vertbisky hizo un desastre en el Vaticano.  Compatriota del papa, congénere y compañero –los dos son peronistas-, como cuña del mismo palo, no le da tregua ni respiro. Perro que no lo deja ni se calla, conforme Francisco se hace el bueno, él más y más le ladra, pero también lo muerde.
El domingo en Página 12 informó sobre la beatificación del arzobispo Oscar Romero, revisó las circunstancias de su final y su asesinato, y con documentos, fechas, nombres y detalles  -enumerada información por información la fuente correspondiente-, en una clase práctica magistral de lo que debe ser una nota periodística, desenmascaró en este nuevo gesto de Francisco, el viejo rostro de Jorge Bergoglio.
Aquí no vamos a reproducir la nota, ni siquiera vamos a resumirla. Está en la edición de Página 12 del domingo 24 de mayo de 2015. Es fácil de encontrar.
Aquí reparamos apenas en el hecho, por la fuerza de su rareza.
Por primera vez en la historia de la Santa Iglesia Católica, en sus dos mil y pico de años ya, un periodista, un tipo solo, le muerde los tobillos, y no la suelta. (Ver Don Francisco y el perro I y II)
Más aún: en plena y decidida campaña vaticana por limpiar la imagen de una institución cuya podredumbre acumuló gases como para eyectar de su trono vitalicio a un sumo pontífice; ese periodista, ese tipo solo, se las arregla cada tanto para envolver dicha campaña en polvo y espanto.
El alcance de fuego que puedan tener los artículos de ese periodista, es cada vez más incierto. Hace rato su fama trasciende las fronteras argentinas. Autor de libros de consulta, referente internacional de los derechos humanos, presidente del CELS, y reconocido experto en la historia de la iglesia católica argentina –cuyas relaciones con el poder económico y político desglosó en cuatro tomos que agradecen los historiadores-; una trayectoria a cada minuto más extensa, y las casi inhallables desmentidas a las que se vio obligado en tantos años de oficio; le dan en su conjunto un alcance de fuego sin duda cada vez más poderoso.
Porque no es menos sintomático que este pequeño David haya elegido atacar otra vez a su gigante preferido tan luego en la misma semana, o mejor dicho: para cerrar la semana, en la que él a su vez fue atacado por un David todavía más chiquitito.
Gabriel Levinas, socio de Lanata –o sea-, amenazó desde los medios de Magneto con un libro que eventualmente sacaría y que -siempre en los tiempos de Clarín- eventualmente demostraría que Verbitsky habría colaborado con la dictadura. Más y peor: que era el autor de los discursos del entonces comando de la Fuerza Aérea.
La acusación es vieja, y en apariencia reciclable, porque sale a la luz cada tanto, y cada vez entonces Verbitsky pela los mismos documentos, testimonios y otras pruebas, para devolverla al silencio hasta la próxima vez. Este domingo, en la misma edición de Pagina 12, con la excusa de reivindicar la figura del comodoro Güiraldes -y sin firma-, agrega unos cuantos testimonios destacados que reducen a Levinas aún más de lo estaba.
Este blog desconoce el pasado real de Horacio Vertbitsky, pero lo reconoce como el mejor periodista gráfico del país. El mote de incontestable que aquí habitualmente le otorgamos, es consecuencia de su trabajo y de los hechos, no palabrerío.
Porque aún si Verbitsky tuviese el ropero lleno de muertos, ninguno de ellos podría desmentir las responsabilidades documentadas de monseñor Quarracino en el final del arzobispo Romero, o en el ascenso de Jorge Bergoglio con la bendición de Juan Pablo II, y después de “rescatarlo del exilio interior al que lo había condenado la Compañía de Jesús por oponerse a la teología de la liberación”.
Porque lo que vuelve incontestable a Vertbisky, no es lo que dicen de él, sino lo que él dice.

  


lunes, 11 de mayo de 2015

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: UNA DE TERROR...

Mientras el borroso Ricardo Lorenzetti deja girones de prestigio en cada giro y contragiro de sus marchas y contramarchas, el fantasma del juez Carlos Fayt nos asusta con aparecerse de pronto, cuando una niebla espesa desciende desde los medios del miedo y lo cubre –o lo encubre- todo.


OBRAS SUPREMAS DEL TERROR





Hay que ser muy argentino para entender la Argentina. El lector extranjero queda muy lejos.  
El primero de marzo en el Congreso de la Nación, frente a los otros dos poderes del Estado, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, en nombre de la misma, y con un rápido gesto, dejó bien en claro porqué ya nadie cree en ella –en la Justicia-, y mucho menos en ellos, sus representantes.
Ese día, allí, cuando la presidenta reclamó el esclarecimiento del atentado a la embajada de Israel –causa que lleva la Corte Suprema-, Ricardo Lorenzetti, su presidente, se encogió de hombros, para luego subtitular, con sus propias palabras, y muy suelto de cuerpo, que eso ya era “cosa juzgada”.
Apenas al día siguiente, era desmentido por su propia oficina, pero a través de un comunicado. Él no dio la cara, ni se encogió de hombros. O tal vez sí.
Pomposo y espectacular, pocos días después iniciaba inusual sus propias sesiones, con derecho a invitados muy escogidos, discurso imperial, y hasta video en colores. Un extraño video que refería la inseguridad general –desde el punto de vista de quien es ajeno al tema-, pero cerraba de golpe con el rostro del muerto Alberto Nisman… Diría cualquiera: ¿oia?...  ¿Qué fue eso, Ricardo?... ¿Entonces Nisman fue víctima de la inseguridad general, así, medio en abstracto?... ¿Pero no son ustedes, la Justicia, quienes aún están investigando su muerte?... ¿O vos ya sabés que lo mataron, y quién? ¡Decílo, Ricardo, decílo!...
Mientras la oposición en paralelo rechazaba cualquier propuesta de cubrir la vacante dejada por Raúl Zaffaroni –porque a falta de ideas propias, bueno es destruir las ajenas-, el doctor Ricardo Lorenzetti, ni lerdo ni perezoso, anticipó en casi un año su propia recontrarreelección a partir del 2016, en una clara, atlética y contundente demostración de que la Justicia no siempre es lenta.
Pero algo falló: se enteró Verbitsky.
La recontrarreelección fue pública, sí, pero sus pormenores no trascendieron hasta que el domingo 3 de mayo los denunció el mencionado Perro en Página 12. Es entonces cuando aparece, espectral, el centenario juez Carlos Fayt.
Y aquí vale una digresión.
La edad no tiene nada que ver, y sí. Ya nos gustaría tener a Maradona todavía en las canchas, pero no es posible. Y cualquier lector que supere los 30 años de edad, sabe que la máquina se desgasta. El doctor Carlos Fayt puede estar muy bien para un hombre de 97 años. Pero quizás el cargo no es para un hombre de 97 años, tal como lo demostró sin ir más lejos el propio festival de irregularidades que fue esta recontraelección expres del ya vitalicio Lorenzetti.
Según Verbitsky, pese a que el documento que lo encumbraba decía –y dice- “reunidos en la sala del tribunal todos sus mienbros”, la verdad fue que Carlos Fayt no había estado allí, dos de sus secretarios le llevaron el papel a su domicilio, y a uno de ellos no lo reconoció, afirma Verbitsky, y hasta ahora no fue desmentido por nadie.
Lorenzetti tampoco negó esos hechos, muy por el contrario: otra vez pomposo, pero ya más mediático, renunció por “cansancio moral” en una carta dirigida a Verbitsky.
Sí, estimado lector extranjero: el presidente de la Corte Suprema de Justicia, renuncia a su cargo y le avisa primero a un periodista, por carta.  
Aunque igual no se fue.
Bailando por un sueño, Lorenzetti dio vueltas y vueltas mientras los tres colegas que le quedan -acaso hartos de todo-, le pedían por favor que se quede, que sin él no serían nada. Y entonces Lorenzetti, de buen pibe, de gauchito que es, agarró y se quedó. Porque además la hija de Fayt y su abogado, dicen que Fayt está vivo, y que un día se nos va a aparecer.
Incluso se nos concedió oír su voz grabada, lejana… como desde el más allá, sí.
Así funciona hoy la Corte Suprema de Justicia de la República Argentina.
Pero hay algo más, lector extranjero: a esta obra maestra del terror -plena de oscuridades y fantasmas-, los medios del miedo pretenden presentarla como una embestida del gobierno contra la independencia de la justicia.
Y aunque usted no lo crea, lector extranjero, hay gente que todavía les cree.
Eso es aún más raro que un juez que se va pero se queda, y otro que no vemos pero existe.
Brrrr.


jueves, 23 de abril de 2015

Destellos Ajenos - hoy: Tahar Djaout...






Destellos ajenos:

“El silencio es muerte.

Y tú si callas mueres.

Y tú si hablas mueres.

Entonces habla y muere”.



Tahar Djaout

viernes, 17 de abril de 2015

sábado, 11 de abril de 2015

CLARÍN, O EL DRAMA DE LA COMICIDAD


Perdido por perdido, despacio como aturdido, de manera impensada y sin embargo muy decidida, Clarín fue cambiando de género y degeneró del drama a la comedia, y de la comedia a la comicidad. Así lo que antes daba bronca, ahora da risa y cada vez más risa. 
Cuando el humor gráfico argentino parecía extinto, el extinto monopolio se inmola entre carcajadas.


LA RISA DE NO SER





“Uno de mi calle me ha dicho que dice 
conocer un tipo que un día…”
J. M. Serrat


Quizá todo comenzó en aquel octubre huracanado de 2011, cuando la victoria aplastante de Cristina pulverizaba la feroz ofensiva iniciada por Clarín desde la crisis de los grandes terratenientes tres años antes. Esa fue, acaso, la primera gran carcajada.
Tres años de mentiras y de agravios, de campañas miserables con desfile de traidores. TN, Canal 13, Radio Mitre, diario Clarín, Nelson Castro, Inmorales Solá, Van der Koy, Fernandito Bravo más bravo que nunca, Lanata inflado hasta reventar, todos los medios todos, todos sus empleados todos, tres años con sus días y sus noches, y Cristina que contra viento y marea se alzaba con ese 55 por ciento que todavía les duele. La risa entonces duró días, semanas, meses…
La bronca volvió de a poco. La bronca que da sobre todo sentirse subestimado como lector, como persona adulta, por las campañas baratas y demasiado evidentes, por las mentiras grandes pero las desmentidas chiquititas; por la entrega, por la traición, por la indisimulable alegría que les produjo el secuestro de la Fragata Libertad en Ganha; por la ilusión que les inspira cada nuevo zarpazo de la diplomacia británica en las Malvinas; por todas las corridas cambiarias que desataban con sus tapas contra la economía de todos nosotros, por la gran esperanza que les supone todavía Paul Singer y sus fondos buitres… por la imperdonable indiferencia de llevarse puesto el país si con eso la dañan a Cristina… daban bronca, además de asco, y sed de justicia por Papel Prensa, por la nunca bien contada historia de los hijos adoptivos de Ernestina (y de Magnetto); por las maniobras con las AFJP, por el lavado de guita denunciado por el vicepresidente del JP Morgan, por el genocidio entero que encubrieron y aplaudieron… cada día más rabia daban, claro.
Pero antes del quebrantamiento es la soberbia, está en la Biblia.
Enceguecidos por la impotencia, llevados por el canto de sirenas de su propia desesperación, dispuestos a probarlo todo, despacio pero efectivamente, se perdieron por los caminos de una comicidad involuntaria que, como tal, no hace reír, sino que da risa y por eso es fatal.
En los hitos de esa historia acaso haya que registrar, fundacional, la pretensión desde ya desopilante de presentar a Lilita Carrió como “uno de los referentes políticos más serios de la Argentina” (Joaqu-Inmorales Solá, dixit). Pero tan serio referente apenas rascaría el uno por ciento de los votos en aquellas mismas elecciones de 2011. Una risa, sí. Luego repitieron tanto el chiste, que ya no causa gracia, y por ahí se deshilacha Lilita sin que le quede más nadie a quién denunciar al pedo…
Pero los chistes continuaron, la danza de los potenciales permitía todos los augurios, todas las sospechas, cualquier humorada, ya no hacían falta investigaciones ni pruebas, un rumor más o menos bien envuelto de “altas fuentes confiables” y rociado con muchos “allegados a” y todo por supuesto “hiperchequeado”, terminó por enloquecerlos, y en su espiral de odios, de miedos y mentiras, acabaron por morderse la cola ellos mismos desatando allí sí las carcajadas del público en general…
La metamorfosis no fue fácil. Por demasiado tiempo no dejaban en claro si hablaban en serio, o era todo joda. Las humoradas entrelazadas con las alarmas de un inminente Apocalipsis que sigue sin llegar (a no ser que gane Macri), desconcertaron al lector, que no sabía, ya, si reírse, llorar, o tirar el diario a la basura. El grueso del público se decidió por la tercera opción, y por eso hoy venden menos que en 1963, cuando el país no tenía ni la mitad de la población actual.
Cuando el agua alcanzó la cubierta, Magnetto, evidentemente, ordenó definir el perfil, y entonces sí por fin se lanzaron de lleno a un humor onda Búster Keaton: gesto inmutable, sustancia hilarante.
De allí, quizá, la idea de presentar al fiscal Alberto Nisman como un santo de la espada, mártir de su propia valentía, que así pagaba con su muerte el heroísmo de su misión... cuando en realidad se trataba de un botarate acomodado, un abogado inoperante que en diez años de investigar la causa AMIA, derrochó el mayor presupuesto de la Justicia y lo único que descubrió es que le gustaban de alma los ratones, los gatos y las trampas. Esa fue una risa triste, porque ellos son tristes, pero igual fue una risa, cómo no.
Pensemos hoy en el 18F, la marcha, los paraguas y el silencio, la lluvia, los fiscales y la oposición, y todo por Isidoro Cañones que se nos fue sin saludar…
A la par iban las disparatadas teorías que a diario pretendían resolver el misterio del baño cerrado, con teorías aún más disparatadas sobre conexiones terroristas que en menos de tres párrafos establecían entre Venezuela, Cuba, Irán, la antigua Checoseslovaquia, Júpiter, González Catán, y desde luego Al Qaeda, total es gratis. Eso también fue muy gracioso, nobleza obliga.
Ya en cambio la denuncia de la semana pasada contra Máximo Kirchner -que hasta La Nazión desmentía en simultáneo-, eso, bueno, ja… eso nos hizo pasar momentos que sólo Los Tres Chiflados en la plenitud de la infancia y después de un buen vaso de vino y soda.
A sólo 24 horas de anunciada la denuncia con título catástrofe, ya ni un recuadro la recordaba. Jajajaja, sí… y para mejor muchos de sus creyentes todavía la repetía, cuando ellos ya ni mu, jajaja, sí, cómo no: jajajajaja… y encima obligaron a Máximo a salir de su silencio y lo instalaron como candidato a nivel nacional, jajajaja… como quien se perfora los dos pies con el mismo tiro, jajajaja… una risa que da risa, claro que sí… (ver Con enemigos así…).
O ahora, esta semana, la carta abierta de Alfredo Leuco al Papa reclamándole que no reciba otra vez a Cristina, jojorojojó… qué demasiado… claro que al grito de “una carta abierta no se le niega nadie”, Leuco bien podría iniciar una serie y cartearse ya que está con el Dalai Lama y con Putin, con Mick Jagger y con Messí, total… jajajaja…
El diablo está en los detalles. Al pasar estos días por facebook captamos ese titular que aquí encabeza este post: “La hermana de un amigo de Echegaray…” Debajo todos los comentarios festejaban el chiste. Y claro. Para no reírse de eso, hay que ser por lo menos Héctor Magnetto.
Porque ahí sí la tristeza, la verdadera tragedia. Lo fatal. Lo irreparable.
Cuando un diario que se pretendía serio llega a dar risa sin quererlo, todo ha terminado. Todo. La credibilidad, el prestigio, la penetración en la opinión pública, su verdadero poder… ya todo es pólvora mojada. Todo.
Si sos Magnetto, ¿de qué vas a reírte?...
Porque eso sí que no se resuelve con cautelares, ni te lo arregla Lanata por más gracioso que se crea. Ja.
Qué risa. 



miércoles, 8 de abril de 2015

ESCRITOR X ESCRITOR - Hoy: Ezra Pound por Manuel Vicent...

ESCRITOR POR ESCRITOR


Aunque más no fuera por alentar o sostener o cuando menos celebrar esa magnífica fraternidad fuera del tiempo y del espacio que suscita la escritura entre escritores, aquí El Martiyo presenta esta sección que fija, recorta y comparte, en fragmentos preciosos, pedacitos de ese platónico amor de verdad desinteresado, de verdad espiritual, de verdad eterno… de verdad amor.
Escritor x escritor, como Destellos Ajenos, es un espacio inmejorablemente escrito, porque lo escriben los mejores, sólo que aquí los unos elevan a los otros elevándose así en prueba de una generosidad como la que soñaba don Antonio Machado, cuando “la monedita del alma, se pierde si no se da”.


ESCRITOR X ESCRITOR



Ezra Pound x Manuel Vicent:


Ezra Pound


“Se consideraba un hombre reducido a fragmentos e imaginaba el universo como un poema roto. Para recomponerlo lo reducía todo a poesía, su propia vida, las noticias de los periódicos, los datos de la economía, los episodios de la Biblia, las cotizaciones de Wall Street, los partes meteorológicos, la filosofía de Lao Tse, el carro de la basura, la gloria de los griegos y todos los desechos de la historia. Metabolizaba textos ajenos, aspiraba el detritus que el ganado humano iba dejando a su paso y convertía cada mínimo excremento en una punta de diamante, como si recogiera todo el material que había quedado fuera de la Divina Comedia para someterlo a ritmo interno y forma libre”.


(Manuel Vicent, fragmento de un artículo publicado por El País de España)



Manuel Vicent


* * *

lunes, 6 de abril de 2015

DIEZ CONSEJOS PRÁCTICOS PARA LEER LOS DIARIOS, revistas y afines...

DECÁLOGO DEL LECTOR AVIVADO


  1. Antes que los titulares de un medio, lea siempre sus avisos. Si tiene Internet a mano, puede mejor informarse sobre la composición societaria del medio, lo cual le dará sin error su orientación política.
  2. Detecte y distinga, así fuera en un rápido giro o adjetivo, la opinión o el vaticinio, de lo que es información concreta.
  3. Ante cada información concreta, intente establecer la fuente citada, y revise si dicha fuente está de alguna forma asociada o enfrentada –política o económicamente- al medio que habla, o al hecho que se comenta. Si no consigue precisar la fuente, dude de la veracidad de la información.
  4. No fije en su mente como “información”, rumores, suposiciones y/o chismes. Cuando se tope con expresiones como “fuentes allegadas”, “un funcionario cercano a”, o cosas así, considérelas como lo que son: rumores, especulaciones, chismes, etc.
  5. Manténgase atento a cada potencial: habría, diría, sería, podría, etc. La falsa información, la intencionalidad política, lo que en periodismo se llama “pescado podrido”, suele envolverse así.
  6. Separe como la paja del trigo lo que son puras especulaciones subjetivas del autor de la nota, tipo “fulano querría”, “mengano piensa que”, “zutano intentaría”, etc. Nunca olvide que el cronista periodístico no es un narrador omnisciente que habita la mente de sus personajes. Nada que ver.
  7. La objetividad de un medio será siempre imposible, pero su coherencia no. Si saludan en un funcionario la misma actitud que critican en otro, es claro que están haciendo negocios, no periodismo.
  8. Nunca deje de sopesar en sus conclusiones, ante cada cosa que se dice, cuánto se calla con respecto al mismo tema. En los silencios de los medios, muchas veces, queda atrapada la verdad.
  9. Cuando una frase, enfoque o razonamiento se repite sistemáticamente en distintos articulistas de un mismo medio, o de medios asociados, no descarte la posibilidad de una campaña de prensa decidida más arriba, mucho más arriba del autor del artículo.
  10. Mantenga siempre presente el comportamiento histórico de cada medio en los distintos momentos del país. Y recuerde: especialmente en la Argentina, cuanto mayor es la trayectoria, más sospechoso es el medio. Una historia como la nuestra no se atraviesa impunemente.

 * * *

miércoles, 1 de abril de 2015

Clarín, Máximo, y la máxima de Clarín...


En un formidable cañonazo por la culata, ayer el Grupo Clarín instaló a nivel nacional la figura de Máximo Kirchner, posicionándolo como un dirigente lúcido, maduro, calmo, y promisorio. 
Querían hundirlo, y lo encumbraron; querían acabarlo, y se acabaron. 
¿Qué falló?



Con enemigos así…






Dicen que pertenece a don Vicente Leonidas Saadi la frase que su ahijado político Carlos Menem tanto repetía siempre: “en política, el que se calienta pierde”.
Ayer el Grupo Clarín llevó el axioma al bronce, para que nunca se borre de la memoria de los argentinos.
En un formidable cañonazo por la culata, ayer Clarín, con su monopólica fuerza, lanzó a nivel nacional –y muy exitosamente por cierto- la figura de Máximo Kirchner. Tan luego ellos, tan luego a él.
Quisieron hundirlo, y lo encumbraron. Pensaron acabarlo, y lo iniciaron.
Peor aún: quisieron hundirlo, y se hundieron; quisieron acabarlo, y se acabaron.
¿Qué falló?
En pocas horas voces opositoras, ya no oficialistas, hacían cola para pegarles. Jorge Asis los basureaba por twitter, “nabos”, les decía; Zlotogwiazda se indignaba por el “festival de potenciales” (Máximo dixit), mientras disecaba la noticia y no dejaba nada; Gustavo Noriega, antiká rabioso, desde La Once Diez –radio del gobierno de la Ciudad-, se agarraba la cabeza viendo la sombra siniestra del hijo de Néstor y Cristina cubrir ya toda la patria; mientras Hugo Alconoda Mon, desde La Nazión, recomendaba “cautela” porque la información estaba llena de “inconsistencias”, denunciando además que ellos ya la tenían desde 2011, pero debido a esas inconsistencias, la habían guardado.
A esa hora, de Clarín ya no quedaba nada. Por la mañana, Máximo había hablado con Víctor Hugo Morales en una repentina cadena nacional que proyectaba su voz allende los corazones. Con el correr de los minutos el papelón periodístico se volvía inolvidable por histórico, y ahora todo el país saludaba el saludable nacimiento político de Máximo Kirchner, un pura sangre robusto, firme, calmo, lúcido, y responsable de la organización juvenil más importante surgida durante la democracia moderna. Clarín no decía nada. Absortó, atónito, se miraba el agujero del propio balazo en el propio pie.
¿Qué falló?
Falló la aventura. La intrépida aventura que jamás en la historia del mundo diario alguno intentó.
La aventura emprendida en 1977, cuando a cambio de encubrir el genocidio, se adueñaron de Papel Prensa, y ya convertidos en monopolio, abandonaron la práctica esencial del oficio periodístico confiados para siempre en la prepotencia de su volumen. Una aventura asaz riesgosa, que tuvo su cuarto de hora –Menem, rendido, les entregó los canales y las radios para no terminar como Alfonsín-, pero que al cabo acaba así: El Grupo, sus productos, sin credibilidad ni prestigio; la marca y sus dueños bañados en sangre de genocidio; y el volumen aquel en cuya prepotencia confiaron, ya condenado a su reducción por una ley impulsada por el Ejecutivo, aprobada por el Congreso, y refrendada por la Corte Suprema de Justicia. Así acaba la aventura.
Hoy todo lo que vemos es la inercia de aquella mentira inmensa que no para de rodar cuesta abajo, y que más monstruosa se vuelve en su caída. Ni era un santo Nisman, ni era real su denuncia, ni Cristina es miembro de Al Qaeda, ni hay esas cuentas ahora, ni llueve cuando dicen que llueve…
Eso falló.
Olvidados del periodismo, confiados en su tamaño, hicieron de la mentira su mejor arma, y un día una demasiado grande, les explotó en las manos.
Y chau.
Y no quedó nada.
Quedó eso que vemos ahora: un diario al que ya no le creen ni los que le creen. 


domingo, 29 de marzo de 2015

LAS TAPITAS DE Clarín - Hoy 27/4/76: El Operativo Claridad y la quema de libros...

LAS TAPITAS DE Clarín


No hace mucho Clarín.com agregó un “atractivo” a su deslucido portal, que nos atrajo a nosotros también, y por eso saludamos al monopolio moribundo, no sin gratitud. Lo cortés no quita nada, suma.
Y lo saludamos con gratitud porque pese a que pretendieron restringir el recurso a un juego de autorreferencias personales, titulado desde el vamos “Mirá la tapa del día que naciste”; El Martiyo advirtió allí, en cambio, una maravillosa posibilidad de revisar, día por día, la historia argentina moderna a partir de la confesión de parte de uno de sus principales gestores: Clarín.





El 26 de abril de 1976, en el marco del Operativo Claridad del Ministerio de Cultura y Educación, se incinera una montaña de libros en el seno del Regimiento de Infantería Aeroptransporta de La Calera, Córdoba. Arden allí novelas de Gabriel García Márquez, poemarios de Pablo Neruda, etc. El comunicado que lo ordena, dice: "Se incinera esta documentación perniciosa que afecta al intelecto y a nuestra manera de ser cristiana, a fin de que no pueda seguir engañando a la juventud sobre nuestro más tradicional acervo espiritual: “Dios, Patria y Hogar”.
Al día siguiente, así titulaba el matutino que hoy tanto se preocupa por la cultura y la libertad de expresión.



27-4-76

sábado, 28 de marzo de 2015

LA SOLEDAD DE MASSA: ROMA NO PAGA TRAIDORES.


Tiempos veloces los tiempos argentinos, ayer nomás Sergio Massa se alzaba como la gran esperanza blanca de la Argentina llena de negros. Nacido en la UCD, ungido por Clarín, aunque surgido del oficialismo, Magnetto lo soñó la cuña del mismo palo que tanto iba a doler. Pero licuada en el Pro la UCR; el crédito de Tigre no les interesó más, y lo olvidaron. Hoy se hunde en las encuestas y en silencio, triste, solitario y banal.


¿Tabajaí?



"Roma no paga traidores".
Escipión 

Otra vez la triste historia de la modelito que en su sueño de protagonizar una novela, va y se acuesta con todos sus productores para que después los muy despiadados se queden con otra, y chau.
En su instante mejor, allá por el 2013, cuando los medios del miedo lo ungían victorioso, Sergio Massa creyó que de verdad había ganado algo. Que la traición al proyecto que lo había proyectado, que adoptar la forma del recipiente que Magnetto dictaba, por fin rendía sus frutos. Más habrá creído: habrá creído que Magnetto sabía. No sólo que lo quería.
Era tapa del gran diario día por medio, siempre sonriente, siempre promisorio, los periodistas de TN -tan aguerridos con el oficialismo-, de pronto con él se comportaban como auténticas alternadoras; y María Laura Santillán no le ladraba más.
Todo estaba bien.
La Argentina civilizada, ilustrada, la poderosa, la de los monopolios y la banca extranjera, la de Papel Prensa y el FMI, la que encubrió el genocidio y encumbró a Menem, la que probó con De la Rua y resolvió con Duhalde, ahora lo ungía a él: Sergio Massa.
Había llegado.
Narciso ahogado en esa pobre imagen propia, el querido Pepe Parada diría: “el problema de Sergio Massa, es que se creyó Sergio Massa”.
Disfrazado de pibe bueno lleno de nobles y nuevas intenciones; con su vocecita de Spinetta sin guitarra, y un repertorio de lugares comunes y eslóganes baratos, salió a cantar la canción que el público (de Magnetto) quería escuchar. Hizo fácil.
Se mostró comprensivo con los fondos buitres, con Inglaterra, con Occidente, con los pobres y los ricos, con Dios y con el Papa al mismo tiempo.
Joven maravilla, peleaba cual Robin sin Batman contra la corrupción de un gobierno que no sólo había integrado, sino que era su sola trayectoria. Magnetto vivaba.
Más TN, más Van der Koy más amable, más Inmorales Solá más amable todavía, María Laura Santillán, lejos de ladrarle, ahora le chupaba las botas cada vez que lo veía. No se podía pedir más. El protagónico era suyo. Podía sentir la victoria.
Pero Roma no paga traidores.
Verdad más antigua que la antigua Roma.
Porque un día inesperado la UCR se fundió con el Pro, y se fundió del todo; y de golpe Magneto ya tenía otro chico para su novela.
Todo, así, de golpe, había terminado.
El sueño de una noche de verano de ser el Kennedy argentino sin más apoyo que Clarín y los country de Tigre, le explotaba en la cara como un chasco barato.
Adiós presidencia de la Nación, adiós historia, adiós María Laura Santillán.
A manera de treinta dineros por los servicios prestados, los medios del miedo todavía le dan espacio en sus noticieros, sus cámaras algo muestran de las andanzas de Robin lejos de ciudad Gótica, acompañado aquí, y allá, de unas cuantas personas, que –no sin piedad- los medios del miedo se abstienen de contar. Algo es algo.
Pero nada nuevo.
Otra vez la triste historia de la modelo que en su sueño de protagonizar una novela, se acuesta con todos sus productores, para que después los muy hijos de puta se queden con otra, y chau.
Conocedor del ambiente y sus trastiendas, El Martiyo está en condiciones de afirmar que más de uno de esos hijos de puta, debe estar diciendo ahora: “que se joda por boluda”.