////// Año XVIº /// Editor Anónimo: Daniel Ares /// "Prefiero ser martillo que yunque", Julio Popper ///

martes, 8 de marzo de 2011

Destellos Ajenos - Hoy: MARGUERITE YOURCENAR...








Destellos Ajenos:

"Una parte de cada vida, y aun de cada vida insignificante, transcurre en buscar las razones de ser, los puntos de partida, las fuentes. Mi impotencia para descubrirlos me llevó a veces a las explicaciones mágicas, a buscar en los delirios de lo oculto lo que el sentido común no alcanzaba a darme. Cuando los cálculos complicados resultan falsos, cuando los mismos filósofos no tienen ya nada que decirnos, es excusable volverse hacia el parloteo fortuito de las aves, o hacia el lejano contrapeso de los astros".

Marguerite Yourcenar

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER: ALZAMOS LA BANDERA BLANCA EN LA GUERRA DE LOS SEXOS...

En el Día internacional de la Mujer, El Martiyo saluda a todas las chicas del mundo, y rescata para la ocasión, de lo recóndito de sus archivos, este breve texto publicado tan luego en nuestro enemigo diario Clarín, y tan luego para esta misma fecha en ocasión del primer año del suplemento Mujer.
Aquí el autor renunciaba públicamente a un machismo al que ya había renuniado íntimamente mucho antes, y avasallado por los hechos: las mujeres son mejores.
Hoy, aún convencido tantos años despuès, aquí El Martiyo reedita esas palabras, en nombre de muchos hombres, y en homenaje a todas las mujeres del mundo.
A todas.


ADIÓS A LAS ARMAS

 

Ya en el principio de los tiempos, cuando la prole creció demasiado y las grandes presas comenzaron a escasear, la señora del cavernícola tuvo que salir a cazar con su marido para evitar que el hambre se comiera a sus hijos. Ahí, así, empezó el conflicto, nació la competencia, el gran clásico de los clásicos de todos los tiempos: Adán y Eva-Eva y Adán, esa ardiente rivalidad.
Porque al principio los hombres se creyeron muy superiores, sabían  manejar mejor las armas (ellos mismos las habían diseñado, claro), conocían de memoria el bosque y sus peligros, les daba por inventar chistes muy compadritos, y se mataban de la risa de la torpeza de sus mujeres. "Andá a lavar los platos", gritaban los monos entre los árboles... y las chicas se molestaron.
Tocadas en su orgullo más orgulloso, decidieron demostrarles a esos ordinarios que ellas también podían, y así, ahí, fue cuando aquella rivalidad casera, moderada, casi deportiva, dejó de ser un juego y pasó a ser una guerra: la guerra de los sexos.
De allí en más, ellas, las chicas, calladitas y laboriosas -sumisas en apariencia-, aprendieron perfectamente a manejar el arco y la flecha, el remo, el fuego, la ley y el orden... y tan sólo por demostrar que eran iguales, un día descubrieron que eran mejores. Juezas, periodistas, colectiveras, automovilistas, políticas, policías, médicas o combatientes; de pronto las mujeres eran hombres mejores que los hombres, porque además eran hombres capaces de concebir y parir y amamantar más hombres. Y así en pocos años, en dos o tres décadas apenas, ganaron la guerra. 
Ahora tienen un Día Internacional de la Mujer y suplementos específicos en los diarios que los hombres no tenemos; ahora tienen ministerios, secretarías y organismos propios que los hombres no supimos conseguir; ahora juegan al fútbol, fuman puros y boxean; y al cabo del siglo XX, en  una clara demostración de victoria y poderío, consiguieron que el feminismo fuese considerado un movimiento, y el machismo un defecto. Ganaron. Hurra. Bravo.
En esa inteligencia, ante semejante desenlace, en el alba de un nuevo milenio, creo que es un momento por demás propicio para admitir la derrota, anunciar el fin de la contienda, y ungir a las vencedoras.
Ustedes tenían razón, chicas: el machismo es cosa de primates, de cavernícolas, de trogloditas, de infelices maricones, sí... Adiós a las armas. Ya nunca jamás nos oirán decir que nada les viene bien, que ni dios las entiende, que hablan en otro idioma, ni todas esas gansadas que decíamos ayer, nunca jamás. Se acabaron los machistas. Los últimos rebeldes sobreviven ocultos en la más patética misoginia, o se desangran acantonados en la soledad más atroz.
Basta.
Bandera blanca.
Viva la paz.
En mi nombre y en el nombre de mis amigos -todos auténticos machos argentinos-, aquí depongo las armas y al pie firmo la rendición. Otros suscribirán. Stop.
Felicitaciones. Stop.
Ahora repartan copas y besos y que empiece la fiesta que aquí seguimos nosotros: los sedientos de siempre.
Stop.


Daniel Ares, por El Martiyo



* * *

Destellos Apócrifos. HOY: GARDEL.

Destellos Apócrifos:

"Soy Gardel".

Carlos Gardel

lunes, 7 de marzo de 2011

MARIO VARGAS LLOSA EN EL PAÍS DE LOS IDIOTAS...


Mario Vargas Llosa, su premio Nobel, y la Feria del Libro, son las tres patas insustanciales de una mesa vacía con un flor de insulto en el centro. ¿Los argentinos somos todos idiotas, tal cuál sostiene el escritor?... ¿Los que lo contrataron también? ¿Y los que lo leen? ¿Y los que lo aplauden?
¡¿Y los que lo compran?!...


UN CHARLATAN DE FERIA




Nos alineamos con quienes consideran sobredimensionada la polémica por la visita del premio Nobel Mario Vargas Llosa para abrir una nueva edición de la Feira del Libro en Buenos Aires. En rigor, a nosotros, las tres cosas nos parecen sobredimensionadas: La Feria del Libro, el Premio Nobel, y Mario Vargas Llosa. Procedemos a disecarlas rápidamente, para explicarnos mejor.
El Premio Nobel, ya lo hemos dicho muchas veces -y no sólo nosotros-, perdió para siempre su más alta cotización el 14 de junio de 1986 cuando se murió Jorge luis Borges dejando ya a la academia de Suecia sin ninguna chance de enmendar su error nunca más. Y todo por declaraciones infinitamente más esporádicas y leves que las infinitas barbaridades que dice cada vez más seguido Mario Vargas Llosa.  Ya en 1982, cuando se lo dieron a García Márquez, el colombiano lamentó que Borges no lo hubiera recibido, conciente de que así el suyo valía menos. Y el año pasado, el mismo Vargas Llosa, no pudo no mencionarlo.
Y allí y así quedó para siempre el Premio Nobel de Literatura con todas sus mayúsculas: devaluado. Hoy por hoy un Oscar es cien mil veces más legítimo. Para el Oscar votan los que saben, y entre colegas. En el Nobel, en cambio, nunca se sabe de quiénes son colegas los que votan. El hecho de que nos visite un Nobel, no debería conmovernos. Además, por muy idotas que le resultemos a Vargas Llosa, la Argentina ya tiene cinco.
Dos. La feria del Libro. Si se me permite, paso aquì por un momento a la primera persona del singular, pues me basaré, para destriparla, en mi experiencia personal como escritor. La feria del Libro –y no lo expongo acá, pero lo sostengo ante quien me planten- es un negocio de editores y libreros, donde el público importa si compra (no si lee), y del que el escritor, una vez más, no saca tajada ninguna, a no ser la vanidad barata de exponerse como un simio firmando ejemplares, a la pesca de groupies que nunca son lo que se esperan… Por supuesto exceptuamos aquì a los grandes superstars del negocio, que no son muchos, pero que sí cobran mucho por sus presentaciones, y mucho más si vienen envueltos en un Nobel, y mucho más si es el último... Por lo demás, la Feria no ofrece ofertas ni novedades que no tengas todos los días por las librerías del centro, y sin que te cobren entrada ni te empujen tanto. Total, el grueso de los escritores, y los verdaderos lectores, no tienen nada que hacer en la Feria del Libro, como nada tiene que hacer el auténtico cazador de tigres, en Disneyworld.
Y tres, por último, Vargas Llosa.
No será El Martiyo –devoto de Borges y de Céline-, quien condene, siquiera juzgue, a Mario Vargas Llosa por sus posiciones políticas, en el caso de que las tuviera. La historia nos ha demostrado que no afectan a nadie. Ni siquiera en su país, mucho menos afuera.
Por otro lado, gustaríamos aclarar, existe una confusión con respecto a los escritores, que no sufren los músicos, los pintores, o los escultores. Se los considera, a los escritores, muchas veces, no artistas, sino “intelectuales”, y tan sólo apenas porque publican libros. Es decir, la manifestación concreta de sus necesidades artísticas, promueve el error.
Sin embargo, la distinción es grande y clara. El escritor, como artista, trabaja con las emociones, y son a ellas, en su obra, a quienes sirven sus ideas. El intelectual, en cambio, trabaja exclusivamente con sus ideas, manteniendo bien a raya sus emociones, porque de interferir, trastornan su búsqueda objetiva de la verdad.
Pero como ambos terminan manifestándose públicamente a través de libros, muchos artistas –narradores y poetas-, son considerados “intelectuales”, y por sus opiniones se los condena, como si fueran seres razonables..
Por ello con mucha frecuencia, el escritor, como intelectual, resulta desastroso.
Pasional, emocionalmente inestable, víctima perenne de cualquier estímulo circunstancial, y sobre todo, servidor no tanto de la verdad como de la belleza –auque fuera trágica- de lo que dice; suele decir, muchas veces, cualquier cosa, llevado acaso por la música de las palabras, o por la gracia original de un punto de vista estrambótico. “Antenas del pueblo”, como les llamaba Miguel Hernández, suelen ser también la encarnación individual y brillante de sentimientos colectivos, a veces oscuros y por eso ocultos.
Vargas Llosa no es un intelectual, es un escritor, muy bueno, pero tampoco un gran artista, No renovó las técnicas de su arte, ni las formas narrativas de su tiempo, no es Céline, Joyce, Faulkner, ni siquiera Hemingway; no es tampoco su compatriota Vallejo, no detonó la sintaxis de su lengua; ni es Pessoa, ni mucho menos Borges; escritores capitales a los cuáles se les deben dinastías de buenos escritores. Vargas Llosa es uno de ellos, un buen escritor, pero un escritor convencional. Como García Márquez. Uno de esos parido por los otros.
(Y esto no lo dice sólo El Martiyo, pero también lo dice El Martiyo).
Como intelectual, en cambio, Vargas Llosa es desconocido más allá de los ámbitos aficionados, donde cabemos tantos.
Si se lo pretende un “intelectual” porque además de escribir artículos sobre actualidad y política –siempre superficiales, parciales, apurados y autoreferenciales-, también se presume político y quiso ser presidente de su país… bástenos recordar –para evaluar el amor de su pueblo- , que la vez que lo intentó le ganó Fujimori el Impresentable.
Considerando todo esto, no vemos entonces por qué tanto escándalo ante la visita de un escritor más o menos, que viene a estrenar su dudoso premio. en un evento comercial políticamente infestado.
Es verdad que sus declaraciones sobre la Argentina trascienden lo político para ingresar en los anales del insulto masivo. Pero justamente, pretender que en “los últimos 50 años los argentinos se equivocaron al votar”, es pretender no sólo que los argentinos somos todos idiotas, sino pretender -no demasiado tácitamente- que la democracia no sirve, o que sólo él, o quien él designe, podría decirnos cuándo funciona bien. y cuándo no. En sus propias palabras, está su hoguera.
Mario Vargas llosa pasará por Buenos Aires sin romperla ni mancharla, hará el númerito por el que tan bien le pagan en su gran feria de las vanidades, dirá las cosas que hace mucho ya nadie le escucha a la izquierda de Hilter, participará de un encuentro con Macri y otros residuos de la derecha regional, y luego partirá entre los aplausos de un público que nunca lo ha leído, que nunca va a leerlo por mucho que lo compre, y que por eso mismo muy pronto ha de olvidarlo... y los que sí lo leyeron, recordarán sus libros y a él también lo olvidarán. 
Y chau.
¿Aún así tiene derecho a insultarnos?, se preguntará con buen tino el buen lector y sensible ciudadano.
No, claro que no, pero tampoco podemos evitarlo, así como  él no puede evitar que nosotros, por ejemplo, también lo insultemos… Por eso desde aquì, en dicha inteligencia, le rajamos esta folklórica bienvenida…


¡Andá a robar a los caminos, charlatán de feria!… 



Y chau.

* * *

LOS CHISTES DE "COCO" BORGES...

Los chistes de Borges



Cuando le preguntan a María Kodama qué es lo que más extraña de Borges, ella no duda en responder: “su sentido del humor”. Uno de los hombres más divertidos de la historia del hombre, sin embargo, decidió pasearse por su siglo disfrazado de viejo aburrido, sin romances rimbombantes ni escándalos de vodeville, con su traje siempre gris, su bastón y su ceguera, su hablar lerdo y trabado, y su genio camuflado de sabio que no sabe. No es arbitrario pensar que esa sola caracterización, única y total, fuera su más secreta y grande broma.


Este cronista sabe de muy buena fuente que Borges aceptaba tantos reportajes, porque era la forma que tenía de pagarle a la gente que lo ayudaba, y que así, buenamente, traficaban con su amistad. Pero dos veces, por lo menos, se negó. Una fue cuando lo invitaron a un programa de Cacho Fontana, y la otra cuando lo llamaron para uno de Borocotó Junior. 
-- Me negué, por supuesto... –explicó- ¿Cómo iba a hablar con gente que admitía ser llamada por esos nombres? Es lo mismo que si yo permitiera que me llamaran "Coco Borges".  

domingo, 6 de marzo de 2011

ESCRITOR X ESCRITOR - HOY: CERNUDA X LORCA.

ESCRITOR POR ESCRITOR


Aunque más no fuera por alentar o sostener o cuando menos celebrar esa magnífica fraternidad fuera del tiempo y del espacio que suscita la escritura entre escritores, aquí El Martiyo presenta esta sección que fija, recorta y comparte, en fragmentos preciosos, pedacitos de ese platónico amor de verdad desinteresado, de verdad espiritual, de verdad eterno… de verdad amor.
Escritor x escritor, como Destellos Ajenos, es un espacio exquisitamente escrito, pues lo escriben exclusivamente gigantes inmortales, sólo que aquí los unos escriben sobre los otros en prueba de una generosidad como la que soñaba don Antonio Machado, cuando “la monedita del alma, se pierde si no se da”.




ESCRITOR x ESCRITOR


Hoy: Luis Cernuda x Federico García Lorca:



Luis Cernuda


"No vengo yo en este momento a esta mesa como amigo de Luis Cernuda, ni amigo vuestro, ni a ofrecer este banquete para cumplir un rito gastado ya en tantas farsas con discursitos decorados, con envidias encubiertas de veneno y lágrimas de cocodrilo. No vengo tampoco dispuesto a que mi voz la lleve el aire para recibir en cambio, como tantas veces, una bandeja de aplausos coronada por un "muy interesante" de merengue. Yo vengo para saludar con reverencia y entusiasmo a mi "capillita" de poeta, quizá la mejor capilla poética de Europa, y lanzar un vítor de fe en honor del gran poeta del misterio, delícadísimo poeta Luis Cernuda, para quien hay que hacer otra vez, desde el siglo XVII, la palabra divino, y a quien hay que entregar otra vez agua, juncos y penumbra para su increíble cisne renovado".

(Fragmento de "El homenaje a Luis Cernuda", 1924).


Federico García Lorca


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LAS CHICAS DEL MARTIYO... cuando calienta el sol...

“Las Chicas”

Esta chica dice que no aguanta la ropa cuando calienta el sol.
A nosotros nos pasa lo mismo, incluso de noche.




LOS 7 PECADOS EN 7 FOTOS Y UN SOLO CLICK...

El Martiyo Producciones Presenta...

* LOS 7 PECADOS EN 7 FOTOS *

Aquí en un sólo click toda la serie de esta sección gráfica y finita inspirada en ese poético invento católico de los 7 pecados capitales, que tantas ficciones, dramas y comedias, conflictos y prejuicios han inspirado a su vez, sin que se les conozca ningúna otra razón más o menos positiva...
Aquí entonces, para ver, reflexionar, cortar o pegotear, los 7 pecados en 7 fotos y un solo -y valiente- click...
(Pecar sería huir)

sábado, 5 de marzo de 2011

viernes, 4 de marzo de 2011

"Blues del chiste"... (a ver si te reís).



El chiste

El chiste es siempre el mismo
Pero como el público no deja de renovarse
Dios no para de reírse.

DA/Janeiro 08/AD

CLARIN: EL EXTRAÑO CASO DE UN SUICIDIO EN DEFENSA PROPIA...



Universidades de todo el mundo, y de las más variadas disciplinas, estudiarán por siglos este extraño caso que pone en tela de juicio cuanto principio, teoría o posición hubiera hasta hoy sobre el tema. 
¿Es posible el suicidio en defensa propia?
Clarín demuestra que sí.


CUENTOS DE TERROR
DE LOCURA
Y DE RISA



Alguna vez se estudiará con atención y por mucho tiempo este extraño caso tan extraño. Las grandes universidades dedicadas a la sociología, por supuesto a las comunicaciones, pero también al derecho y a la teología, pues ya para siempre nos preguntaremos: “¿es posible suicidarse en defensa propia?”.
Entonces contarán la trágica y simpática historia del gran diario que en defensa de sus más oscuros intereses dejó de ser lo que era, eligió sus negocios a la verdad, renunció a la realidad en nombre de la libertad (pues sus dueños corrían riego de acabar presos), y así poco a poco se parapetó desesperado en un blindaje de mentiras comunes, que al final lo aplastaron. Pues al abjurar de la verdad no pudo sino reducir a sus mejores periodistas a marionetas inverosímiles, y un día, así, pumba, se terminó. Dejó de ser lo que era. Dejó de ser, bah. Y por su propia mano, en defensa propia, eso es lo increíble. Un caso más raro que el del perrito ciego que jugaba al ajedrez, y ganaba.
¡Apuntále bien que le pifiás!
Clarín hace rato que no hace periodismo; pero como vende periodismo, le sucede entonces lo que le pasó a ese carnicero enloquecido que un día empezó a ofrecer como achuras, repuestos para licuadoras, y claro... desconcertó a su público, y su público lo abandonó.
Clarín hace rato que intenta vender algo que no es  lo que dicen, y que no dicen lo que es. Mienten, y como son un diario, un medio de información que vive como tal de que la gente le crea para que lo compre, al mentir se inmolan, y al inmolarse, como corresponde, se suicidan. Y todo eso, sin embargo, para salvarse, en defensa propia. Casi podríamos hablar de una de las tragedias más cómicas de la historia del hombre.
¡Ponéte el casco, cabezón!
Imaginamos el Titanic, apuntándole al iceberg para darle bien en el medio; imaginamos el desembarco en Normandía, las tropas en malla, armadas apenas con una sombrilla porque ven una playa; imaginamos a Neil Amstrong, sacándose el casco en la Luna, para respirar un cachito el aire del lugar… Imaginamos muchas cosas pero nada como este raro caso de suicidio en defensa propia.  
Y esto que hoy aquí es apenas un rápido post al paso del Martiyo, crecerá en su misterio, y un día, podemos verlo, será materia de estudio para vastas y variadas disciplinas… 
Nos guardamos la ilusión de que acaso alguien entonces nos mencione y recuerde que nosotros lo señalamos primero que nadie, y en aquél exacto momento, no antes, pero tampoco después, sino en el preciso instante en que Clarín llevaba el caño a la sien, y apretaba bien las muelas….
Ojalá. Siempre es lindo que te recuerden bien.

Pero ni el tiro del final te va a salir...

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AFORISMOS: un hilo de hielo entre dos volcanes...

Aforismos



   Lo hemos dicho ya, cada loco con su tema. El Martiyo, por su parte, pretende para sí cultivar todos los géneros, desde el verso libre y la novela, tan prestigiosos ambos, hasta el bastardeado brulote y el escueto aforismo, género delicado como un hilo de hielo entre dos volcanes: el de la genialidad puntual, y el de la pelotudez más absoluta.
Sin embargo, o más bien: tan luego por ello, El Martiyo, no menos valiente que sus lectores, presenta esta sección, donde se juega, así, toda su suerte a unas pocas palabras.
Una vez más sin pedirle ningún permiso nos abrazamos a Roberto Arlt, y decimos con él: “y que el futuro diga”.
...y ya que estamos agregamos:



“El que no arriesga no gana, ni juega”.









ANÉKDOTAS. HOY: "Una genialidad genial", con Salvador Dalí.

Anékdotas:

Hoy: Una genialidad genial

Con Salvador Dalí


Toro bravo de toreras entrevistas, rara vez el entrevitador salía ileso de un encuentro con Dalí.
Allá por los 80, ya mítico más que célebre, en medio de un reportaje, sorprende al periodista preguntándole si le gustaría saber cómo era su último cuadro recién terminado.
-- Por supuesto, maestro… -casi implora el notero, y allí Dalí sintetiza:
-- Es genial.  

jueves, 3 de marzo de 2011

MEMORIAS DE UN MERCENARIO: HOY. "UNA INJUSTICIA PORNOGRÁFICA"


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El periodismo es un negocio de extorsión, la prensa libre no existe, y estamos todos rodeados”; fue dicho en el post del 10/11, Una puta inmaculada, que sirve de introducción a esta sección, y donde a la vez anunciábamos estos rápidos relatos destinados a refrendar con hechos las palabras, porque una buena historia vale más que mil imágenes. El autor se retiró de lo que gusta llamar "el periodismo industrial", no arrepentido, pero si medio asqueado, al cabo de 25 años de oficio.
De su experiencia, estos recuerdos.



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El Martiyo Producciones presenta…


"Memorias de un mercenario"
 




“Los mercenarios que he tratado, y con quienes a veces he compartido la vida, combaten de los veinte a los treinta años para rehacer el mundo. Hasta los cuarenta, se baten por sus sueños y por esa idea que de sí mismo se han inventado. Después, si no han dejado la piel en la batalla, se resignan a vivir como todo el mundo –a vivir mal, porque no cobran ningún retiro- y mueren en su lecho de una congestión o de una cirrosis hepática. El dinero nunca les interesa, la gloria rara vez, y se preocupan muy poco de la opinión que merecen a sus contemporáneos. En esto es en lo que se distinguen de los demás hombres”.

Jean Lartéguy 

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Hoy: Una injusticia pornográfica


Les decía en mi última entrega que nunca agradezcan nada. (Ver Juego de tiburones)
Aquella vez para la revista Noticias yo había logrado una muy buena nota sobre –contra- Eduardo Eurnekian, a partir del muy buen material que silenciosamente me había enviado Julio Ramos. No le debía nada. Nuestros intereses se alinearon: yo tenía que escribir contra Eurnekian, y él quería destruirlo. No le debía nada, pero igual me lo cobró. Enseguida, antes de un año.
Eran los inicios de los 90 cuando los dueños de los medios se echaban sobre las privatizaciones del COMFER como gatos al camarón. El COMFER, entonces, lo dirigía Guinzburg, León Giunzburg. Ramos lo odiaba a él también.
Yo ya no estaba en Noticias, ya trabajaba de vuelta para la Editorial Atlántida (ver No odies a tu enemigo, contrátalo), en una revista recién nacida, casi abortada, hecha de apuro tan luego para dicho juego de gatos y camarones. La revista se llamaba Tele Clic, pero de ella les hablaré en otro momento, porque así, pequeña y nueva, de género menor, fue sin embargo una de las últimas y mejores y más ricas historias de mi carrera.
El caso es que llevado por la temática de las licencias y sus privatizaciones, allí una tarde me encuentro frente a Julio Ramos en su despacho de director y dueño del diario Ámbito Financiero, grabador en mesa, todo listo para la entrevista con aquél tiburón lleno de dientes, y de ferocidades…
No recuerdo nada de la entrevista, a no ser que en un momento, Ramos gritó:
-- ¡Lo que pasa es que Guinzburg es un coimero!…
El cazador de escándalos sabe reconocer una buena presa apenas la oye.. Le señalé el grabador, le recordé que grababa.
Ramos lo miró, se acercó bien a él, y en voz aún más alta, dijo:
-- ¡El señor León Guinzburg, director del Comfer, es un coimero!
Y luego se acomodó de nuevo en su sillón y me miró como quien sopla sus dos pistolas recién disparadas.
Contento con mi león abatido, publicamos la entrevista enseguida, y aquella frase en un destacado cuerpo 38.
La pólvora no estaba mojada, y explotó tal cual lo esperábamos. La nota armó su revuelo, y tanto, que poco tardó León Guinzburg en procesar a Julio Ramos por injurias y calumnias. Los grandes medios recogieron la noticia. Tele Clic crecía.
Pero yo me vi en problemas.
La denuncia de Guinzburg contra Ramos entró en el juzgado de la jueza María Servini de Cubría, y allí inmediatamente, apenas citado, Ramos se desdijo de todo alegando que eran todos inventos míos.
Me reí, yo había guardado, como corresponde, aquel cassette con los gritos de Ramos. Ja já. Me reí, sí.
Pero allí vino el doctor Pablo Argibay Molina, abogado entonces de la Editorial Atlántida, a explicarme que no, que no debía reírme. Que todavía faltaba mucho para los Kirchner, y que aun la ley protegía a los editores de las irresponsabilidades que firmaban sus periodistas, porque las vaquitas eran ajenas y bla blá, y que de nada servía ese cassette de mierda, porque además existía aún una figura legal llamada “vehículo de injuria”, por la cual yo, al reproducir aquellos dichos de Ramos, era ya tan culpable como Ramos, y ahora que Ramos se había desdicho, yo era el único culpable de todo. Nunca agradezcan nada.
De ese enredo no me sacó ni Argibay Molina, ni Ramos, ni mi nuevo abogado, que el día de la audiencia llegó dos horas tarde… De ese enredo me sacó, en tal caso, la amable doctora Servini de Cubría, a quien sí, ya que está, le agradezco. Nunca agradezcan nada, pero hacéte amigo del juez.
Habían pasado ya dos o tres años de todo aquello, yo no estaba más en Atlántida, y por supuesto Argibay Molina –Atlántida, bah- había abandonado mi defensa sin siquiera avisarme que la causa continuaba.  Mercenario que para, mercenario que cierra...
El caso es que allí estaba yo ahora, en el banquillo y sin abogado, solito con mi viejo casette, frente a León Guinzburg -hecho un auténtico león junto a su adusto equipo de leguleyos-, y la doctora Servini de Cubría, que me miraba así … preguntándose como yo quién iba a defenderme…
Mi abogado por fin llegó, pero para entonces ya todo había terminado.
Hartos de esperarlo, expuse yo mismo los hechos, asistido por la más pura verdad, y para ilustrarlos mejor, les hice oír el cassette. Claramente era Julio Ramos el que allí decía lo que después dijo que no había dicho. Claramente, sí, pero… marche preso igual: el cassette no servía como prueba, y yo seguía en problemas.
Entonces la doctora Servini de Cubría, con el acuerdo de Guinzburg y de sus abogados -y sin que yo proponga nada-, aceptaron que yo aceptara la versión de Ramos, y me retractara allí mismo por haber inventado tales calumnias ¡y haberlas puesto encima en boca de otro!...
Se trataba de un injusticia de ribetes pornográficos, pero la alternativa era el calvario de una causa contra Ramos -mientras me defendía de Guinzburg-, que antes de acabar, acabaría conmigo.
Sin abogado aún, allí todavía, con la Servini ahí, que maternal y misericordiosa me aconsejaba mentir para salvarme; y don León al lado -vuelto de pronto un buen león muy compresivo-, y yo joven todavía, sí, pero cada vez menos (esto es: ya con más problemas que expectativas), bueno… para cuando entró mi abogado disculpándose por el tránsito, yo ya me había retractado de lo que nunca había dicho, y ya hablábamos todos de otra cosa. La doctora Servini ordenó una vuelta de café. La pasamos bonito.
Al día siguiente apenas, el diario Ámbito Financiero destacaba en un recuadro la integridad del señor Julio Ramos, cuya inocencia había sido demostrada en el causa por injurias contra León Guinzburg, a partir de la confesión de parte del propio Daniel Ares, autor de la nota…
Para entonces yo trabajaba en el diario La Prensa. Lo llamé a Ramos, desde la redacción, inmediatamente, apenas leo aquél recuadro.
Como era de esperar, Ramos no quiso atenderme, hablé con Roberto García, su mano derecha de toda la vida, un gran mercenario, un par, le recordé la verdad de los hechos, le pregunté si no era por lo menos para ahorrarse aquél recuadrito que todos sabíamos tan indigno…
Pero la verdad no recuerdo qué me dijo Roberto, si es que algo me dijo... Apenas me oí, sentí que hablaba solo, que le preguntaba a la lluvia por qué el agua mojaba…
Nunca agradezcan nada.
Al juez tampoco, ni el café. 


(continuará)


Destellos Ajenos, hoy: Enrique Santos Discépolo: Mordisquito...


Destellos Ajenos:



"Bueno, mirá, lo digo de una vez. Yo no lo inventé a Perón. Te lo digo de una vez, así termino con esta pulseada de buena voluntad que estoy llevando a cabo en un afán mío de liberarte un poco de tanto macaneo. La verdad: yo no lo inventé a Perón, ni a Eva Perón, la milagrosa. Ellos nacieron como una reacción a los malos gobiernos. Yo no lo inventé a Perón ni a Eva Perón ni a su doctrina. Los trajo, en su defensa, un pueblo a quien vos y los tuyos habían enterrado en un largo camino de miserias. Nacieron de vos, por vos y para vos. Esa es la verdad. Porque yo no lo inventé a Perón, ni a Eva Perón. Los trajo esta lucha salvaje de gobernar creando, los trajo la ausencia total de leyes sociales que estuvieran en consonancia con la época. Los trajo tu tremendo desprecio por la clases pobres a las que masacraste, desde Santa Cruz hasta lo de Vasena, porque pedían un mínimo respeto a su dignidad de hombres, y un salario que les permitiera salvar a los suyos del hambre".

Enrique Santos Discepolo