Universidades de todo el mundo, y de las más variadas disciplinas, estudiarán por siglos este extraño caso que pone en tela de juicio cuanto principio, teoría o posición hubiera hasta hoy sobre el tema.
¿Es posible el suicidio en defensa propia?
¿Es posible el suicidio en defensa propia?
Clarín demuestra que sí.
CUENTOS DE TERROR
DE LOCURA
Y DE RISA
Alguna vez se estudiará con atención y por mucho tiempo este extraño caso tan extraño. Las grandes universidades dedicadas a la sociología, por supuesto a las comunicaciones, pero también al derecho y a la teología, pues ya para siempre nos preguntaremos: “¿es posible suicidarse en defensa propia?”.
Entonces contarán la trágica y simpática historia del gran diario que en defensa de sus más oscuros intereses dejó de ser lo que era, eligió sus negocios a la verdad, renunció a la realidad en nombre de la libertad (pues sus dueños corrían riego de acabar presos), y así poco a poco se parapetó desesperado en un blindaje de mentiras comunes, que al final lo aplastaron. Pues al abjurar de la verdad no pudo sino reducir a sus mejores periodistas a marionetas inverosímiles, y un día, así, pumba, se terminó. Dejó de ser lo que era. Dejó de ser, bah. Y por su propia mano, en defensa propia, eso es lo increíble. Un caso más raro que el del perrito ciego que jugaba al ajedrez, y ganaba.
¡Apuntále bien que le pifiás! |
Clarín hace rato que intenta vender algo que no es lo que dicen, y que no dicen lo que es. Mienten, y como son un diario, un medio de información que vive como tal de que la gente le crea para que lo compre, al mentir se inmolan, y al inmolarse, como corresponde, se suicidan. Y todo eso, sin embargo, para salvarse, en defensa propia. Casi podríamos hablar de una de las tragedias más cómicas de la historia del hombre.
¡Ponéte el casco, cabezón! |
Y esto que hoy aquí es apenas un rápido post al paso del Martiyo, crecerá en su misterio, y un día, podemos verlo, será materia de estudio para vastas y variadas disciplinas…
Nos guardamos la ilusión de que acaso alguien entonces nos mencione y recuerde que nosotros lo señalamos primero que nadie, y en aquél exacto momento, no antes, pero tampoco después, sino en el preciso instante en que Clarín llevaba el caño a la sien, y apretaba bien las muelas….
Nos guardamos la ilusión de que acaso alguien entonces nos mencione y recuerde que nosotros lo señalamos primero que nadie, y en aquél exacto momento, no antes, pero tampoco después, sino en el preciso instante en que Clarín llevaba el caño a la sien, y apretaba bien las muelas….
Ojalá. Siempre es lindo que te recuerden bien.
Pero ni el tiro del final te va a salir...
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