Destellos Ajenos:
"La observó mientras vertía en la medida y luego en la jarra la rica leche blanca, no la de ella. Viejas tetas arrugadas. Vertió otra vez una medida entera y una yapa. Vieja y misteriosa, venía de un mundo matutino, tal vez como un mensajero. Alabó la excelencia de la leche, mientras la vertía. De cuclillas, al lado de una paciente vaca, en el campo lozano, al amanecer, una bruja sobre un taburete, los dedos rápidos sobre las ubres chorreantes. Conociéndola, las vacas mugían a su alrededor: ganado sedoso de rocío. Seda de las vacas y pobre vieja, nombres que le daban en los viejos tiempos. Una tía vagabunda, forma degradada de un inmortal, sirviendo a su conquistador y a su alegre traidor, su concubina común, mensajera de la secreta mañana. Para servir, o para vituperar, quién sabe, pero desdeñaba pedirle favores".
"La observó mientras vertía en la medida y luego en la jarra la rica leche blanca, no la de ella. Viejas tetas arrugadas. Vertió otra vez una medida entera y una yapa. Vieja y misteriosa, venía de un mundo matutino, tal vez como un mensajero. Alabó la excelencia de la leche, mientras la vertía. De cuclillas, al lado de una paciente vaca, en el campo lozano, al amanecer, una bruja sobre un taburete, los dedos rápidos sobre las ubres chorreantes. Conociéndola, las vacas mugían a su alrededor: ganado sedoso de rocío. Seda de las vacas y pobre vieja, nombres que le daban en los viejos tiempos. Una tía vagabunda, forma degradada de un inmortal, sirviendo a su conquistador y a su alegre traidor, su concubina común, mensajera de la secreta mañana. Para servir, o para vituperar, quién sabe, pero desdeñaba pedirle favores".
James Joyce
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Como tantos medios públicos, EL Martiyo no deja de ser privado, y por lo tanto se reserva el derecho de pubicar o no los comentarios recibidos.