////// Año XVIº /// Editor Anónimo: Daniel Ares /// "Prefiero ser martillo que yunque", Julio Popper ///

jueves, 26 de mayo de 2011

ESCRITOR X ESCRITOR - HOY: WOLFE X FAULKNER.

ESCRITOR POR ESCRITOR


Aunque más no fuera por alentar o sostener o cuando menos celebrar esa magnífica fraternidad fuera del tiempo y del espacio que suscita la escritura entre escritores, aquí El Martiyo presenta esta sección que fija, recorta y comparte, en fragmentos preciosos, pedacitos de ese platónico amor de verdad desinteresado, de verdad espiritual, de verdad eterno… de verdad amor.
Escritor x escritor, como Destellos Ajenos, es un espacio inmejorablemente escrito, porque lo escriben los mejores de la especie, sólo que aquí los unos elevan a los otros elevándose así en prueba de una generosidad como la que soñaba don Antonio Machado, cuando “la monedita del alma, se pierde si no se da”.




ESCRITOR x ESCRITOR


Thomas Wolfe x William Faulkner:


Thomas Wolfe


"En Norteamérica hay tres grandes escritores: primero está Wolfe, después yo, y después Hemingway".


(Contundente declaración pública de 1951, ya muerto Wolfe, ya Nobel él).


William Faulkner

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ANÉKDOTAS. HOY: "La relativa relatividad", con Alberto Einstein.

Anékdotas

Hoy:  “La relativa relatividad”

Con Alberto Einstein

 
Alberto Einstein intentaba, además, ser un hombre sociable, y cuando estaba en una reunión, se abría a la charla con cualquiera. Así una vez, una señora, durante una recepción, al ser presentados, le pidió que le explicara, al paso, sintéticamente, la Teoría de la Relatividad.
Einstein lo intentó, y de la forma más simple que pudo, pero la mujer igual no la entendió, y sin rendirse, le pidió que se la explicara de una forma aún más simple. Einstein lo hizo, pero otra vez ella tampoco lo entendió, y otra vez le pidió otra reducción. Y así una vez y otra vez Einstein resumió su teoría, hasta que por fin la buena señora le dijo:
-- Ahora sí la entendí.
-- Bien –le dijo él-, pero eso ya no es la teoría de la relatividad.


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miércoles, 25 de mayo de 2011

PRIMICIA MUNDIAL: EL MARTIYO ABANDONA LA LUCHA CONTRA LA OPOSICIÓN.




Si tuviéramos los recursos de los grandes medios, a nadie le faltaría su buen martiyazo en la cabeza. No dejaríamos pasar ni siquiera las especulaciones psicológicas de Chiche Duhalde, desempolvada de apuro por su fantasmal esposo; nos haríamos una fiesta tras otra con las gansadas a repetición de Mauricio Macri, y resucitaríamos incluso a Elisa Carrió… pero somos pocos, y nos conocemos mucho: el enemigo es otro.


EL VENTRÍLOCUO MALDITO





Sin toro no hay torero.
No hay diestro que se luzca frente a una alfombra.
Cuando lo vemos a Macri, bailando como un pelotudo, fesejando porque iba para presidente y no lo siguió literalmente ni su padre; cuando lo oímos a Duhalde calificar su propio circo de “papelón”, y sacar del armario a su Chiche para que ésta se ponga a interpretar psicológicamente a Cristina (lo cual equivale a que el Checho Batista nos explique el conflicto de Medio Ortiente); cuando vemos a Pino Solanas, que quiso ser cineasta y no pudo, que la iba de político de izquierdas y termina a los besos con Mariano Grondona; cuando vemos que ya ni vemos a la Carrió en las páginas de Clarín; cuando el propio Cobitos se llevó puesta a la UCR en su triple traición final (no olvidemos que lo expulsaron por traidor, y que por el mismo motivo lo reincorporaron despuès de la 125, para que él de última los sepulte con aquel adiós en el que prometió no renunciar a su cargo de vicepresidente para demostrar que “un radical también puede terminar su mandato”); cuando vemos todo eso, nos preguntamos, casi con vergüenza, no sin piedad, ¿a quién le pegamos cuando le pegamos a la oposición?
Si el lector se toma la molestia, advertirá que el último post que publicamos sobre la oposición es del 18 de abril: La patria de la risa. (Acaso el título ya anunciaba este adiós).
Desde entonces más de una vez comezamos a escribir sobre alguno de ellos… pero enseguida nos desanimó la desagradable sensación de estar pateando una bolsa de papas… o algo peor, sí: un muerto.
Nos permitimos recordarles a nuestros lectores que El Martiyo nació como El Martillo en octubre de 2008 en la comunidad Clarín.blogs, y ni la fecha ni el site fueron al voleo.
Decidimos iniciar El Martillo después de los hechos que concluyeron con la noche no positiva del cacófónico Julio Judas Cobos y la victoria de la Sociedad Rural, celebrada espantosamente por muchísimas de sus históricas víctimas… Retirados del periodismo industrial desde hacía más o menos tres años, convocados por dicho disparate colectivo, sentimos la necesidad de volver y oponer, al menos, una voz… Concientes de nuestra estatura de David, pero también ya entonces de quién era en realidad el Goliath a enfrentar, elegimos la comunidad de blogs de Clarín, para ser por lo menos esa quinta columna que los masticara por dentro… Y exactamente  eso hicimos durante dos años y un mes, hasta que Clarín no aguantó más, se arrancó su falsa careta de la libre expresión, y nos clausuró por fin, para nuestra decidida honra,  el 11 de noviembre de 2010.
Viéndola venir cuando murió Néstor Kirchner, ese misma mañana nos clonamos en El Martiyo, y desde aquí le seguimos dando y dando, a la oposición, y a Clarín, que vienen a ser la misma cosa, o mejor dicho: la oposición es Clarín, y ya no hay otra cosa. El resto son fantasmas que crea su ilusión, y que ya vemos: aparecen y se desvanecen, y sólo, siempre, queda Clarín allí…
Por supuesto cuando decimos Clarín aprovéchanos a reunir en tan cómodo vocablo, todo lo que en sí contiene: el diario y el Grupo, el Goldman Sachs, y sus muchos medios y sus incontables negocios y sus socios, Papel Prensa y por lo tanto La Nación y por lo tanto el Barton Group, y la empresa Cimeco, a través de la cual controlan los diarios Río Negro de Río Negro, La voz del interior de Córdoba, El Tribuno de Salta, el Los Andes de Mendoza, y otros), más las radios y los canales de cable y…. uf, damos gracias por la existencia de la palabra Clarín, cuya formidable síntesis contiene tanto… por no decir "todo”.
Su ingrato nombre, si bien se piensa, supone y concentra el último bastión de los enemigos del país: la Sociedad Rural de las grandes exportadoras, la cúpula eclesiástica que bendijo el proceso, la timba financiera internacional, y los últimos fantasmas de una Argentina errática y frustrada: Duhalde, Macri, De Narvaez, la Carrió en fin, en términos de oposición, podríamos decir: “dentro de Clarín todo, fuera de Clarín, nada”.
En esa inteligencia entonces, y a riesgo de que el lector nos presuma monotemático, anunciamos aquí concentrar desde hoy la suma de nuestras fuerzas en el único enemigo, que es, en sí, todos los enemigos.
Lo cual no quita, claro, que no se liguen algún eventual martiyazo sus espectros de turno (la tentación siempre estará)… Pero no seremos nosotros quienes ahorquen al muñeco mientras se nos escape el ventrílocuo.




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TIEMPOS MODERNOS: EL PRESENTE SEGÚN NOSOTROS...

El Martiyo Producciones Presenta...



Tiempos Modernos XXI



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LOS CHISTES DE BORGES... y los errores del sistema...

Los chistes de Borges



Cuando le preguntan a María Kodama qué es lo que más extraña de Borges, ella no duda en responder: “su sentido del humor”. Uno de los hombres más divertidos de la historia del hombre, sin embargo, decidió pasearse por su siglo disfrazado de viejo aburrido, sin romances rimbombantes ni escándalos de vodeville, con su traje siempre gris, su bastón y su ceguera, su hablar lerdo y trabado, y su genio camuflado de sabio que no sabe. No es arbitrario pensar que esa sola caracterización, única y total, fuera su más secreta y grande broma.


Cuando cumplió 80 años un periodista entonces muy conocido y ahora olvidado, le preguntó por televión, en vivo y en directo, qué pensaba de su edad. Borges, sin ningún énfasis, respondió:
-- Que es un error del sistema métrico decimal- y se calló.
Pero ante la perplejidad del notero, decidió explicarse.
-- Fijesé que si en vez de contar de diez en diez, contáramos de doce en doce, yo hoy cumpliría 60 años, que es una edad bastante decorosa, no?...

 

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lunes, 23 de mayo de 2011

MEMORIAS DE UN MERCENARIO - HOY: "LAS MIELES DE LA VICTORIA".



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El periodismo es un negocio de extorsión, la prensa libre no existe, y estamos todos rodeados”; fue dicho en el post del 10/11, Una puta inmaculada, que sirve de introducción a esta sección, y donde a la vez anunciábamos estos rápidos relatos destinados a refrendar con hechos las palabras, porque una buena historia vale más que mil imágenes. El autor se retiró de lo que gusta llamar "el periodismo industrial", no arrepentido, pero si medio asqueado, al cabo de 25 años de oficio.
De su experiencia, estos recuerdos.



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El Martiyo Producciones presenta…


"Memorias de un mercenario"
 




“Los mercenarios que he tratado, y con quienes a veces he compartido la vida, combaten de los veinte a los treinta años para rehacer el mundo. Hasta los cuarenta, se baten por sus sueños y por esa idea que de sí mismo se han inventado. Después, si no han dejado la piel en la batalla, se resignan a vivir como todo el mundo –a vivir mal, porque no cobran ningún retiro- y mueren en su lecho de una congestión o de una cirrosis hepática. El dinero nunca les interesa, la gloria rara vez, y se preocupan muy poco de la opinión que merecen a sus contemporáneos. En esto es en lo que se distinguen de los demás hombres”.

Jean Lartéguy 

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Hoy: "Las mieles de la victoria"

 


Larteguy tiene razón. Los mercenarios que yo he conocido también combaten de los veinte a los treinta por rehacer el mundo, y despuès, hasta los cuarenta, por esa idea que de sí mismo se han inventado. Yo entonces tenía 35. Estaba en el momento justo para batirme por esa idea que me había inventado de mí mismo. Si algo había aprendido al cabo de tantas batallas, era hora la de probarlo… y de probarme.  
Es bueno que el novato sepa que tarde o temprano, si no cae en la contienda, llegará su momento.
Aquella pequeña revista, de género menor, dedicada a la tevé y su farándula, demorada durante meses en números ceros que nunca llegaban al uno, con su escuálida redacción de principiantes; y que yo creía condenada a ser apenas un satélite de Telefé, ya tenía nombre -Tele clic-, ya llegaba a los kioscos, y ya me había demostrado que, tras su apariencia inofensiva, era en realidad un comando especial para operaciones encubiertas. (Ver Nunca sabrás nada de nada). Pero apenas nacida, ya se moría.
Pensada para vender al menos entre diez y quince mil ejemplares (recordemos que se trataba en principio de una revista de programación, con algunos recuadritos de exaltación a las figuras de Telefé), apenas lanzada, con toda la fuerza de Atlántida y el apoyo audiovisual de Telefé y Continental, picó de salida en nueve mil ejemplares, y de allí empezó a caer semana tras semanas… hasta que cayeron sus directores, claro.
Eran Jorge Lafauci y Marita Otero, buena gente, pero no aguantaron las presiones. Demasiados amigos en la farándula, y Tele clic ya nacía llena de enemigos (el resto del mundo menos Telefé, claro). Nunca llegaron a echarlos, la tempestad se los tragó, renunciaron a coro en mitad de un cierre, el taller babeando de ansiedad, y el número aquél a la deriva… y a bordo veinte novatos y un solo profesional: yo.
Aldo Proietto dirigía por entonces El Gráfico, pero brazo derecho de Constancio Vigil, controlaba todas sus revistas, exceptuando La Chacra, pero incluyendo Tele clic, y mucho más en ese preciso momento, cuando ya no la dirigía nadie.
Pálido bajo el neón de los tubos, miró a su alrededor, uno por uno a los novatos… y yo.
Perdido por perdido, se le cayó la pregunta de la boca
-- ¿Te animás?- me dijo.
Sonreí. Bastaba asentir para que de pronto una revista de Constancio Vigil, el hombre al que yo había mandado preso pocos meses atrás (Ver No odies a tu enemigo: contrátalo), de pronto quedara en mis manos. Asentir hubiese bastado, pero hice más.
Joven, atrevido, valiente o temerario, dispuesto a batirme por la idea que me había hecho de mí mismo, hice más que asentir: sonreí, me encogí de hombros con sobrada obviedad, y recuerdo que le dije:
-- Más bien…
Proietto se atajó. Supongo su escalofrío: de golpe sin otra alternativa que el naufragio, o yo…
-- Es sólo por este cierre… -aclaró como para calmarme pero para calmarse.
-- Por mí no hay problema –le respondí para que se calme, y no.
Asintió sin sonreír.
-- Metéle –me dijo, y le metí.
Allí tenía yo, por fin, un buen buque mercante bajo mi mando por primera vez. La nave no era en sí gran cosa, pero la respaldaba una de las flotas más poderosas del continente: Atlántida-Telefé-Continental
La nave en sí no era gran cosa, y para peor se estaba hundiendo, es cierto. Pero mejor: no habría presiones. Tenia mucho para ganar y nada para perder. Si se hundía, no era yo el que la había hundido, y si flotaba… era yo quien los salvaba a todos del naufragio…
Mentiría si dejo aquí las cifras exactas de las ediciones sucesivas, recuerdo sí –y aún debería estar en aquellos balances de Atlántida- que las ventas empezaron a subir una semana tras otra, que enseguida pasamos los diez mil ejemplares y los veinte mil, después los treinta y los cuarenta mil, y que antes de un año alcanzamos los 120 mil ejemplares, que era el tope de ventas de Noticias y Gente, los dos semanarios de mayor circulación por entonces.
Como suele ocurrir, de a poco la victoria se llenó de traidores, y al año me fui… Pero durante ese año fue una campaña triunfal, y en tal caso acá lo que importa es cómo lo conseguimos, las técnicas de combate que nos dieron la victoria… Y no me refiero a las grandes estrategias de marketing o a los pretenciosos estudios de mercado, que si fueran tan efectivos no fallarían nunca. Me refiero a lo que no falla nunca: a los recursos y la experiencia recogidos en el frente, a esas cosas que fuera de toda ortodoxia -y no necesariamente éticas-, resuelven la batalla y aniquilan al enemigo.
Era la hora de probar lo aprendido... y de probarme.
Eureka- eureka, la pólvora explotaba, sí.
Pronto Tele clic era nombrada, discutida o elogiada en casi todos los programas de la tele y la radio, alcanzábamos la tapa de los grandes diarios, y pronto imponíamos y sacábamos figuras y programas de la televisión argentina. Luego comenzamos a exportarla.
¿Cómo lo hicimos?
Para explicarlo necesito un espacio igual a éste así que mejor la sigo en el próximo episodio. Prometo esta vez no demorarme tanto, que ya hace más de un mes desde la última entrega, lo sé...
Pero es que lo mercenarios somos así. Larteguy allí no lo dice, pero cuando no dejamos la piel en la batalla, ni nos derrota la cirrosis –y encima un modesto botín de guerra nos permite un retiro relajado-, a veces nos relajamos demasiado, sí, puede ser… son las mieles de la victoria, como les llaman.
Es bueno que el novato sepa que no siempre se pierde.

(continuará)

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LOS CHISTES DE PERON: KENNEDY Y LA MANO DE DIOS.

Los chistes de Perón



Si alguna vez los argentinos consiguiésemos el nirvana tangible de una divisa estable, esa nueva moneda debería llevar impresa, en sus dos caras sin ceca, las imágenes yuxtapuestas de Borges y Perón; como el yin y el yang de una Argentina sola, que en su doble anverso, grabara así la riqueza de nuestras más hondas contradicciones, unidas entonces por las solas banderas de la gracia de la inteligencia, la agudeza de la sensibilidad, y la sabiduría siempre que revela el humor. Por ello aquí El Martiyo, en un gesto estético histórico -pero histórico por estético-, reúne, funde, en un mismo marco, en idéntico formato, a este dueto imposible, y sin embargo… Esperamos que así como los peronistas disfrutan de Los chistes de Borges, así la otra Argentina disfrute de Los chistes de Perón, quien supo tener, indiscutido, el sentido de la risa que es propio de los grandes. Y que nos hace mejores.



Con su sonrisa made in Hollywood, su bella y elegante esposa, y su dramático final en pleno aplauso, John Fitzgerald Kennedy consiguió lavar su imagen de tantas cochinadas que hizo en vida, como Bahía de los Cochinos por ejemplo.
Sin embargo Perón lo recordaba bien, o sea... En uno de sus libros, su biógrafo oficial, Enrique Pavón Pereyra, consigna esta rápida semblanza del uno por el otro:
-- Andaba tan lejos de Dios, que Dios no pudo echarle una mano cuando la precisó.


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"Más de 1000 Palabras": "Un poco de amor francés", con Strauss Kahnn y Sarkozy.

El Martiyo Producciones Presenta...


*Más de 1000 Palabras*
(galería de imágenes)


 Título:


"Un poco de amor francés"

Nicolás Sarkozy y Dominique Strauss-Kahnn

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LOS 7 PECADOS EN 7 FOTOS Y UN SOLO CLICK...

El Martiyo Producciones Presenta...


* LOS 7 PECADOS EN 7 FOTOS *


Aquí en un sólo click toda la serie de esta sección gráfica y finita inspirada en ese poético invento católico de los 7 pecados capitales, que tantas ficciones, dramas y comedias, conflictos y prejuicios han inspirado a su vez, sin que se les conozca ningúna otra razón más o menos positiva...
Aquí entonces, para ver, reflexionar, cortar o pegotear, los 7 pecados en 7 fotos y un solo -y valiente- click...
(Pecar sería huir)

domingo, 22 de mayo de 2011

LAS CHICAS DEL MARTIYO... y sólo el mundo gira y gira...

“Las Chicas”


Esta chica nos muestra cómo gira el mundo,
y otros planetas no...

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OBAMA DECRETÓ LA PAZ EN MEDIO ORIENTE: ¡POR FIN!



El jueves pasado en un brevísimo discurso (comparado en tal caso con los siglos que lleva el conflicto), el presidente norteamericano dispuso de una vez por todas la paz en Medio Oriente. Israel tan sólo debe devolver sus territorios a sus enemigos, y listo.


EL AMIGO AMERICANO


Benjamín Netanyanhú y Barack Obama.
Dos pájaros a los tiros.


Como quien decreta la prohibición del odio o el olvido obligatorio, así Barack Obama dispuso el jueves la paz en medio oriente, resolviendo en un rápido discurso dos mil años de complicaciones.
Con su extraordinario poder para adoptar la forma del recipiente que lo contiene, nuestro superhéroe El Hombre Líquido –ayer con los derechos civiles, hoy a favor de la ejecución sumaria-, sin advertir ningún obstáculo en el trámite, le devolvió Cisjordania a los jordanos, Gaza del todo a los palestinos, y las alturas de El Golán a Siria, y chau, che. Se acabó el conflicto.
No contento con ello, le ordenó además a las tropas israelíes -en apenas un párrafo- que abandonen la orilla occidental del Jordán –(sí, lector, así como lo lee: el presidente de un país dispone del ejército de otro país)-, y ya que está, y muy severo, le recomendó al gobierno de Israel –para su bien-, que reciba de vuelta a todos los refugiados palestinos que habían echado de sus casas.  O en su defecto, él se pondría muy nervioso. Ojo.
Lo advertíamos apenas el otro día en La suerte del villano: cebado por la rapidez con que resolvió la vida de Bin Laden, ahora ya nadie podrá detenerlo. 
Pero claro… como en esencia El Hombre Líquido es un personaje ficticio -a qué engañarnos- (empinado sobre la realidad por el delirium tremens de un pueblo moralmente derrotado); poco duraron sus fantasías.
Apenas al día siguiente, mucho más serio -y del todo real-, el primer minsitro israelí, Benjamín Netanyanhu, ya estaba allí, en Washington, frente a frente con él, en su Salón Oval, mirándolo fijo a los ojos, sin que le tiemble la voz, para recordarle en nombre de su pueblo que a nadie en el mundo le gustan los “listillos”.
“Israel no volverá a las fronteras anteriores a 1967 porque son indefendibles”. Dijo así de corto y claro, como un directo a la mandíbula.
Con igual síntesis, Netanyanhú aprovechó para informarle a este muchacho lleno de bellos sueños (y dudosas prácticas), que de ninguna manera sus tropas se irían de ninguna parte, y que mucho menos pensaban recibir de vuelta a palestino ninguno, sobre todo teniendo en cuenta el gran esfuerzo que les costó echarlos a todos.
Por supuesto El Hombre Líquido estuvo inmediatamente de acuerdo con el recipiente que ahora de pronto lo contenía. “La relación extraordinariamente cercana que hay entre Israel y Estados Unidos es sólida y continuará”. Afirmó al cabo del encuetro el hombre cuyos bombardeos asesinaron también a tres nietos de Kadaki, los tres menores de 12 años. “Obviamente hay algunas diferencias entre nosotros, pero eso es lo que pasa entre amigos”, comentó por fin el autor intelectual del asesinato también de los otros tres civiles que acompañában a Bin Laden en su casa la noche que lo asesinaron... (es nada más un recurso para no repetir todo el tiempo "Obama", aunque se nos escape todo el tiempo la palabra "asesino" y sus derivadas)…
En plena sangrienta primavera árabe, caído ya el amigo Mubarak en Egipto, agarrado de un moco el amigo El Asad en Siria, detonada Libia como una caja de Pandora, comprendemos la preocupación de Israel ante la extemporánea generosidad del  hombre que iba a cerrar Guantánano (y tomá de acá), quien de pronto y sin consultarlo con nadie -como cuando invadió Pakistán la semana pasada-, ahora recorta los territorios de su estado de ellos, y se los entrega a sus enemigos de siempre.
Comprendemos la preoupación de Israel, y no nos sorprendería –siendo ellos siempre tan propensos a bombardear a los vecinos- que ya hayan reforzado militarmente aún más cada centímetro mencionado por Obama en su rapidísimo discurso.
Y tampoco ha de sorprendernos, en los próximos días, ver alguna demostración de fuerza de esas que dejan así nomás decenas de muertos, cuando no cientos, los cuales en el fondo serían, también, responsabilidad del irresponsable Obama.
Una vez más nos gustaría equivocarnos.
Pero una vez más no podemos dejar de pensar que el equivocado es Obama.
Y por lo visto no somos los únicos que lo pensamos.

El delirio americano.

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Aforismos: "El mundo podría ser tuyo...

Aforismos:


"El mundo podría ser tuyo...
pero ya un dos ambientes está difícil, imagináte El Mundo".


sábado, 21 de mayo de 2011

EL MARTIYO PLUS TE REGALA UN LIBRO... Y SU PLUS.

Historias de Escritores





"Historias de escritores" es el título del libro de no-ficción de Daniel Ares editado por Alfaguara (Buenos Aires, 1998), y que reúne una serie de artículos previamente publicados, en su gran mayoría, en la revista Avenida.
Tal y como dice el autor en su prólogo, son “síntesis biográficas” de once escritores, “once personas que yo quiero mucho”: Honoré de Balzac, Fiodor Dostoyevski, Jean Arthur Rimbaud, Jack London, Delmira Agustini, Céline, Hemingway, Faulkner, Arlt, Miguel Hernández y Henrry Miller. "Sin embargo, y por suerte, esos once no son los únicos escritores que yo quiero tanto".
Recuperados los derechos del libro, aquí El Martiyo Plus no sólo se propone  reproducirlo en versión virtual, completa, ilustrada, revisada y gratuita; sino también continuarlo con otros artículos inéditos de la misma serie, que así como vamos -y por suerte también- se nos aparece infinita.
Hoy entonces, a manera de presentación, en una doble entrega, ofrecemos el prólogo de aquella edición, y un rápido retrato de la vida y la obra y la muerte espectaculares del gran escritor japonés Yukio Mishima. 

Léalo aquí...


El Martiyo Plus




viernes, 20 de mayo de 2011

DESTELLOS AJENOS. HOY: CHARLES BUKOWSKI...







Destellos Ajenos

"Pero yo solía jugar un juego conmigo mismo, un juego llamado isla desierta, y mientras estaba tirado en la cárcel, en la clase de arte o caminando hacia la ventanilla de diez dólares en las carreras, me preguntaba, Bukowski, si tú estuvieras en una isla desierta, tú solo, y nunca ser encontrado excepto por  pájaros y gusanos, ¿tomarías una vara y rascarías palabras sobre la arena? Yo tenía que decir no, y por un rato esto resolvía un montón de cosas, y me dejaba seguir adelante y hacer un montón de cosas que yo no quería hacer, y me alejaba de la máquina de escribir y me ponía en el pabellón de caridad del hospital municipal, la sangre corriendo fuera de mis oídos, de mi boca y de mi culo, y ellos ahí esperando a que yo muriese, pero nada pasaba. Y cuado salía me preguntaba otra vez, ¿Bukowski, si estuvieras en una isla desierta y etc… y sabes, pienso que era que la sangre había abandonado mi cerebro, o algo, y yo decía, sí, sí, yo tomaría una vara y rascaría palabras sobre la arena. Bueno, esto solucionaba  un montón de cosas porque me permitía seguir adelante y hacer las cosas, todas las cosas que no quería hacer, y me dejaba tener la máquina de escribir también; y desde que ellos me dijeron que un trago más me mataría, ahora he bajado a dos galones de cerveza al día".

Charles Bukowski