Si más de una vez antipamos lo que se tragan los grandes diarios es porque no empeñamos nuestro tiempo en defendernos de la justicia ni en tapar oscuros negocios o pasados, ahí la ventaja: sin tanto poderío fáctico, pero con libertad práctica, obervamos la actualidad despejada de temores personales u obligaciones espurias.
El largo enfrentamiento sordo y sostenido entre China y Estados Unidos, terminó esta semana. Ahora es China el nuevo jefe del mundo, quien da las ordenes, y los consejos. El que no quiera obedecer, puede oponerse, pero ignorarlos será imposible.
Conozca de paso la misteriosa historia del miesterioso doctor Li.
OPERACIÓN DRAGÓN
"Aún el camino más largo empieza con el primer paso".
Proverbio chino.
Con la sutileza letal de sus artes milenarias, esta semana, en un golpe de manos casi imperceptible de tan veloz, el gigante amarillo que dormía despertó y le arrebató a los Estados Unidos el gobierno mundial de la Tierra. Ahora mandan los chinos. Se veía venir.
Ahora las órdenes internacionales, y las condiciones generales, y las pautas de conducta, las marcarán ellos.
Con paciencia oriental se organizaron durante años mientras al mismo tiempo y ritmo se desorganizaba el occidente capitalista y liberal que pretendía enfrentarlos. Ahí los resultados.
Do you understand o hablo chino?
|
Por las dudas alguien allá, en Washington, se preguntase quiénes eran estos chinos para hablar así tan luego de ellos; más abajo se dejaba bien en claro quién hablaba, y por qué:
“China tiene todo el derecho ahora de reclamar a los Estados Unidos que corrija los errores estructurales de su deuda y garantice la seguridad de los activos en dólares de China”. ¿Ahora se entiende, o hay que explicarlo mejor?
Hablaba China, el mayor acreedor de Estados Unidos, el dueño del 70 por ciento de su deuda; lo que equivale a decir que los Estados Unidos están hipotecados, y que el dueño de esa hipoteca es China. Lo que equivale a decir que China se adueñó de los Estados Unidos, y por traslado de activos, del mundo actual. Se veía venir.
Aquel viejo trapo rojo.
|
Incluso pocos días antes, previendo este cambio de mando –en el gobierno mundial- el director del Centro de Investigaciones Políticas del Consejo de Estado de China, Chen Daofu, había comentado en voz bien alta la necesidad de buscar alternativas de inversión para las reservas chinas; sin olvidar que hace rato los chinos preguntan en todos los idiomas por qué ya que estamos de renovación no cambiar también el patrón monetario y que se muera el dólar y que viva el yuan, eh? Por qué no, se preguntan en voz también bastante alta los chinitos…
Y así como hasta la semana pasada los Estados Unidos le aconsejaban al resto del mundo reducir sus planes sociales y sus gastos de defensa y pagar lo que les debían a ellos; ahora es China quien les aconseja lo mismo a ellos, so pena de recibir otra mala nota en sus propias escuelas. Dice Xinhua: “...de no recortar el gigantesco gasto militar y los costes del nuevo sistema de previsión social universal dispuesto por Obama, Standard & Poor's podría rebajar aún más la calificación de la deuda estadounidense”.
Y mientras así aconsejan, sonrientes como son, se estrenan portaaviones.
Lo sacaron a pasear este miércoles para que todo el mundo vea cómo crecieron y qué grande la tienen.
Sin dejar de sonreír dando vueltas por el mar, explicaron que tan tremenda embarcación no tenía fines bélicos, que era nada más para maniobras, para entrenarse... Pero no explicaron entrenarse para qué, si es que no tiene fines bélicos… eso quedó flotando, como el portaaviones.
En simultáneo, del otro lado del subibaja de los imperios, el primer ministro inglés, al igual que el último dictador egipcio, la embiste contras las redes sociales.
Desde mediados de 2009 China admite que destina parte de sus reservas a controlar empresas extranjeras (Petrobras, Addax, Blackstone), especialmente en el sector de materias primas y energía.
El futuro son los metales raros, y China ya posee el 25% de arafura y el 50% de lynas. La nueva generación de productos electrónicos necesita de esos metales. Pero los misiles para defensa aérea también.
Según el Banco Mundial, China, además, diversifica sus inversiones: en Oceanía, por ejemplo, 68% en materias primas; en Hong Kong, 35% en finanzas.
Y entonces vale repetirlo: el 70 por ciento de la deuda norteamericana les pertenece.
Con su mínimo nombre, Li Xanglin era –es- un matemático brillante, acaso uno de los más brillantes de China.
Sin embargo, aún así, en 1987, el joven Li no sólo salió libremente de China para acabar trabajando en Wall Street, sino que el propio gobierno chino lo invitó a irse por el mundo, rumbo al corazón del capitalismo, para ver, humilde y honorablemente, qué se podía aprender de tan alegres y pujantes sociedades, donde la ferocidad en la competencia distinguía a los mejores.
Así Li Xanglin dejó China, se fue a estudiar a Canadá, consiguió un par de masters, y se integró tan bien a la sociedad occidental, que no sólo se hizo ciudadano canadiense, sino que incluso cambio su nombre, y ya como David Li, se empleó en el Banco Imperial de Canadá primero, y despuès en el Barclays, y hasta fue director y jefe global de créditos derivados en el Citigroup... Pero si Li alcanzó fama internacional, fue por diseñar los cálculos que dieran base al juego de los créditos derivados que hoy más bien se llaman activos tóxicos, y que en el año 2008 desbarataron sin solución el capitalismo occidental.. Derrumbe que sin embargo el doctor Li se perdió de ver en vivo y en directo, pues ese mismo año se volvió a Beijing y para su suerte consiguió trabajo en la China International Capital Corporation, tan luego a cargo del departamento de inversiones de riesgo. Su largo viaje, no había sido en balde.
Y colorín colorado, así termina la misteriosa historia del misterioso doctor Li y de aquel Occidente capitalista, liberal o neo, donde mandaban los mercados y sus corporaciones, quienes a su vez durante años les hicieron creer a los Estados Unidos que mandaban ellos, y sólo porque el jefe de todos los jefes dormía su siesta secular.
Pero ya despertó.
Y ya reparte las nuevas órdenes.
* * *