Se nos hace cada vez más difícil referir la actualidad europea sin caer en la jactancia de recordar cuánto hace que advertimos aquí lo que ahora sucede allí; y acabar escupiendo en algún momento el siempre amargo y vanidoso y doloroso: “yo se los dije”.
Pero entonces “eméritos” profesores, estudiosos y especialistas, comienzan a repetirnos y se sorprenden recién ahora con lo que avisamos hace tanto en nuestra profética sección Europa en Guerra.
Las imágenes y metáforas con las que El Martiyo compuso sus profecías, cobran la forma de los hechos; “las fisuras” y “las grietas” de las que hablábamos, son hoy enfrentamientos concretos; y la guerra que anunciamos ya huele a pólvora y ya sangra por las calles.
DE LOCOS, PROFETAS Y SUICIDAS
Madrid hoy: Reclamo de mineros, respuesta de Rajoy. |
“En Grecia están hablando de un escenario de guerra civil,
una Siria en Europa.
Eso es apocalíptico también, pero no imposible”.
Jean Pierre-Lehmann, profesor emérito del IMD.
“Vemos que los líderes actuales, como es de uso en estos casos, serán inmediatamente responsabilizados, y en breve políticamente linchados… Luego, con sus líderes, desaparecerán también los grandes partidos políticos tradicionale, o se renovarán y se trasformarán hasta desfigurarse por completo... Entonces el desorden general alcanzará su punto de caos, y al caos le sucederá un instante de vacío. Y de ese vacío, como tantas otras veces en Europa, puede -podría-. surgir exactamente cualquier cosa.
El Martillo (Clarín.blogs) agosto 2009.
Las distintas fases de nuestras profecías se cumplen paso a paso.
La primera camada de líderes ya fue “políticamente linchada”. Sócrates, Papandreu, Zapatero, Brown, Berlusconi, Sarkozy; allí los alemanes van ahora por la Merkel , mientras los “grandes partidos políticos tradicionales” comienzan a desfigurarse proyectando una segunda serie de “líderes” (Rajoy, Negri, Hollande), que también y pronto serán abolidos para entonces dar paso al caos del cual surgirá ese instante de vacío. Grecia, por ejemplo, ya alcanza dicha fase.
La hora de las fisuras que se hacían grietas y que anunciaban abismos (ver aquí), ha sonado ya.
En la última cumbre de la UE el nuevo presidente de Francia, Francoise Hollande, se le plantó a la viuda de Sarkozy, doña Angela Merkel, rompiendo de una vez por todas el santo el matrimonio franco-germano que hace tan poco diera a luz la ya sin embargo moribunda Unión Europea.
Atravesamos ahora la fase inmediatamente posterior, cuando los estados de esos pueblos (“que nunca se quisieron, que siempre se pelearon”, ver aquí), comienzan a enfrentarse política y diplomáticamente mientras atizan así los sempiternos odios étnicos, raciales y regionales entre sus respectivos pueblos –como bien pudo observarse en la reciente Eurocopa-; en tanto sus dirigentes, con impericia pero sin pausa, en base a más ajustes, recortes y represiones, cavan ese "vacío del cual puede surgir exactamente cualquier cosa".
En Francia el exintendente de Clichy, Claude Dilain, hoy senador, advierte otro estallido como aquel que en el 2005 incendió los suburbios de París.
La desocupación entre los jóvenes griegos alcanza ya el 50 por ciento (hace tan poco el 20 era un lógico escándalo en países del tercer mundo), y ya va por el 52 (cincuenta y dos, sí) en España.
Y Rajoy prueba el ajuste, le entrega la soberanía económica a Alemania, y dispara contra su pueblo.
Desocupación, recesión, represión, ajustes, más ajustes, antiguos dominios, viejos odios, cuentas pendientes, razas, regionalismos, etnias, las armas de la OTAN , indignados por todas partes… ¿Qué puede producir la suma de todo eso? Y aquí no importa el orden de los factores, porque importa justamente su desorden.
Todo esto que anunciamos hace tanto en éste nuestro humilde blog (y aún antes en medios gráficos, ver La triple guerra del final); recién ahora, sin embargo, sorprende a Jean Pierre Lehmann, profesor emérito del IMD, -el International Institud Management Development, de Lausanne, Suiza, considerado por el Financial Times como la mejor escuela de negocios fuera de los Estados Unidos-; y que aún así, decíamos, con todos sus pergaminos, tanto después que nosotros, dice lo que nosotros ya dijimos hace tanto.
“Si seguimos con el actual clima de confrontación entre los países y los jefes de estado, no hay mucha esperanza. Los analistas financieros también se han equivocado mucho porque no se dan cuenta de que están utilizando instrumentos del siglo XX, que no los necesitamos en este siglo”.
De paso por Buenos Aires a inicios de junio, en entrevista con Infobae, dijo ser “optimista”, pero aún así reconoció el fracaso del G20: “Es terrible. Las cabezas políticas dicen que es importante demostrar y dar la impresión de que el mundo está funcionando. Vemos todas estas reuniones climáticas, de comercio financiero y de política que son como un circo. No pasa nada”; se queja (como nosotros, pero mucho despuès) de la falta de liderazgo en Europa: “No he votado por Hollande ni por Sarkozy, pero tenemos una crisis de liderazgo terrible”, y tampoco parece tener gran esperanza en lo que viene: “sería para mí una gran sorpresa si Hollande llega a hacer algo”.
Por todo esto últimamente nos abstuvimos de actualizar nuestra sección Europa en guerra, para nocaer en el siempre jactancioso y amargo “yo se los dije”.
Sin embargo todavía queda por cumplirse la fase final, cúlmine y menos deseada de nuestras visiones: la contienda bélica internacional, la guerra, sí, allí mismo, en su propia territorio, la guerra en Europa otra vez, y van…
Cuando hace ya tanto nada más que nosotros lo decíamos, pasábamos por simples dementes, o en el mejor de los casos, por sudacas resentidos que no soportábamos el éxito ajeno. (Ver Memorias de un sudaca). Después el tiempo nos concedió con hechos la razón. Ahora eméritos profesores de lustrosos institutos, también,
“En Grecia están hablando de un escenario de guerra civil, una Siria en Europa.
Eso es apocalíptico también, pero no imposible”. Nos cuenta el profesor Lehmann, y de paso nos recuerda que “Grecia tiene la mayor armada de la OTAN ”.
Mientras tanto el desempleo, el odio, viejos resentimientos, la represión, el hambre, los indignados, el fuego y la sangre por las calles...
En breve se verá con mayor nitidez quiénes son de verdad locos, profetas o suicidas.
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