////// Año XVIº /// Editor Anónimo: Daniel Ares /// "Prefiero ser martillo que yunque", Julio Popper ///

domingo, 16 de junio de 2019

16 DE JUNIO: DÍA NACIONAL DEL TERRORISMO



Efemérides




Un día como hoy hace 64 años se inauguraba el terrorismo en la Argentina, cuando oficiales de la Armada y la Aeronáutica pasaron a la clandestinidad, secuestraron 34 aviones propiedad de las Fuerzas Armadas del Estado, bombardearon la Plaza de Mayo y acribillaron las calles aledañas asesinando más de 300 personas y dejando más de 700 heridos en tres incursiones que empezaron poco después del mediodía, y acabaron hacia las cuatro de la tarde, cuando el teniente primero Carlos Carus, soltó desde su Glooster la última bomba sobre la multitud. Nacía en la Argentina la subversión terrorista.
Porque lejos de ser apresados, juzgados y condenados, aquellos asesinos en masa fueron condecorados, ascendidos, y hasta glorificados por buena parte del pueblo. A partir de entonces, cualquier cosa podía suceder.
Tanto así fue, que antes de tres meses aquellos subversivos derrocaban al gobierno democrático y se alzaban con el poder, y antes de un año se largaban a fusilar militares, militantes y obreros en la noche de los basurales. Y tampoco entonces nadie hizo nada.
Al contrario.
La derecha y sus embajadas aplaudían con rabia, pero también el socialista Américo Gioldi vivaba los muertos desde el lustroso periódico La Vanguardia al grito de “se acabó la leche de la clemencia”; mientras el otro gran socialista de lo hora, don Alfredo Palacios, era embajador en el Uruguay. Todos estaban de acuerdo, y así el terrorismo subversivo dejó de ser subversivo. Ya era cuestión de Estado. Ahora todo era posible. Nunca más nada debería sorprendernos. Ni siquiera una insurrección armada, ni siquiera un genocidio.
Bajo un manto de neblina y silencio oficial cada vez más densos, el viernes se cumplieron 37 años de la capitulación firmada por el general Mario Menéndez en Puerto Argentino ante su par británico Jeremy Moore.
En rigor de la verdad histórica, el documento se firma poco después de la medianoche del 14, pero queda fechado el 14 a las 23.59. Las conversaciones con Jeremy Moore  habían comenzado temprano, apenas pasado el mediodía, pero el acuerdo se retrasaba entre otras razones porque Menéndez no podía garantizar con su rendición la rendición de la Fuerza Aérea, cuyos pilotos aún a esa hora aterraban y destruían a la Flota Real y a sus tropas. Ni siquiera podía garantizar que con él se rindieran los pilotos Aeronavales, que tanto daño les seguían provocando.
Desde la Segunda Gran Guerra la Royal Navy no sufría el hundimiento de un buque. En Malvinas le hundieron siete, y otra decena quedó fuera de combate. De los 41 barcos de guerra que llevó a las Islas, sólo tres volverían intactos a Porthmouth. Los aviadores argentinos, aeronáuticos y navales, les habían dado una paliza histórica. Los ingleses nunca los olvidarán, por mucho que nosotros sí.
Es una pena que ninguna de las dos fuerzas, ni la Aeronáutica ni la Armada, hayan hecho público jamás un arrepentimiento institucional por aquellos subversivos del 16 de junio de 1955, despegando así, del día fundacional del terrorismo argentino, sus respectivos bautismos de fuego.



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domingo, 9 de junio de 2019

LOS CHISTES DE PERÓN - HOY: Un océano de tinta...

Los chistes de Perón 



Si alguna vez los argentinos consiguiésemos el nirvana tangible de una divisa estable, esa nueva moneda debería llevar impresas, en sus dos caras sin ceca, las imágenes yuxtapuestas de Borges y Perón como el yin y el yang de una Argentina sola, que en su doble anverso, grabara así la riqueza de nuestras más hondas contradicciones, unidas entonces por las solas banderas de la gracia de la inteligencia, la agudeza de la sensibilidad, y la sabiduría siempre que revela el humor. 
Por ello aquí El Martiyo, en un gesto estético histórico -pero histórico por estético-, reúne, funde, en un mismo marco, en idéntico formato, a este dueto imposible, y sin embargo... 
Esperamos que así como los peronistas disfrutan de Los chistes de Borges, así también la otra Argentina disfrute de Los chistes de Perón, quien supo tener, indiscutido, el sentido de la risa que es propio de los grandes. Y que nos hace mejores.




Ni bien volvió al país en 1972, la prensa, con hambre de siglos, se le echó encima de a montón.
Hoy indiscutido, no entonces, en línea con la hora, una de las críticas más comunes que le hacían refería la presunta infiltración marxista en el peronismo. 
Por fin Perón respondió:
-- Eso no es nuevo, antes nos acusaban de comunistas… pero pensar que el marxismo puede infiltrar al peronismo, es como creer que puede teñirse el océano con un frasco de tinta.



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domingo, 26 de mayo de 2019

SAN MIGUEL DEL MONTE: NINGUNA TRAGEDIA…




Las Fuerzas de Seguridad –en este caso la Bonaerense- acaban de lograr  una nueva marca en su extenso historial delictivo con el asesinato de cuatro chicos, tres menores, mientras otra menor sigue entre la vida y la muerte. 
La cadena de culpables sube y se expande, alcanza a los ejecutivos provincial y nacional, y barre con periodistas, comunicadores, y otros charlatanes. 
No sólo Clarín y La Nazión evitaron culpar a los supremos culpables (Vidal y Ritondo), limpiar a la Fuerza apelando al lugar común “algunos policías no son la Policia”, y esconderse detrás de la palabra “tragedia” para no enfrentar lo que fue una masacre pura y cruda. 
Ellos tampoco son inocentes.


ASESINOS POR NATURALEZA

La Policía argentina. Todos sin esposas. En familia.



La masacre policial ejecutada en San Miguel del Monte con la persecución y el fusilamiento en marcha de cuatro chicos –tres menores- y que mantiene a una chica –también menor- entre la vida y la muerte; no fue algo "aislado", no fue un “procedimiento mal hecho”, como pretendía trabado de mandíbula el ministro de seguridad de la Provincia; ni mucho menos -como intentaron imponer serviciales tantos comunicadores - una “tragedia”, o el simple “exceso” de “algunos policías”. No. La palabra es masacre, y la perpetró la Policía, no “algunos policías”. No existen “algunos policías”.
El “espíritu de cuerpo” que tanto los enorgullece –y autoprotege-, no solo vale para abrazar los infrecuentes aciertos de la Fuerza. También abraza a la Fuerza en cada uno de los delitos de sus hombres y sus mujeres, en todos sus crímenes.
Es el mismo espíritu de cuerpo que ahora en San Miguel del Monte los llevó a intentar –una vez más y como siempre- encubrir a los “compañeros”, ocultar los hechos, presionar testigos, barrer las pruebas, limpiar a los asesinos. No se trata de “algunos policías”. Se trata de la policía. En este caso, de la célebre por maldita Bonaerense, cuyo largo historial delictivo, no se detuvo con el alejamiento de uno de sus más mentados líderes, el genocida Ramón Camps, ni con el fin de la dictadura. El jolgorio continuó, y continúa. Esa sí es una tragedia.
Seria fatigoso y acaso infinito hacer un inventario aquí estando Google tan a mano de todos. Pero si se revisan los grandes crímenes y delitos del país durante los últimos, digamos, 50 años –secuestros extorsivos, homicidios agravados, asaltos comandos, trata de personas, contrabando, narcotráfico, etc-, en el 90 por ciento de los casos aparece algún representante de las fuerzas de seguridad. Ora la Bonaerense, ora la Federal, la Prefectura, Gendarmería...
Y aunque aquí sí vale decir que la putrefacción de las fuerzas no comenzó con este gobierno, también vale decir que este gobierno la potenció atento a su núcleo duro de machitos de pizzería y mano dura. El presidente personalmente felicitó al policía procesado por homicidio agravado Luis Chocobar. Ahora tiene los resultados.
Ahi lo tenés al pelotudo... 
Rara como encendida, la ministra de seguridad Patricia Bullrich -de vocación pistolera-, entonada y al grito de “el que quiere andar armado que ande armado”, hace mucho no pasa un control de alcoholemia, ni un detector de mentiras tampoco. Encubrió sin fallar todos y cada uno de los crímenes de todas las fuerzas bajo su mando, y más allá. Desde Santiago Maldonado y la Gendarmería, a Rafael Nahuel y Los Albatros de la Prefectura, pasando por Juan Pablo Kukrop y Luis Chocobar; Facundo Burgos y la policía de Tucumán; la aún inexplicada balacera de Avellaneda entre sus muchachos y los de la Vidal, y siguen los muertos y también los encubiertos. Nada la detiene. Nadie renuncia. 
Vale apuntar que el espectáculo circense con el cual se pretende enjuiciar a CFK por televisión, es una causa por la obra pública de la provincia de Santa Cruz durante los años en que ella no desempeñó ninguna función pública en Santa Cruz.
Sin embargo, del otro lado de la moral, los responsables supremos y por lo tanto directos de la masacre de San Miguel del Monte, la gobernadora María Eugenia Vidal y su ministro de Seguridad Cristian Ritondo, ni se mueven, no se van, apenas se lamentan, se encogen de hombros, y qué vachaché...
Los medios en general –y no apenas los previsibles Clarín y La Nazión- pusieron todo su esmero en obviar sus dos nombres, y por supuesto, exculpar a la Fuerza, fuente del material con que suelen ganarse la vida sin esfuerzos.
El viernes en su programa El Expediente de C5N, Paulo Kablan (quien jamás cierra ninguno de sus informes sin destacar la acción del fiscal y su fiscalía, del comisario y su comisaría, quienes a su vez tan amablemente le mandaron el video y los datos que así lo salvan de tener que laburar en serio), usó media hora de su programa para hablar de la masacre pero no usó la palabra. Y por supuesto no paró de repetir, precario y genuflexo, el viejo lugar común de “algunos policías no son toda la Policía”.
Parte del folklore policial argentino es llorar la triste suerte de lo que llaman sin embargo “vocación de servicio”. Desde la falta de medios y agentes, a la incomprensión judicial de “las puertas giratorias”, y el desprecio popular, ya inmemorial y siempre en constante progresión. Parecieran no entender por qué la gente no los quiere… o tal vez por eso mismo le disparan por la espalda. Un acto inmenso y profundo de auto-purga y constricción, podría ayudarlos alguna vez.
Culpables
Sobre llovido, el gobierno de Cambiemos –especialista en marketing (y nada más)-, soltó por las calles de todo el país miles de agentes nuevos como quien empapela de afiches la ciudad. Se trata en general de chicos y chicas sin actitud, formación ni vocación, ansiosos apenas por una salida laboral frente a la miseria que el propio gobierno despliega en simultáneo. Temblorosos, asustados, sin bozal y sin correa –y sin controles toxicológicos tampoco- marchan hacia las líneas del frente de una situación social en llamas. Y tiran a dar, total...
Entonces cuatro chicos –y van- son asesinados por la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
Perseguidos hasta la muerte.
Fusilados en pleno vuelo.
Cuatro chicos, tres menores, y una chica, también menor, que sigue grave.
Dos policías les disparaban, siete los perseguían, dieciocho se complicaron en el encubrimiento, y las investigaciones recién comienzan… No fue un “hecho aislado”, “un procedimiento mal hecho”, un "exceso", no... es una putrefacción institucional amparada por un sistema de códigos mafiosos. No fueron “algunos”. Fue la Policía y fue una masacre. Ninguna tragedia.
La tragedia son ellos, esas Fuerzas de Seguridad descontroladas, y todos esos funcionarios capaces de encubrir y felicitar sus asesinatos, porque ellos también son asesinos.  


Cuatro de las víctimas de la seguridad de Cambiemos.

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domingo, 19 de mayo de 2019

MACRI LO HIZO: FERNÁNDEZ AL GOBIERNO, FERNÁNDEZ AL PODER




Campeón mundial de Tiro por la Culata, hundido en las encuestas, sin más rumbo económico que el abismo inminente, ni más opciones que el fraude o la derrota, perdido por perdido, el gobierno de la 2ª Alianza guardaba su última ilusión electoral en el juicio a CFK. Pero otra vez ella les corrió el arco, renunció a su candidatura, y desbarató la campaña oficial, reducida a tapar con la ajena, el magno desastre de la propia gestión. Los grandes medios agitaron los fantasmas de Cámpora y Perón. Pero esta vez el grito no les sirve.

FERNÁNDEZ AL GOBIERNO
FERNÁNDEZ AL PODER

Foto: Fabian Marelli



Varias veces medalla de oro en la disciplina Tiro por la Culata, el equipazo gobernante alcanza una nueva marca con los resultados obtenidos por la formidable persecución a CFK. Ella se baja de la candidatura presidencial, y ahora todo lo pensado para enfrentarla en campaña –lo único pensado- les explota en la cara como un chasco barato.
Argentina extraña. Mientras Mauricio Macri se defiende de los propios para imponer su candidatura, Cristina Kirchner renuncia a la suya pese al clamor de los propios.
En esa simetría perfecta que ofrecen ambos en todo (desde el sexo a la oratoria, pasando por las ideologías y la consideración en las encuestas), acaso representen la Argentina total, eterna, incesante. En términos prácticos: la del peronismo y el antiperonismo.
Las dos fuerzas que se enfrentan a lo largo de la historia aún antes de llamarse así, la que construye y la que destruye; la que amplía derechos y la que bombardea civiles; la que glorifica a los militantes, y la que los fusila, la que los multiplica, y la que los desaparece; la que se integra a Latinoamérica, y la que la desprecia; la que incluye y la que excluye; la de las multitudes en la Plaza, y la de las vallas en la Plaza; la que reclama Malvinas, y la que las entrega. Las dos se enfrentan otra vez.
Pero son días inéditos. La exitosa destrucción nacional llevada a cabo por la 2ª Alianza –superadora de la 1ª- no registra por lo tanto precedentes. El gobierno que viene no heredará un país en ruinas, sino una colonia sitiada. Su economía dirigida desde Washington, su aparato mediático-cultural alineado con la Embajada, un PBI ya embargado, su oro en Londres, y parte del territorio nacional ocupado por Gran Bretaña y las fuerzas de la OTAN. No habrá deja vu. Días inéditos.
Entre impericias y codicias hace rato que Macri ya no baila sino al borde del abismo que la historia le reserva a los peores, un abismo sin fondo y sin olvido. La web y sus redes volverán inmortales sus dislexias y sus fursios, sus mentiras y sus delitos, desde las cloacas de Morón a la entrega nacional. No será precisa la venganza, bastará con la justicia. No puede perder.
Centro solar del universo político argentino, Cristina Kichner volvió a sorprender como sorprenden siempre los distintos. Tan distinta que recupera el protagonismo con una renuncia sin embargo. Con la gracia de un paso de danza salta la grieta y pone en su lugar a uno de sus mayores críticos. Y como si esta vez sí fuera magia, convierte en un montón de dólares confederados todo el odio acuñado por el oficialismo.
La genialidad de la jugada la destacaron inmediatamente sus mejores detractores. Rápido se apuraron a criticarla Eduardo Duhalde, Guillermo Moreno, Julio Bárbaro, Miguel Pichetto, Elisa Carrió, Eduardo Feinmann, los portales de Clarín y La Nazión, Hernán Lombardi, y la izquierdita argentina. Sólo faltaba Spruille Braden. Ya todo estaba dicho.
En Olivos no comenzaba el sábado que ya el fin de semana se había terminado. Se frotaban las manos esperando el juicio por el cual tanto se las habían ensuciado manoseando a la Corte Suprema, cuando de pronto otra tormenta que tampoco vieron venir los sacaba de rumbo y los mandaba de vuelta contra los arrecifes ¿Y ahora? Macri y su muñeco Marquitos, de viaje el ventrílocuo oficial Duran Barba, apelaron a frases hechas hace mucho, de esas que se hacen cuando no se sabe qué hacer. La noticia saltaba como un sapo desde un pastel de bodas.   
Con los restos del odio y los medios que los encubren, enseguida probaron suerte con la teoría del títere; sacudieron los fantasmas de Campora-Perón –sin advertir que esta vez el grito sería “Fernández al gobierno, Fernández al poder”-, y hasta agitaron la sospecha de una posible conspiración vicepresidencial como la que tanto le aplaudieron, esos mismos sectores, al hoy inexistente Julio Cleto Cobos.
Pero nada de eso basta –saben- para cubrir el fracaso transversal obtenido en todos los planos de su gestión.
Tan solo resta la foto del banquillo que es toda su fortuna, el juicio a Cristina, un juicio literalmente flojo de papeles y basado de arranque en los testimonios de Daniel Santoro, Leonardo Fariña y Marcelo Dalessio. Tres tristes truchos.
Pero el “plan Lula” también se derrumbó. El candidato es otro, y aún si el gobierno consiguiera presionar a esos jueces hasta meter presa a Cristina, la jugada ahora sería más riesgosa que antes. Encerrada al cabo de un injusto proceso (el arrugue de la Corte el jueves no alcanzó para borrar con el codo lo escrito el miércoles y para siempre), su voz alcanzaría una potencia mayor y el caudal de votos para su candidato aumentaría. Y la Corte que no pudo soportar la presión de esas multitudes que el otro día ni siquiera Clarín pudo encontrar, tendría que enfrentarse a esas multitudes que el otro día coparon la Rural bajo la lluvia, y que ni siquiera Clarín pudo ocultar. Todas las encuestas y los hechos, el libro y las multitudes, demuestran el claro efecto rebote que tuvieron los ya más de once años de acusaciones y persecuciones mediáticas y judiciales ¿Por qué la cárcel funcionaría peor?
Pero no hay más. El resto es fracaso.
La lluvia de inversiones, los brotes verdes, la luz al final del túnel, la pobreza cero, la justicia independiente, la inflación, la deuda externa… y la causa de Dolores, donde el juez Ramos Padilla sigue hundiendo el escalpelo hasta el hueso presidencial del mejor equipo de los últimos 50 años. Vestigios de sí mismos, ellos también son los restos del odio.
Sin embargo están perdidos pero no vencidos, y cuanto más perdidos, más peligrosos, más feroces. Saben que la derrota entraña la cárcel y no están dispuestos.
En nuestro post del 23 de marzo, El final es inminente, advertíamos que tal y como iban las cosas las únicas esperanzas de reelección que le quedaban a Macri eran el fraude, o una oposición descompuesta.
La oposición se compone.
Mejor estar atentos.



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viernes, 26 de abril de 2019

45ª FERIA DEL LIBRO: LA VIGENCIA DE UN FRACASO...


AVISO AL LECTOR: 


Este artículo fue publicado el año pasado en ocasión de la 44ª edición de la Feria del Libro (ver aquí). Como desde entonces nada ha cambiado, apenas empeorado, lo reeditamos hoy con las pequeñas actualizaciones correspondientes (en vez de 44ª, 45ª, y eso es todo). 
En lo que va del gobierno de Macri, las ventas de libros bajaron un 48%, y de los 84 millones de ejemplares impresos en 2017, se cayó a 43 en 2018. 
El impresionante fenómeno editorial provocado por el libro Sinceramente de Cristina Fernández de Kirchner, representa una magnífica golondrina, que de forma alguna deberá confundirse con ningún verano.

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Ajena a su propia realidad, comienza una nueva edición de la Feria del Libro de Buenos Aires. Alrededor agoniza la industria porque ya no existe el mercado, cierran las librerías, funden las editoriales, se extinguen los lectores y no importan los escritores. Pero la Feria como si nada. Como un oasis ilusorio en el ancho desierto de los desastres.


HAMBURGUESAS SÍ
LIBROS NO



Cantidad de libros publicados en caída libre, ventas ídem, librerías que cierran, editoriales que se funden o en el mejor de los casos se reconvierten en meros importadores de trabajo extranjero… En dicho catastrófico contexto transcurre la 45º edición de la Feria del Libro de Buenos Aires. 45 años de grandilocuencia inocua. 45 años de un negocio bueno aunque breve –y justamente por ello no dos veces bueno- de libreros y editores, con algunos escritores de relleno. 45 años durante los cuales los lectores argentinos no hicieron más que mermar, extinguirse. 45 años y cada vez se vende menos, cada vez se publica menos, cada vez se lee menos, y si por acaso cada vez se escribe más, cada vez importa menos.
Ajena a su propia realidad, y contrariamente a todas sus pretensiones y su marketing, la Feria del Libro de Buenos Aires no es un evento destinado a difundir la literatura en sus variados géneros, ni la lectura como un hábito básico y a la vez distintivo; eso, a lo sumo, dura lo que dura la Feria, y se va con ella. Mucho menos pretende alentar, sustentar o cuando menos proteger a los escritores argentinos que siguen sin cobrar sus derechos, que ya ni anticipos reciben, que jamás podrán controlar por sí mismos la veracidad de las liquidaciones que les hacen, mientras ven sus obras pirateadas con total impunidad. Ni siquiera es tampoco para defender cuando menos a los editores y libreros que dicen organizarla… nada de eso.
La Feria del Libro de Buenos Aires es cada vez más un negocio exclusivo de las megaeditoriales y las grandes cadenas de librerías, un albur para las medianas y pequeñas que junten la guita para el stand, un programa de atracciones que asegure la concurrencia, algunos autores locales vendiendo sus novedades, renombradas estrellas importadas relanzando sus grandes hits, y sobre todo, fundamentalmente, un evento político. El resto, la sustancia, es sólo excusa.
Durante unos días una vez más algunos pocos de los escasos lectores argentinos que van quedando, se mezclarán, amontonarán, empujarán con ese gran público “que siempre algo te compra”, aunque después nada te lee.
Los sellos más poderosos presentarán sus novedades mejor publicitadas. Autores de moda, libros de coyuntura. La última investigación de algún periodista de la tele, las confesiones de una vedetonga, las memorias de un chismógrafo, y en tal caso y con suerte, algún que otro narrador o poeta en la línea “que alguien se haga el ebrio pa´disimular”.
Las hamburguesas y las birras se venderán más que los libros.
Luego todo habrá terminado, una vez más.
Las fulgurantes estrellas importadas se habrán ido, como apagado.
Los libros volverán a sus sótanos o a sus mesas de ofertas, y entonces sí serán verdaderas ofertas las falsas ofertas que sobraron de la Feria.
En los bares, el subte, los trenes, veremos cada vez más gente con su celular o su tablet, y menos con un libro.
Un mes de Netflix seguirá siendo más barato que la edición más barata de Los Miserables.
Las editoriales publicarán cada vez menos, importarán cada vez más, y algunas ni siquiera eso.
Los escritores seguirán escribiendo, total...
Las librerías seguirán cerrando, total...
O vendiendo otras cosas. Juguetes, pastillas, cigarrillos.
Reconvirtiéndose.
Y el año que viene asistiremos a la 46º edición de la Feria del Libro de Buenos Aires.



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Desstellos Ajenos – Hoy: CRISTINA…



Destellos Ajenos:

"Me cuesta entender racionalmente los agravios de la clase media aspiracional. Elisa Carrió es el perfecto ejemplo: quiere parecer lo que no es, pertenecer a donde no pertenece. Me recuerda a las costumbres de algunas clases acomodadas provincianas, que no llegaban a ser aristocracia en la época de los Luises, y que ansiaban conocer Versailles o soñaban con vivir allí, pero no podían. Ella me da esa impresión. Y es una pena que, justo ahora que concretó su aspiración y forma parte del gobierno que siempre vivió en Versailles, la crisis que provocaron está destruyendo al resto y las llamas se acercan al palacio. Para colmo, ella no vive en Versalles, solo la invitan, pero ni siquiera a dormir. La dejan ir a comer o a tomar el té, pero después se tiene que ir".

Cristina Fernández de Kirchner

lunes, 22 de abril de 2019

INLA: LIBROS SÍ, ESCRITORES NO…



Entusiasmo y alegría, cómo no, por la inminente sanción de la ley que creará el Instituto Nacional del Libro, cuyo objetivo es no sólo recuperar sino tambien fomentar la lectura, reactivar la industria editorial, y facilitar el comercio en todo el país. Alentador panorama para el libro.
La suerte del escritor, en cambio, te la debo.

El hombre que está solo y escribe




Cualquier cosa a favor del libro tendrá siempre nuestro apoyo, por caso la inminente aprobación de la ley que creará el Instituto Nacional del Libro. Por lo mismo saludamos a sus creadores, gestores, impulsores, difusores, y demás deudos. Bravo por todos. Pero es también una buena ocasión para recordar que debajo de las leyes está la gente, y detrás de los libros, los escritores, cuya humana existencia el saludable proyecto ignora por completo.
Por ello también saludamos el reclamo formal de la Unión de Escritoras y Escritores que advirtió en la aplaudida ley la ausencia total de la problemática laboral del escritor, a quien apenas se lo menciona como sujeto lateral, beneficiario último de un eventual, futuro, posible, incierto “derrame”.
El bienvenido proyecto nada dice de alentar o mejor financiar, sustentar o cuando menos proteger al escritor argentino que sigue sin cobrar sus derechos, que ya ni anticipos recibe, que jamás podrá controlar la veracidad de las liquidaciones que le hacen, que no encuentra ninguna institución que proteja sus derechos -mucho menos si publica en el exterior o es traducido-, mientras ve cómo todos los días sus obras son pirateadas en la web con total impunidad. De eso, la ley, ni mú.
En el año 2009 la Legislatura porteña aprobó la Ley 3014/09, conocida como Ley de Reconocimiento a la Actividad Literaria y que, con toda justicia -aunque más no fuera para el ámbito de la CABA-, disponía un beneficio mensual y vitalicio para todos los autores mayores de 60 años que cumplieran algunos requisitos, por otro lado muy sensatos. La ley fue aprobada con la previsible oposición del bloque del Pro, y hace ya por lo menos dos años que no se cumple como parte del ajuste, de la desidia oficial, y/o de la discrecionalidad con que se maneja. Pero de eso tampoco se habla.
Mientras tanto la mayoría de los escritores argentinos sobreviven como pueden. Mal. En agonía la industria periodística –uno de los grandes rebusques del escritor-, se reduce su campo de acción y queda a merced de colaboraciones aisladas, inestables, insuficientes, marginales, o de cualquier otra changa y oficio, las más de las veces en negro, siempre a la intemperie social, en síntesis: abandonado a su suerte según pasan los años.
Y salvamos El Libro, pero su libro no vale nada.
Desde hace años las editoriales argentinas impusieron con fuerza de ley un hecho hasta no hace tanto inconcebible: no se pagan anticipos. Tu libro no vale nada. Sí, bueno, en el muy mejor de los casos el 8 o 10% del precio de venta al público, aunque nadie pueda explicarte cómo harás para cobrarlo, ni mucho menos para controlarlo. Anticipo no hay más.
El escritor, así, entrega su trabajo de meses y acaso años, su lucro cesante mientras tanto, las horas y los días consumidos en alimento y energía, y todo a cambio de nada. De una promesa. De un albur. Siempre y cuando, claro, el editor esté más o menos a mano para controlarlo cuerpo a cuerpo. Ya si vive en otro país, mejor olvidarlo todo.
No existe Institución, Cámara, Asociación, ONG, Estado ni sociedad de fomento que en tal caso lo defienda, le acerque un abogado, alguien que lo guíe. No hay tiniebla legal más densa que la de los derechos internacionales del autor. Mejor olvidarlo. En tal sentido, en tal situación, desde el punto de vista laboral, todo su trabajo fue sencillamente al pedo.
Sin embargo no hay nada personal. No es él ni su obra las que ya no valen nada. Más allá del libro urgente, la biografía de algún famoso, las oportunas “investigaciones” coyunturales esponsoreadas por la política, o las confesiones de algún chimentero televisivo; Borges, Arlt, Bioy, Cortazar, la gloria universal de la escritura artística argentina es lo que ya no vale nada, la más miserable de las apuestas.  
“No hacemos publicidad porque la narrativa no se vende”, repiten como un mantra los gerentes editoriales argentinos sin considerar jamás la posibilidad de que “la narrativa no se venda porque no hacemos publicidad”. Que ni aún hoy la Coca Cola se permite esa osadía. Ni la droga se vende sin publicidad, para eso está la prohibición.
Pero es que el negocio de la industria ya no es la literatura, es otro. No venden narrativa, ficción. Venden autoayuda, manuales, o la novela de una actríz o un cantante que de pronto se anima a todo, y sin falta, claro, la novedad importada que les impone su casa matriz. Eso venden, ese libro defienden. La literatura argentina, lo que ellos mismos llaman con mayúsculas La Literatura Argentina, les importa nada. Un par de narradores locales más o menos ilustran el catálogo y no dejan de ser un lance gratis. Como un billete de lotería regalado, si sale, ¡bingo!… pero en los hechos su publicación se reduce a una acción de marketing, las ventas no importan, los costos se amortizan con el volumen editorial, el insumo básico está asegurado, y lo mejor de todo: ¡es gratis! De qué vive su productor, es un problema del productor. Qué come la gallina que pone sus huevos, es un problema de la gallina. Que se arregle.
Para eso allí nomás desborda el cuarto de los originales, una zafra que no para de crecer sin que la rieguen, ¿por qué pagarla?... Ninguno de ellos venderá nada porque no haremos ninguna publicidad, ¿para qué un anticipo? ¿a cuenta de qué?... Si el autor se retoba, si el muy escritor se pone difícil, para eso justamente está ese cuarto que desborda de originales, qué importa si el que pedía anticipo era mejor, si igual ninguno venderá nada porque la narrativa no se vende, y listo.
Así se cierra el círculo que estrangula al escritor. Del valor del libro, en el mejor de los contratos, le tocará ese 8, 10 % del precio de tapa. No importa que sin su trabajo el libro quedaría en blanco y por lo tanto no sería. Ni siquiera importa si ese 8, 10% es mucho o es poco, porque tampoco eso recibirá. Nada importa.
El libro importa, el autor no importa.
Es nada más el tipo que lo escribe.



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martes, 16 de abril de 2019

ACTUALIDAD NACIONAL: PATRIA NO, COLONIA SÍ…



La economía argentina se decide en Washington, el aparato mediático-cultural está alineado con la Embajada de Estados Unidos, y parte del territorio nacional ocupado por Gran Bretaña y las fuerzas de la OTAN.
En dicho estado colonial se pretende un proceso democrático, libre y soberano.
Menos que una fantasía, se trata apenas de un oxímoron.


LA NOCHE BAJO EL SOL




“Seamos libres y lo demás no importa nada”.
José de San Martín




Tal y como nos enseñaron a repetir desde la escuela primaria sin hacernos reparar jamás en el detalle, el 9 de julio se conmemora el Día de la Declaración de la Independencia, ninguna independencia. La distancia entre declararse libres y serlo es tan grande, que sigue todavía.
203 años después de aquella notable jornada cuando un distinguido consorcio regional manifestó su voluntad política de liberar del yugo extranjero a estas provincias del sur, tenemos la economía en manos de Washington, el aparato mediático-cultural alineado con la Embajada de Estados Unidos, y parte del territorio nacional ocupado por Gran Bretaña y las fuerzas de la OTAN. Pretendernos un país soberano, libre, es infantil. Como creer que el 9 de julio es el Día de la Independencia Nacional. Ninguna independencia.
Por eso causa risa y a la vez tristeza escuchar a tanto político de izquierda a derecha hablando de la democracia apenas porque votamos en base a un escueto menú que ni siquiera disponemos nosotros.
Una suerte de nuevo plan cóndor blanco se despliega sobre la región sin disparar un solo tiro –mientras no haga falta-, pero armado en cambio mejor con la fuerza de los grandes medios y la corrupción personal de los abogados que ejercen el poder judicial de cada país.  
Por eso Maduro gana las elecciones y es aislado y amenazado, por eso Lula arrasa en las encuestas y va preso, Correa lo mismo y parte al exilio, y Cristina lleva ya más de diez años de persecución mediático-judicial sin que aparezca todavía una sola prueba concreta en su contra. Elegimos en base a una elección que ya nos hicieron. No somos libres.
Mucho menos en la Argentina, que además de sufrir todos los males de la región, mantiene –y es preciso repetirlo una vez y otra vez-, parte de su territorio ocupado por un país extranejro.
Diarios, portales, radios, canales, editoriales y librerías, productoras de cine y series, el 90 por ciento de todo ese aparato mediático-cultural está en manos del Grupo Papel Prensa, cuyo alineamiento con la Embajada de Estados Unidos no sólo es obvia desde hace mucho, sino que además hace mucho quedó al descubierto y en detalle con las filtraciones de Wikileaks.
Mientras tanto la presidencia de la Nación -más allá de minucias domésticas-, la ejerce virtualmente madame Christine Lagarde y su FMI.
Podemos llamar a elecciones todos los días pero la historia del mundo seguirá sin registrar un solo caso de colonia democrática. Se trata de un vacío lleno, una noche soleada, un oxímoron, una figura retórica, ninguna realidad.
Un día como hoy hace 37 años tropas y más tropas argentinas desembarcaban en las Islas Malvinas y se parapetaban dispuestas a una guerra que desde entonces tratamos de olvidar. Dos semanas antes nuestra soberanía territorial había sido recuperada en forma completa.
En respuesta inmediata la CEE bloqueaba comercialmente a la Argentina, mientras Juan Alemann -entonces ministro de economía- se apuraba a garantizarle al enemigo el pago puntual y completo de nuestra formidable deuda externa. Ningún bloqueo a nadie. Así empezó la rendición. Ese espíritu cipayo en la retaguardia pesaría más que todos los cuerpos de todas las tropas, y volvería inútil cualquier sacrificio en el frente.    
Esa misma cúpula genocida y cipaya que había endeudado al país en forma record –al menos hasta la llegada de Macri-, cuando vio a los ingleses de cerca se rindió sin chistar. Incluso agradecida.
El retorno al estatus de colonia fue entonces tan rápido –y era ya tan antiguo-, que ni siquiera lo sentimos. Primero nos distrajo el Mundial de España -¡debutaba Maradona!-, y enseguida la campaña de desmalvinización llevó la derrota bélica al plano moral, y la extendió desde las Islas a todo el país y hasta nuestros días.
Los mismos grandes medios que tanto apoyaban la gesta cuando “estábamos ganando”, a partir de entonces se dedicaron a explicarnos que todo había sido un gran error y una locura. La locura de un solo tipo: un borracho, que ya no precisaban más. Y chau.
Nunca más debíamos desafiar a ningún imperio, a ningún poderoso. No era importante tener parte del país ocupado por otro país, qué va. Tonterías escolares. Teníamos un país inmenso, ¿para qué pelear por dos islas más o menos? Pronto nos dejarían votar, y chau.
La flor de la derrota fue la democracia. Una democracia nominal, endeble, encorsetada por los vencedores de la guerra, teledirigida desde los grandes medios más grandes que nunca, y que voló por el aire en 2001 pariendo con dolor el primer proceso político de liberación nacional desde los ya lejanos días del general Perón… y que al cabo de 12 años de lucha desbarrancó en Mauricio Macri y su destrucción total y su entreguismo absoluto, porque un oxímoron es un oxímoron y una colonia es una colonia.   
El 9 de julio de 1816 se declaró la independencia.
Y eso es todo por ahora. 



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viernes, 12 de abril de 2019

JULIAN ASSANGE DETENIDO: EL PRÓXIMO SOS VOS…



Con la debida obediencia de un buen administrador colonial, Lenin Moreno entregó en Londres a Julian Assange, el periodista más importante del mundo a juzgar por el tamaño de sus enemigos.
Descubridor de la putrefacción política internacional y los mayores crímenes de guerra de nuestro tiempo, tiro de gracia del viejo periodismo; mientras Daniel Santoro es premiado, Assange va en cana. Pero vienen por todos.


DOBLAN LAS CAMPANAS




“Nunca preguntes por quién doblan las campanas,
doblan por ti”.
John Donne.


La importancia histórica de una figura la marca mejor que nada la estatura de sus enemigos. El Cristo tuvo al mayor imperio de su tiempo y a la jerarquía eclesiástica de su nación. Napoleón y Hitler a toda la Europa más Rusia. Perón las dos potencias de su hora. Julian Assange a todas, más sus colonias.
El gobernante del flamante estado norteamericano de Ecuador Lenin Moreno –otro que ganó mintiendo-, entregó al periodista más importante de nuestro tiempo en un gesto virreinal ya imborrable.
El hombre que probó, entre muchísimas otras cosas, la putrefacción política mundial, los negocios más sucios del momento, los mayores crímenes de guerra de nuestros días, y la absurda fragilidad de la máquina militar más poderosa del planeta.
No pudieron callarlo, no pudieron comprarlo, no pudieron pararlo. Ahora los Estados Unidos, la CEE, lo que resta del Reino Unido, se empujan para descuartizarlo sin que Rusia ni nadie lo defienda. No merece otra cosa, digámoslo. No en este mundo.
Aquiles y talón de la nueva era, frente a la agonía prostibularia de los grandes medios, Internet fue la patria posible de los nuevos héroes. Ahora todos estamos conectados y todos expuestos. Los poderosos también.
Julian Assange es un ejemplo fulimante de lo que el verdadero periodismo puede hacer ya sin necesitad de la inmensa maquinaria vetusta de los grandes medios.  
Ya no hay imprentas, distribuidores, ni más intermediarios mercantiles entre el periodista que quiere hacer periodismo, y el público mundial.
Hoy todos cargamos en nuestras manos un estudio de producción, edición y difusión capaz de filmar, grabar, fotografiar, escribir y publicar, inmediata y simultáneamente, en todo el mundo. Algo hay que hacer, dicen los poderosos.
Se acuña entonces la expresión fake news, como si la difusión de mentiras se hubiera inventado con las redes sociales, cuando nació con  la imprenta.
Entonces dicen que las redes pueden manipular al usuario, como si alguna vez los grandes medios hubiesen hecho alguna otra cosa.
Que a través de las redes puede influirse en las campañas electorales, como si los grandes medios jamás…
Todas las críticas y cuestionamientos que se les puedan hacer a las redes, les cabe perfectamente, y desde siempre, a los medios masivos.
Pero ocurre que según una encuesta del Pew Research, el 67% de los adultos norteamericanos hoy se informa a través de las redes. O sea, el universo de los medios masivos pelea apenas, ya, por el 33 restante. Ahí el ataque.
El 24 de febrero de 2018 decíamos en nuestro post Enredados: “Las redes no son ni buenas ni malas: son nosotros. Y eso es lo que les molesta. No Facebook, ni Twitter ni Youtube, no les molestan las noticias falsas, ni la burbuja ni la manipulación del lector: nosotros les molestamos. Nosotros los aterramos, y a por nosotros vienen. Haríamos bien en preocuparnos”.
Julian Assange fue detenido en Londres entregado a la policía por un empleado de Trump a cargo del gobierno ecuatoriano.
No preguntes por quién doblan las campanas.



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martes, 2 de abril de 2019

EL MARTIYO PRESENTA: DIARIO DE LA GUERRA DE MALVINAS



El año pasado recopilé mis apuntes y recuerdos de los días de la guerra en el blog MALVINAS – DIARIO DE LA GUERRA, que ahora vuelvo a poner online, día por día desde el 29 de marzo hasta su epilogo el 16 de junio. 
No es una ficción. 
Es una crónica periodística que entre otras cosas se opone a ciertos mitos simples surgidos de la derrora, y por simples,  masivos. 
Apenas un aporte más a la memoria de una guerra que tratamos de olvidar.



75 ÚNICOS DÍAS INMENSOS





A 37 años de los hechos, cansa y sin embargo sorprende escuchar periodistas y analistas -que en algunos casos incluso respetamos-, insistiendo todavía con la teoría que reduce la inmensa historia de esa guerra a una “cortina de humo del borracho de Galtieri”, y a continuación, infalibles, recitan el viejo inventario de lugares comunes sobre “los pobres chicos muertos de frío y de hambre”, “la inaudita pretensión de enfrentarnos tan luego nosotros a los amos del mundo”, y desde luego, la reducción de toda la campaña a unos cuantos casos puntuales –y por otro lado habituales en cualquier ejército y en toda guerra- de abusos y torturas por parte de oficiales y suboficiales.
Sorprende, porque a lo largo de todos estos años es mucha la nueva buena información aparecida a través de informes periodísticos, militares, políticos; más los incontables testimonios personales de los protagonistas de ambos bandos. Y cansa, porque ya son demasiados años oyendo las mismas pelotudeces.
Las cosas fueron bien más complejas.
La recuperación militar de las Islas, llevaba meses, acaso años de planificación. Era una vieja obsesión de la Armada, y su ejecución fue parte de las condiciones que le impuso Anaya a Galtieri para apoyar su salto a la presidencia y el correspondiente desplazamiento de Viola en diciembre de 1981.
Si bien la fecha prevista para la Operación Rosario estaba pensada para los inicios de la primavera, los episodios desencadenados en Georgias a partir del 20 de marzo, precipitaron los acontecimientos.
Los chicos de la guerra -exitosa expresión a gusto de Inglaterra con la cual se reduce a una manga de pobres pibes a tantos soldados valientes-, no es, por mucho que nos duela, una excepcionalidad nacional.
Desde el principio de los tiempos las guerras fueron libradas por “chicos”. Las huestes de Alejandro, el propio Alejandro, ya el Magno con 20 años; los soldados de Napoleón, el propio Napoleón, general con 24; los cientos de miles de chicos americanos y asiáticos que cayeron en Vietnam; el Tamborcito de Tacuarí y tantos otros pibes que no alcanzaron los manuales escolares; los incontables adolescentes alemanes y rusos caídos o congelados en Stalingrado, los miles de pendejos de Normandía… las guerras nunca las hicieron los grandes… o sí… pero las pelean los chicos. Siempre. Y no es un juicio de valor, es un dato.
Este diario, por ejemplo, refiere la noche feroz de Monte Logndon, cuando entre los muchos ingleses muertos, cayeron los soldados del 3 de Paracaidistas Ian Scriven, Jason Burt y Neil Grose. Los dos primeros tenían 17 años, el otro, esa noche, cumplía 18. The children of de war.
En cuanto a la mítica superioridad militar del enemigo, este diario también recuerda algunos hechos y datos puntuales que demuestran hasta qué punto se trata de otro lugar común, banal, y por lo tanto falso.
El propio John Sandy Woodward, comandante supremo de las fuerzas británicas en el Atlátnico Sur, escribe en su despacho del 13 junio refiriéndose al estado de su flota: “todo esto se viene abajo”. Y el 14, mientras Menéndez decide rendirse: “si los argentinos pudieran soplarnos, nos derrumbarían”.  
Conciente de que había tenido la suerte de ser un corresponsal de guerra cuando tenía la edad para ser un soldado; terminado el conflicto, durante años, traté de darle forma de relato a todo lo que había visto, oído, vivido, sentido y sabido. En 1994 la Editorial de la Flor publicaba mi novela Banderas en los balcones, una crónica ficticia de esos 75 días.
Este diario no es una ficción. Son mis apuntes, mis recuerdos, un trabajo de investigación que no cesa, una mirada retrospectiva a la luz de toda la información aparecida hasta hoy, una resistencia al olvido, y si valiera, un homenaje a todos los veteranos de Malvinas, quienes más allá de Galtieri, Menéndez y toda la dictadura, durante 75 inmensos días únicos, recuperaron la soberanía completa del territorio nacional, y nos dejaron sentir, aunque más no fuera por un rato, que ya no éramos una colonia.  
Por la vergüenza del presente, en su memoria estas páginas.

D.A. 2/4/19





https://diariodelaguerrademalvinas.blogspot.com/
Foto: Ricardo Canga


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