////// Año XVIº /// Editor Anónimo: Daniel Ares /// "Prefiero ser martillo que yunque", Julio Popper ///

viernes, 9 de septiembre de 2011

BRULOTES BRUTALES - Hoy: Magdalena Ruiz Guiñazú, nuestra señora del ayer...




Siguen incontables los destrozos dejados por el Huracán Cristina del 14 de agosto. Cultores de la iconoclacia y el brulote, antes que el olvido la recoja, aquí El Martiyo despide a Magdalena Ruiz Guiñazú, santa sagrada que supo darle sustancia democrática a los sentimientos más reaccionarios de la población. Pero el pasado no perdona, y se la lleva.


NUESTRA SEÑORA DEL AYER





Icono sagrado del pensamiento políticamente correcto de los sectores históricamente más sospechosos de la Argentina, Magdalena Ruiz Guiñazú también creyose un día libre del pasado que vuelve, y te cobra, sin piedad, los graves errores del ayer.
Versión hard del más light Inmorales Solá, ella también, como él y otros, cortesanos del genocidio, creyó que ese pasado se lavaba así nomás con un par de piruetas de apuro, y apenas volvió la democracia, abrazada a Sábato –otro contertulio de Videla-, se subió a la CONADEP y se pensó que con eso, que así nomás…
Pero el pasado no pasa y vuelve y hoy se reproducen por Youtube sus mejores escenas de viaje con Videla, su aliento al régimen, su fe en ellos… (ver, por ejemplo, aquí)…
Se apartó y no del todo cuando el genocidio la rozó –o la asustó- personalmente en la figura de su amiga Helena Holmberg, asesinada por la Armada… pero su legendaria valentía de entonces es más una niebla que un hecho, de hecho, como todo periodista que entonces se oponía al gobierno, Magdalena en realidad se oponía a un sector de la dictadura, en este caso, a la Armada de Massera, pero siempre al amparo de algún otro sector, en su caso, según los memoriosos que en esa época ya habíamos terminado el secundario, el batallón 301 de inteligencia del ejército. Eso está más cerca de la verdad de su valor, que la leyenda de su valor.
A partir de entonces MRG comenzó la paciente reconstrucción de su imágen pública, y en el país de los ciegos, hasta parecía valiente. Le derrota en Malvinas abrió el juego democrático y para cuando llegó Alfonsín MRG seguía siendo MRG, pero parecía otra. La CONADEP fue su consagración, y allí quedó instalada como un ícono ejemplar de La Verdad, la libre Expresión, la Justicia, y otras mayúsculas así.
Al servicio siempre del mejor postor -Clarín o La Nación (de Mitre a Continental, de la radio al diario)-, sin cesar en su generosidad, durante dos década completas, MRG se hacía la justiciera libertaria, y una vez más, como en los tiempos del proceso, su falsa oposición no sólo era gratuita, sino otra vez redituable. Su fama crecía.
Eran los días felices. El país se deshacía, pero sus patrones, muy por el contrario, pagaban cada vez mejor, y sus avisadores –la Sociedad Rural, la banca extranjera, Techint y otros socios y derivados de sus patrones- crecían sin embargo.
Días muy felices cuando para ser opositor bastaba con parecerlo, y uno podía pegarle incluso al presidente de la república, siempre y cuando no tocara ni de lejos los poderes reales que ponían y disponían de esos presidentes, los monopolios mediáticos, la banca extranjera, las más voraces multinacionales… sus empleadores y anunciantes, bah…
Eran días felices y sencillos, el país se hundía, y ella parecía valiente.
Pero esos días un día se terminaron, y Magdalena también fue descubierta.
Fueron descubiertos los responsables de aquel desastre que acabó en el 2001, de los robos y los muertos; los políticos, sus financistas y sus socios, los grandes medios, y por fin sus íconos, sus personeros, sus comandantes y sus generales.
Magadalena Ruiz Guiñazú lleva dos décadas revistiendo de silogismos democráticos y coartadas republicanas los sentimientos más reaccionarios de la población, porque MRG, más allá de cualquier maquillaje, disfráz o leyenda, es lo que técnicamente suele llamarse una gorila irredenta.
Defenderá la justicia y la democracia, y la igualdad y la fraternidad, y bla blá, pero siempre y cuando no se llene efectivamente de negros el poder, caso Moyano y todos esos; o el aluvión zoológico que dos por tres corta las calles de su Buenos Aires querido… porque en ese caso, Magdalena entonces encontrará nuevos y tan buenos argumentos igualmente democráticos para negar la ejecución de los principios que sin embargo defiende.
Se mostrará a favor del diálogo, del consenso, del intercambio civilizado de ideas, pero aplaudirá el cachetazo que en plena sesión del congreso le aplicó la tigresa Camaño de Barrionuevo al diputado Kunkel. ¡Ahí, esa es Magdalena!, la verdadera, la auténtica Magdalena Ruiz Guiñazú, ma´qué democracia ni ocho y cuarto: un buen sopapo a todos como en los días dorados cuando ella animaba a Videla y Videla la animaba a ella.
Días que ya no volverán y ella lo sabe, y se nota que lo sabe.
Desde el 14 de agosto, incluso, cada mañana por Continental encarna ejemplar la desesperación de sus patrones, se enoja con la realidad, trata de romperla, se exalta, pierde la idea directriz de lo que dice, se pone violenta con los más altos funcionarios del gobierno, confunde los medios con “dos” medios, y ya ni se acuerda de su amigo Videla… no está bien, no... Sabe que es el final, y había soñado otro desenlace.
Creyó, como tantos otros, que lo pasado era pisado y quiso seguir pisando como si nada hubiera pasado, y se acabó.
Por mucho que ahora grite, se maquille y se disfrace, el ayer ya fue, y se la lleva.
Sólo nos resta decir: era hora.




* Agradecemos a Daniel Delgado por la cesión inconsulta de la caricatura que tan bella aunque horriblemente, ilustra este brulote. (Un clic sobre la foto, le permitirá leer el texto impreso en él. Vale lo suyo).

* * *

jueves, 8 de septiembre de 2011

CAMPAÑA SIN DEBATE NI OPOSICIÓN: LUJOS DE LA ARGENTINA NUEVA.


A un mes de las elecciones presidenciales, no hay debates ni campañas, no se oyen propuestas y contrapropuestas, porque en realidad lo que no hay es oposición. Lo que sí hay, parece, es un pueblo decidido a clausurar dos siglos de enfrentamientos inútiles entre negocios personales y minucias de cabaret.


DOSCIENTOS AÑOS DE SOLEDAD 




Como en una novela inverosímil a poco más de un mes de las elecciones presidenciales, no hay campaña, oposición ni debate, ni mayor actividad política, tal y como anunciáramos ya, que el espectáculo antropófago de la oposición consigo misma.
Nos cuentan que Duhalde ya no sale de su casa víctima de ataques de pánico, y de la medicación conrrespondiente… (y esto no es una metáfora ni una ironía).
El hijo de Alfonsín, con la vocecita que le quedó de tanto imitar al padre (esto sí es una ironía, pero no una metáfora), no puede más que defenderse de los propios radícales, que luchan a viva voz para desprendérselo a tijeretazos, como si el cobismo en su traición se hubiese vuelto escuela.
Mario Das Neves –sus vestigios-, ya se cansó de hablar de fraude, como el verdugo de la soga en la casa del ahorcado…
Binner tiene más problemas con los aliados que con los adversarios…
De la Carrió, no se oyó más ni un gas… (ssssshhhh)…
¿Y sus dueños, Clarín y La Nación?...
Peor… aturdidos aún por la hecatombe del 14 de agosto, cambian de tema, el caso Candela hasta ayer, ahora el caso Arcos, mañana Dios dirá qué tragedia les depara, y si no está el mundial de rugby, el pre-olímpico de basquet, en fin, siempre hay rebusques para llenar las mismas páginas, total… total cada vez los leen menos, qué importa…
Rascando el fondo de la olla de sus miedos y sus odios, algunos aún, Inmorales Solá por ejemplo, el ya inaudible, ilegible, y casi invisible Mariano Grondona y otros eternos grandes simios de su especie, todavía lanzan golpes a ciegas, sin dirección y sin fuerzas, bombas de espuma que no hacen ni pif… el resto prefiere descargar la rabia contra la oposición funcional que al final no funcionó, y entre vencidos y atónitos, contemplar al enemigo en su marcha sin derrotas… Fuera de tales zafarranchos, ya no hay discusión, debate ni propuestas.
No hay proceso electoral, no hay campaña.  
Sin embargo el mes que viene se decide en la Argentina un nuevo mandato presidencial.
Novela inverosímil, si fuera una ficción, sería rechazada. Pero es la realidad y hemos de aceptarla.
Extraña instancia de la historia nacional,
¿Será que el gran acuerdo que soñamos los dos siglos que dormimos, por fin despierta y es?...
Una mayoría indiscutible -por contundente y definida-, decidió ya un modelo y una conductora.
El resto -fracturado en minorías discordantes, insustanciales, difusas y eclécticas-, parece comprender al fin que otros sí tienen un rumbo, un plan, y una capitana.
A la luz de una realidad que ya ni obreros ni empresarios -ni el New York Time siquiera (que el último domingo en su editorial le recomienda a Obama copiarse se de Cristina)- pueden negar, esa mayoría indiscutible, parece, tiene razón; y el resto, de a poco –Biolcati, Mengiguren, y siguen las firmas- empieza a comprender cuál es el camino, y la forma.
Cuando todos los buenos que aún están del otro lado terminen de entenderlo, allí sólo quedarán, solos al fin, aparte, expuestos, descubiertos, claramente descubiertos, los que no querían, no a Cristina, ni a Néstor, ni a esto ni a lo otro, sino al país, y a nosotros, su gente.  
Porque de eso se trata: lo que importa es nosotros, y si alguno algún día se aparta de nosotros, nosotros seguiremos sin él, porque nosotros somos nosotros.
Extraña instancia inverosímil de la historia Argentina, no hay discusión, no hay pelea, hay un plan, un rumbo, una guía, y estamos creciendo… como si una larga noche hubiera terminado, y sin ningún escándalo, sin redobles ni coros ni trompetas, aquí despierta el sol, magno y magnífico, callado, espléndido, hacia el mediodía sin sombras… ahora las estirpes condenadas a doscientos años de soledad, por fin tendrán su nueva oportunidad sobre esta tierra.


* * *



DESTELLOS AJENOS. HOY: JACK LONDON.






Destellos Ajenos:

“Aquél era el final. Subienkow había recorrido un largo camino de amargura y horrores, guiado, como una paloma, por el instinto que le llevaba hacia las capitales de Europa, y allí, en el punto más lejano, en la América rusa, el sendero acababa. Estaba sentado en la nieve con los brazos atados a la espalda, esperando la tortura. Miró con curiosidad al enorme cosaco que tendido de bruces sobre la nieve gemía de dolor frente a él. Los hombres habían acabado con el gigante y se lo habían entregado a las mujeres. Sus gritos atestiguaban que ellas habían excedido en crueldad a los varones. Subienkow miró y se estremeció. No temía a la muerte. En el largo camino de Varsovia a Nulato había arriesgado la vida demasiadas veces para temerle ahora al simple hecho de morir. Lo que sí le asustaba era la tortura. Era una afrenta a su espíritu. Una afrenta, no por el dolor que tuviera que soportar, sino por el triste espectáculo que le haría ofrecer ese dolor. Sabía que rogaría, que suplicaría, que imploraría como lo había hecho el Gran Iván y los que le habían precedido. Y eso le repugnaba. Con valor y serenidad, con una sonrisa y una chanza... así había que morir.”

Jack London


MEMORIAS DE UN MERCENARIO - HOY: "UN INFIERNO INTERIOR", (a propósito del Caso Candela).


* * *
El periodismo es un negocio de extorsión, la prensa libre no existe, y estamos todos rodeados”; fue dicho en el post del 10/11, Una puta inmaculada, que sirve de introducción a esta sección, y donde a la vez anunciábamos estos rápidos relatos destinados a refrendar con hechos las palabras, porque una buena historia vale más que mil imágenes. El autor se retiró de lo que gusta llamar "el periodismo industrial", no arrepentido, pero si medio asqueado, al cabo de 25 años de oficio.
De su experiencia, estos recuerdos.



* * *


El Martiyo Producciones presenta…


"Memorias de un mercenario"
 




“Los mercenarios que he tratado, y con quienes a veces he compartido la vida, combaten de los veinte a los treinta años para rehacer el mundo. Hasta los cuarenta, se baten por sus sueños y por esa idea que de sí mismo se han inventado. Después, si no han dejado la piel en la batalla, se resignan a vivir como todo el mundo –a vivir mal, porque no cobran ningún retiro- y mueren en su lecho de una congestión o de una cirrosis hepática. El dinero nunca les interesa, la gloria rara vez, y se preocupan muy poco de la opinión que merecen a sus contemporáneos. En esto es en lo que se distinguen de los demás hombres”.

Jean Lartéguy 

* * *


Hoy: "Un infierno interior"




Todo crimen es en sí mismo y objetivamente un compendio de horrores execrables, pero desde el punto de vista mediático, hay crímenes mejores y peores, más o menos importantes, y hasta los hay también, aún horribles, sin embargo insignificantes.
Es importante un caso, según el tiempo que soporte en la tapa de los diarios. De ahí para abajo, o hacia adentro, su importancia decrece.
Para que soporte mucho tiempo la tapa de los diarios, conviene que el crimen contenga sangre, sexo, poder, dinero, y política, y dos o tres si no todas estas variantes, ya que cuanto menos contenga, menos importará y más rápido será olvidado.
Pocos casos lo contienen todo, aunque el buen cronista intentará que así sea. Desde luego, por mucha que fuera su imaginación y mala leche, sin realidades que lo sostengan, antes que después el caso se le desinfla. En periodismo, muchas veces, es muy triste la verdad.
El Caso Candela, de reciente y aún actual exposición, será olvidado pronto, me animo a decir, hoy, 7 de setiembre, apenas pasen las elecciones del próximo octubre, sino antes.
Pese a los denodados esfuerzos de Clarín y La Nación, las implicancias políticas no existen, y la verdad se les reduce a las intrigas que surgen sin parar del propio entorno de la víctima. Las críticas a la impericia policial, los tiros por elevación al gobierno de la provincia, etc, ya no funcionan, el caso no les sirve, su espanto no importa. No rinde. La máquina de mentir no funciona así tan fácil.
Un buen caso, por ejemplo, es el caso Belsunce, porque no tiene política, pero le sobra sangre, dinero, y hay pasiones y lujo y traiciones familiares y una trama que se complica a medida que se aclara… pero nos sorprendería una rápida lista de nada más diez de esos casos que tuvieron en vilo al país por más de una semana, y que hoy nadie recuerda. No es trabajo para estas memorias.
Estas memorias confesionales tienen otro propósito, expiar viejos pecados de guerra, y antes aún, ilustrar a los jóvenes que se inician en el oficio con relatos de recuerdos que mejor que mil consejos, les avisen los peligros de la batalla, y sus horrores íntimos...
Porque puestos a recordar grandes casos policiales, pido la voz y el silencio porque yo he participado activa y ferozmente del caso policial más importante de la Argentina –siempre mediáticamente hablando-, y que aún hoy, cerrado sin resolverse, veinte años después, no termina de olvidarse.
Me refiero al Caso María Soledad Morales, del cual ya hice mi primer descargo en el episodio titulado Mea Culpa. No voy a repetir aquí cosas que ya conté ahí, pero vale sí una rápida composición de lugar, y hora.
San Fernando del Valle de Catamarca, 1991, María Soledad Morales, 17 años, alumna del colegio religioso más importante de la ciudad, aparece una mañana de lunes a metros de la ruta principal asesinada, desfigurada, violada y torturada.
Hasta entonces la dinastía Saadi gobernaba la provincia más o menos desde que había provincia. Pero entonces cuatro de los hijos del poder son señalados como sospechosos, esto involucró al gobierno nacional, y allí la prensa grande, toda, se dio un festín que no se daba desde los días de la guerra.
Es mucho lo que podría contarles de aquel caso, y sobre todo, de aquella cobertura, pero me voy a limitar aquí a una sola anécdota que pretende ilustrarle, al novato, de qué somos capaces los periodistas cuando la mente duerme y el músculo y la ambición no descansan.
Pasé ese verano entero enviado allí por la revista Noticias de la Editorial Perfil, de Jorge Fonteveccia.
La revista, como hoy, pretendía, por diseño, ser la Newsweek o algo así al sur del Colorado… Pero la sustancia de sus páginas satinadas a cuatro colores, eran pura basura; precariedad de medios para el trabajo, escasez de tropa, no permitían investigar con la seriedad que sin embargo sí anunciábamos, y que por otro lado, no hacía falta tampoco. La información se editaba según los ánimos o los caprichos, y las más de las veces, claro, según los negocios de Fonteveccia y nada más.
En esencia, y en rigor, nuestro trabajo consistía en rastrear los argumentos que permitieran sostener lo que Fonteveccia decía sin argumentos. Y Fonteveccia no más decía lo que su público, según él, gustaba escuchar.
Con esos principios y objetivos se cubrió también el caso María Soledad. Y dijera Whitman: “Yo fui el hombre, yo estuve allí”
El caso tenía de todo, sangre, política, poder, sexo, dinero, pobres y ricos, pasiones, infidelidades, orgías y más mentiras, y hasta el novedoso halo del gran narcotráfico por detrás, como un telón de fondo que anunciaba sin mostrar más y mejores maravillas…
Era tan bueno el caso, que no duró días ni semanas, sino meses y años, y los que estuvimos allá, sabemos que no terminó todavía, que algún día algo allí muy oscuro, quedará de golpe muy claro…
Tan bueno era el caso, en medio de un verano sin romances, suicidios ni divorcios, que toda la prensa grande saturó enseguida los hoteles, y fuimos los ángeles de la bendición de todo los restorantes, los bares y las putas de la ciudad…
La competencia entre los medios era tal, que ninguno se despegaba de ninguno por temor a que el otro tuviera lo que a uno le faltaba, y así cualquier rumor, en la psicosis de los días sin dormir y las trasnoches sin parar, cobraba la importancia de una primicia exclusiva…
El rating y las ventas subieron a tal punto, que Fonteveccia, con el olfato de las grandes aves, hacia el final del verano, más vivo que el viento, decidió un número especial dedicado exclusivamente al caso. Un éxito.
Cuando me lo avisaron, era domingo, yo estaba allí solo, apenas con un fotógrafo, pero para mi tranquilidad me dijeron que ente lunes y martes llegaban refuerzos.
El viernes debíamos cerrar sesenta páginas.
Llegaron dos refuerzos, cuatro con los fotógrafos, y el lunes, tal cual habían prometido, sí… pero traían vagas ideas lejanas del caso, y uno de ellos, y los dos fotógrafos, no conocían la ciudad.
Pero el viernes como campeones el número estaba cerrado, el domingo en los kioscos, y antes del martes ya agotaba su primera edición, Un éxito.
Ese número especial de Noticias tiene que estar por ahí todavía, y si alguien se tomara alguna vez el trabajo de estudiarlo bien y decodificarlo, advertiría magníficas incongruencias de tiempo y de lugar, de testimonios y descripciones entre notas que hablaban sin embargo de lo mismo. Y a eso le llamamos un éxito.
En un momento. desde Buenos Aires, mi superior al comando de la operación en el cuartel central, me llama y encomienda, en medio de las balas, una nueva, dura y delicada misión. Me dice así (lo recuerdo, creo, textual):
-- Jorge quiere fotos de la madre llorando, pero en primer plano… porque de lejos tenemos un montón, pero no tienen fuerza, y la queremos para la tapa… a ver si la conseguís…
Meter una tapa es todo un logro para cualquier novato, pero casi una obligación para un veterano que se supone está de vuelta de esas cosas (nunca hay paz en la batalla, más bien).
Tal vez algún día les cuente detalles y paisajes del infierno interior que crucé para conseguir aquella foto, pero la conseguí, no fue tapa por un problema de luz, pero si abrió una las notas centrales en página al corte. Un éxito, sí.
Sin embargo, ya lo ven, todavía me cuesta hablar de eso… un mercenario como yo, ya retirado y bien curtido, lleno de cicatrices y medallas, y aún así…
Porque el músculo se calma y la ambición por fin descansa, pero entonces puede que la mente despierte, y… son cosas que el novato, ante cualquier crimen, siempre hará bien en recordar.

(continuará)


* * *

miércoles, 7 de septiembre de 2011

"Más de 1000 Palabras". Hoy: "Intereses comunes", con Barak Obama y Nicolás Sarkozy

El Martiyo Producciones Presenta...

*Más de 1000 Palabras*
(galería de imágenes)


Título:


"Intereses comunes"

Barak Obama, Nicolás Sarkozy, y una chica color guinda.
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MEMORIAS DE UN MERCENARIO - Hoy: "UN INFIERNO INTERIOR", (a propósito del caso Candela).


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El periodismo es un negocio de extorsión, la prensa libre no existe, y estamos todos rodeados”; fue dicho en el post del 10/11, Una puta inmaculada, que sirve de introducción a esta sección, y donde a la vez anunciábamos estos rápidos relatos destinados a refrendar con hechos las palabras, porque una buena historia vale más que mil imágenes. El autor se retiró de lo que gusta llamar "el periodismo industrial", no arrepentido, pero si medio asqueado, al cabo de 25 años de oficio.
De su experiencia, estos recuerdos.



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El Martiyo Producciones presenta…


"Memorias de un mercenario"
 




“Los mercenarios que he tratado, y con quienes a veces he compartido la vida, combaten de los veinte a los treinta años para rehacer el mundo. Hasta los cuarenta, se baten por sus sueños y por esa idea que de sí mismo se han inventado. Después, si no han dejado la piel en la batalla, se resignan a vivir como todo el mundo –a vivir mal, porque no cobran ningún retiro- y mueren en su lecho de una congestión o de una cirrosis hepática. El dinero nunca les interesa, la gloria rara vez, y se preocupan muy poco de la opinión que merecen a sus contemporáneos. En esto es en lo que se distinguen de los demás hombres”.

Jean Lartéguy 

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Hoy: "Un infierno interior"



Todo crimen es en sí mismo y objetivamente un compendio de horrores execrables, pero desde el punto de vista mediático, hay crímenes mejores y peores, más o menos importantes, y hasta los hay también, aún horribles, sin embargo insignificantes.
Es importante un caso según el tiempo que soporte en la tapa de los diarios. De ahí para abajo, o hacia adentro, su importancia decrece.
Para que soporte mucho tiempo la tapa de los diarios, conviene que el crimen contenga sangre, sexo, poder, dinero y política, y dos o tres si no todas estas variantes, ya que cuanto menos contenga, menos importará y más rápido será olvidado.
Pocos casos lo contienen todo, aunque el buen cronista intentará que así sea. Desde luego, por mucha que fuera su imaginación y mala leche, sin realidades que lo sostengan, antes que después el caso se le desinfla. En periodismo, muchas veces, es muy triste la verdad.
El Caso Candela, de reciente y aún actual exposición, será olvidado pronto, me animo a decir, hoy, 7 de setiembre, apenas pasen las elecciones del próximo octubre, sino antes.
Pese a los denodados esfuerzos de Clarín y La Nación
, las implicancias políticas no existen, y la verdad se les reduce a las intrigas que surgen sin parar del propio entorno de la víctima. Las críticas a la impericia policial, los tiros por elevación al gobierno de la provincia, etc, ya no funcionan, el caso no les sirve, su espanto no importa. No rinde. La máquina de mentir no funciona así tan fácil.
Un buen caso, por ejemplo, es el caso Belsunce, porque no tiene política, pero le sobra sangre, dinero, y hay pasiones y lujo y traiciones familiares y una trama que se complica a medida que se aclara… pero nos sorprendería una rápida lista de nada más diez de esos casos que tuvieron en vilo al país por más de una semana, y que hoy nadie recuerda. No es trabajo para estas memorias.
Estas memorias confesionales tienen otro propósito, expiar viejos pecados de guerra, y antes aún, ilustrar a los jóvenes que se inician en el oficio con relatos de recuerdos que mejor que mil consejos, les avisen los peligros de la batalla, y sus horrores íntimos...
Porque puestos a recordar grandes casos policiales, pido la voz y el silencio ya que un servirdor participó activa y ferozmente en el caso policial más importante de la Argentina –siempre mediáticamente hablando-, y que aún hoy, cerrado sin resolverse, veinte años después, no termina de olvidarse.
Me refiero al Caso María Soledad Morales, del cual ya hice mi primer descargo en el episodio titulado Mea Culpa. No voy a repetir aquí cosas que ya conté ahí, pero vale sí una rápida composición de lugar, y hora.
San Fernando del Valle de Catamarca, 1991, María Soledad Morales, 17 años, alumna del colegio religioso más importante de la ciudad, aparece una mañana de lunes a metros de la ruta principal asesinada, desfigurada, violada y torturada.
Hasta entonces la dinastía Saadi gobernaba la provincia más o menos desde que había provincia. Pero entonces cuatro de los hijos del poder son señalados como sospechosos, esto involucró al gobierno nacional, y allí la prensa grande, toda, se dio un festín que no se daba desde los días de la guerra.
Es mucho lo que podría contarles de aquel caso, y sobre todo, de aquella cobertura, pero me voy a limitar aquí a una sola anécdota que pretende ilustrarle, al novato, de qué somos capaces los periodistas cuando la mente duerme y el músculo y la ambición no descansan.
Pasé ese verano entero enviado allí por la revista Noticias de la Editorial Perfil, de Jorge Fonteveccia.
La revista, como hoy, pretendía, por diseño, ser la Newsweek o algo así al sur del Colorado… Pero la sustancia de sus páginas satinadas a cuatro colores, eran pura basura; precariedad de medios para el trabajo, escasez de tropa, no permitían investigar con la seriedad que sin embargo sí anunciábamos, y que por otro lado no hacía falta tampoco. La información se editaba según los ánimos o los caprichos, y las más de las veces, claro, según los negocios de Fonteveccia y nada más.
En esencia, y en rigor, nuestro trabajo consistía en rastrear los argumentos que permitieran sostener con argumentos lo que Fonteveccia decía sin argumentos. Y Fonteveccia no más decía lo que su público, según él, gustaba escuchar.
Con esos principios y objetivos se cubrió también el caso María Soledad. Y dijera Whitman: “Yo fui el hombre, yo estuve allí”
El caso tenía de todo, sangre, política, poder, sexo, dinero, pobres y ricos, pasiones, infidelidades, orgías y más mentiras, y hasta el novedoso halo del gran narcotráfico por detrás, como un telón de fondo que anunciaba sin mostrar más y mejores maravillas…
Era tan bueno el caso, que no duró días ni semanas, sino meses y años, y los que estuvimos allá, sabemos que no terminó todavía, que algún día algo allí muy oscuro, quedará de golpe muy claro…
Tan bueno era el caso, en medio de un verano sin romances, suicidios ni divorcios, que toda la prensa grande saturó enseguida los hoteles, y fuimos los ángeles de la bendición de todos los restorantes, los bares y las putas de la ciudad…
La competencia entre los medios era tal, que ninguno se despegaba de ninguno por temor a que el otro tuviera lo que a uno le faltaba, y así cualquier rumor, en la psicosis de los días sin dormir y las trasnoches sin parar, cobraba la importancia de una primicia exclusiva…
El rating y las ventas subieron a tal punto, que Fonteveccia, con el olfato de las grandes aves, hacia el final del verano, más vivo que el viento, decidió un número especial dedicado exclusivamente al caso. Un éxito.
Cuando me lo avisaron, era domingo, yo estaba allí solo, apenas con un fotógrafo, pero para mi tranquilidad me dijeron que ente lunes y martes llegaban refuerzos.
El viernes debíamos cerrar sesenta páginas.
Llegaron dos refuerzos, cuatro con los fotógrafos, y el lunes, tal cual habían prometido, sí… pero traían vagas ideas lejanas del caso, y uno de ellos, y los dos fotógrafos, no conocían la ciudad.
Pero el viernes como campeones el número estaba cerrado, el domingo en los kioscos, y antes del martes ya agotaba su primera edición, Un éxito.
Ese número especial de Noticias tiene que estar por ahí todavía, y si alguien se tomara alguna vez el trabajo de estudiarlo bien y decodificarlo, advertiría magníficas incongruencias de tiempo y de lugar, de testimonios y descripciones entre notas que hablaban sin embargo de lo mismo. Y a eso le llamamos un éxito.
En un momento. desde Buenos Aires, mi superior al comando de la operación en el cuartel central, me llama y encomienda, en medio de las balas, una nueva, dura y delicada misión. Me dice así (lo recuerdo, creo, textual):
-- Jorge quiere fotos de la madre llorando, pero en primer plano… porque de lejos tenemos un montón, pero no tienen fuerza, y la queremos para la tapa… a ver si la conseguís…
Meter una tapa es todo un logro para cualquier novato, pero casi una obligación para un veterano que se supone está de vuelta de esas cosas (nunca hay paz en la batalla, más bien).
Tal vez algún día les cuente detalles y paisajes del infierno interior que crucé para conseguir aquella foto, pero la conseguí, no fue tapa por un problema de luz, pero si abrió una las notas centrales en página al corte. Un éxito, sí.
Sin embargo, ya lo ven, todavía me cuesta hablar de eso… un mercenario como yo, ya retirado y bien curtido, lleno de cicatrices y medallas, y aún así…
Porque el músculo se calma y la ambición por fin descansa, pero entonces puede que la mente despierte, y… son cosas que el novato, ante cualquier crimen, siempre hará bien en recordar.

(continuará)


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ANÉKDOTAS. OTRA DE PICASSO - HOY: "Chino básico"

Anékdotas

Hoy: “Chino básico”


Con Pablo Picasso


En una de sus muestras Picasso queda por un instante junto a una señora que frente a uno de sus cuadros admite su propia ignorancia, y le dice:
-- Para mí, la verdad, esto es chino…
Picasso le informa:
-- Señora… el chino se aprende.

* * *

ESCRITOR X ESCRITOR - HOY: YUKIO MISHIMA X MARGUERITE YOURCENAR.

ESCRITOR POR ESCRITOR


Aunque más no fuera por alentar o sostener o cuando menos celebrar esa magnífica fraternidad fuera del tiempo y del espacio que suscita la escritura entre escritores, aquí El Martiyo presenta esta sección que fija, recorta y comparte, en fragmentos preciosos, pedacitos de ese platónico amor de verdad desinteresado, de verdad espiritual, de verdad eterno… de verdad amor.
Escritor x escritor, como Destellos Ajenos, es un espacio inmejorablemente escrito, porque lo escriben los mejores de la especie, sólo que aquí los unos elevan a los otros elevándose así en prueba de una generosidad como la que soñaba don Antonio Machado, cuando “la monedita del alma, se pierde si no se da”.



ESCRITOR x ESCRITOR


Yukio Mishima x Marguerite Yourcenar:


Yukio Mishima


"Siempre es difícil juzgar a un escritor contemporáneo: carecemos de perspectiva. Y aún es más difícil juzgarlo si pertenece a una civilización que no es la nuestra y con lo cual entran en juego el atractivo del exotismo y la desconfianza ante el exotismo. Estas posibilidades de equívoco aumentan cuando, como ocurre con Yukio Mishima, el escritor ha absorbido ávidamente los elementos de su propia cultura y los de Occidente; y, en consecuencia, lo que para nosotros es normal y lo que para nosotros es extraño se mezclan en cada obra en unas proporciones diferentes y con unos efectos y unos aciertos de lo más diversos… Hay dos clases de seres humanos: aquellos que apartan la muerte de su pensamiento para vivir mejor y más libremente, y aquellos que, por el contrario, sintiéndose más fuertes y sabios de su existencia, la acechan ante cada señal que ella les ofrece a través de las sensaciones de su cuerpo o el azar del mundo exterior. Estas dos clases de espíritus no se amalgaman. Lo que unos llaman una manía mórbida es para los otros una disciplina heróica. Queda en manos del lector el formarse una opinión."



("Mishima, o la visión del vacío", fragmento)


Marguerite Yourcenar

* * *

martes, 6 de septiembre de 2011

LAS CHICAS DEL MARTIYO... o la patria en baby doll...



“Las Chicas”
Esta chica nos gusta porque lleva los colores argentinos...
Vendría a ser la patria en baby doll.

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lunes, 5 de septiembre de 2011

COLAPSÓ JOAQU-INMORALES SOLÁ (fue primicia de El Martiyo)



Apenas el lunes pasado avisábamos que algo muy en el fondo de la mente de Inmorales Solá, cedía, y se venía… Nadie hizo nada. Ni los dueños de La Nación, ni el Instituto Argentino de Lucha contra el Delirio, nadie. Así ayer, ido del todo, en su columna de los domingos, Inmorales como si nada nos narra experiencias extrasensoriales, habla de libros que nadie escribió, y cuenta qué le dicen los fantasmas.

BALADA PARA UN LOCO (II)



Es difícil escribir entre carcajadas, y no está bien reírse de la desgracia ajena, pero aquí otro anticipo del Martiyo que se cumple: Joaqu-Inmorales Solá perdió por completo el control de sus nervios, tal cual advertimos hace tan poco en nuestro post Balada para un loco.
Allí avisábamos apenas el lunes pasado, que Inmorales ya no estaba mentalmente entre nosotros, y nadie hizo nada, y por lo tanto, el cuadro, tal cual lo prevismos, se agravó, y ayer, desde La Nación –cuyos dueños también parecen shockeados o aturdidos- nos narra sus raros contactos con no menos raras disciplinas y entidades simplemente inexistentes.
De arranque titula "El manual de estilo kirchnerista", manual que, como todo el mundo sabe, no fue escrito ni publicado nunca, y por lo tanto, sencillamente, no existe.
Así nomas entonces, a partir de un libro irreal, allí nos habla de una ciencia que debemos colegir idem: La kirchnerología.
Y como si nada pasara, dice Inmorales:
“La kirchenerología sostiene que un gen suicida convive con los gobernantes de los últimso años”, luego allí, a continuación de esta premisa de incierta realidad, se despacha con una serie de conjeturas, inválidas por lo tanto.
Más abajo, al cabo de no pocos párrafos similares -donde afirmaciones no demostradas dan lugar a razonmientos no demostrables-, en un momento Inmorales, siempre en defensa exclusiva de “los principales medios”, declara, entre solitarios redobles, cual Napoleón de hospicio: "El kirchnerismo es una cantera inagotable de fanáticos que andan sueltos (o no tan sueltos), dispuestos a perpetrar la venganza personal en nombre de modelos, de líderes fundacionales o de cruzadas ideológicas”.
Y eso lo dice porque el ministro Randazzo le pidió al maleducado cronista de La Nación que lo trate con respeto. (Ver El soldadito desconocido). 
En otro párrafo… después... hablando de…
(se hace difícil escribir entre carcajadas)
En otro párrafo, ya fantástico, nos revela que en realidad La Política no es una práctica, una actividad, un abstracto, no: ¡es un ente!, un ente que habla, y que habla con él y le cuenta cosas, le dice por ejemplo que bautiza sus propias creaciones de él, ¡oh!: “La política le ha puesto un nombre al proyecto oficialista de domesticar a los críticos”, (no queremos imaginar la preocupante sonrisita que esboza mientras escribe), y allí nomás, fuera de sí por fin, histérico, despechado, tracionado, la embiste contra el presidente de la Unión Industrial Ignacion Mendiguren, y publica sin más el nombre que "La Política le contó que le puso a lo que él inventa: “Lo llama la mendigurización de todos los discursos públicos”.
Desatado sigue y se va, nos habla de un país que se hunde, sueña con un porvenir de espanto, el desmoronamiento de toda la realidad que él dice que no es, y así, envuelto en sus propias visiones, se nos deshace en un amasijo informe de miedos, odios, mentiras y delirios… pobre Inmorales... de pronto ve cosas, niega lo que sucede mientras describe lo que no ocurre, muerde la mano que recién besaba, conversa con fantasmas…
Está mal reírse de la desgracia ajena, es cierto… pero es que se hace muy difícil escribir entre carcajadas...




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LOS CHISTES DE BORGES... y las bestias de Hollywood....

Los chistes de Borges



Cuando le preguntan a María Kodama qué es lo que más extraña de Borges, ella no duda en responder: “su sentido del humor”. Uno de los hombres más divertidos de la historia del hombre, sin embargo, decidió pasearse por su siglo disfrazado de viejo aburrido, sin romances rimbombantes ni escándalos de vodeville, con su traje siempre gris, su bastón y su ceguera, su hablar lerdo y trabado, y su genio camuflado de sabio que no sabe. No es arbitrario pensar que esa sola caracterización, única y total, fuera su más secreta y grande broma.





Recurrimos otra vez a su obra como prueba de la naturaleza natural de su sentido del humor.
En 1932, en su libro Discusión, recopila una serie de artículos y ensayos. En uno de ellos, bajo el título El Dr. Jekyll y Edward Hyde transformados, comenta el film El hombre y la bestia, protagonizado por Spencer Tracy, y nos dice:

“Hollywood, por tercera vez, ha difamado a Robert Louis Stevenson. Esta difamación se titula El hombre y la bestia, la ha perpetrado Víctor Fleming, que repite con aciaga fidelidad los errores estéticos y morales de la versión (de la perversión) de Mamoulian. Empiezo por los últimos, los morales. En la novela de 1886, el doctor Jekill es moralmente dual, como lo son todos los hombres, en tanto que su hipóstasis –Edward Hyde- es malvada sin tregua y sin aleación; en el film de 1941, el doctor Jekyll es un joven patólogo que ejerce la castidad, en tanto su hipóstasis –Hyde- es un calavera, con rasgos de sadista y de acróbata”.


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