Destellos Ajenos:
"La vulgaridad es un hogar. Lo cotidiano es materno. Después de una larga incursión en la gran poesía, a las cumbres de la aspiración sublime, a los peñascos de lo trascendente y de lo oculto, sabe mejor que bien, sabe a todo cuanto es caliente en la vida, el regreso a la posada donde ríen los tontos felices, beber con ellos, tonto también, como Dios nos hizo, contento con el universo que nos fue dado y dejando el resto a los que trepan montañas para no hacer nada allá en lo alto".
"La vulgaridad es un hogar. Lo cotidiano es materno. Después de una larga incursión en la gran poesía, a las cumbres de la aspiración sublime, a los peñascos de lo trascendente y de lo oculto, sabe mejor que bien, sabe a todo cuanto es caliente en la vida, el regreso a la posada donde ríen los tontos felices, beber con ellos, tonto también, como Dios nos hizo, contento con el universo que nos fue dado y dejando el resto a los que trepan montañas para no hacer nada allá en lo alto".
Fernando Pessoa
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