Al cabo de una semana en maratón de cócteles y comidas entre exquisiteces y reaccionarios locales e importados, Mario Vargas Llosa por fin habló en la Feria del Libro, luego de tanta expectación, para decir lo mismo de siempre, aunque sin recordarlo tampoco.
“Es que las ideologías hoy se han ido a la mierda, no?”.
Mario Vargas Llosa.
Luego de reptar durante toda la semana por los espléndidos nidos del neoliberalismo local –como hoy prefieren llamarse los vestigios de la derecha- el escritor Mario Vargas Llosa, flamante premio Nóbel, antiguo reaccionario, enemigo declarado de la justicia social que él insiste en llamar “populismo”, por fin se presentó en la Feria del Libro, con un discurso “leído” -porque no todo el mundo tiene el don de la palabra-, que trató, previsiblemente, sobre “la libertad”, que pretendió, más previsiblemente aún, atacar al gobierno argentino, pero que resultó, inesperadamente, una crítica intrínseca a la Academia Sueca del Premio Nobel, que ha consagrado a un escritor tan propenso a los lugares comunes, a los clisés perimidos, y a las banalidades insustanciales.
“Los libros nos ayudan a derrotar los prejuicios étnicos y racistas, nos muestran que por debajo de las fronteras somos iguales”… “Leer nos hace libres”… “Defender nuestros derechos a ser libres, es defender nuestro derecho a ser ciudadanos”… “todavía en nuestros días tenemos grandes dificultades para discernir entre lo que es la ficción y la realidad”…
Son algunos de los pasajes de un discurso que, como se ve, no aporta nada, no descubre nada, no dice nada...
Entendemos que tampoco debe quedar mucho de un poeta al cabo de una semana de cócteles y comidas charlando con Mauricio Macri, Eduardo Duhalde, Francisco de Narvaez, Patricia Bullrich, López Murphy, la embajadora norteamericana, y los señores de la ultraconservadora fundación Mont Pelerin Society, creada en Suiza en 1947 por la crema del pensamiento liberal, e inspiradora por ejemplo de la Escuela de Chicago, donde nuestro inolvidable Martinez de Hoz fuera abanderado…
En nombre de la libertad, la prensa no fue admitida en tales encuentros, pero gente que estaba adentro iba a contar afuera que se comió muy bien, se bebió mejor, y se charló de todo. Es decir... de todo lo que tiene que ver con salvar el capitalismo y sus grandes corporaciones, disfrazando sus solos derechos de libertad para todos, y cosas así… Por supuesto, también se habló mal del actual gobierno argentino, y de la falta de ideas para superarlo. En un momento -según consigna Pagína 12-, el gran escritor y pensador peruano sintetizó sus visiones en una rápida epifanía: “Es que las ideologías hoy se han ido a la mierda, no?”…
No los imaginamos allí, con ellos, diciendo esas cosas, a César Vallejo, a Miguel Hernández, ni siquiera a Balzac, tan mundano él, mucho menos al buen Juan Rulfo; sí a Bukowski, pero borracho; sí a Borges, quizá, pero diciendo algo más que “la libertad es importante” y “los libros son lindos”, si a Céline, tal vez, pero puteándolos a todos por hipócritas y por cochinos…
De vuelta a la Feria del Libro, allí Vargas Llosa, entre el resentimiento, la banalidad, la obediencia debida, y la ignorancia, se permitió preguntarse por qué la Argentina pasó de ser “modelo para el mundo a estar inmerso en una crisis permanente”, no aclaró, claro, a qué Argentina modelo ni a qué mundo refería, ni importaba que dicho país “en crisis permanente” creció el último año el doble de lo previsto incluso por sus ídolos del FMI... "¿Por qué hay tanta violencia? ¿Por qué hay tantos muertos”, se preguntó luego, no sin desgarrarse las vestiduras como corresponde, pero si sin informarse como corresponde, cuando tan luego su amada BBC de Lóndres acaba de publicar un informe según el cual Buenos Aires, por ejemplo, es la capital de América Latina con menor índice de criminalidad… En fin, ignorancia, resentimiento, y obediencia debida: un Nobel no te lo dan por escribir bien y nada más, si no que le pregunten a Borges…
Nosotros lo advertimos desde el inicio de este sainete (Ver Un charlatán de feria): Mario Vargas Llosa, el Premio Nobel de Literatura, y la Feria del Libro, son cosas, las tres, sobredimensionadas, exclusivamente, por el miedo concreto que tienen los dueños de La Nación y Clarín de acabar presos… objetivamente, un premio de literatura que no ha recibido Borges, no es un gran premio; Mario Vargas Llosa es un escritor convencional incapaz de sorprender hace mucho, y la Feria del Libro es una gran librería donde te cobran para entrar, y te empujan todo el tiempo.
Si el mundo fuera de verdad justo, si esos diarios fueran diarios de verdad, y los escritores valieran de verdad por lo que escriben; hoy no hablaríamos de nadie, o hablaríamos de otra cosa, terminémosla: no vimos pasar a Borges, ni a Octavio Paz, ni a Rulfo, ni siquiera a García Márquez, apenas a Vargas Llosa. Ungaretti le diría: “tú no creces, te empinan las circunsancias”.
Episodio terminado.
Allí se va ya Vargas Llosa, con su cheque, su valijita de ideas vencidas y frases muertas, y las vestiduras rasgadas al pedo. Y eso fue todo, a no ser para los libreros y sus editores, que también rescataron un par de manguitos más….
Los crímenes de Clarín y La Nación , siguen intactos en la historia, impunes en la justicia, y en conocimiento público… Si lo habían traído para eso… no funcionó.
La oposición tampoco fue iluminada por este pensador, ni a su vez ella nos alumbra ahora con un nuevo modelo de país mejor que el actual… Si lo trajeron para eso, menos funcionó.
Y si ésto es lo mejor que tenían… entonces sí, búsquense rápido un buen abogado, porque...
Alguna vez el gran poeta y ensayista argentino Osvaldo Rossler, a propósito de la Feria del Libro, nos señaló con preocupación a “esos escritores, que se supone que representan lo mejor de nuestra lengua, y que por lo tanto se supone que tienen el don de la palabra, y que ahí los ves que para decir las mismas pelotudeces de todos los años, tienen que sacar un papelito, y leer”.
¿Las flores también serán artificiales?
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