A propósito del hundimiento de Clarín que tratáramos ayer en nuestro post Relatos de un naufragio, hoy encontramos casi de casualidad –porque el universo también conspira contra el Grupo -, este post publicado en El Martillo pocos días antes de su clausura por parte de Clarín blogs, no por usar lenguaje vulgar, repetimos, ni por recurrir al sexo explicito, sino apenas por hacer uso de la libertad de expresión que ellos tanto pregonan, y escribir en consecuencia verdades como esta…
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El Martillo (Clarín blgos) - 22.10.10
¿POR QUÉ PESE A LA CENSURA Y LOS ATROPELLOS SUFRIDOS El Martillo SIGUE EN LA COMUNIDAD DE BLOGS DE CLARÍN A BORDO DE UN BARCO QUE ENCIMA HACE AGUA POR TODOS LADOS? ¿NO SOMOS RATAS? ¿QUÉ SOMOS? ¿LOCOS? ¿SUICIDAS?... ¡NADA DE ESO, SINO TODO LO CONTRARIO!…
Así también se hunde un transatlántico
LA GOTA QUE NO CESA
Clarín nos censura, nos entorpece la administración del blog con sus mejoras, nos quita la herramienta que nos permitía medir la cantidad de visitas y las preferencias de nuestros lectores; nos deja sin capacidad en las categorías reventando en el acto incontables posteos en un gesto de censura inaceptable; Clarín.blogs. nos destaca como el blog de la semana, nos llevan al portal principal del Grupo, ¡durante días un link desde la tapa de Clarín lleva directo al Martillo!, y como no mostramos pleitesía ni aflojamos un poquito, inmediatamente nos niegan, nos bajan, nos borran, pretenden castigarnos… ¿por qué no los mandamos a la mierda y nos vamos a una comunidad digna, sin tanta niebla alrededor de su nombre, que venga en alza y nos respete?... ¿Por qué pese a todo seguimos a bordo de este barco que sabemos que se hunde, cuando su capitán no nos quiere, y su tripulación nos maltrata?...
¡Qué buena oportunidad para recurrir aquí a la clásica expresión de la quinta columna, que también Hemingway usara como título!... Pera ya lo dijimos tantas veces, incluso allí está todavía, a la derecha de su pantalla, en el perfil, intacto desde el día cero del Martillo hace ahora dos años. Jamás ocultamos nuestro objetivo, ni siquiera nuestro verdadero nombre. En tal caso somos un rara especie única de quinta columna franca. Si no el enemigo, que el lector nos distinga.
Este segundo párrafo echa luz sobre el primero, pero entonces surge la pregunta
¿Por qué embestimos así contra Clarín y La Nación, nuestros tradicionales y “ principales diarios”, como ellos mismos nos hicieron el favor de autoproclamarse?...
En rigor de verdad, nos importa nada que ambos dos sean el mismo monopolio multimediático que -(en el caso de La Nación durante toda la historia Argentina, en el caso de Clarín durante toda su historia)- haya puesto y sacado presidentes; que valiéndose de los principios de la libertad de expresión actúen como un partido político lanzando candidatos que elevan y bajan según la marcha de sus infinitos negocios; ni siquiera nos molestan sus infinitos negocios en sí, ni que los conocemos por dentro o que sabemos de la naturaleza perversa de la industria a la que se dedican, no es nada eso, no, podrían ser dueños de todo y seguir así como hasta ahora… si les importásemos algo nosotros, no sólo sus indescifrables negocios; si no hubiesen demostrado durante los años de la dictadura de lo que son de verdad capaces, si no fuese que sus dueños, los que cargan y manejan el arma; estuvieran tan sospechados de tantas cosas tan graves, y tan complicados efectivamente en tantas de ellas. Por eso embestimos: casi en legítima defensa.
Y lo hacemos desde adentro porque en relación de fuerzas somos mínimos, y entonces decidimos acercarnos al blanco todo lo posible… hasta infiltrarnos, hasta parecer locos suicidas, incluso….
Hoy que el inobjetable Instituto de Verificación de Circulaciones (IVC), y la independiente medidora de la empresa Amazón, nos cuentan respectivamente que el diario Clarín en papel ya perdíó durante el último año 60 mil lectores diarios; y que su versión virtual, Clarín.com, apenas en los últimos tres meses cayó en sus visitas un 43%; no hace falta ser entonces el capitán Horacio Nelson para advertir que este barco se hunde, y sin embargo ya ven: nosotros seguimos a bordo porque no somos ratas, ni locos ni suicidas… somos más bien parte del agua que ya les entra por todos lados… apenas una gota, quizá, si, pero una gota que no cesa…
El Martillo
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Epílogo
Y la gota no cesó…
Aquí está todavía.
Clarín se hunde, y El Martiyo…
tic… tic… tic…
no cesa.
Hacemos humildemente lo posible. |
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