Basados en un vna sola prueba que no prueba nada, Clarín pretende ligar al expresidente Nétor Kirchner con los hermanos Juliá, mientras oculta las demasiadas pruebas que sí demuetran el vínculo cierto de los narcotraficantes detenidos en España, con Luis Barrionuevo y Eduardo Duhalde.
Pero el agua entra por todos lados.
RELATOS DE UN NAUFRAGIO
Mientras se hunde sin solución, Clarín hace lo que puede, y ya no puede mucho. El agua entra por todas partes. El éxodo masivo de su público (según el IVC; no El Martiyo); la desgastante pelea con el gobierno que los descubrió, la aún más desgastante pelea con la Justicia , que un día siempre llega; la Ley de Medios que no pudieron parar, y sobre todo, el pasado, el rígido ayer -como le llamaba Borges-, el pasado que vuelve y vuelve con todas sus cruces a cuestas... los hijos inexplicables de la Noble , la aún inexplicada adquisición de Papel Prensa, la impresa complicidad con la dictadura genocida, sus propias páginas ya para siempre imborrables elogiando aquella ”junta”, acompañando, promoviendo sus delitos, aplaudiéndolos… se entiende que ya Clarín no pueda mucho, y menos ahora, con el agua así, entrándoles por todos lados…
Síntoma claro del pánico a bordo es el ya casi alucinógeno enfrentamiento cuerpo a cuerpo con Néstor Kirchner, cuyo cuerpo ya no está. Sin embargo, su memoria los abate.
Ayer domingo por ejemplo, Clarín amaneció a los gritos porque por fin encontraron un cheque según el cual una vez Néstor Kirchner –en el 2003, hace casi diez años ya- usó un avión de Médical Jet…. En realidad no, pero…
Desde que el primero de enero, cuando los hermanos Juliá, su socio y su avión, fueran descubiertos y detenidos en el aeropuerto del Pratt de Barcelona con una tonelada de cocaína a bordo; Clarín hace tremendos esfuerzos de fatigosa suerte para ocultar la inocultable relación de estos hermanos y su padre, su empresa y sus socios, con Luis Barrionuevo y su aliado político Eduardo Duhalde, hoy candidato del mañetismo.
La intención de ligar el caso al gobierno, fue por supuesto la inmediata jugada de Clarín apenas perdieron los Juliá. Pero las cosas se complicaron pronto.
Ya el 8 de enero, a una semana de iniciada la historia, el mismo diario, en una nota de título Los dudosos negocios de los hermanos Juliá, decía:
“Tal como adelantó Clarín en su edición de ayer, distintas fuentes afirman que detrás del Challenger 604, matrícula N600AM, estaría un hombre histórico del sindicalismo, sin embargo, el verdadero dueño de la aeronave es aún una incógnita”.
¿Acaso el redactor no sabía de quién hablaban y se les escapó el rumor?...
Al día siguiente, el 9, ya era público que Luis Barrionuevo y su esposa -la diputada y boxeadora Graciela Camaño-, habían usado los servicios de Medical Jet por lo menos ¡25 veces!...
Más rápido que los culpables, Graciela Camaño, ese mismo 9, en Clarín, por supuesto, se explicaba o se justificaba (o algo así), mientras se confesaba (eso sí): “una cosa es tomar un servicio de una empresa supuestamente habilitada y controlada por las autoridades nacionales del transporte y otra muy diferente es ser parte de la vida de estas personas”. ·Ejem.
Como es de dominio público –porque referimos hechos, no rumores, suposiciones ni proyeccións-, los tres detenidos en España, Gustavo y Eduardo Juliá, y Gastón Miret, son hijos de los brigadieres José Juliá y José Miret respectivamente.
El brigadier José Juliá fue jefe de la Fuerza Aérea durante el gobierno de Menem, y Miret secretario de planeamiento durante el de Videla. Dos angelitos, sí.
En 1993 Juliá se retiró de la fuerza acusado por su propio sucesor, el brigadier Ernesto Crespo, de haberse enriquecido en base a su amistad con el empresario Alfredo Yabrán.
Sin trabajo de pronto, Juliá encontró este rebusque de los aviones sanitarios, y fundó una empresita, con tanta buena suerte, que justo en esa época, su hijo Gustavo Adolfo, era gerente financiero del PAMI, bajo la administración Alderete, y era él, Gustavo, el responsable de autorizar los vuelos sanitarios. La suerte mejoraba..
Luego Menem se fue, y Alderete acabo preso como todos –incluso tal vez él mismo- preveíamos, y luegoí Gustavo fue procesado, justamente, por sobrefacturación de vueltos sanitarios.
Por aquellos días, y por encima de todos los nombres, como también todos sabemos, el PAMI era tierra de Barrionuevo, y allí puso para dirigirlo, en reemplazo de Alderete, al doctor Antonio Pacheco, a la sazón, oh, médico personal de Eduardo Duhalde. Y así Gustavo Juliá, aunque procesado, siguí en su puesto de gerente, y así también sus avioncitos no pararon de volar.. Su suerte continuaba…Hasta que en el 2003 llegó Kirchenr y por fin lo echaron.
También se supo luego que Medical Jet aportó dinero para la campaña a gobernador de Luis Barrionuevo en Catamarca.
Estos son todos hechos. Hechos que desde que estalló este caso, Clarín quiere ocultar… con mucho esfuerzo, y fatigosa suerte.
La nota de ayer, por ejemplo, no se sostiene porque no puede. No es culpa del redactor, bastante logra ese soldado, quien pese a lo suicida de la misión, alcanza a hilvanar al menos un argumento que seguramente bastará para el lector cautivo del diario enceguecido por el odio. Pero apenas se razona, el artículo, como pieza periodística, no aguanta. Es imposile hacer un asado bajo el agua.
De arranque la denuncia, titulada con redobles “Se confirma que Kirchner voló en un avión de los Juliá”, se basa en un solo único cheque de 139 mil pesos, emitido por la Casa de Santa Cruz, en el 2003, para la empresa Federal Aviation S.A., no Medical Jet.. La nota explica que dicha empresa, sí, también era propiedad de los Juliá. Y eso es todo.
Con esa sola “prueba” –si así lo prefieren - Clarín no sólo intenta desplegar todas las pruebas queno hay, sino y sobre todo ocultar todas las pruebas que sí hay y sí demuestran la estrecha relación de los Juliá con Barrionuevo y Duhalde.
Agotado por su lucha desigual, hacia el final del propio artículo, el redactor admite: “Clarín accedió a un solo cheque de Santa Cruz para Federal Aviation pero los viajes del entonces candidato Néstor con los Juliá habrían tenido un costo total de más de un millón de pesos , contaron fuentes del mercado que estuvieron al tanto de las operaciones”.
“Habrían tenido”, sí… los potenciales y los “pero” de Clarín, sí…
Y las “fuentes”, ja… del “mercado”, sí… “que estuvieron al tanto de las operaciones”, claro…
Pero no habría más información. Ese solo cheque, a simple vista insustancial, sería todo.
Con restos de pudor, la nota en un momento admite: “Ni bien fueron detenidos en España (los hermanos Juliá), el Gobierno se desligó rápidamente de ellos y los vinculó con el sindicalista Luis Barrionuevo, quien admitió haber sido en el pasado cliente de Medical Jet”.
Y listo.
Y vuelve a la carga contra el finado Kirchner…
Y así Clarín, con las pruebas que le faltan, suplanta las que no tiene.
De más nos parece decir que si este diario aún fuese un medio periodístico serio –y “libre”, como se jacta- debería hacer algo más que no sólo no ocultar esos vínculos: debería más bien investigarlos, investigarlos a fondo -como le gusta decir a María Laura Santillán-; descubrir cuál es y fue la verdadera conexión entre los Juliá y Barrionuevo y Alderete y Pacheco y Duhalde y sus vuelos a Catamarca y a Bolivia, y estos mil kilos de merca…
Pero en lugar de investigar, Clarín se complica con los sospechosos, y huye con ellos hacia delante, como el ladrón que escapa gritando “agarrenló, agarrenló”…
Es el final… el público que los deja… el pasado que vuelve con todas sus cruces a cuestas… Papel Prensa… las demasiadas mentiras… el tiempo de los asesinos… tus hijos, que no son tus hijos… la Justicia inexorable… el agua, que ya les entra por todas partes…
Glub.
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