Dedicado a otra cosa, El Grupo deshecha a sus periodistas.
PATRULLAS SUICIDAS
Hace poco en el didáctico programa para adultos 678, Sandra Russo, con sintética agudeza, definió lo que simplemente había hecho Clarín (el grupo, y por lo tanto sus productos) durante los últimos dos años: “despegaron del periodismo”.
Exactamente, Clarín despegó del periodismo, citamos y saludamos a la Russo , porque no encontramos una estocada mejor para alcanzar el hueso de esta tragedia.
La Nación, por ejemplo -su socio en tantos negocios, su cómplice en tantas maniobras-, mantiene alguna dignidad en su caída, y sin traicionar ni sorprender jamás -porque siempre supimos lo que era-, intenta de vez en cuando alguna pieza periodística técnicamente irreprochable -un reportaje, una investigación-, y aunque se les escapan dos mil tortugas por edición, parecieran todavía intentar un diario mejor escrito.
Clarín ya no, Clarín nada de eso, más bien todo lo contrario.
La escritura apenas correcta dejó ya de intersarles hace más de una década, cuando echaron de un saque a todos los correctores ¿Para qué servían inventado ya el corrector automático del World?. Esto sucedió hace más o menos diez años y ellos y El Martiyo sabemos que es exactamente así. Allí, en ese instante, con esa decisión, Clarín ya comenzaba a carretear sobre la pista pronto para despegar…
Hoy lo que presentan como “investigaciones”, no son sino alegatos a favor de sí mismos o en contra de os que traban sus negocios o preguntan cosas de esas de las que mejor no hablar; así como todos sus reportajes no pasan ya de ser espacios para la difusión política de sus propios candidatos, y siempre de sus negocios. Hace rato despegaron.
Hoy ya no se trata de tergiversar la realidad según sus intereses; sino que ahora están obligados a fabricarla, acorralados por la desesperación procesal de sus dueños. Una lucha infinitamente más cruel, por cierto. No es lo mismo pelear por el lucro, que defenderse de la cárcel.
Por ello es entendible que el trabajo que antes hacían allí los periodistas, ahora precise más bien de abogados; y que el grueso del dinero que en tiempos más calmos (para ellos), se gastaba en columnistas, buenas plumas, y sólidos profesionales, hoy mejor se invierta directamente en politicos prefabricados y flexibles. En otras palabras: hallaron el atajo.
Mientras antes de ser descubiertos por un país entero el Grupo fabricaba periodistas que sus propios medios inflaban de importancia y de prestigio, para entonces con ellos influir en la gente, y por carácter transitivo, en los políticos; hoy mejor producen directamente políticos, y se ahorran los periodistas (que además gastan mucho, quieren viáticos, etc)..
Desde luego dicho “atajo” -¿es otra cosa?- acaba por resentir la calidad final del producto, así como se resiente la calidad de la comida en un restorante, si reemplazamos al cocinero por el contador. Daños colaterales, que se les llama.
Damos fe –sin dar nombres- que los pocos verdaderos periodistas que van quedando en dicho diario, saben y sienten y son concientes de todo esto, lo ven, y lo ven desde hace mucho. Pero hace mucho, también, que rodeados de abogados y políticos, a ellos ya nadie los escucha.
Y es lógico: allí ya no hacen falta, Clarín despegó del periodismo, ¿para qué puede querer periodistas?.. .¿quién precisa periodistas cuando la ley acorrala y el sótano está lleno de cadáveres?... A ver si alguno ellos, despuès de todo, se animó a gritar “los hijos de la Noble son mis hijos”, como sí gritó la Carrió , eh?... Ni Biassati, ni Bonelli ni la Santillán ni el mismísimo Joaqu-Inmorales Solá…
Terminaron esos tiempos de habladores inocuos. Hoy un Dhualde, un Macri, una Carrió, (todavía un Cobitos, incluso), cuestan menos –porque se les paga sólo con difusión-, y rinden por supuesto mucho más. traen negocios, consiguen licencias, exenciones impositivas, tienes jueces amigos, etc…
Colegas aunque nos duelan, compañeros al fin, nos preguntamos desde aquí, con inquietud sindical, qué será de todos ellos cuando por fin todo acabe y la tijera inexorable de la historia corte los hilos que los mueven… ¿quién entonces los moverá?...
¿Qué será de Biassati, de la Santillán , de Blanc y Van der Koy, de Silvestre y Bonelli, de Tennenbaum, de Inmorales Solá, qué, eh?...
Clarín despegó del periodismo, y allí dejó a sus periodistas… como una avanzada última que todavía no sabe que ya no tiene retirada; como una de esas patrullas bastardas compuestas por tropas de elites a las que recurren en su desesperación los ejércitos vencidos, y que así también abandonan a su suerte, allí abajo, en campo enemigo, sin retaguardia, condenados a sucumbir, a desertar o entregarse…
Nelson Castro comenzó a retroceder, el resto en cambio avanza ciego contra el muro fatal de la verdad… ¿No lo ven?...¿Creen que nunca llegará?... ¿No ven la gente, que los abandona?... ¿No sienten la desconfianza que de pronto los envuelve?... ¿Qué despuès esperarán con ese antes?... ¿Por qué no se rebelan?... Nos preguntamos todo eso. Sin compasión ni cinismo, apenas con curiosidad de ex mercenario que aún retirado hacia los trópicos junto al océano, jamás olvida que un soldado no vale más que su fusil, y que solamente los vivos en la guerra no son muertos.
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