Bradley Manning es el soldado de inteligencia que se robó el tesoro de secretos que reveló Wikileaks. Todos los días, sin más armas que un falso cd de Lady Gagá, Manning, cantando bajito, le cortaba las venas a sus Estados Unidos.
LA CANCIÓN DEL VERDUGO
Soldado de inteligencia, analista de sistemas, hacker de vocación, con 22 años, en dicho contexto, su homosexualidad le trajo problemas de adaptación que lo marginaron de las tropas. Sin saber muy bien qué hacer con él, más que pedirle café o decirle que barra, el Ejército Norteamericano, con todos sus filtros, le confió la llave del cofre de todos sus secretos.
Duirante ocho meses, siete días por semana, y catorce horas por día, Manning, tuvo acceso a los servidores más inaccesibles del mundo. Y artillado apenas con su falso cd de Lady Gagá, tarareando Telephone, su canción preferida, se bajaba toda la verdad oculta de un imperio en su final… (y si no fuésemos tan tozudos, este sólo hecho bastaría para demostrarlo).
“Nadie sospechó nada. Fue extremadamente fácil”, le contaba Manning por chat a un hacker amigo, Adrián Lamo, quien acabó denunciándolo al Pentágono… (gauchito, Lamo, no?)
Incluso en un pasaje de sus chats Manning describe en pocas líneas el real estado actual del aparado de defensa de los Estados Unidos: “Servidores débiles, débil ingreso al sistema, seguridad física débil, contrainteligencia débil, desatento análisis de señal: un tormenta perfecta’’.
Manning sostenía con toda lógica que un pueblo debe estar bien informado si quiere tomar "decisiones fundadas". “Es información pública, la gente tiene derecho a conocerla”, decía yle daba, tarareaba Telephone, cantando bajito, y laceraba arterias sin parar.… .
Hasta que un día le confió a Lamo que alguien a quien conocía “íntimamente” había bajado y comprimido sus archivos, cifrando datos, y subiéndolo todo para otro alguien que Manning habría identificado como Julian Assange, el fundador de Wikileaks.
Tres días después, el 23 de mayo de este año, Manning fue detenido y encerrado en una prisión en Kuwait.
Está acusado de filtrar a Wikileaks un video secreto sobre un ataque norteamericano a un grupo de civiles en Irak, y en el que murieron 12 personas, dos de ellas, periodistas de Reuters. Y es, por supuesto, el mayor sospechoso de todas las filtraciones que siguieron, incluyendo estas últimas, y las muchas otras que vendrán todavía, porque para entonces sangrar... sangraron por todos lados. .
Hoy Mannign espera su corte marcial confinado en solitario en una celda en Quántico, Virginia, bajo estricta vigilancia para que no se mate. Podrían bajarle hasta 52 años de cárcel.
Los habladores del ejército y otros observadores dicen que lo hizo por resentimieno, que despreciada su inteligencia, decidió dañar a quienes lo marginaban… Manning, en cambio, dijo estar impelido, como Assange, por móviles más románticos, como revelar para todos las cosas horribles que unos pocos nos ocultan... Hasta que alguien nos demuestre lo contrario, El Martiyo gustaría creerles, a simple vista, así enunciado, pareciera ser la esencia del periodismo.
De hecho, es sus chats con Lamos, Manning rechaza la sugerencia de vender la información a Rusia o China o lucrar con ella de alguna forma.
¿Y si despuès de todo fuera un hombre que sólo soñó siempre con justicia y de pronto tuvo la piedra, la honda y al gigante servido?... ¿Y si Assange también, en el fondo de todos sus residuos humanos, tuviera, todavía, un corazón también humano y por humano justiciero?...
Bradley Manning y Julian Assange no se conocieron nunca, y probablemente no se conocerán tampoco, ni vayan disociarse, ya, jamás. Fundidos por la historia, son ambos un raro caso de vencedores vencidos: los dos fueron condenados, curiosamente, por el imperio que sin embargo destruyeron.
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