Se les escapa Bin Laden, pero no un cartero...
ERA NUEVA ZORRO NUEVO
Julian Assange ya tiene quién lo cuide.
“Cierra las puertas, echa la aldaba, carcelero
Ata duro a ese hombre, no le atarás el alma.”
Miguel Hernández
Julian Assange se entregó, pero no. Fue detenido, pero no rendido.
Zorro nuevo de la nueva era, de pronto las fuerzas que lo perseguían ahora tienen que protegerlo más que a Obama, porque el muy pícaro escondió todos sus secretos (que son los de ellos), en un site que se activaría automáticamente si apenas lo empuja un mosquito.
A cambio de la protección ya les prometió que Wikileaks seguirá publicando cables secretos, información clasificada, y otras delicias que hacen temblar exclusivamente a los que están bien sucios… Próximamente en todas las salas, auguró ya, veremos el incendio mundial del Bank of América, institución señera de los Estados Unidos, que invadió y saqueó más países que sus propias fuerzas armadas.
Se entregó acusado por delitos sexuales en Suecia… Todavía los grandes medios, sin tiempo para profundizar, repiten que los cargos son estupro, acoso, abuso… No es nada de eso. Assange será encarcelado por dos relaciones sexuales consentidas y por separado con dos mujeres distintas, y durante las cuales Assange no usó preservativo ce una, y se le rompió con otra, pero no se los avisó a ninguna de las dos. Y eso en Suecia configura un un delito penado –habitualmente- con una multa de algo más de 700 euros. Para Assange las cosas son más complicadas, claro.
El pelo en el huevo, la quinta pata al gato, la novena a la araña, el microbio sobre el verso perfecto, El Martiyo lo dijo apenas estalló el escándalo: Assange ya está condenado. Pero quienes lo condenan también.
Al grito de Roma no paga traidores, la Embajada Norteamericana confesó abiertamente y de una vez por todas que tiene periodistas cautivos.
Glub, Crash. Bum.
Del baño de mierda no se salvó casi nadie.
Los pocos insospechables ya están esperando que al menos se den por ofendidos los muchos sospechosos de siempre. Vertbisky en Página el domingo daba nombres. El periodismo es un pueblo chico, resulta muy difícil esconder el pasado. Aún más el reciente.
Pero claro, nada es gratis en esta vida, y a la embajadora norteamericana en Buenos Aires ahora nadie le acepta siquiera un café, no ya los viajes y becas y otras gracias otrora repartidas…
Y esto no es un detalle menor: es un ejemplo real y concreto.
Lo mismo sucede con cada embajador norteamericano, ahora, en cada país del mundo.
Assange les colgó del cuello, a cada uno de ellos, la campanita de la lepra de la mendacidad, de la delación y la traición. Les hizo un daño enorme.
Las agitadas, superblindadas y tan procuradas embajadas norteamericanas del ayer, hoy son páramos de ausencias calmos como bibliotecas provincianas cuyos libros para colmo estuvieran todos en blanco…
Muchos en el mundo, incluso en la Argentina -por ejemplo Víctor Hugo Morales, hombre sensible, inteligente y preclaro-, pretendieron en un primer momento subestimar el episodio. Pero la herida es honda, se ahonda con los días, y sangra sin parar...
Apenas se conocieron las filtraciones Obama salió corriendo y se fue a esconder entre sus tropas a Afganistán. En la Casa Blanca quedó su esposa, oculta desde hace días derás de los árboles de Navidad que regala, mientras cuelga a sus perritos como bolas del suyo.
De Hilary Clinton para abajo, con ella incluida, no queda nadie creíble en tota la administración.
Y los días pasan y los cables siguen y la sangre no para.
Todos los gobiernos del mundo saben que la diplomacia es necesaria, y que el diálogo con la mayor potencia –aún- existente, no puede cesar…
En teoría, o sea, estamos todos de acuerdo.
Pero en los hechos, claro, ya nadie quiere hablar con ellos, con ninguno de ellos; nadie quiere ir, sentarse con ellos, estrecharles la mano, salir en esa foto... Ya no hay funcionario de gobierno alguno, político ni periodista que se arrime siquiera a una embajada americana, y los que van, seguramente, no hablarán sino del tiempo, de cómo hace calor y de golpe refresca ¡o llueve!, y cosas así…
Assange se entregó, y no. Está preso, sí, pero es libre. Zorro nuevo de la nueva era, acorralado y vivo, decidió convertir a sus poderosos perseguidores en sus mejores guardaespaldas.
Julian Assange, preso, es libre y va por más.
Sus tremendos enemigos, en cambio, acorralados por apenas un hombre, sangran en soledad y sin parar.
Repetimos: el escándalo Wikileaks recién comienza, si algún día termina, veremos entonces quién queda en pie al final.
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Bueno las cosas no son asi... fue la CIA quien dio el pase a Julian Assange para hacer lo que el hacia... solo que el no sabia q trabajaba o que ellos lo monitoreaban ahora lo cosa es por que hizo esto la CIA! =) a ver busquen informacion
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