Blues de la Divina Envidia
Pero y me digo yo:
cómo no vamos a envidiar a los músicos
por ejemplo
que deshacen el aire en compases divinos.
Cómo no vamos a envidiar,
me digo,
por ejemplo,
a los poetas,
que saben de las palabras la música que se dice.
Cómo no vamos a envidiar
por caso,
a Miguel Angel,
que le daba a las piedras
la suerte de los hombres
Cómo no vamos a envidiar,
me digo más,
a Modigliani,
que dejó el alma en sus telas
y allí vive todavía.
Como no vamos a envidiar,
(¡por Dios!)
A Dios...
que tanto se divierte con nosotros.
DA/setiembre de 2000
Hermosa ésta poesía no te la conocía!
ResponderEliminarTe deseo buenos Augurios en el 2011!!!
Eres un ser tan inteligente como persistente, deseo que sigas brindándonos tus excelentes y variados artículos!
Beso y voto
Ebe
New York