La felicidad no nace, se hace:
DIEZ MANDAMIENTOS
PARA UNA PAREJA FELIZ
En la inteligencia de que el amor ideal no existe, pero es posible fabricarlo; y en base a quienes sostienen –no sin razón- que el matrimonio es, en la práctica, una sociedad civil; El Martiyo elaboró un catálogo certero con diez consejos infalibles para una relación feliz, estable y duradera, a la medida de sus sueños.
Aquí van ellos, y allá ustedes…
1, Los socios tienen la obligación de amarse. Hasta la muerte por lo menos. Caso contrario, intentarlo, y de no conseguirlo, suponerlo. Por lo menos decirlo, pero decirlo hasta la muerte.
2. Los socios están obligados a ser fieles el uno al otro. En mente, cuerpo y alma. Ni pensamientos, ni impulsos, ni flashes, ni nada. Como si los socios se hubiesen practicado una lobotomía. (Que si su obra social se lo cubre… )
3. En caso de que uno de los socios cometiera adulterio, el otro puede hacer lo mismo, o, en previsión del posible futuro adulterio del otro, el otro puede cometer adulterio primero, así arrancamos de una vez que alguna vez hay que arrancar.
4. Los socios no pueden querer cosas distintas. Tienen que gustarles a los dos las mismas cosas, a la misma hora, en el mimos lugar, y con las mismas ganas. Caso contrario, se puede tomar venganza, o es permitido sospechar profundamente de los sentimientos del otro, de su fidelidad, o de la propia elección. (La sospecha de que el otro pueda ser apenas una proyección de nuestros miedos o carencias, no debe descartarse jamás)
5. Ninguno de los socios podrá ser feliz con otra cosa que no sea el otro socio. Si uno se divierte mientras el otro se aburre, el que se aburre tiene el derecho de amargar al otro.
6. Ninguno de los socios puede decirle al otro la verdad de lo que piensa del otro a medida que lo conoce de verdad.
7. Las peleas o discusiones entre los socios, deben durar poco. O mucho.
8. Los socios pueden gritar durante las discusiones, pero no tienen la obligación de escucharse.
9. Con el paso de los años, los socios no tienen ya la obligación de decirse nada. Pueden callarse.
10. En caso de tener hijos, los socios pueden olvidarse mutuamente. En caso de no tenerlos, los socios pueden olvidarse sencillamente.
Si atendiendo a estos diez sólidos y sabios mandamientos, al cabo del tiempo y la paciencia, usted no logró nunca la pareja que deseaba, no se desanime... piense que para entonces, ya mucho no le queda. No somos eternos, ¡sólo el amor lo es!.
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