El comienzo del fin de un imperio, una era y una historia…
GAME OVER
Gordo, lento, sin reflejos...
la hora de colgar el bombachón.
* * *
Esa luz a lo lejos, ¿es una luciérnaga...
o un imperio que se apaga?
Jorge Luis Borges.
La información estalló toda junta en un rápido click, pero su onda expansiva recorrerá la tierra por mucho tiempo todavía. Desbordado el mundo por un repentino cuarto de millón de cables clasificados, es dado suponer que habrá secretos para todos, y que tomará su tiempo destilar tanta basura. El escándalo Wikileaks recién comienza.
Más allá del estúpido contenido del grueso de los cables, el estúpido que firma al pie es el mayor estúpido del mundo, ahí su importancia. Y uno a uno revelan, sobre todo, en su extenso conjunto, la extensión planetaria de la hipocresía norteamericana.
Quizás no registre la historia toda un papelón semejante por parte de un imperio entero.
Con la franqueza que lo distingue –sobre todo de la diplomacia americana - Hugo Chavez ya le sugirió públicamente a Obama que entregue por lo menos la cabeza de Hilary Clinton, quien además, se lo dijo, “lo desprecia porque él es negro y ella es blanca”.
Decapitaciones aparte, el hecho es que ahora el gobierno de Obama tiene un inmenso problema nuevo, que tampoco sabe cómo resolver.
Irán, tal cual era de esperar, puso el grito en el cielo y ya las dos manos sobre el botón atómico que pistolean hace rato.
Nada en Irak volverá a ser igual otra vez.
Las conversaciones con China, sobre todo con respecto a Corea del Norte, deberán empezar de nuevo… si es que despuès de todo esto los chinos se quedan con ganas de escucharlos, claro...
En simultáneo, cada país se ocupa despacio de la parte que le toca, a medida que se reparten los telegramas y así cada cual en su jardín patea su respectivo hormiguero con el desparramo correspondiente. Seguramente acaba de inaugurarse el conventillo mayor del universo.
La Mujer Maravilla, y una vida de excesos.
Un post, más que un párrafo aparte, merecerán los medios, especialmente, claro, nuestros principales diarios y sus infinitas repetidoras cautelares…
Clarín y La Nación , con la ceguera del pánico que últimamente los destaca, revuelven con sus picos minucias de la política doméstica, mientras la historia los aplasta como un tren.
Un pibe de 22 años, oficial de inteligencia en Irak, sin revólver y sin antifáz, armado apenas con un falso cd de Lady Gagá, burló la seguridad del mayor ejèrcito del mundo, y despedazó de un sólo golpe la seguridad y la diplomacia del país en dicho sentido más reforzado del mundo. Un desastre histórico del tamaño de dos torres gemelas, y Clarín y La Nación hundidos de cabeza en la basura más barata, los pedidos de informe sobre la salud de Cristina; los temores de los empresarios españoles frente a la corrupción que presuponen en la Argentina , y qué dijo un tal Massa de Kirchner, y qué el otro de aquél y qué aquél de éste, y… Un post aparte, más que un párrafo, merecen...
Igual que esos dos pibes: el oficial que bajò la información; y el dueño de Wikileaks, ellos también merecen un post aparte, que entre los dos, sin ninguna piedra, y sin ninguna hondera, se cargaron al Goliath de nuestro tiempo.
Los Estados Unidos ya no habrán de levantarse... no se vuelve de la verdad.
Seguirán andando, por supuesto, pero nunca más nadie volverá a creerles, en serio, nada... el golpe fue duro, cayeron, y en el piso ahora, les lloverán patadas de todo el resto del mundo.
Será como un juego de video game, realista y cruel, y cuyo objetivo es nada más que destruirlos. Ellos recibirán un golpe tras otro, y por cada golpe pedirán perdón...
Los Estados Unidos ya no habrán de levantarse... no se vuelve de la verdad.
Seguirán andando, por supuesto, pero nunca más nadie volverá a creerles, en serio, nada... el golpe fue duro, cayeron, y en el piso ahora, les lloverán patadas de todo el resto del mundo.
Será como un juego de video game, realista y cruel, y cuyo objetivo es nada más que destruirlos. Ellos recibirán un golpe tras otro, y por cada golpe pedirán perdón...
El escándalo Wikileaks recién comienza. El juego también, pero es el juego del final.
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