“¡Revive la
sangre pagana! El espíritu está próximo. ¿por qué Cristo no me ayuda entonces,
dándole a mi alma nobleza y libertad? ¡El evangelio ha muerto! ¡El Evangelio!
El Evangelio... Yo espero a Dios con gula. Soy de raza inferior por toda la
eternidad. Aquí estoy, sobre la playa armoricana. Ya pueden iluminarse de noche
las ciudades. Mi jornada ha terminado: abandono Europa. El aire marino quemará
mis pulmones, los climas lejanos me curtirán la mirada. Nadaré, dormiré
borracho sobre la arena, cazaré, fumaré, sobre todo eso: fumaré, y beberé
licores ardientes como de metal fundido, como hacían nuestros antepasados alrededor
del fuego… Volveré con miembros de hierro, la piel bronceada y los ojos
enfurecidos. Por mi aspecto, se me juzgará de una raza fuerte Tendré oro: seré
ocioso y brutal. Siempre hay mujeres que se ocupan de los condenados que
vuelven de las tierras calientes. Me meteré en política. Estaré salvado".
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